viernes, octubre 10, 2025

"MARDUK", El Mundo dónde Viven los Muertos

Carlos Fernández
El continuo perfeccionamiento de las técnicas de la Transcomunicación Instrumental -supuestos contactos con el Más Allá a través de medios técnicos- ha permitido a sus seguidores construir una cosmogonía propia sobre la vida, la muerte y el Más allá. Y según su filosofía, los seres que fallecen en la Tierra experimentan un salto dimensional hacia un mundo semimaterial llamado Marduk, situado en unas coordenadas espacio temporales distintas a las terrestres.
Resulta poco menos que imposible el calcular cuántas personas en todo el mundo están convencidas de que contactan con el más allá a través de un simple magnetofón. Las psicofonías están siendo utilizadas desde hace décadas como un medio sencillo de comunicar con personas ya fallecidas, proporcionando a miles de familias una esperanza sobre la supervivencia a la muerte.
Mientras en España siempre se ha considerado a estas voces como el reflejo de un "más allá" tétrico y poco acogedor, en otros países -especialmente los de Centroeuropa- se interpretó de manera bien diferente. Desde que el fenómeno de las psicofonías alcanzó una cierta popularidad en la década de los setenta, miles de personas comenzaron a experimentar con el deseo de escuchar las voces de sus seres queridos ya fallecidos. Y se crearon asociaciones de experimentadores, que editaban sus propios boletines y organizaban congresos donde se debatían las mejores técnicas de pretendida comunicación.
A los magnetofones le siguieron otros medios técnicos que servían como soporte para el pretendido contacto, como televisores, radios, teléfonos y hasta los modernos ordenadores. Y a través de estos aparatos algunos experimentadores aseguran haber obtenido abundante información sobre los más variados temas, construyendo una filosofía propia basada en el contacto tecnológico con el más allá, conocido con el nombre de Transcomunicación Instrumental (TCI).
Uno de los más activos experimentadores sobre la transcomunicación, es el matrimonio formado por Maggy y Jules Harsch Firschbach. Comenzaron sus pesquisas en 1986, a través del fenómeno de las psicofonías. A través de este método, querían comprobar experimentalmente si existía una vida más allá de la muerte.
Los resultados no se hicieron esperar, y en unos pocos años fueron mejorando la cantidad y calidad de sus equipos, incorporando radios, luces ultravioletas y algunos ingenios electrónicos especialmente construidos para este fin. Los objetivos de esta configuración de aparatos eran conseguir cada vez mejores "comunicaciones" con el Más Allá. El primero de estos equipos, fue bautizado con el nombre de "Europuente de señales" y permitió al matrimonio Harsch-Firschbach obtener extensos discursos de sus interlocutores, que a veces llegaban a durar varios minutos. Poco tiempo después, las propias voces les indicaron como construir el GA-1, con el que pudieron entablar algunos diálogos con sus misteriosos interlocutores.
A través de estos dos sistemas, de otro aún más perfeccionado llamado "Puente de Burton", de mensajes telefónicos, imágenes de video y textos e imágenes grabados espontáneamente en el ordenador; el matrimonio luxemburgués obtuvo abundante información sobre esta particular punto de vista sobre la vida después de la muerte.