En la mayoría de las religiones se menciona que cuando “morimos” o más propiamente decir “descarnamos”, Dios nos llama para juzgarnos por nuestros actos ya sean buenos o sean malos. Pero ¿Cómo es este juicio? ¿Cómo se juzga?
En las religiones no importa cual sea su filosofía o ideología, uno de sus más importantes objetivos es llagar a Dios, estar en la gracia de Dios, para que al terminar nuestra vida en este planeta lleguemos a él de la mejor manera posible; no importa si eres creyente de alguna religión o no, lo único que sabemos es que al descarnar a todo ser humano se nos esta esperando para ser juzgados por nuestras acciones o Karma.
Los males de la presente existencia son los frutos de causas indebidas y de grandes injusticias sembradas por cada cual en sus anteriores vidas y que ahora, en el presente, vienen a producir su debido efecto, sus frutos naturales, puesto que se cosecha solamente aquello que se siembra y no otra cosa distinta. ¿Sabías esto? Esto lo explica la sabia Ley de la Reencarnación y su gemela doctrina del Karma, que la religión cristiana elimino de sus enseñanzas en el siglo 6, a raíz del segundo concilio de Constantinopla, por ser la misma contraria a los intereses del dogma implantado.
El Karma "Es la Ley de Causa y Efecto”. Todo en el Universo manifiesto está sujeto a esta Ley. Cada suceso tiene una causa. El Karma Positivo: Lo bueno de la vida que ha sido originado por causas nobles( Dharma). El Karma Negativo: Lo malo de la vida que ha sido originado por malas acciones. . Independientemente de que la gente lo sepa o no, crea en ella o no, las siete sabias leyes que rigen la marcha del universo entero en los tres planos de evolución consciente, se cumplen de manera fatal e inexorable.
El karma es una deuda espiritual que contraemos ante las leyes divinas cada vez que transgredimos la ley del Amor. El Maestro Tibetano Djwal Koll revela seis karmas que determinan nuestras vidas:
1. Karma Mundial
2. Karma Racial
3. Karma Sub-racial
4. Karma Nacional
5. Karma Familiar
6. Karma Individual
El Tribunal Kármico es un grupo de Seres Divinos con mucha Luz cuyo servicio, moderado por la misericordia y compasión, es ver que la Justicia Divina sea dada a todo individuo, utilizando la Tierra como una aula de clases. Luego de pasar a través del proceso de lo que conocemos como la muerte, a los individuos que descarnaron se les permite un tiempo prudencial para que descansen, visiten seres amados, y para que en general desaten las tensiones de la vida pasada. Aquí también empezamos a visualizar y recordar toda nuestra vida, es como una película que estamos viendo, en la cual el actor principal eres tú...
Las virtudes de la Junta Kármica son Amor, Verdad, Misericordia, Compasión, Justicia, Oportunidad, Perdón. Estos son los principios que se utilizan para juzgar la vida que de cada individuo.
El Tribunal Kármico, se encuentran en el Reino Etérico inferior, en un Edificio Blanco, llamado Templo de Gran Misericordia y Amor, al cual acuden las almas antes de encarnar y cuando desencarnan. Son los Seres Divinos reguladores del Karma individual y colectivo de la humanidad. Todo ser al desencarnar es invitado a comparecer ante este tribunal para analizar el uso y calificación de la energía divina que se le dio a esa individualidad en su pasada encarnación. La Junta Kármica está compuesta por: Pallas Atenea - Kwan Yin - Vista - Portia Diosa de la Libertad - Señor Saithru - Lady Nada - Shri Magra - Madre María.
La Junta Kármica nunca castiga a ninguna corriente de vida. Las sentencias jamás son dadas como castigo, lo que sucede es que existe una Ley Universal que establece que el alma cosecha lo que ha sembrado(Ley de Causa y Efecto), porque la forma en que el alma usó las oportunidades en la Tierra, determinará las futuras asignaciones.
Muchas almas tienen que ser contenidas cuando el recuerdo de sus vidas en la Tierra es leído ante la Junta Kármica, al darse cuenta de lo que pudo haber hecho para ayudar a los demás, y no lo hizo.
En el momento en que el alma se presenta ante el Tribunal Kármico, va acompañado con los padrinos. Un gran ser Angelical llama a cada uno, quienes van entrando con sus padrinos, por lo general son los Maestros Ascendidos.
Ellos son citados por un mensajero para que aparezcan ante el grupo Kármico para rendir cuenta del uso dado a la vida y a la energía de Dios durante el período de vida terrena. Nuestra defensora es este juicio es “la Madre María”, quien intercede por cada una de las almas que llegan a este tribunal. Al termino del juicio, La Junta Kármica asigna entonces a cada alma las opciones que tiene para pagar su karma bueno o malo, es como una escuela donde se específica un aula de clases a niveles interiores donde pueden aprender mejor como superar los errores de la vida pasada y prepararse para mayor perfección en la vida venidera. La opción que más conviene es seleccionada por cada alma y no por alguien más. Cada alma elige donde reencarnar o nacer para aprender mejor la lección de vida. En pocas palabras, TU eliges donde nacer y eliges a tus padres y familia, porque ellos son los únicos que pueden ayudarte a superarte y NO a desperdiciar lo que en esta vida tienes. Si tienes poco y te superas MUY BIEN por ti, si tienes mucho y lo malgastas REGRESARAS pero en el lado opuesto.
Por esto existen evidentes distinciones en la vida de los seres: unos son felices, mientras otros desgraciados, a unos la vida les sonríe, mientras a otro les golpea; unos alcanzan éxito, son ricos e inteligentes, mientras otros languidecen en medio de contrasentidos, limitaciones, miserias, enfermedades y problemas de toda índole. Esta es la razón del por que algunos mueren jóvenes o nacen con defectos físicos y limitaciones, mientras otros disfrutan de salud plena, abundancia y dicha, el por qué unos nacen con talento mientras otros son brutales y grotescos; unos son agraciados y gozan de gran aceptación en la sociedad, entre el sexo opuesto, etc., mientras otros son desagradables, repelentes y no logran alcanzar sus metas en la vida, todo esto lo explica la Ley de Causa y Efecto, a través de sus manifestaciones de la Reencarnación y el Karma.
Lo bueno o lo malo que nos ocurre en la actualidad son los efectos de las causas buenas o malas del pasado, las bondades o las maldades que cometimos contra el prójimo, el altruismo, las vivezas, las crueldades y falta de tolerancia, las calumnias y los crímenes ejecutados en el terrible ayer del cual nada recordamos.
El Grupo Kármico decide quien se incorpora a la Tierra cada año; para beneficio de la raza humana o para que el individuo pague por todos sus errores anteriores. Un alma NO regresa inmediatamente, tiene que pasar un tiempo en cual se calcula de la sig. manera: por cada año que viviste se multiplica por siete, esto es, si viviste 50 años tardaras 350 años en regresar. El servicio de estos Seres Divinos siempre es el Amor Divino y nunca por ningún respecto, existen ninguna intención de castigo.
En la visita del Tribunal Kármico a la Tierra ofrecen dispensaciones y proyectan toda su radiación de misericordia y perdón, para lo cual, las personas deben tratar en lo posible de permanecer armoniosas para recibir plenamente el flujo de todas las bendiciones que ellos proyectan. Igualmente, vigilan de cerca la evolución del Planeta, de los reinos de la Naturaleza y de los elementales.
Dos veces cada año, 21, 22 y 23 de Junio y de Diciembre, el Equipo se reúne en el Retiro del Tetón, para oír las peticiones de la humanidad, y en lo posible, asegurarse que se conceda la energía calificada de Dios para ayudar a la evolución de la Tierra y sus habitantes en el próximo período de seis meses.
Cada persona debe meditar ese día, si se hace en grupo es mucho mejor porque las energías sumadas producen resultados maravillosos que bendicen a los que meditan, a la Tierra y a su humanidad. Las personas pueden solicitar se les dispense en su Karma personal o pueden solicitarlo a nivel del Planeta. Dispensar es eximir de una obligación, absolver de una falta grave.
Mientras exista un atisbo de injusticia, de codicia y arrogancia y apegos a toda naturaleza, crueldades y ansias exageradas por el oro y las posesiones, mala fe y desamor en los corazones, o cuando por razones cósmicas, en la presente encarnación el hombre no ha expiado ni reparado el mal cometido contra otros en anteriores existencias, deberá volver a la carne, a nacer en mundos tridimensionales como este, mejores o peores, según como sea lo que nos merezcamos a los ojos de la Justicia Divina y lo que uno mismo ha escogido antes de nacer.
Mientras exista maldad o dureza en los corazones, mientras el hombre no se proponga de una vez por todas a ser recto, honesto, justo, bondadoso y bienintencionado, dominador de su naturaleza inferior, nacerá decenas de veces en situaciones y circunstancias donde el mismo mal que aplico a los demás, le será aplicado a él, puesto que con la vara que medimos al prójimo, tarde o temprano seremos medidos.
Y ojalá esa medición sea hecha en la actual existencia y no nos sorprenda la muerte con esa falta a cuestas, porque seria peor el resultado al renacer.