Por Mauricio Ortega Galindo
Un día, uno de tantos, se disponía Juan, un hombre de 35 años, de tez blanca, casado con Inés, la mujer más guapa del pueblo a salir de su casa, para dirigirse como cada mañana hacia la plaza y ahí donde se encuentra el ombligo del pueblo adornado con una fuente de la primera mujer que con su camada de 15 hijos fundó al pueblo. Todos en el pueblo la consideraban como una diosa, más bien era la diosa de la fertilidad, del amor beato hacia su marido; al que según cuenta la leyenda siempre le fue fiel. Esa mañana Juan miró al cielo y notó algo que en principio no le tomó importancia. Caminó hacia la plaza repasando cada una de las palabras que diría a los jóvenes del pueblo. Ese día era la fiesta del pueblo ya que se festejaba un aniversario más de la fundación del pueblo: El día de la Fidelidad. Todo el pueblo se vestía de sus mejores galas y todos llevaban un F, en la frente. Dando así a entender que cada uno había vivido durante todo un año bajo la “luz de la Fidelidad”. Fue así que Juan llegó hasta la plaza, se sentó en su banca y mientras uno a uno llegaban los jóvenes, él sacó sus notas y leyó su sermón con clemencia paciencia. Cuando llegó el último de sus discípulos, se dio cuenta de que sólo uno de ellos no tenía su F en la frente. Entonces le preguntó: - ¿Por qué no traes tu F en la Frente como todos?... - El joven lo miró y dijo: Pregúntele a Inés...
Hablar de infidelidad, es tan común como hablar del precio de los Marlboro, el triunfo o la derrota de un equipo de fútbol, la crisis en fin. Es algo de todos los días. Abordar este tema desde la perspectiva de la gestalt, con un toque de humor y una que otra metáfora, es interesante entender como se dan a partir de lo que para gestalt es la relación Yo – tú Nosotros, clara está con la inclusión del Otro. Partiré desde lo que Gary Yontef señala: “...Contactar es el proceso de reconerse así mismo y al otro, moviéndose hacia una conexión / fusión y también hacia una separación / alejamiento... El Yo del Yo – Tú, se refiere al “Tú”, donde la otra persona es interpelada directamente como persona. La actitud del Tú significa que el otro es digno de respeto; donde este Tú es entre dos personas, siendo el evento de relación o reunión que permite al hombre convertirse en totalidad...” Es en este sentido que podremos ir entretejiendo como este principio que es la regla de oros en la psicoterapia gestalt para generar un encuentro terapéutico; también nos sirve para ir entendiendo como también podría conformarse una relación de pareja.
Una pareja es como un lienzo en blanco, donde se va delineando poco a poco la historia de la misma. O bien podría ser una cuenta bancaria; donde ambos, hombre y mujer, depositan una cierta cantidad para empezar su inversión, al principio saben cuál es la taza de interés, sin embargo, como todos sabemos, las crisis provocan devaluaciones, o pudiera ser que el banco les regale ese auto que tanto deseaban y que los conducirá hacia otros caminos dónde buscar la felicidad. En una relación no se puede predecir el color con el que se empezará el lienzo, o como será esa cuenta, tal vez falte más inversión. ¿Quién sabe?. Lo deliciosos de construir una pareja ese juego de bar que yo soy tú cuando te pierdes entre las sábanas de mis dedos y que tú eres yo cuando te pierdes entre bosques y mesetas. Habrá teóricos que deseen ubicar cada proceso o retroceso de la pareja en etapas, de seguro es que las si las hay, pero cada una entra y construye su pareja, tal vez desde platicarse entre noche y noche cómo construirán su nido. Otros desde ese momento mágico del enamoramiento y despertar al día siguiente viéndose el rostro en río de la vida y reconstruir el castillo que se ha caído. Para ser franco, sería pretensioso de mi parte, querer encajonar a una pareja en fases estáticas, cuando la pareja tiene su propio ciclo y más aún, cuando esta tiene como principio la libertad que esta circunscrita en la piel del Yo – Tú.
Pero qué sucede, cuando en esa relación de dos llega un jugador más, un inversionista nuevo o un pintor con otra idea de lo que es el arte en la pareja. Y entonces comienza a rondar esa canción que versa: - ...Tres veces te engañé, tres veces te engañé, tres veces te engañé; la primera por coraje, la segunda por capricho y la tercera por placer... - Canción cantada por Paquita la del barrio, que inevitablemente, cuando comienza la duda a jugar al carrusel en la mente y todo un proceso de rumiar la sola posibilidad de que el engaño ha venido a cenar a casa. Según la Dra. Yolanda Coggiola; para que se de el engaño existen tres tontos... primero aquél que cree que con éste recuperará ya sea el interés de su pareja o su estatus dentro de la pareja, el segundo en entrar en acción es aquél que se sabe engañado y ya sea que no dice nada o bajo todo un escenario de ira y dolor enfrenta lo que de antemano se sabía que iba a suceder y por último existe el tercero que es el que se presta al engaño, ya sea pensando que con eso se quedaría con la persona o la otra es otro más que ha sido engañado. Este tercer integrante es algo tan simple, por un lado, como un objeto transicional que juega el papel de ser usada por algún componente de la pareja para satisfacer sus propias necesidades, para después desaparece; y por el otro pude cumplir una función de provocación, desvalorización y exclusión encaminados al sometimiento descalificador o separación del cónyuge.
En este momento tenemos aquí tres Gestalt abiertas, una referente a lo que el poeta Jaime Sabines escribió:
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Los Amorosos
Jaime Sabines
La otra gestalt es esa que baila con la fantasía, esa que surge de la figura dentro del contexto de creer que es el engaño la mejor solución a los problemas de pareja; como si en él, estuviera el poder de hacer más hombre al hombre y más mujer a la mujer. Y por último está la tercera gestalt que es la que se comulga en la confluencia de perderse por un lado en deseo del otro y jugar el juego de ser un peón en el ajedrez de hacer jaque mate al engañado.
A continuación explicaré los celos desde una visión meramente gestaltista:
• El primer círculo representa a la persona y su propia gestalt, entiendo ésta como necesidad, o figura que surge a partir de la consumación del engaño. Manifestada por sentimientos de ira, tristeza, traición, dolor, pérdida... Encapsulada en dos ideas, lo / la dejo o “A pesar de todo lo / la amo”
• El segundo círculo representa la gestalt de la persona con por decirlo de un modo práctico es el “ cuerpo del delito”. Esta gestalt se manifiesta bajo a idea de que “ si tu no puedes él si”, es decir, si no puedes darme amor él sí... si no puedes satisfacerme él sí... si tu no puedes darme mi lugar él si... etc. Creándose una especie de ideación fantástica en la que la persona y que con base a esto actúa y planea el engaño.
• El tercer círculo, lo destiné a él / la persona que se presta al engaño, que se mueve bajo su propia gestalt, manifestada en la fantasía de, por un lado, desplazar al engañado (a) y quedarse con él / ella. Y por el otro, ser sólo un móvil para hacer que la pareja reconstruya bajo otros términos y bajo otro contrato su relación de pareja.
• El óvalo de intersección A representa el mundo o mapa de la pareja; su intimidad, su conformación como tal, etc.
• El óvalo de intersección B representa la invasión a la intimidad que por no saber en ese momento qué papel jugará, es difuso aún.
Cada círculo tiene su propio ciclo de experiencia, que sólo mencionaré muy breve en esta ocasión. El ciclo de experiencia representa el manejo de energía ya sea al estar bloqueada o no. Éste es único e individual para cada persona, por tanto, al conformar una pareja, se hace obviamente desde una fase del ciclo sana. Que permite y permea la configuración y construcción de la pareja. El ciclo consta de 8 bloqueos: Retención, Desensibilización, Proyección, Introyección, Retroflexión / Proflexión, Deflexión, confluencia y Fijación. Dependerá de cada individuo y su respuesta ante el engaño el bloqueo que saldrá a la defensa “del Honor”. Según Héctor Salama; cada bloqueo consta de: Frases, Mensajes, Características Positivas y negativas, Temores, Actitudes positivas y negativas, entre otras características. Aquí me abocaré sólo a la Proyección y la Introyección que me sirven para entender el mecanismo mental y emocional del engañado. La proyección se caracteriza por atribuir ya sea una idea o emoción personal a otro individuo como si fuese de esa persona negando que pertenece a él mismo y por tanto negándolo en él. La Introyección se entiende como el incorporamiento de actitudes, ideas y creencias por parte de la persona y que no logró asimilar y digerir y que son distónicas con el yo.
A mi modo de entender el engaño desde la perspectiva gestalt así es cómo yo considero que se vería el mapa o la radiografía de la persona engañada. Ahora bien cada bloqueo tiene un polaridad. En este caso otro bloqueo que en el caso de no estar afectado sería así el mapa
La confluencia positiva sirve como medio para socializar, contactar con el otro y lo incluye, Gary Yontef define a la inclusión es cuando el “... terapeuta acepta la experiencia fenomenológica del paciente, entra respetuosamente a su mundo fenomenológico, lo vivencía y acepta tal cual es...”; traslapando esta definición a la forma en que una persona contacta con otra para establecer un dialogo e inclusive una relación sexual; seda por entendido que esta confluencia es constructiva. Mientras que la fijación constructiva sería aquella que permite recordar para resolver el problema y no para rumiar como sería su contraparte.
Para ir cerrando esta gestalt, la que se abrió con este artículo; comenzaré a entretejer el cierre partiendo de un pequeño fragmento de un poema de Jaime Sabines:
No es que muera de amor, muero de ti
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
No es que muera de amor
Jaime Sabines
Cuando se produce el engaño, lo primero que surge es un sentimiento de ira, acompañado por desconfianza y culpa, que golpea a la persona que vivencía el engaño, toda una serie de frases, mensajes, actitudes, aptitudes, se ven mezcladas y confusas, generando un bloqueo en esa persona. En el supuesto que yo propongo que sea la introyección y la proyección los afectados, de que como dice el refrán “ esta noche vino el tractor, que sustituye al buey” es decir vino el otro el que juega el papel del amante, lo que el individuo que sufre cuando se sabe engañado es la introyección del problema es decir, se lo traga sin digerirlo, ya que no le queda otra más que aceptar lo que es. Y luego lo proyecta en ya sea en decirse así mismo: “ Así son todas las mujeres / hombres”, “Mejor sólo que mal acompañado (a)”, o lo proyectan en esas canciones que si le reconocen su dolor, en el alcohol, etc. Al trabajar con la polaridad de los bloqueos nublados por el propio dolor y duelo de la perdida; lo que logramos es reconstruir un escenario paralelo, propositivo, es decir, promovemos la confluencia a partir de la ruptura de la proyección tal vez le podríamos decir, que bueno que sigues enamorado y prendido de una persona que tiene el poder de lastimarte; poder que es tuyo y solo tuyo, puesto quien decide como hacer su vida eres tú, y bueno si yo soy yo y tú eres tú, ¿Quién es el más tonto?; esperando en él paciente una respuesta adecuada por él mismo y que le permita confluir en forma constructiva y no en una forma destructiva en la que él se pierde y deja de vivir, porque su vida era la otra persona. Eso nos lleva a la proyección, y trabajar tal vez desde, desde el quizá de darse la oportunidad de que si bien su vida depende de la otra persona que tiene el poder de destruirlo, pudiéramos; comenzar por decirle, que bueno que sigues enamorado de una persona que tiene lastima, te hiere, te engaña, no te ama como dice... ¡qué bonita pareja hacen!. En fin, es tu vida no la mía. Ya que como es sabido al destrabar la proyección o la introyección, por consiguiente, una de las dos sede terreno y permitirá llevar al paciente a la fijación constructiva; recordar para resolver.
A manera de cierre del telón, sólo cabe mencionar, que al final de cuentas, el engaño, no es más que un juego de tres tontos. Uno que se deja engañar creyendo que con el engaño, se da su lugar y cumple sus necesidades de pertenencia e independencia; otro que cree que escuchando a Paquita la del Barrio, José Alfredo Jiménez etc., etc., curará su dolor. Por último solo nos queda el actor principal el más tonto, ese que cree que ha ganado un trofeo, sólo que no se da cuenta que sólo es móvil, para hacer que la pareja ya sea que responda, se aleje o perdone.