jueves, enero 22, 2009

Secretos de la Masonería



Dr. Arnold Krumm Heller

Muchas veces se me ha pedido que escriba sobre la Masonería oculta, pero siempre me he negado porque he creído que no debo perder el tiempo. Pero, últimamente, Leadbeater ha lanzado un libro sobre Masonería, lo mismo como lo había hecho antes Heindel, y entonces he resuelto salir del silencio.
Al leer estas obras, lo mismo como la de Jinaradasa,me he dicho: o estos autores no saben nada de Masonería oculta o si saben no quieren hablar. Lo más probable es que sean como miles y miles de masones que acuden a los Talleres dedicándose a un humanitarismo muy hermoso, pero para ejercerlo les sale sobrando la Masonería y harían obras más prácticas enrolándose en el ejército de salvación con el grado de alférez.
Hace algunos años, los teósofos han instalado unos cuerpos masónicos que llaman, creo, de adopción y en ellos reciben a las mujeres y al practicar su ritual dan algunas explicaciones simbólicas bastante atinadas, que siempre significa un paso adelante, pero lo que saben y dicen no es nada en comparación con los verdaderos secretos de la Fraternidad.
No olvidemos que la Masonería, tanto como la religión católica, en sus ritos y ceremonias, no son más que reminiscencias del Arte Real o Magia.
Dice una de las primeras frases del ritual de la iniciación que para ser masón se requiere ser hombre libre y de buenas costumbres.
De manera que es necesario SER HOMBRE y no mujer.
Al meter los teósofos a las mujeres en nuestros trabajos no han sabido lo que han hecho. No es que yo mire a menos a la mujer, no; sin ella nada seríamos ni nada logramos y opino que la mujer debe participar en todas las cuestiones sociales igual que el hombre, en todo... menos en la Masonería; allá no cabe ella.
La mujer nunca podrá asumir las funciones de hombre como creador. Puede imitar, puede ayudar, pero no puede crear porque le falta la glándula creativa, la próstata, por haber
nacido sin ella y el masón debe tener próstata cuando quiere dedicarse a la magia masónica y experimental. El eminente sabio Standemeyer en su obra "La Magia como Ciencia Experimental", dice: "Tenemos ciertos centros nerviosos que debemos excitar en las experiencias. Con ellas podemos despertar y exteriorizar nuestras fuerzas mágicas"
Estos centros están en íntima relación con nuestras glándulas endocrinas y éstas, a su vez, susceptibles a ser provocadas a funcionar en un sentido dado con la opresión de ciertas arterias o la supresión de otros centros nerviosos. La práctica de cómo hacer todo esto está encerrada en el manejo de los signos, toques y palabras de pase de la Masonería.
¡Cuan insignificante es a veces el toque que se requiere!
Lo prueban las curaciones del Dr. Asuero, quién al herir ligeramente el nervio trigémino, logra que los diabéticos sanen en el acto y que los paralíticos tiren sus muletas. ¿Quién de los masones actuales ha sospechado jamás que tras de nuestros toques existieran tales cosas? Y, sin embargo, en la Masonería Turca y en el Rito de Memphis y Mizraim está expuesta con toda claridad la clave. Los ritos antiguos, y los hay desde el siglo noveno, dan las prácticas mencionadas con todos los pormenores: los días en los que hay que hacer las prácticas, los toques, como, asimismo, su asociación con la vocalización. Todo ello es señalado en el calendario masónico.
Dan instrucciones sobre el despertar de los chakras, que un masón de la edad media denomina "llamitas" y ya en aquellos tiempos los neófitos tenían que aprender a manejar mágicamente las palabras de pase del primer y segundo grado.
En Rosario han vuelto a realizar este rito antiguo, pero ahora viene lo curioso; no tiene más que la patente expedida en Italia, pero les falta lo esencial: la CLAVE, pues precisamente esos grados carecen de ella. Han querido que yo se la diera, pero, malgrado mío, no fue posible.
Al dar yo una conferencia en los hermosos salones de la Logia Unión Número 17, un hermano que presidía, a título de presentación mía, lanzó un discurso en el cual probó con toda claridad que no saben allá lo que es en sí la Masonería y sus relaciones con la Fraternidad Rosa Cruz, y entonces me dije: acá no debes revelar nada, pues aún no están maduros para estas cosas.
Que el Rito antiguo y sagrado se maneje como se maneja el Escocés, para eso no me presto, pues lo han convertido en un cadáver.
Los hermanos masones pueden estar seguros que yo, como adepto ROSA CRUZ, sí soy masón, no por los diplomas que poseo, pues éstos no valen a veces el papel que se ha gastado en ellos. No, yo soy masón porque he comprendido los grandes secretos de la Orden.
Las vocales I A O que están encerradas en las palabras de paso de los primeros grados, deben pronunciarse en combinación con los toques e inmediatamente la corriente sanguínea de nuestro organismo sufre una modificación instantánea y nos pone en condiciones de provocar fenómenos psíquicos.
Un maestro masón turco quién actuó un tiempo conmigo, tomaba un conejo y le ponía los dedos en la forma como debe hacerlo el aprendiz masón e inmediatamente el animalito se puso en estado de catalepsia, luego hizo lo mismo con un muchacho de 20 años, quién yo creía muerto, pero bastó darle la mano como maestro para que, instantáneamente, volviera en sí.
Años y años he experimentado yo en el laboratorio con los asuntos masónicos y cada día me he convencido más de que realmente somos poseedores de un arte real, grandioso, superior a lo que nos puede enseñar la ciencia oficial.
¿Podré dejar participar a los hermanos masones de lo que yo he descubierto? El porvenir lo dirá y yo seria feliz en poderlo hacer.
Lo que puedo asegurar es que si me han visto curar paralíticos, ciegos, como Asuero, y muchos enfermos incurables, en algunas ocasiones instantáneamente, no lo aprendí en la escuela de medicina, sino meditando sobre los asuntos íntimos de la Masonería, donde encontré mucho más, muchísimo más, de lo que comúnmente se sospecha.
El dualismo representado por las dos columnas del templo significa los dos aspectos de la conciencia, es decir, el Ego consciente y el subconsciente. La Masonería ha apelado siempre a la razón y ha aplaudido a Francia cuando excluía a Dios glorificando en una mujer a la Razón.
Nuestra Razón seguro que es, como la conciencia, la voz divina en nosotros, pero no podemos escuchar sus dictados claramente, por estar adormecidos por nuestros vicios y malas costumbres, por nuestros prejuicios y preocupaciones y es menester liberarla. Nos hemos guiado demasiado por nuestro instinto, olvidando que tenemos la intuición como factor divino prominente, que nos puede guiar, pero esa intuición tampoco actúa si no hacemos ejercicios mágicos, movimientos estudiados de antemano y que han sido siempre privilegio de las sociedades iniciáticas.
Pues bien, estos ejercicios y todo lo que hacemos, como marchas y movimientos, en los diferentes grados masónicos, no son solo prácticas psicotécnicas, sino que son prácticas que nos pueden llevar a un estado superior al del comúnmente conocido. . .
El catecismo masón dice que una Logia Masónica representa el Universo y que se admira al Gran Arquitecto del Universo. Se ha llamado también al Universo Macrocosmos, poniéndolo frente a nosotros, que somos el Microcosmos, siendo así que significamos una síntesis del gran Todo, y estando por nuestro modo de ser incapacitados para estudiar el Universo, el Masón debe ocuparse del estudio de su YO para arrancar los secretos del Universo por analogía. Nuestro YO está representado para el Masón por el dualismo de sus columnas, la columna J y la B.
La Jota debe ser I, pues esta vocal ha sido siempre la representación del YO en los lenguajes primitivos, y se ha conservado en el Alemán en el Ich, en el Inglés I, en el Francés Je, en el Italiano Io, y en el Español Yo. Podríamos seguir con otros idiomas.
Pero la I no solo tiene valor simbólico, sino real, por su sonido, y el aprendiz debe aprender bien la pronunciación de la I para despertar la fuerza inherente al sonido de esta vocal, que está siempre en íntima relación con el Tatwa, en la Atmósfera refleja y en los centros magnéticos del cuerpo.
Para estas cosas el dualismo debe ser consciente.
Las columnas están separadas; la una representa el YO subjetivo y la otra el objetivo.
Cuando decimos: "yo entro por la puerta", confundimos generalmente nuestros dos Egos, y así no nos damos cuenta de la verdadera situación del Universo. El aprendiz Masón debería acostumbrarse al siguiente modo de pensar: "yo llevo a mi cuerpo por esa puerta". Igual cuando habla, debería pensar: "yo hago sonar la I por mis cuerdas vocales. Hay una diferencia entre el Ego interno que habla y el Ego externo que pronuncia.
Para el ejercicio de la meditación aconsejan los turcos a los aprendices masones que tomen un grano o una semilla y mediten sobre ella, la potencialidad que encierra,la facultad de desarrollarse, de llegar a ser flor, planta y árbol, gracias al impulso del Gran Arquitecto del Universo.
Luego hacen tomar la imitación de un grano o semilla, como vemos las frutas imitadas de goma o de cera. Es que no reside ese poder oculto donde no actúa el Gran Arquitecto del Universo. Así se hace cargo de las cosas reales e irreales, de ese aspecto vivo o muerto de las cosas.
El piso blanco y negro representa el día y la noche, en relación con nuestro Ego en estado de vigilia y en estado dormido.