Alberto Canosa
Noticia Exclusiva!.... Parece asombroso y espectacular que alguien haga tal afirmación impresionante, hallar la célebre Cueva de Hércules, un descubrimiento que desbordará todas las falsas teorías del pasado histórico de la humanidad, muy diferente al hasta ahora relatado, basándose en meras leyendas, suposiciones y barbaridades sin fin.
Pero la historia está escrita, y ahora, después de 6.000 años de historia humana escrita y relatada, es aparentemente imposible rectificar la historia y empezar a relatarla de nuevo a partir de cero, pues en juego están miles de religiones diferentes, cientos de miles de sectas, organizaciones ocultistas, sectas satánicas, logias masónicas, sectas herméticas, grupos paranormales, organizaciones arqueológicas, históricas, evolucionistas, etc..., y un sin fin de otras diferentes organizaciones a escala mundial, que completan el círculo terrestre.
Y en juego y movimiento hay cientos de millones de personas y en juego igualmente, billones de dólares en forma de subvenciones, pagas, ayudas, donaciones, estafas, engaños, fraudes religiosos, visitas y recorridos a "lugares santos y milagrosos", negocios religiosos de todo tipo y sociedades vinculadas y arraigadas en una forma de tradiciones y enseñanzas, en medio de una sociedad fundada y basada en meras teorías, filosofías y fraudes engañosos, que se pueden derrumbar de repente de un mero soplo con solo un descubrimiento, lo que significa que reescribir de nuevo la Historia es algo que hace temblar los fundamentos de la entera sociedad humana.
Durante miles de años La Cueva de Hércules ha jugado un papel primordial en la historia de la humanidad; fue construida con un propósito y ese propósito tendrá lugar en este tiempo en particular, empezando en Toledo; un propósito que culminará con el final de una Era y el comienzo de otra Era muy diferente, para bien de la humanidad, para el bien de toda la entera Creación, que espera con anhelo, un cambio, un final de su sufrimiento, y el comienzo de una Era Nueva, en la que podrá descansar de una pesadilla que ha durado seis mil años de horror, de guerras, de injusticias, de engaño, de muerte, y de destrucción.
La historia de la Cueva de Hércules es larga y compleja, y en su día ya la relataré con minuciosidad y con todo tipo de detalles, nombres y situaciones históricas acaecidas, tanto desde su construcción y su fundación, en el ano 1.037 a.C., cuando Salomón fue coronado Rey en Israel, hasta el tiempo final, en el proceso y el largo tiempo que llevo desde que empecé a investigar y descubrir tan impresionante descubrimiento...
En este artículo explicaré con algunos detalles a groso modo cómo empecé mis investigaciones de campo y donde terminarán, y señalaré el lugar exacto del emplazamiento de La Cueva de Hércules en el Cerro del Bu, para que, quienes tienen la obligación de hacerlo público lo hagan de inmediato y si así no fuese, se presione al Gobierno español o de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha a abrir y hacer público tan grandioso descubrimiento que beneficiará tanto económicamente como culturalmente a todo el pueblo español en conjunto, y finalmente a toda la entera humanidad.
Desde el Castillo de San Servando el Rey godo don Rodrigo contempló impresionado cómo la Torre de Hércules caía por el Cerro del Bu, taponando la Entrada de la Cueva de Hércules.
Ha sido largo y penoso el camino que me llevó a descubrir la Entrada de la Cueva de Hércules, y ha habido mucha oposición, obstáculos, amenazas, estafas, y fraudes al respecto, con el fin de intentar por todos los medios posibles ocultar tan impresionante descubrimiento, pero esa lucha tenaz por parte de hombres llenos de desidia, actos de corrupción o engaño y odio a la verdad y al semejante, ha sido en vano, pues la verdad siempre sale, cuando sus opositores terminan por ser vencidos, o por morir.
Las entradas de la Cueva de Hércules se hallan en estos lugares:
1.- La primera Entrada se halla en el Cerro del Bu
La 1ª Entrada se encuentra delante de la cima de la colina, a unos 20 metros de bajada desde la misma punta del Cerro, mirando a la cara Norte, y teniendo a Toledo como fachada, debajo de una piedra gigantesca que tapa la boca de entrada, la cual está tapada con tierra desde el año 711, cuando el Rey godo Don Rodrigo, una vez que hubo entrado en ella y vio lo que allí se hallaba, al salir la mandó cegar con mucha tierra.
El mayor experto de los secretos de Toledo y el descubridor verdadero de La Cueva de Hércules, Alberto Canosa, hace una señal inequívoca: ¡Aquí exactamente está la Entrada de la Cueva de Hércules, el tesoro más grande de todos los tiempos!...
Aquella misma noche el Rey Rodrigo contempló desde su fortaleza del Castillo de San Servando, cómo La Torre de Hércules explosionaba, cayendo todas sus piedras por todo el Cerro del Bu, y aún se pueden contemplar los millones de piedras de esa Torre, esparcidas por todos los alrededores del Cerro del Bu, así como los huecos que sostenían los cuatro fundamentos de La Torre de Hércules.
La Entrada de La Cueva de Hércules está justo debajo mismo de una gran piedra que allí se encuentra, pues si miran por debajo (hay una oquedad en la parte inferior de la piedra, por su cara norte), verán perfectamente la forma circular de la boca de la Cueva de Hércules, cegada precisamente con tierra. Delante de la gran roca, en la zona izquierda del terreno, pueden experimentar con un detector de metales, y comprobarán la señal que emite la Puerta Metálica de la Cueva de Hércules, con los 24 candados que la mantienen cerrada aún.
Y con un sensor electrónico, o scanner con monitor, aún se puede comprobar más detalladamente, pues el sensor incluso marcará en la pantalla la forma exacta de la Puerta Metálica, con los 24 candados puestos o sobrepuestos en la misma Puerta, que al abrirla, dará paso a un túnel de unos 2 kilómetros de largo, pasará por debajo del Río Tajo, y terminará en la vertical del llamado "Transparente" que se encuentra en la Catedral de Toledo, debajo mismo de la cripta de la Catedral, a unos 25 metros de profundidad.
Vista general del lado norte del Cerro del Bu. Una enorme piedra tapa la Entrada de La Cueva de Hércules, que se encuentra debajo de la Catedral, a 2 kilómetros de túnel. Al fondo la bella estampa de la ciudad de Toledo. Dentro de este espacio elíptico se encuentra el acceso que conduce a la Cueva de Hércules. Entrada, Puerta con los candados, escalera y túnel.
Para entrar en La Cueva de Hércules basta con empujar la Gran Piedra al vacío con un simple gato hidráulico de un tonelaje de presión de unas 10 toneladas. Pero es un método que desaconsejo por las razones que expongo después a continuación, y porque se puede realizar de otras maneras más seguras. La Gran Piedra está dispuesta de tal forma en pendiente pronunciada, que una simple presión por detrás con el gato hidráulico hará que se precipite al vacío sin problema, quedando abierta la Entrada de la Cueva de Hércules. A continuación bastará con sacar la tierra, y en un par de horas de trabajo estará abierta y despejada, para que entre una Comisión pública y oficial, de arqueólogos y especialistas, preparados para analizar, filmar, y auscultar todo lo que allí se encuentra.
En la noche del día 12 de Marzo de 2.005, del día 12 al 13, a las dos de la madrugada, mi colaborador y amigo Fran García, y yo, subimos al Cerro del Bu, dispuestos a empujar la Gran Piedra que tapa La Cueva de Hércules, para fotografiar y filmar todo lo que hubiéramos encontrado.
Ya arriba, descansamos el material sobre el suelo durante unos momentos y contemplamos la magnífica vista desde lo alto. Reinaba un gran silencio sobre toda la ciudad de Toledo que teníamos en frente. Arriba, en el cielo, podíamos admirar el brillo de muchas estrellas.
Todo estaba preparado. Habíamos acoplado los dos gatos hidráulicos, de los destinados a los trabajos de un camión, que habíamos adquirido específicamente para tal misión. Uno de ellos, el más grande, era capaz de levantar 10 toneladas, y el segundo podía desplazar 5 toneladas. Sólo había que accionar las palancas de los mecanismos hidráulicos y en pocos minutos todo quedaría resuelto. Era como apretar un botón.
Nunca nadie vivió sobre el Monte de los diablos. Sin embargo, como podemos observar, el investigador Alberto Canosa camina sobre los cimientos de una construcción, que se encuentra en la loma del Cerro del Bu. Estos cimientos coinciden con los planos que describen la Torre de Hércules.
Aquella noche, la Gran Piedra parecía más grande que nunca. Nuestros utensilios y nosotros mismos parecíamos como hormigas en comparación con aquella descomunal mole de piedra. Se mostraba inmensa, maciza. Absolutamente Gigantesca. Entonces flotaba en el aire la duda de si aquellas simples herramientas hidráulicas serían capaces de tumbar semejante montaña.
Tras considerarlo detenidamente, decidimos no llevarlo a la práctica, por temor a que la caída de la gran roca, y al choque con las otras piedras en su bajada al vacío, provocase un tremendo choque en la tierra, y la fuerza del golpe y de la onda expansiva pudiesen causar daños o derribos graves en las viviendas o valiosos edificios que veíamos frente a nosotros, patrimonio histórico de la humanidad, con el consiguiente riesgo para vidas humanas.
Y aún había otro peligro más, y era el que apuntaba contra nosotros, ya que un mal movimiento imprevisto de la gran mole al girar, podría además aplastar a las personas que en ese momento pudieran estar trabajando junto a ella.
Por lo que atendiendo a nuestro sentido de la responsabilidad, y no deseando causar ningún mal ni perjuicio a nadie, llegamos a la conclusión de que esa tarea la deben de efectuar quienes tienen la responsabilidad y la obligación de dar a conocer tales descubrimientos arqueológicos (para eso les pagan con el impuesto y el dinero de todos los contribuyentes) para beneficio de la Comunidad de Castilla- La Mancha.
Hay otros medios de entrar, como por ejemplo perforando un orificio o tunel transversal en el terreno, junto a la base de la roca, para penetrar en la puerta misma de la Cueva de Hércules, un simple trabajo de un par de horas con una taladradora pequeña manual de gasolina.
Las oficinas del Consorcio de Toledo en encuentran en el Alcázar de Toledo, justo en frente del Cerro del Bu y de la Entrada de la Cueva de Hércules. Si desde allí observan que hay personas con herramientas en el Cerro, envían de inmediato a la Policía Municipal de Toledo.
Y otro sistema puede ser picando y troceando la gran piedra mediante un compresor (una especie de pico taladrador, como el que utilizan los obreros en las calzadas públicas) con bomba autónoma de gasolina. Pero todos estos métodos son muy pesados y ruidosos, y está terminantemente prohibido por las autoridades del Consorcio de Toledo manipular o realizar obras sin permisos en el Cerro del Bu.
Una piedra marcada
Se podría hablar de mil indicios que apuntan a que debajo de esta hercúlea piedra se encuentra la Entrada de La Cueva de Hércules. Pero vamos a enumerar algunos de ellos, a modo de ejemplos:
1.- Vista la Colina del Bu desde su flanco sur, se diría que tiene la misma forma que la Piedra de Hércules. Un promontorio con tres montículos, uno a la izquierda, otro en el centro, y otro, el su lado derecho.
2.- La Piedra de Hércules está marcada. Tiene varios signos en aspas, haciendo una equis (X), uno en su lado izquierdo, y otro en su parte derecha. Además, una pequeña piedra arriba, en la cima de la piedra, marca también el lugar. (Ver la foto superior). Hay más signos, como una flecha en su lado este, que aquí se ha marcado de color amarillo.
3.- La Gran Piedra tiene como fachada la ciudad de Toledo. Ese dato indicaban los textos antiguos. Y aquí, literalmente, se cumple con todo rigor. Esto quiere decir que necesariamente la Entrada a la Cueva debía encontrarse en el lado norte de la Colina del Bu. Pero al mismo tiempo, no excesivamente en el extremo norte, ya que entonces los monarcas habrían tenido que arriesgar sus vidas por el precipicio cada vez que se hubieran dirigido a la Puerta de los 24 candados. El lugar propicio para la Entrada tenía que estar entonces en un rellano de terreno plano y seguro, exactamente la misma zona que he indicado.
4.- Si observamos la Gran Piedra desde su ángulo norte, acercándonos ya por la zona del precipicio, (por favor, tengan mucho cuidado y tranquilidad cuando realicen su inspección), en su base inferior, existe una oquedad, un agujero, por el que se puede observar que abajo no hay roca sino tierra, es una superficie blanda, y está perfectamente allanada y lisa, en forma circular. De momento es todo lo que podemos ver de la Entrada a la Cueva de Hércules. Es muy probable, que al quitar la tierra, aparezca una escalera descendente.
5.- Según los textos antiguos que describen la Colina del Bu, y que he estudiado con suma atención, la Entrada de la Cueva de Hércules se encontraba a 4 estadios (unos 10 metros) de distancia con respecto al extremo de la Torre de Hércules. Cerca de la
Gran Piedra ya se mostró (en el artículo anterior, titulado "La Montaña del Diablo") unas huellas dejadas por los dedos de la zarpa de uno de los leones de la Torre. La Torre no se encontraba lejos, ni mucho menos, sino muy cerca. He realizado minuciosas mediciones y todo coincide exactamente.
6.- Frente a la Piedra de Hércules, a mano izquierda, y como a 7 metros aproximadamente, permanece intacta la Piedra de los 2 ojos, que mira y apunta fijamente hacia el norte, justamente hacia la Piedra, marcando el lugar exacto de la Entrada a la Cueva. Estas piedras con ojos eran utilizadas frecuentemente por los seres superiores que habitaron en la Tierra antiguamente. Se trata de sistemas de comunicación y señalización, cuyo mecanismo real desconocemos, pero que de alguna forma funcionaban activamente, y permanecían vigilando los lugares importantes, y avisando cuando alguien acechaba.
La Piedra Vigilante de los 2 ojos mira atentamente la Entrada de La Cueva de Hércules, día y noche, sellada hasta el día de hoy con una gran mole pétrea.
La Cueva de Hércules, por dentro
En la nave central de La Cueva de Hércules hay dos estatuas metálicas mecanicas, conocidas también como "robots". Una de estas estatuas se encuentra tirada en el suelo, pues cayó durante la Expedición que organizó el Cardenal Siliceo en 1546, de la que después hablaré.
Aparte de las dos estatuas, se encuentra "La Mesa de Salomón", y un papiro antiguo plegado sobre esta Mesa, en el que está representada la Invasión Arabe, acontecida cuando el Rey Rodrigo entró en La Cueva de Hércules en el año 711, permaneciendo los árabes en España por setencientos años, como indicaba la profecía.
En la nave también se ha descrito el acceso que existe hacia una habitación, aunque no se ha precisado su contenido. Algunas leyendas relatan que aquí debajo estaría también el cuerpo de Hércules.
El misterio de los extraños temblores de la Catedral
Hace tiempo que se puso en la Cripta de la Catedral un sensor de vibraciones debido a que notaron que en esa zona del Transparente (un claro luminoso en el techo de la catedral, por donde entra la luz, y que ilumina la cripta que se encuentra abajo, justo en frente) tenían lugar unos movimientos de suelo, sin que aparentemente nadie supiera qué era lo que motivaban esos movimientos. Por ello decidieron instalar dentro de la cripta de la catedral, un sensor de vibraciones, para medir la intensidad y la fuerza de esos movimientos cuando se efectúan.
Hace tiempo también que le envié varias cartas al alcalde de Toledo José Manuel Molina advirtiéndole y poniéndole al corriente de la causa de esos movimientos o temblores que suceden en esa zona de la Catedral:
El canal de agua que viene desde la presa de Alcantarilla, a unos 38 kilómetros de Toledo, servía para llevar agua a Toledo en bajada a toda presión desde la parte mas alta de Toledo. Al rozar las piedras magnéticas que hay debajo de la cueva de Hércules, éstas se magnetizaban y hacían que las estatuas metálicas que hay en la Cueva de Hércules, tuvieran un movimiento de brazo continuo, para efectuar golpes en el suelo, con una maza que tienen en sus manos, y asustar así a los curiosos que por alguna razón hubieran entrado casualmente en la Cueva de Hércules por algunas de las dos entradas.
A partir del año 1.975, cuando se construyó la Presa de Alcantarilla, al estar represada el agua del rio Tajo, ésta no entraba ya en la boca de ese túnel de tal manera que al no haber agua ni más corriente, las estatuas metálicas dejaron de efectuar esos movimientos; dejaron de golpear el suelo. Sin embargo, ocurre frecuentemente en épocas de lluvia, que cuando la Presa de Alcantarilla está llena y desbordada porque ha llovido mucho, dejan escapar entonces mucha agua al vacío.
Ese agua sobrante llena de nuevo el túnel y al llevar de nuevo la manga de agua a Toledo, ésta baja de nuevo a la Cueva de Hércules, llena las piedras magnéticas de corriente y ésta hace que las estatuas de nuevo se pongan en movimiento y efectúe el movimiento de brazo golpeando el suelo de nuevo, provocando una vibración encima de la nave donde se hallan las estatuas, que se traspasa en vertical hacia la zona superior donde se encuentran la cripta y el trasparente.
Agentes privados de seguridad vigilan dentro de la Catedral de Toledo para que todo esté bajo control. Además prohíben hacer fotografías a cualquier persona que se encuentre dentro del recinto. Dentro de la cripta hay unos aparatos sismográficos que aquí podemos ver. La presencia de estos equipos demuestra la existencia de la Cueva de Hércules, justo debajo, desde donde se producen los temblores. Observen también los monitores de circuito cerrado de televisión.
Esas vibraciones hacen que esa zona de la catedral se mueva, vibren los muros y el techo, ya viejos y desgastados, con el consiguiente peligro de que un día las vibraciones hagan caer una parte del techo, pudiendo causar víctimas o muertes a los turistas que visitan la Catedral. Pero..., la Alcaldía no ha hecho ni caso, como siempre. Tan sólo han colocado como única precaución un sensor de vibraciones dentro de la Cripta de la Catedral, con objeto de medir dichos movimientos, que tienen lugar, como ya he indicado, cuando hay épocas de lluvia.
Por aquí entró una expedición mandada por el Cardenal Juan Martínez Siliceo, en el año 1.546. Los expedicionarios recorrieron un tunel de la misma distancia de 2
kilómetros hasta llegar a la nave donde se hallan las estatuas metálicas, y al verlas en movimiento se asustaron; una de ellas cayó estruendosamente al suelo y los aventureros, con grande miedo, huyeron despavoridos del lugar. De los que regresaron, murieron de la sensación que les había causado el gran susto, por lo que el Cardenal Siliceo, asustado también, mandó tapiar la entrada con ladrillo hasta el día actual.
Esa entrada del callejón de San Gines 3 se compró por una cantidad astronómica: 685.000 Euros, una gestión motivada por mis investigaciones y descubrimientos, después de años de lucha para hacer conocer a la opinión pública que existía de verdad La Cueva de Hércules.
Sin embargo, después de más de 12 años de trabajo en ese descubrimiento, a mí nunca nadie me mencionó para nada. Incluso, el alcalde de Toledo, don José Manuel Molina (y su gabinete de Prensa), amenazó a mi abogado en Toledo, don Oscar Marin, con la expulsión del Colegio de abogados, a él o a cualquier abogado de Toledo que intentase ayudarme en mi descubrimiento de la Cueva de Hércules.
De toda esa trama tengo cartas y documentos que en su momento enseñaré, pues como se pueden imaginar, he desbaratado el éxito de una infinidad de negocios y movimientos millonarios relacionados con mi descubrimiento de la Cueva de Hércules, que en su momento saldrán a la luz pública. En el próximo capítulo, hablaré más detenidamente de ese otro asunto, bajo el título de "La Conspiración de la Cueva de Hércules".
3.- Y una tercera Entrada se halla a 38 kilómetros de Toledo
La 3ª Entrada se encuentra en las cercanías de la Presa de Alcantarilla. Pero este túnel tiene un diámetro muy estrecho; a duras penas cabe y puede avanzar una persona a través de él, cuanto más si es a lo largo de 38 kilómetros.
Este estrecho túnel llevaba una manga de agua del Río Tajo, desde esa altura hasta Toledo, que hacía subir el agua a presión hasta la altura máxima de Toledo, en la Iglesia de San Román, y desde esa altura, bajaba después a presión, en aguda pendiente, hasta el Río Tajo.
Como ya he explicado anteriormente, al pasar el agua por debajo de la nave donde se hallan las estatuas de la Cueva de Hércules, éstas eran cargadas de electricidad mediante el roce de la presión del agua en unas piedras magnéticas, que sostenían encima las estatuas metálicas, y la fuerza de la corrriente eléctrica hacía que constantemente tuviesen un movimiento de brazo, que sostenían una maza metálica que continuamente golpeaba el suelo, para asustar a cualquier curioso que imprudentemente hubiera entrado por alguna de las entradas a la Cueva de Hércules.
Abramos Públicamente la Entrada de la Cueva de Hércules
He insistido continuamente al Consorcio de Toledo y al Alcalde de Toledo para que se entre desde este Cerro a la Cueva de Hércules, en donde está la puerta de los 24 candados que pusieron los 24 Reyes Godos. Pero he recibido constantemente oposición, obstáculos e incluso amenazas, porque tienen muchos intereses creados, religiosos, arqueológicos, económicos.., para que nadie sepa que la Entrada de la Cueva de Hércules esta ahí.
Por ello quiero hacer un Llamamiento Público a los toledanos, a Castilla La Mancha, y a España entera, para que se presione y se entre por este lugar que conduce a la Cueva de Hércules y se haga público, porque es de interés histórico
y humano, para todos los españoles, y para todo el mundo, y es el Descubrimiento más asombroso de todos los tiempos.
Estimado lector: es realmente necesario que este descubrimiento se haga público; es beneficioso para la cultura mundial, para el bienestar cultural y económico de Toledo y de toda Castilla La Mancha, pues la atracción turística de gentes venidas de toda la Tierra para ver esa maravilla, proporcionará bienestar económico y puestos de trabajo a toda la región, que tan necesitada está de empleo y de seguridad económica.
Una visión de futuro y de largo alcance, de algo más que promesas políticas vanas e irrealizables, pues no hay más que contemplar con espanto y horror la fantasmagórica visión de un Toledo actual, belleza histórico-cultural sin igual, bañado por un Rio Tajo envenenado y contaminado, llevando toneladas de venenos en su superficie y millones de peces muertos; una visión dantesca inimaginable hace sólo medio siglo.
Toledo necesita un cambio radical que elimine la desidia, la contaminación del río, y el deterioro general. Hace falta una voluntad verdadera de dar a conocer la Cueva de Hércules a todo el mundo, el mayor descubrimiento de todos los tiempos.
Y una ciudad invadida por vehículos, sin control, que se amontonan caótica y desordenadamente por cualquier lugar, afeando la belleza de toda la ciudad, sin la más mínima posibilidad para los vecinos de Toledo y para los visitantes de hallar un rincón libre para aparcar diariamente sus vehículos. Y todo porque no se quiere tocar nada del subsuelo, y no se quiere que se descubra lo que realmente hay debajo.
Pero si se recupera la Cueva de Hércules y se respeta públicamente el tesoro que representa, la ciudad urbana se beneficiaría inmensamente. Por ejemplo, se podría trabajar ya por fin sin miedo en el subsuelo, y se podrían crear en otras zonas de la ciudad, aparcamientos y espacios subterráneos para que pudiesen aparcar ordenada y espaciosamente todos los vehículos, sin deteriorar el aspecto turístico y la imagen de la ciudad. Todo ello sin perjudicar el Patrimonio subterráneo, pues como he dicho, una vez descubierto el Tesoro a la luz pública, éste quedaría perfectamente delimitado y protegido.
Toledo es hoy una vieja ciudad abandonada a su suerte. Un Toledo histórico que será pronto visitado por todo el mundo cuando se haga pública la Cueva de Hércules. Toledo, la vieja ciudad imperial, ya ha sufrido mucho; todavía resuenan en sus murallas, iglesias y conventos, los gritos de un pasado tenebroso, en el que miles de personas inocentes fueron masacradas por la diabólica Inquisición, en la Plaza de Zocodover.
Pero La cueva de Hércules se hará pública, se oponga quien se oponga. Y esta afirmación está relacionada con la promesa que hizo el mismo Jesucristo cuando pronunció esta sentencia verdadera:
"Por que nada hay escondido que no llegue a manifestarse, ni nada cuidadosamente ocultado, que nunca llegue a saberse y nunca salga al descubierto" (Evangelio de Lucas cap. 8 vers 17).