martes, febrero 24, 2015

El Ego...

Rubén Torres Sierra - La Cosecha de Almas.

El ego es ese amigo que nos acompaña en nuestra experiencia de vida, forma parte de nosotros mismos y esta tan unido a nosotros que es imposible olvidarnos de él, forma parte de nuestra individualidad y nuestra personalidad. Está muy presente en nuestras vidas y es muy activo, siempre tiene una opinión para todo y le gusta estar presente en todo lo que haces. El ego es impertinente, irascible, egoísta, soberbio y engañoso, sera el que te haga librar batallas perdidas, el primero allí en cualquier conflicto, evitara que pienses en otros que no seas tú y te hará creer que el centro del universo esta en tu ombligo, pero este es su lado negativo. Tú ego también tiene un lado positivo y nosotros tenemos la capacidad de entrenarlo y potenciarlo. Un ego positivo es aquel que reconoce el conflicto y lo evita, hará que uses tu sentido común y acudirá a tu criterio ante cualquier decisión, ha aprendido de la experiencia y pone en marcha ese conocimiento a tu servicio, él sacara instantáneamente lo mejor de ti, justo en ese momento en que era precisa tu participación, hará que estés dispuesto a luchar, pero esta vez por una causa justa, te equilibrara y te centrara, te hará estar atento y pendiente de lo importante, de ti, pero también del resto, sacando a la luz aquella cualidad que tú, ni siquiera sabias que había en ti, tu ego será tu aliado, si le enseñas a serlo Tu ego es como un niño, si le das todos los caprichos y cedes a sus pretensiones, tomara el mando convirtiéndose en un pequeño dictador, metiéndote en mas de un lío. si por el contrario sabemos reconocer su actuación y evitamos ceder a sus impulsos, podremos reeducarlo y enfocarlo debidamente, transformándolo de enemigo a aliado, solo debemos querer y actuar. Saber reconocer cuando somos instrumentos en manos de un ego mal educado y tratar de reeducarlo y enfocarlo debidamente, para que cuando tome el mando de la situación, sea de forma positiva y no en una inútil batalla perdida de antemano. Todo ello depende de ti y de tu capacidad para reconocer su actuación.

Tu ego reconocerá los conflictos y sacara de ti, tu peor versión, si le permites que tome las riendas de tu vida. Somos un espíritu, una esencia que toma forma física y se completa formando tres, cuerpo, mente y espíritu, que conviven juntas hasta que el cuerpo deja de funcionar, la mente que acompaño ese cuerpo muere tras él y esas tres partes vuelven a ser, la esencia original, el espíritu. Mientras vivimos nuestro compañero de viaje, estará constantemente aprendiendo de forma instintiva y será en los momentos de crisis y máxima tensión cuando tomara los mandos y resolverá cada una de las trampas que el proceso o experiencia de vivir nos ponga delante. En algunas filosofías "espirituales" nos incoan a que abandonemos el ego, que nos deshagamos de él, para poder encontrar la paz espiritual y trascender al todo, bueno, a estas alturas sobra decir que cualquier consejo que te ofrezca un pretendido maestro, ha de ser ignorado por completo, nadie es maestro de nadie, solo tú como individuo, sabes lo que es bueno o adecuado para ti.

Tu ego hará que no reconozcas tus propios defectos.
Partiendo desde aquí, decir que el ego es parte de nosotros y no nos podemos desentender de él, ni dejar de escuchar lo que tenga que decir, es una parte importante nuestra y no debe ser abandonada, si no reprogramada. Cuando nacemos, las creencias que nos son implantadas, se ocupan de separar nuestro ego de nuestro espíritu, fraccionan nuestra esencia, centrándose únicamente en una de ellas, recayendo toda la responsabilidad asistencial, en esa parte y dejando dormida y en letargo la otra parte, mas intuitiva y sensorial. Estas creencias, y por ende, la forma en que nos educamos generalmente, focalizan el ego en un solo punto, creándonos necesidades ficticias, competencia y enemistad, siendo finalmente nuestro mayor enemigo y creando un entorno hostil a nuestro alrededor.

Es necesario diluir este foco de creencias, de competitividad y de constante necesidad, para poder expandir nuestro ego y volverlo a unir al espíritu en una sola esencia pura en sentimiento y emociones, libre de miedos. Pondré como ejemplo, para asimilar este concepto al Sol, su luz es necesaria y benéfica para la vida y es uno de los ingredientes necesarios en nuestra existencia física, pero si esta luz tan beneficiosa la concentramos con una lente, la convertimos en algo destructivo y altamente negativo, ese efecto lupa, es el que ejerce en nuestro ego, todas esas creencias y todo nuestro lastre educativo de falsa moral, esa carga, que fracciona nuestro espíritu, nos hace vulnerables, nos deja a merced de influencias externas, de manipulaciones malintencionadas y permite que entreguemos nuestro poder a terceros, dándoles autoridad sobre nuestras vidas y nuestras decisiones.

Un ego caprichoso y mal educado te convertirá en un ser primitivo lastrado por tus propios instintos.
Muchos son los gurús que ofrecen panaceas para trascender espiritualmente y aconsejan, mediante distintas terapias a cual mas imaginativa, el devolvernos nuestra esencia y recuperar nuestro poder, nos ofrecen salir de la Matrix, con ilusorias sensaciones de libertad y de paz, en realidad, el único camino pasa por reconocer, cuando focalizamos nuestro ego y lo proyectamos como un arma hacia el resto, en ese pernicioso efecto lupa. Una vez identificadas las razones, ya sean por educación, creencias o miedo, eliminar en lo posible ese foco e intentar abrirlo poco a poco, para evitar su efecto dañino, hasta lograr eliminarlo y ser, solo un espíritu libre en esencia e impermeable a elementos que puedan fragmentarlo.

La verdadera salida y ascenso evolutivo, no comenzara hasta que no fundamos nuestro ego a nuestro espíritu y formen una sola entidad, fuerte ante influencias externas. Este solo será el primer paso, a partir de aquí, será mucho mas sencillo identificar aquello que realmente es conveniente para nosotros, aquello que nos atraerá y atraerá a su vez, lo que verdaderamente necesitamos y nos facilitara por ende, lo que mas deseamos.