José Iglesias
Para nadie es un secreto que los evangelios "aceptados" por la Iglesia (es decir, los Evangelios Canónicos) datan de muchos años después de la muerte de Jesús. Para ser más exactos, el texto de Marcos está fechado en el 70 d.C., Lucas y Mateo redactaron los suyos en el 85 d.C. y Juan lo hizo aproximadamente en el 95 d.C.
Pero una cosa muy interesante se descubre en Marcos, quien culmina su evangelio (en su versión original) bruscamente en el capítulo 16, versículo 8, es decir, al descubrirse la tumba vacía de Jesús tras su crucifixión. Se ignora cuánto texto faltaba y cuál sería su contenido. Sin embargo, los textos que hoy en día llegan a nosotros continúan la narración hasta las apariciones de Jesús, lo cual, indiscutiblemente, es un agregado colocado posteriormente.
Sobre Marcos, también hay que destacar que existe un "evangelio secreto", cuyo descubrimiento arqueológico comenzó a llevarse a cabo en la localidad egipcia de Nag Hammadi, a partir de 1945. Entre los textos descubiertos (y que demostraban ser más antiguos que los evangelios canónicos), el profesor Morton Smith localiza en 1958 un fragmento de Marcos en un monasterio cercano a Jerusalén, en el desierto judío de Mar Saba, y que es considerado parte de este "evangelio secreto".
Este fragmento, estimado desaparecido, en realidad fue suprimido deliberadamente por instigación del Obispo Clemente de Alejandría (uno de los más venerados padres de la Iglesia), debido al mal uso que hacía de él la secta gnóstica de los carpocracianos, ya que según palabras del obispo, "no todas las (cosas) verdaderas deben decirse a todos los hombres". En uno de los extractos de este texto, se afirma que cuando Jesús llegó a la tumba de Lázaro, antes que se retirara la piedra que cubría la entrada, se escuchó un gran grito proveniente de la tumba.
Con respecto a los textos "adulterados" de Mateo y Lucas, vemos que se parecen mucho al de Marcos en cuanto a contenido se refiere, repitiéndose incluso palabra por palabra y frase por frase en ambos textos. Por eso se les denomina sinópticos, es decir, que ven las cosas con los mismos ojos. Siempre se pensó que Mateo y Lucas habían copiado a Marcos, pero la aparición de un nuevo texto cambió la situación. A este escrito se le denominó Documento Q, y consta de un grupo de dichos y enseñanzas de Jesús intercalados con algunos relatos de su vida, que incluyen curaciones y expulsión de demonios. Se presume que fue escrito (no se sabe por quién) entre los años 50 y 70 d.C. Su nombre, "Q", se deriva de la palabra alemana Quelle (fuente), nombre que le dio Johannes Weiss en 1890...
Pero mucho más importante es el descubrimiento del Magdalena Gr-17, considerado el primer evangelio. Forma parte del evangelio de Mateo, y es el testimonio de una persona que conoció a Jesús de Nazareth poco antes de ser crucificado.
Este documento descubierto, compuesto de tres fragmentos de entre 1.5 y 3.2 cm., contienen a Mateo 26,7-8; 26,10 y 26,14-15, siendo datado a comienzos del siglo I, es decir, antes de la muerte de Jesús.
Fueron encontrados en un olvidado bazar de antigüedades de Luxor por el reverendo Charles Bousfield Huleatt (1863-1908), quien en 1901 los donó al colegio Magdalena (Reino Unido). Fallecía el 28 de diciembre de 1908 durante un terremoto en Messina, Sicilia.
Si la datación establecida para este documento es correcta, los papiros del Magdalena Gr-17 no sólo serían los fragmentos más antiguos que existen del evangelio de Mateo, sino los más antiguos de todos los manuscritos conocidos del Nuevo Testamento. Su contenido, es el siguiente:
"Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se llegó a Él una mujer con un frasco de alabastro lleno de costoso ungüento y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba recostado en la mesa. Al verlo se enojaron los discípulos y dijeron: ¿A qué este derroche? Podría haberse vendido a gran precio y darlo a los pobres. Dándose Jesús cuenta de esto, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? Obra buena es la que conmigo ha hecho. Porque pobres, en todo tiempo los tendréis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Derramando este ungüento sobre mi cuerpo, me ha ungido para mi sepultura. En verdad os digo, donde quiera que sea predicado este evangelio en todo el mundo, se hablará de lo que ha hecho ésta para memoria suya. Entonces se fue uno de los doce llamado Judas Iscariote, a los príncipes de los sacerdotes y les dijo: ¿Qué me queréis dar y os lo entrego? Se convinieron en treinta piezas de plata, y desde entonces buscaba ocasión para entregarle".
Los evangelistas escribieron la vida de Jesús para demostrar que él era el Mesías esperado, y no tanto para contar su historia. Lo demuestra el hecho de que muchos pasajes de la vida de Jesús fueron "adaptados" a varias escrituras pertenecientes al Antiguo Testamento. Citaremos algunas:
Mateo, en referencia al nacimiento de Jesús, nos señala que cuando María quedó encinta por obra del Espíritu Santo, esto sucedió para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías: "Que una virgen concebirá y dará a luz un hijo..." (Isaías, 7,14).
De igual forma señala que Jesús nació en Belén para cumplir otra profecía: "Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la más pequeña de sus ciudades; porque de ti saldrá un líder que guiará a mi pueblo de Israel" (Miqueas, 5,2).
Por otra parte, explica la llegada de los Reyes Magos con presentes para el niño recién nacido, pero omitiendo que se inspiró en la profecía de Isaías (60,3): "Las naciones serán traídas a tu luz y los reyes al amanecer de tus días".
La falsa matanza de los niños por parte de Herodes (ver capítulo ¿Fue Herodes un Infanticida?) también está basada en el cumplimiento de otra profecía, esta vez de Jeremías (31,15): "Se oye un ruido en Ramá, el sonido de un amargo llanto. Raquel llora por sus niños; rehúsa ser consolada, puesto que están muertos".
Tras la supuesta masacre, Mateo señala que José y su familia huyeron a Egipto, precisamente para que se cumpla la profecía de Oseas (11,1): "De Egipto llamé a mi hijo".
Una vez muerto Herodes, José decide no regresar a Judea, sino ir a Nazareth, cumpliendo así una profecía cuya referencia no está indicada: "Que habría de ser llamado Nazareno".
Y así podríamos seguir, pero sería un texto demasiado extenso. Con unos cuantos ejemplos es suficiente para darnos cuenta de la magnitud de la manipulación...
Jesús de Nazareth: Un nacimiento "manipulado"...
Si hacemos caso a los evangelios apócrifos (evangelios ocultos por la Iglesia y que narran una vida de Jesús un tanto diferente a la conocida), uno de los pasajes más censurados y sometidos a viles modificaciones, es el nacimiento del hijo de Dios, pues aquí se ocultan una serie de fenómenos inexplicables que sucedieron durante este acontecimiento. Para ello vamos a basarnos en el Protoevangelio de Santiago, que fue escrito en el siglo II, y que constituye uno de los más antiguos.
Resaltemos, en primer lugar, que Jesús (cuyo verdadero nombre era Jeshu Bar Nagara) no nació en Belén (tal como se cree), sino camino a la pequeña ciudad, en el interior de una gruta (puesto que tampoco nació en un establo). Al adelantarse los dolores del parto, por el incómodo traslado hasta la ciudad de Belén, decidieron quedarse en una gruta, mientras José iniciaba la búsqueda de una partera en Belén, pues no quería someter a su mujer a la vergüenza de dar a luz a mitad del camino y a los ojos de todos los transeúntes.
Según los textos apócrifos, el viejo carpintero nos narra lo sucedido: "Yo, José, avanzaba y he aquí que dejaba de avanzar. Y elevaba mis miradas al aire y el cielo lo veía inmóvil y los pájaros detenidos. Y las bajé a tierra y vi una artesa y obreros con las manos en ella. Y los que llevaban la mano a su boca no la llevaban, sino que tenían los ojos puestos en la altura. Unos carneros permanecían quietos y el pastor levantaba las manos para pegarles con su vara y la vara quedaba suspensa en el vacío. Y en un instante todo volvió a su anterior movimiento".
Todo nos inclina a pensar que durante el proceso final de parto, todo quedó paralizado, tal como si el tiempo se hubiera detenido para que José pudiera encontrar a la "partera adecuada". Un hecho inusual que no podemos dejar pasar por alto, dadas las extrañas circunstancias. Pero continuemos con la historia. Al concluir estos acontecimientos, José se topó con Salomé, una partera. El padre de Jesús nos cuenta los acontecimientos ocurridos en la gruta donde María daría a luz: "Y he aquí que una nube luminosa la encubría. Y la nube se retiró enseguida y apareció en el interior de ella una luz tan grande que nuestros ojos no podían soportarla. Y esta luz disminuyó poco a poco hasta que el niño apareció".
¿Acaso nos encontramos ante la presencia de un OVNI...? ¿Jesús descendió de una nave extraterrestre...? ¿Es por ello que muchos años después afirmó que su "reino" no es de este mundo...? Seguramente muchos rasgarán sus vestiduras antes de aceptar esta posibilidad.
Para finalizar este extraño episodio "bíblico", destacamos que otra nube luminosa guió a los Magos desde Oriente, y que dicha "estrella", se detuvo justo en el momento que sobrevolaba la gruta donde se había producido el milagroso "nacimiento" de un niño que dividiría la historia de la humanidad en dos partes: antes y después de él. El problema radica en el hecho que el viaje en camello hasta la gruta debió llevar cuanto menos varios días, y la misteriosa "estrella" estuvo guiando a los Magos día y noche. ¿Cómo es posible que pudieran seguir la estrella a plena luz del día? Observemos el cielo: la imponente luz del astro Sol nos impedirá siempre observar las estrellas, por lo que tenemos que recurrir al apoyo de la oscura noche, cuando el cielo queda despejado para los curiosos ojos que buscan mucho más que una estrella en el firmamento.
Esto deja claro que la estrellas debía ser muy particular, de enorme tamaño y con un brillo capaz de opacar al Sol por donde pasara hasta llegar a su destino. He aquí otra interrogante ¿Por qué la estrella se detuvo precisamente encima de la gruta donde había ocurrido el particular nacimiento?
Es difícil creer que una estrella pudiese comportarse de esta forma tan particular. Al llegar al punto de la gruta, deja de ser importante en la historia, pues los Magos dejan de seguirla.
Es muy posible que haya desaparecido tras haber cumplido su "misión"...
¿Fue Herodes verdaderamente un infanticida...?
"Entre tanto Herodes, al ver que los magos lo habían engañado, se enojó muchísimo y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores, de acuerdo con los datos que le habían proporcionado los magos". Así narra Mateo la masacre de niños que supuestamente ordenó Herodes.
Herodes llegó al trono en el año 716 del calendario romano, es decir, en el 37 antes de Cristo. Reinó durante 33 años y falleció en la primavera del año 4 antes de Cristo. Este dato es suficiente para entender que fue imposible que Herodes ordenara la matanza que le imputan en la historia, pues de ser así, Jesús hubiera nacido el año 6 antes de Cristo.
Olvidemos un poco la fecha, para resaltar otras curiosidades: el historiador romano Flavio Josefo (de origen judío y que falleció en el año 100 después de Cristo), no reflejó este importante episodio en su obra Antigüedades Judías, la cual por cierto, es muy detallada en sus narraciones. Expliquemos que en este libro están anotados, uno a uno, todos los crímenes cometidos por Herodes, pero nada dice del infanticidio que costó la vida a tantos niños.
Inclusive, su biógrafo Nicanor, quien siempre justificaba las atrocidades de este tirano romano, no explica en ninguna parte lo que lo llevó a cometer esta matanza. De hecho, ningún documento de la época reseña este horrendo crimen. Esto es por una sencilla razón: la narración de Mateo es una leyenda, y nunca sucedió.
Es probable que toda esta "fama" se deba al hecho que Herodes, en el año 7 antes de Cristo, hizo estrangular a sus hijos Alejandro y Aristóbulo cuando descubrió que uno de ellos se conjuró en su contra. Asimismo mandó linchar a 300 jóvenes seguidores de sus hijos.
Falta un detalle importante: ¿No era más fácil enviar unos espías a Belén y asesinar al problemático niño directamente...? ¿Qué sentido tendría asesinar a todos los menores de dos años, en lugar de buscar al verdadero "culpable" de su preocupación, es decir, al nuevo rey de los judíos? ¿Iba Herodes a confiar en tres magos totalmente desconocidos para él, que además eran adoradores de este niño...? Demasiadas preguntas que carecen de una respuesta lógica.
La sorprendente niñez de Jesús de Nazareth...
Son muy pocos los matices que las Sagradas Escrituras nos ofrecen sobre la niñez de Jesús, quien por cierto, recibía el sobrenombre de Bar Nagara en arameo, que significa hijo del carpintero. Sin embargo, los evangelios apócrifos nos asombran con sus revelaciones, específicamente el Evangelio Árabe de la Infancia, que nos cuenta la siguiente anécdota:
Jesús, quien contaba siete años de edad, jugaba con otros niños haciendo figuras de barro. Todos presumían de su trabajo, pero al llegar el turno de Jesús, éste aseguró: "Mis figurillas marcharán, si yo se lo ordeno". Acto seguido, las hizo volar, posarse, y beber en un manantial...
El Evangelio de Santo Tomás también narra este episodio, que por cierto sucedió un sábado, con lo cual enfrentaba lo prohibido por la Ley Judía. Uno de los niños que reprochó el hecho fue el hijo de Anás, quien no dudó en vengarse del pequeño "mago", y cuyo suceso es relatado por los apócrifos: "... con una rama de sauce, el niño dispersaba las aguas que Jesús había reunido. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó y le dijo: Insensato... He aquí que te secarás como un árbol". Acto seguido, el pequeño contrincante quedó "tieso" como un palo.
¿Se trataba acaso de poderes paranormales que el niño Jesús sabía controlar muy bien? Otra anécdota nos cuenta que había un tal Salém que teñía trajes, al que un día Jesús, como broma, los tiñó en tinta de índigo. El texto apócrifo prosigue así: "Jesús se puso a sacar la tinta de los trajes y le dio a cada uno el color que deseaba. Los judíos, a vista de prodigio tamaño, glorificaron a Dios".
No siempre utilizaba sus poderes para asustar a los demás chicos, como la ocasión en que convirtió a tres niños en cabritillos. Cuando su madre le pedía agua, la multiplicaba, y si su padre requería doblar material de dureza extrema en el taller, "Jesús extendía su mano hacia el objeto y la cosa quedaba hecha como deseaba, sin que el niño tuviese casi que tocarla".
El Evangelio Apócrifo de Mateo nos relata, que en cierta oportunidad, un niño cayó por una baranda y falleció. Todos los presentes acusaron a Jesús por el accidente, "pero Jesús callaba y no respondía, descendió de la terraza y llamó al muerto por su nombre de Zenón, y éste respondió: Señor. Y Jesús le preguntó: ¿Te he tirado yo de la terraza al suelo?. El niño contestó: No, Señor". Este fue el primer muerto al que Jesús resucitó.
Y no sería el último...
La gran interrogante que surge, siempre que aceptemos lo que estos textos nos afirman, es si Jesús conocía sus poderes desde el momento de su nacimiento, o los fue descubriendo con el tiempo, para lo cual habría tenido unos "maestros" (¿extraterrestres?) que le fueron educando en el constante aprendizaje del dominio de esos poderes especiales. Quizás los mismos "ángeles" que cuidaron de su madre terrenal durante su infancia y pubertad.
¿Sería este "entrenamiento" desarrollado durante los enigmáticos años perdidos de Jesús...?