lunes, diciembre 01, 2008

El Otro Lado: La Ciencia de los Anillos y el Mundo Espectral

Por Pablo Ginés Azaghâl


Esta conferencia es el resultado de una investigación que tuvo su origen la noche del Año Nuevo Élfico de 1997. Celebrábamos el nuevo año en la casa de Glorfindel. Nuestro anfitrión nos sorprendió con maravillosas e indescriptibles viandas élficas que dieron satisfacción al hobbit hambriento que todos llevábamos dentro. Después, siguiendo la tradición de la Sociedad Tolkien, a la comida le sucedieron los cuentos, las poesías y las canciones. La noche avanzaba pero nosotros ya no sentíamos el paso del tiempo como los mortales, porque los cuentos nos hacían libres del paso de las horas, más semejantes a los Elfos, que pueden vivir sin pan, pero no sin historias. Y los cuentos nos asombraban y nos recordaban viejos sentimientos. Y también despertaban en nosotros preguntas.

La pregunta que ha dado lugar a esta conferencia apareció escuchando la charla que Frodo y Gandalf tuvieron en Rivendell, el día que el hobbit despierta, herido por los Nazgûl. Frodo recuerda su huída de los Jinetes Negros y le dice a Gandalf lo que vió entre las brumas de la herida y el Anillo:
“-Creí ver una figura blanca que brillaba y no empalidecía como las otras. ¿Era entonces Glorfindel?
Y Gandalf responde:
-Sí, lo viste un momento tal como es en el otro lado, uno de los poderosos Primeros Nacidos.”
Mi pregunta, la causa de esta conferencia, es : ¿qué quiere decir Gandalf cuando dice “el otro lado”? ¿Qué es “el otro lado”? Esta frase indica que Glorfindel tiene un aspecto distinto, una manifestación gloriosa, blanca y luminosa, una manifestación que no se ve normalmente. Él es realmente así en ese misterioso “otro lado”. ¿Qué es lo que ha visto Frodo? No es una ilusión. No es un engaño del Anillo, el cansancio o la enfermedad. Es la realidad.
“Lo viste tal como es” dice Gandalf.
Aquella noche del Año Nuevo Élfico, debatimos el tema y se formularon hipótesis. ¿Se refiere Gandalf al “Otro Lado... del Mar”, es decir, a Valinor?
¿O el Anillo permite ver unas energías invisibles, un aura, que sólo mediante magia puede percibirse ?
Pero hay una tercera posibilidad. Glorfindel está parcialmente en el Vado de Bruinen, con una antorcha en la mano. Está en la Tierra Media, en “este lado”, sólo en parte. Pero
Frodo lo ve tal como es en el Otro Lado porque Frodo está parcialmente en ese Otro Lado, porque el hobbit se está desvaneciendo, convirtiéndose en espectro. Frodo, Glorfindel y los Espectros del Anillo viven en parte en la Tierra Media, pero otra parte de ellos vive en otro lugar: el Otro Lado, el Mundo de los Espectros.
Esto no es una especulación. El propio Gandalf dice lo siguiente a Frodo :
“[Con el Anillo puesto] tú mismo estabas a medias en el mundo de los espectros, y ellos podían haberte alcanzado. Tú podías verlos y ellos te podían ver. (...) Estabas en el umbral del mundo de los fantasmas. (SA-I, p. 308).
Y acerca de Glorfindel dice Gandalf :
“...quienes han vivido en el Reino Bienaventurado viven a la vez en ambos mundos y tienen grandes poderes.” (ídem).
Por lo tanto, creo que podemos afirmar que existen dos mundos : la Tierra Media, cuyas leyes físicas son parecidas a las de nuestro propio mundo, y el Otro Lado. ¿Más pruebas?
Veamos unas citas acerca de los Hombres a quienes Sauron regaló anillos en la Segunda Edad.
De los Anillos del Poder (S, p. 392):
“Podían andar, si así lo querían, sin que nadie de este mundo bajo el sol llegara a descubrirlos, y podían ver cosas en mundos invisibles para los Hombres mortales ; pero con no poca frecuencia veían sólo los fantasmas y las ilusiones que Sauron les imponía”.
“Y se volvieron para siempre invisibles, salvo para el que llevara el Anillo Regente, y entraron en el reino de las sombras” (S. 393).
Estas citas refuerzan la existencia de dos mundos : “este mundo bajo el sol” y “el reino de las sombras”, “mundos invisibles para los Hombres”.
Pero, ¿cómo es el Otro Lado ? ¿Cómo es ese Mundo Invisible ?
Bien, el mundo invisible es... invisible.
Parece una verdad de Perogrullo, pero lo cierto que es la invisibilidad es la marca de identidad de las manifestaciones del Otro Lado. Hay infinidad de textos que aluden a la invisibilidad. Pero cuando el que lo experimenta lleva puesto el Anillo Único, su percepción es distinta, y las relaciones entre ambos mundos siempre se ven mediatizadas por un velo, algo que impide la clara percepción.
Los Názgûl no pueden ver claramente el Mundo bajo el Sol. Dependen de una especie de olfato, de la visión de sus monturas, o de la atracción intangible que el Anillo ejerce sobre ellos. En la oscuridad de la noche ven mejor, y parece que bajo oscuridades malignas como la que cubre Minas Tirith en la guerra, sus sentidos están a pleno rendimiento. El Rey Brujo no muestra ningún problema de vista contra Éowyn o Gandalf. Veamos como se nos describe al Espectro en la batalla del Pelennor:
“Llevaba una corona de acero, pero nada visible había entre el aro de la corona y el manto, salvo el fulgor mortal de unos ojos: el Señor de los Nâzgul”. (SA-III, p.145).
El texto no dice que entre la corona y el manto no hubiera nada material: dice que no había “nada visible”. El cuerpo que usa el Nazgul es un cuerpo muerto, animado por el Espectro que lo usa. Pero ese cuerpo está, en su mayor parte, en el Mundo Espectral. Ha completado el proceso de desvanecimiento que vemos en los Portadores del Anillo: en Bilbo, cuando dice que está “estirado”, o en el consumido Gollum. Los primeros cuerpos de los Nazgûl completaron este proceso y, como hemos leído más arriba “se volvieron invisibles para siempre [no inmateriales] y entraron en el Reino de las Sombras”. Lo único que se ven son los ojos, que brillan desde el Mundo de las Sombras. Precisamente.

Cuando Frodo es capturado por los Tumularios leemos que “Frodo creyó ver dos ojos fríos, aunque iluminados por una luz débil que parecía venir de muy lejos”(SA-I, p-197)
Esto es otra manifestación del mismo fenómeno: la fuerza que anima al Tumulario está ubicada sobre todo en el Otro Lado, que es el lugar de donde viene la luz de sus ojos.

Pero volvamos otra vez con el Rey Brujo a la Batalla del Pelennor. He aquí otra descripción:
“Vieron con asombro una corona real ; pero ninguna cabeza visible la sostenía. Las llamas brillaban rojas entre la corona y los hombros anchos y sombríos, envueltos en la capa. Una boca invisible estalló en una risa sepulcral”. (SA-III, p.128).
De nuevo, no se dice “ninguna cabeza”, sino “ninguna cabeza visible”.Y queda claro que ríe con una boca invisible. Hay un cuerpo material, aunque sea invisible. En cualquier caso, calificar la risa del Nazgûl como sepulcral es adecuado, porque el cuerpo que ríe está al mismo tiempo en la Tierra Media y en un lugar frío y profundo como un sepulcro: el Mundo Espectral.

Otra manifestación invisible del Mundo de las Sombras es la barrera mágica que tejen los Centinelas de Cirith Ungol. Los Centinelas, como el Anillo, no son objetos inanimados, sino que tienen voluntad e inteligencia, la cual probablemente reside y opera desde el Otro Lado. Dice el texto:
“Algún espíritu maléfico y alerta habitaba en ellos. Reconocían a un enemigo: visible o invisible, ninguno escapaba.”. (SA-III, p.233).
Sam saca el frasco de Galadriel para enfrentarse a los Centinelas. Se dice textualmente que “la voluntad de los Centinelas empezó a flaquear” y finalmente Sam entró en la Torre para liberar a Frodo. Fijémonos de todas formas en que los Centinelas tejen una barrera invisible para atrapar a cualquier enemigo, ya sea éste “visible o invisible”.

Bien, el Mundo Invisible es, como decía, invisible. Pero sólo desde “este lado”. Si entramos en el Otro Lado podremos ver algunas cosas, aunque la Tierra Media se difumina. La primera vez que Sam se puso el Anillo le sucedió lo siguiente :
“El mundo se transformó, y un solo instante de tiempo se colmó de una hora de pensamiento. Oía mejor y la vista se le debilitaba, pero no como en el antro de Ella-Laraña. Aquí todo cuanto veía alrededor no era oscuro sino impreciso, y él, en un mundo gris y nebuloso, se sentía como una pequeña roca negra y solitaria. El Anillo le pesaba y tironeaba en la mano izquierda, y era como un globo de oro incandescente. No se sentía invisible, sino por el contrario, horrible y nítidamente visible, y sabía que en alguna parte un Ojo lo buscaba”. (SA-II, p.483)
En el Otro Lado lo que hay no es oscuridad, sino sombras. El color que prima es el gris, lo frío, lo inerte e impreciso. Es un mundo gris y nebuloso. Sam se vuelve a poner el Anillo poco después :
“...advirtió que el oído se le había agudizado, pese a que las cosas visibles de este mundo eran vagas y borrosas, (...) pálidas como si las viera a través de una bruma”. (SA-III, p. 227).

Atentos ahora a la descripción de los Nazgûl desde el Otro Lado. Frodo está en su mismo plano y les ve “tal como son” :
“Podía verlos claramente ahora ; se habían quitado los capuchones y los mantos negros y estaban vestidos de blanco y gris. Las manos pálidas esgrimían espadas desnudas, y llevaban yelmos en las cabezas. Los ojos fríos relampagueaban y unas voces terribles increpaban a Frodo.” (SA-I, p. 297).
En el combate en Amon Sûl, Frodo, con el Anillo puesto, ve a los Jinetes bajo sus envolturas: caras blancas, ojos penetrantes y despiadados, cabelleras canosas, manos macilentas. A Frodo le parece que su espada númenóreana “emitía una luz roja y vacilante” en el Otro Lado, mientras que el cuchillo de Morgul y la mano que la sostenía, “resplandecían con una pálida luz”. La batalla con los Jinetes Negros (que en realidad van de blanco y gris) nos da algunas pistas más. Por ejemplo, que los Jinetes parecen respirar, o como mínimo, exhalan aire:
“Frodo creyó oir un débil siseo, como un aliento venenoso y sintió que se le helaban los huesos” (SA-I, p.273).

Y al pasar delante de un Jinete, huyendo hacia el Vado, “un aliento helado lo traspasó como una espada”. El frío y el veneno se unen en la cuchillada de la Cima de los Vientos, cuando “Frodo sintió un dolor, como un dardo de hielo envenenado”.
Esta herida, y la esquirla de Morgul que queda dentro de Frodo, refuerzan y aceleran brutalmente el proceso de desaparición que afecta a todos los Portadores del Anillo. Frodo, herido, vive en ambos mundos, y así, mientras viajaba :
“las cosas de alrededor se le desvanecían durante el día en sombras de un gris espectral” (SA-I, p. 295).

Pero ahora sus sentidos sobrenaturales se han afinado. Cuando ve a Glorfindel, incluso sin Anillo, “Frodo tuvo la impresión de que una luz blanca brillaba a través de la forma y las vestiduras del jinete, como a través de un velo ténue” (SA-I, p.291.)

En la persecución del Vado Frodo ya lleva el Anillo puesto, la esquirla avanza hacia su corazón y el Alto Elfo se enciende en furia. Frodo ve entonces “una figura brillante de luz blanca, y detrás unas pequeñas formas sombrías, que corrían llevando fuegos, y las llamas rojizas refulgían en la niebla gris que estaba cubriendo el mundo” (SA-I, p.299).
Lo de que Glorfindel estaba encendido de furia no es una metáfora. El propio Gandalf dice que :
“Atrapados entre el fuego y el agua, y viendo a un Señor de los Elfos a quien la furia había hecho visible, los Jinetes se acobardaron y los caballos enloquecieron”. (SA-I, p. 310).
Debemos entender que la furia hizo visible a Glorfindel “tal como era en el otro lado”, y visible sólo para los Jinetes, que reconocen a un enemigo terrible viéndolo desde su propio mundo.
Todas estas citas ¿nos sirven para saber qué aspecto físico tiene el Otro Lado? No. No sabemos de su aspecto nada, excepto que todo es gris e impreciso, que allí radican los espíritus y parte de los cuerpos de Názgul y Tumularios y que Altos Elfos y Portadores del Anillo pueden entrar parcialmente en él. Sabemos que desde allí se ven mejor las cosas ocultas, y que los objetos mágicos, como las espadas de Oesternesse o de los Espectros, resplandecen, con distintos colores y grados de luminosidad. También el fuego mantiene desde el Otro Lado un débil color rojo. Pero una visión entrenada por haber estado en el Otro Lado además permite ver cosas que una vista normal no revelaría.

En el penoso camino desde Cirith Ungol al Orodruin, Frodo se deja caer, agotado y dice a Sam:
“Estoy desnudo en la oscuridad, Sam, y entre mis ojos y la rueda de fuego no queda ningún velo”. (SA-III, p. 284).
Más tarde, Gollum se abalanza sobre Frodo, pero está demasiado débil y Frodo lucha como un poseso por el Anillo, su tesoro. Gollum cae al suelo y Frodo alza la espada hacia él. Y Sam, Portador del Anillo, ve la siguiente escena :
“Una criatura derrotada y poseída a la vez por una codicia y una furia monstruosas, y ante ella, severa, insensible ahora a la piedad, una figura vestida de blanco, que lucía en el pecho una rueda de fuego. Y del fuego brotó impertérrita una voz : -¡Si me vuelves a tocar, también tú serás arrojado al Fuego del Destino!” (SA-III, p.293)
La profecía de Frodo, como casi todas las de El Señor de los Anillos, se cumple: Gollum le vuelve a atacar y, efectivamente, termina en el Fuego del Destino. Pero esto no es lo que nos interesa. Más interesante ahora es el tema de la rueda de fuego. La rueda de fuego es el Anillo. El Anillo está ya en la mente de Frodo. En este momento, Frodo ya ha perdido la batalla, el Anillo ya controla su mente. Pero aún no controla su cuerpo resistente de hobbit, que empujado por el amor de Sam y una fuerza inexplicable avanza hacia el Orodruin. La rueda no es la imagen que Frodo se hace de su tortura, sino la imagen con la que el Anillo, un ser con voluntad, se presenta a sí mismo en la mente de su Portador.

“Entre mis ojos y la rueda de fuego no queda ningún velo”, dice. El velo es mencionado a menudo cuando hablamos del poder de los Sabios, como una protección de la luz frente a las sombras. Pero aquí ya no hay velo, y los ojos de Frodo están condenados a ver sólo la rueda de fuego. Vive ya permanentemente en el Otro Lado, simplemente por llevar el Anillo sobre el pecho.

Y también Sam, con su visión acrecentada, le ve así. Donde otros verían un hobbit con andrajos oscuros y un anillo sobre el pecho, él advierte “una figura vestida de blanco que lucía en el pecho una rueda de fuego”.

Otro caso de visión acrecentada, también sin llevar el Anillo puesto, es el que captamos en el Espejo de Galadriel, cuando Frodo ve el Anillo Élfico de Galadriel, al que su magia debería ocultar. Sin embargo, el Portador del Anillo lo percibe sin dificultad durante la tentación de la Reina. Frodo, Sam y Galadriel acaban de mirar en el Espejo, y el Espejo se asoma al pasado o al futuro ¡¡a través del Otro Lado !!. La descripción es elocuente:
“Como si hubiesen descorrido un velo oscuro, el Espejo se volvió gris, y luego se aclaró.” (SA-I, 500).
Por si la mención del velo y el color gris no es suficiente, tras dos páginas de visiones en el Espejo se produce un cambio:
“...como si se hubiera abierto un agujero en el mundo visible, y Frodo se quedó mirando el vacío. En ese abismo negro apareció un Ojo (...) y la hendidura negra de la pupila se abría sobre un pozo, una ventana a la nada”. (SA-I, p.502)
Frodo está viendo al propio Sauron y le mira en el núcleo de su ser: el vacío, abismo negro, hendidura negra, un pozo, una ventana a la nada. El Ojo de Sauron en el Espejo de Galadriel es en sí mismo espejo del alma del Señor Oscuro: un alma oscura y vacía.

Sin embargo, aquí las palabras no se usan con propiedad. Debemos distinguir entre el Otro Lado y el auténtico Vacío. El Vacío, también llamado Abismo, es el lugar fuera de Arda donde está desterrado y encadenado el Morgoth. Lo que Frodo ve es el vacío de un espíritu carente de bondad. El auténtico Vacío es lo que espera a Sauron y a sus Nâzgul si son derrotados, y así le dice Gandalf el Blanco al Capitán de los Espectros:
“¡Vuelve al abismo preparado para ti ! ¡Vuelve ! ¡Húndete en la nada que te espera, a ti y a tu Amo!” (SA-III, p.128).
Esta profecía de Gandalf también se cumple. Y parece que es a este Vacío al que se refiere cuando habla a los Capitanes de Gondor de lo que pasará si el Anillo se destruye:
“Pues habrá perdido la mejor parte de la fuerza que era innata en él en un principio, y todo cuanto fue creado o construido con ese poder se derrumbará y él quedará mutilado
para siempre, convertido en un mero espíritu maligno que se atormenta a sí mismo en las tinieblas...” (SA-III, p.201).

Estas tinieblas, pues, parecen ser el Vacío y no el Otro Lado. Lo que sí tiene todo el aspecto de ser una manifestación del Otro Lado es la carga de Gandalf como Caballero Blanco contra los Nâzgul, muy parecida a la de Glorfindel:
“Un jinete se adelantó a todos, rápido como el viento entre la hierba: iba montado en Sombragris y resplandecía. Una vez más iba sin velos, y de la mano alzada le brotaba una luz.” (SA-III, p.114).

Para terminar esta serie de fragmentos en los que se menciona el velo entre la Tierra Media y el Otro Lado daremos un salto al final de El Señor de los Anillos. Frodo ya y lleva unos días en el barco-cisne de los Portadores de los Anillos:
“En una noche de lluvia (...) le pareció que (...) la cortina de lluvia gris se transformaba en plata y cristal, y que el velo se abría y ante él aparecían unas playas blancas y más allá un país lejano y verde a la luz de un rápido amanecer”. (SA-III, p.414).

Podemos plantearnos si Valinor y sus playas blancas forman parte del Otro Lado. Y yo diría que sí. Los Valar, los Eldar, las olvar y kelvar de Aman, durante la Primera y Segunda Edad del Sol, vivieron al mismo tiempo en ambos mundos, como hace Glorfindel. Pero con el hundimiento de Númenor, Valinor desaparece de Arda y queda ubicado por entero en el Otro Lado, conectado con la Tierra Media sólo a través de los barcos-cisne. El velo que se abre ante Frodo es el que oculta a Valinor.
Veamos ahora algunos textos dudosos. Parecen hacer mención al Otro Lado, pero la adscripción es difícil. Por ejemplo, Gandalf no es el único que hace amenazas. El Rey Brujo demuestra ser un campeón de este género monológico. Escuchemos las lindezas que le dice a Éowyn antes de saber que es una mujer:
“Te llevaré conmigo muy lejos, a las casas de los lamentos, más allá de todas las tinieblas, y te devorarán la carne y te desnudarán la mente, expuesta a la mirada del Ojo sin Párpado”. (SA-III, p.146).

¿Dónde están esas casas de los lamentos? No parece que sea en Mordor, porque Mordor no está “más allá de todas la tinieblas”. Si dijeran “en las tinieblas”, podríamos pensar que este horrible lugar está en el Mundo de los Espectros, pero si está más allá todavía hemos de admitir que el Nazgûl sabía como asustar. Por otro lado, la tortura de desnudar la mente es precisamente la que sufre Frodo (recordemos que dice “estoy desnudo en la oscuridad, Sam”) aunque no bajo el Ojo sin Párpado, sino bajo la Rueda de Fuego. Desnudar la mente (someterla a Sauron, que tiene acceso directo a las mentes de sus Nâzgul) y devorar la carne (es decir, consumirla como se consumió Gollum) parece una buena descripción de lo que hay que hacer para convertirse en Nazgûl. Quiza el Rey Brujo habla por experiencia propia.
Otro tema curioso es: ¿dónde se mete Sauron cuando Isildur le derrota cortándole el Anillo de la mano? En De los Anillos del Poder se dice:
“Entonces Sauron quedó vencido por el momento, y abandonó el cuerpo y su espíritu huyó a espacios distantes y se escondió en sitios baldíos, y durante largos años no volvió a tener forma visible” (S, p.400)
Es verdad que el Mundo de los Espectros podría considerarse un “espacio distante” o un “sitio baldío”, y es un buen lugar para el espíritu de Sauron. Pero lo mismo podría decirse de las llanuras secas del Lejano Harad. Hablar aquí del Otro Lado es arriesgado.

Los Tumularios parecen tener unas relaciones fluidas con el Mundo de los Espectros. Ya hemos hablado de como los ojos de los Nazgûl y los de los Tumularios parecen brillar desde un lugar lejano. Pero además hay unos versos de Tom Bombadil que pueden ser tan enigmáticos como reveladores:
“Deja vacío el túmulo.
Perdido y olvidado, más sombrío que la sombra,
quédate donde las puertas están cerradas para siempre,
hasta los tiempos de un mundo mejor” (SA-I, p.200)
“La puerta oscura no se cierra,
la mano muerta se ha quebrado.
La noche huyó bajo la Noche
¡y el Portal está abierto! (SA-I, p. 201).
En el Estel 18, Jorge Calvo aventura que las puertas cerradas para siempre son las Puertas de la Noche, detrás de las cuales está desterrado el Morgoth. Efectivamente, el problema es saber si se nos está hablando del Otro Mundo o del Abismo, el Vacío Intemporal. ¿A qué se refiere Tom Bombadil?
Veamos la primera estrofa. Supongamos que el Otro Lado es “la sombra”. Entonces, el lugar más sombrío que la sombra donde las puertas están cerradas para siempre podría ser el Abismo, el Vacío. Tom Bombadil en realidad estaría diciendo al Tumulario lo mismo que Gandalf al Nazgûl: ¡deja vacío el túmulo!, ¡húndete en la nada que te espera a tí y a tu Amo!

Pero la segunda estrofa no habla de puertas cerradas, sino abiertas. “La puerta oscura no se cierra”, “la noche huyó bajo la noche” y “el Portal no se cierra”. En mi opinión Tom Bombadil está analizando que el túmulo es un lugar donde hay un portal que conecta el Mundo Espectral con la Tierra Media y que no se puede cerrar el portal. El responsable sería el Rey Brujo de Angmar, de quien los Apéndices dicen que pobló los túmulos con espíritus malignos salidos de Angmar.
Otro tema que prometía relacionarse con el Otro Lado es el de los Espectros del Sagrario. Sin embargo, cuando leemos el paso de la Compañía Gris por las Sendas de los Muertos, no hay nada que aluda al mundo de los Espectros. La caverna que atraviesan es perfectamente sólida y material : no entran en otra dimensión. Es tan material que Gimli se avergüenza de sentir miedo, sabiendo que está en su propio mundo. Pero una cosa son las Sendas de los Muertos y otra los muertos en sí. Escuchemos la voz del Enano describiendo la batalla de Pelargir y el avance de los Espectros del Sagrario :
“El Ejército de las Sombras, que había permanecido en la retaguardia, se precipitó como una marea gris, arrasando todo cuanto encontraba a su paso. Oí gritos y cuernos apagados, y un murmullo como de voces innumerables muy distantes, como si escuchara los ecos de alguna olvidada batalla de los Años Oscuros, en otros tiempos. Pálidas eran las espadas que allí desenvainaban. (SA-III, p-197)”
Los ruidos de batalla de los muertos de Erech vienen de muy lejos, son sonidos apagados, muy distantes. ¿Llegan desde el Otro Lado? ¿O vienen del pasado, de alguna batalla olvidada, como sugiere Gimli? Los espectros quedan descritos como una marea gris (el color del Otro Lado) y sus espadas, como las de los Nâzgul, son pálidas. Otra característica que comparten con los Nâzgul es que provocan miedo incluso sin ser vistos, y sus enemigos huyen. Pero no nos consta que causen nada parecido al Hálito Negro.

Los Jinetes Negros que cruzan La Comarca no provocan el Hálito Negro, lo que indica que es un poder que pueden desplegar a voluntad. Y las características de este poder son peculiares. Parece evidente que el espíritu de las víctimas empieza un proceso de traslación hacia el Otro Lado. Sin embargo, el cuerpo no se desvanece, como sucede con los Portadores del Anillo. Aragorn cura a Faramir trayendo su espíritu que se desliza hacia el Mundo Espectral:
“[Aragorn le puso la mano sobre la frente] y todos los que miraban sintieron que allí se estaba librando una lucha. Pues el rostro de Aragorn se iba volviendo gris de cansancio y de tanto en tanto llamaba a Faramir por su nombre, pero con una voz cada vez más débil, como si él mismo estuviese alejándose y caminando en un valle remoto y sombrío, llamando a su amigo extraviado” (S.A. III, p.181).
“[Faramir abrió los ojos y miró a Aragorn] y una luz de reconocimiento y de amor se le encendió en la mirada :
-Me has llamado, mi Señor. He venido. ¿Qué ordena mi rey ?
-No sigas caminando en las sombras, ¡despierta! -dijo Aragorn” (S.A. III, p.182).
Podríamos entender que aquí Aragorn viaja (al menos en espíritu) al Otro Lado y allí busca a Faramir, llamándolo con palabras que no oímos. El caso es que Faramir despierta (vuelve de las Sombras) sabiendo que ese perfecto desconocido que tiene delante es su Rey. Sólo podría saberlo si se hubieran visto antes...en el “valle remoto y sombrío” que dice el texto.

Y ahora volvamos a hablar de los Nâzgul y sus Anillos. Imaginemos a Sauron repartiendo sus Nueve Anillos para los Hombres Mortales. Sabemos que los dio a reyes y hechiceros. Podemos suponer (como ICE) que algunos eran hombres de ciencia de raza númenóreana y que otros eran reyezuelos de la Tierra Media. Sus vidas se alargaron, quizá, pero sus cuerpos se consumieron. Aquí podemos formular dos hipótesis:

a) la materia pasa al Otro Lado, invisible para los mortales pero visible para los Portadores del Anillo. En Amon Sul Frodo ve a los Espectros tal como eran el día que dejaron este mundo bajo el sol: blancos, pálidos, consumidos... Pero en la crecida del Bruinen, Elrond consigue destruir los cuerpos de los Nâzgul por vez primera en la
Historia. Luego, Sauron aloja sus espíritus en otro cuerpo que usar como herramienta y reaparecen sobre la Tierra Media.

b) la segunda hipótesis sería que el cuerpo de los ambiciosos brujos y reyes no sólo se consume sino que al final de sus días es controlado por Sauron. El Señor de los Anillos usa el Único para encontrarlos y atraerlos a la Tierra de Mordor donde se extienden las sombras. Allí su cuerpo queda hecho cenizas. Sauron se agacha y recoge sus Anillos. Luego invoca los espíritus, que están esclavizados en el Otro Mundo y les proporciona cuerpos.

Esto implica que Sauron tiene una buena provisión de cadáveres en conserva, para lo cual cuenta sin duda con la tradición mortuoria númenóreana. Recordemos que la Boca de Sauron es un dúnedan, probablemente miembro de una familia de Númenóreanos Negros de Umbar.

Además, meter espíritus en cuerpos ajenos ya muertos parece estar en consonancia con lo que hace el Rey Brujo en las Quebradas. Sauron es el Nigromante. Usa el Otro Lado para almacenar o cazar allí espíritus malignos que no quieren o no pueden ir a Mandos.

Algunos los seduce, otros los atrapa con sus conocimientos arcanos. Pero con los Nâzgul sólo necesita usar el Gran Anillo, y cuando pierde éste, los Anillos menores.
Probablemente, con los Enanos intentó la misma jugada y los Anillos Enanos debían funcionar igual que los de los Hombres. Pero Sauron no contó con la capacidad de resistencia de esta raza indomable, cuya vida no se vio alargada ni acortada. Y en los Hobbits encontramos una raza de Hombres de increíble vigor y amor por la vida: eso es lo que permite a Gollum, Bilbo y Frodo sobrevivir durante tanto tiempo. Bueno, eso y el hecho de que no usaron mucho el Anillo.

Curiosamente, la mayoría de la gente a la que he hablado del tema, imagina que cada Nazgûl lleva su Anillo puesto. Hay varias razones que demuestran que no es así, y que los Anillos los guarda el Señor de los Anillos.

En primer lugar, el poema del Anillo dice bien claro: “un Anillo para, en la Oscuridad, atarlos, en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras”. Parece que el lugar que les corresponde es Mordor.

En segundo lugar, si los Nâzgul llevaran su Anillo, el Frodo Portador de sentidos aumentados que vio el de Galadriel se lo habría visto.
En tercer lugar, si los Nâzgul llevaran los Anillos puestos, Elrond podría haber recogido nueve bonitas fruslerías en las orillas del Bruinen tras destruir los cuerpos de sus portadores.
Y en cuarto lugar, parece que Tolkien menciona en una de sus Cartas que Sauron guardaba los Anillos “en su poder”.

sí pues, Sauron guarda los Anillos y mantiene contacto mental con los Nazgûl, con los que se comunica dirigiendo su voluntad. Sin embargo, la mente de cada Nazgûl es
individual, y aunque esclavizada por Sauron a través de los Anillos (y sumisa a Sauron ya con anterioridad), no es un simple apéndice de la mente de su Amo.
El otro tema polémico que siempre surje cuando hablamos de los Nâzgul es el de la muerte del Rey Brujo en el Pelennor. Los textos dejan bien claro que hay un cuerpo al que herir. La espada de Merry se clava “en el tendón, detrás de la poderosa rodilla” (SA-III, p.147). Éowyn, en cambio, golpea entre los hombros y la corona. Se admite que la herida de Merry debilita y distrae al Espectro, puesto que la espada de Oesternesse fue forjada para acabar con él. Pero es Éowyn quien le vence culminando la profecía, pese a que su espada no presume de ningún linaje especial.
Vencido el Rey Brujo, “el plaquín y el manto estaban vacíos” (SA-III, p.148). La espada de Éowyn chisporroteó y voló hecha añicos.

Por su lado, la de Merry, al cabo de un rato, desaparece completamente, como si se introdujera en el Otro Mundo. Dice entonces el texto:
“Ninguna otra hoja, ni aun esgrimida por manos mucho más poderosas, habría podido inflingir una herida más cruel, hundirse de ese modo en la carne venida de la muerte, romper el hechizo que ataba los tendones invisibles a la voluntad del espectro” (SA-III, p. 151).

Queda claro pues que el espectro habita en una carne muerta, un cadáver, que no es el suyo, en el que se ha alojado mediante un hechizo, un hechizo que une con lazos invisibles el cuerpo y el espíritu. Estos lazos, tan artificiosos como los hilos de una marioneta, cruzaban el velo entre los mundos enlazando el cuerpo en nuestro mundo con el espíritu en el Otro Lado. Quizá Merry cortó los lazos obligando al espectro a alojarse enteramente en la carne muerta, saliendo de su bien protegido plano dimensional. Una vez por entero en la Tierra Media, la valentía de Éowyn hizo que se cumpliese la profecía. El Rey Brujo en su totalidad es destruído, no sólo su cuerpo. El espíritu, si no compareció en Mandos, debió ser arrojado al Vacío, heraldo de su amo Sauron.

Muchas gracias por vuestra paciencia.