
por Luis Alejandro Hernández Ríos
Cuando todos los nudos del corazón son desatados, incluso aquí, en este nacimiento humano, lo mortal deviene inmortal.
Esta es la enseñanza final de todos los Sutras.
-- Katha Upanishad
Uno de los efectos de la aplicación de energía curativa es la de
estimular la glándula correspondiente y fomentar su actividad.
Las glándulas son intermediarias […] entre los chakras y […] el cuerpo físico denso que sirve de receptor.
-- Alice A. Bailey
Cuando pensamos en el Ser Humano, es común que pensemos en él como una
estructura física (cuerpo) animada por una conciencia. Sin embargo, los Textos Sagrados de todas las Grandes Tradiciones nos muestran que en verdad el Ser Humano es una Conciencia expresándose a través de diversas estructuras que denominamos vehículos o cuerpos.
Estos vehículos de expresión de la Conciencia Esencial (Atman) que nos define, se encuentran en íntima relación con las diversas modalidades que dicha Conciencia Esencial adopta para poder realizar el papel que le corresponde como Conciencia en Evolución dentro de aquella SupraConciencia (Brahman) en la cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser.
Dichas modalidades de conciencia – y sus vehículos asociados – permiten que
la Conciencia Esencial pueda interactuar con los diversos mundos (planos o
lokas) en los cuales se suscita el Juego Cósmico del Devenir (Lila).
Es decir que la Conciencia Esencial se modula así misma, para emanar de sí
siete modalidades de conciencia especializadas que interactúan con los siete Planos de Expresión y que permiten que el Juego Cósmico del Devenir sea realizado.
La Tradición Hindú utiliza una clasificación septenaria para definir las
modalidades de conciencia, planos de actividad y vehículos de expresión de las mismas.
La forma en que hoy comúnmente nombramos a estas siete Modalidades
Básicas de Conciencia diferenciadas de la Conciencia Esencial son: la
conciencia objetiva , la conciencia sensitiva, la conciencia estética/emotiva, la conciencia vinculativa, la conciencia creativa, la conciencia intuitiva y la conciencia autocognitiva.
Y el Juego Cósmico del Devenir, consiste en volver a reintegrar dichas
Modalidades de Conciencia en la Conciencia Esencial No-Dualista de la que
originalmente se diferenciaron.
Todo este proceso de Devenir hacia la Unidad tiene como basamento el más
denso de dichos planos (el físico) donde la conciencia se expresa a través del vehículo o cuerpo físico (Sthula Sharira). Sin embargo, este vehículo de conciencia no es en sí un Principio en Evolución, como lo son las conciencias restantes, sino tan sólo una Estructura de Anclaje del resto de las modalidades de conciencia de la Conciencia Unitaria Original.
Es decir que las Modalidades de Conciencia antes mencionadas, que participan en el Juego Cósmico de la Reintegración con la Conciencia Esencial de la cual emanaron, utilizan como punto de anclaje para este Proceso de Devenir, al cuerpo físico y al cosmos físico en el cual éste habita. Para lo cual, las diversas modalidades de conciencia, utilizan un Centro Sintético Integrador de los impulsos que generan, para que el vehículo físico los pueda recibir coherentemente y así poder actuar.
El cuerpo físico es entonces sólo un autómata animado por los impulsos que las Modalidades de Conciencia hacen llegar a él, a través de un Centro Sintético Integrador que denominamos Vehículo Etérico (Pranamayakosha).
Este vehículo etérico es un vehículo sutil de energía que es el doble exacto del cuerpo físico y que sirve de molde para la expresión del mismo. Este vehículo de energía está compuesto de diversas fibras luminosas que se entrelazan, a manera de cómo lo hacen las tramas de un cesto, para conformar un vehículo vibrante, pulsante y lumínico.
El cuerpo etérico es entonces un cuerpo compuesto enteramente por fibras
luminosas o líneas de fuerza (nadis) y puntos (bindus) donde dichas líneas de fuerza se entrecruzan, formando así al entrecruzarse ruedas o centros de
energía (chakras).
Los nadis, por los que fluye la energía vital (prana), constituyen una extensa e intangible red de energías, siendo el sistema nervioso la expresión física de la misma. Cuando se entrecruzan pocas de estas líneas de fuerza, se forma un chakra menor, pero cuando se encuentran y entrecruzan grandes corrientes de energía, como ocurre en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, entonces se forma un chakra mayor.
Cuando se cruzan veintiún líneas de fuerza se crea un chakra mayor o principal, de los cuales existen siete, cuando se cruzan catorce líneas de fuerza se crea un chakra menor o secundario, de los cuales existen veintiuno, mientras que cuando sólo se cruzan siete (o menos) se crea un punto de acupuntura, de los cuales existen cientos.
Como ya mencionamos, el vehículo etérico es el Centro Sintético Integrador que recibe los impulsos de las siete Modalidades de Conciencia básicas de la Conciencia Unitaria Original que animan al vehículo físico. La forma en que dichos impulsos son recibidos es a través de los siete Chakras Mayores. Y como las siete Modalidades de Conciencia, son conciencias especializadas, y por lo tanto, menos abarcantes que la Conciencia Unitaria Original, en ocasiones se utiliza el símil del atrapamiento, para dar a entender que la Conciencia Esencial se encuentra constreñida o atrapada en sus Vehículos de Expresión, y dado que los Chakras Mayores expresan las Modalidades de Conciencia y las conectan con el cuerpo físico, los chakras también son, en ocasiones, denominados granthi (nudos) y sankhocha (contracciones).
Y si el Juego Cósmico del Devenir consiste en reintegrar las Modalidades de
Conciencia Diferenciadas en la Conciencia Original de la cual emanaron, este Juego Cósmico también puede ser entendido como el desanudamiento de los nudos que constriñen las Conciencias Básicas e impiden la no emergencia de la Conciencia Esencial Original.
Así, el Sistema Sutil (Kundalini) que sustenta la actividad del cuerpo físico denso en su propio plano de expresión, compuesto por chakras, nadis, bindus y el prana circula nte, es el Sistema Psicofísico de Anclaje que relaciona la Conciencia con la Materia en un Continuo coherente, sintético e integrado, que podemos denominar Cuerpo-Mente, que permite la Redención de la Forma yla Evolución de la Conciencia.
Los chakras juegan un doble papel unificando lo superior con lo inferior, pero también lo inferior con lo superior. Unifican lo superior con lo inferior al servir de Centros Resonadores y de Anclaje, en el vehículo físico, de los Impulsos que emanan de los Vehículos de Conciencia que expresan las Modalidades de Conciencia de la Conciencia Esencial Original. Pero unifican lo inferior con lo superior cuando constriñen y atrapan las Conciencias Básicas a modo de Nudos que evitan que estas conciencias emerjan y se reintegren a la Conciencia Fundamental de la cual emergieron, pero permitiendo con ello el Proceso mismo del Devenir, que trabaja desde la Forma, reintegrando una a una las siete Modalidades de Conciencia en la Conciencia Original Unificada.
Si bien los chakras pertenecen al Sistema Sutil, es común que utilicemos el
referente del cuerpo físico para indicar su localización. De los siete Chakras Mayores cinco se encuentran distribuidos a lo largo de la columna vertebral, mientras que los dos restantes están situados en la cabeza.
Cada uno de estos siete chakras mayores, aunque situados en el vehículo
etérico, vivifica el área del cuerpo físico cercana a su lugar de localización e influencia, incluyendo a los chakras menores y los órganos físicos densos. La salud de un órgano depende de la situación de su chakra (mayor y/o menor) correspondiente.
De esta forma, los chakras cumplen con su función de vincular lo superior con lo inferior, pues reciben, sintetizan y resuenan los impulsos de los Vehículos de Conciencia, anclándolos en el vehículo físico a través de un mecanismo que involucra a los sistemas nervioso, endocrino y circulatorio, animando así al vehículo físico y permitiendo con ello la Interacción Descendente de la Conciencia y la Forma en el Continuo Cuerpo-Mente.
Tenemos entonces un cuádruple Sistema de Interacción Descendente dentro del
Continuo Cuerpo-Mente que está integrado por:
· El Sistema Sutil (Kundalini), con sus chakras y nadis, como elementos de
captación y distribución del prana o energía.
· El Sistema Nervioso, con sus ramas correspondientes: central, simpático
y parasimpático, el cual es la contraparte densa del Sistema Sutil de
Nadis.
· El Sistema Endocrino, que sirve para regular los distintos aspectos del
cuerpo mediante la secreción hormonal, que es la contraparte densa del
Sistema Sutil de Chakras.
· El Sistema Sanguíneo, que lleva las energías de los tres sistemas
anteriores a través del cuerpo físico denso, y que es la contraparte densa
del Sistema Sutil Pránico.
En este cuádruple sistema podemos encontrar la analogía de los Tres Vehículos Periódicos a través de los cuales la Vida se manifiesta y que son: el Espíritu, el Alma y el Cuerpo, más la Vida que los anima; quedando entonces asociado el Sistema Sutil con el Espíritu, el Sistema Nervioso con el Alma, el Sistema Endocrino con el Cuerpo y el Sistema Sanguíneo con la Vida que los interpenetra a todos.
Cuádruple Sistema que en su totalidad completa el Mecanismo de Relación
Descendente entre la Conciencia y la Forma, a través del cual el Continuo
Cuerpo-Mente queda establecido y el vehículo físico es vitalizado y animado a la acción desde lo suprafísico. A través del cual todos sus sistemas, órganos físicos, tejidos, fluidos, cavidades y cada una de sus células son vitalizados. Y a través del cual cada una de las expresiones de las siete Modalidades de Conciencia Básica repercuten en la Forma Física y modifican su nivel general de vitalidad, y en lo particular inciden en cada una de sus partes componentes, contribuyendo con ello en el equilibrio o desequilibrio homeostásico de todo el Sistema Físico.
Lo cual es congruente con el principio (con sus claras excepciones) de que “las Enfermedades nos son Materiales en su Origen”, pues no provienen del mundo físico como comúnmente se concibe, sino que su origen se encuentra mucho más allá de la materia, en los reinos o mundos desde los cuales los impulsos de las Conciencias Básicas inciden en el cuerpo físico a través del Sistema PsicoFísico Sutil del Continuo Cuerpo-Mente.
Tanto el sistema endocrino como el sistema nervioso ayudan a coordinar el
funcionamiento de los órganos y los procesos en las distintas partes del cuerpo físico denso. Sin embargo existe una importante diferencia cualitativa en la actividad de estos dos sistemas. El sistema endocrino forma, mediante la secreción, una impresionante concentración de hormonas en la sangre, y esta concentración se mantiene durante un tiempo prolongado. Por eso, las respuestas del sistema endocrino son lentas y duraderas. En cambio, el sistema nervioso utiliza cadenas de neuronas como medio de comunicación, lo cual permite respuestas rápidas y breves. Estando ambos sistemas en mutua relación, comandados por los chakras, y produciendo cambios significativos en los componentes orgánicos y celulares del cuerpo físico.
Los chakras tienen entonces un claro referente físico cuando cumplen su función de Anclaje de los Impulsos de las Modalidades Básicas de Conciencia en el vehículo físico, sin embargo, también tienen un referente simbólico-cognitivo cuando cumplen su función de Atrapar o Anudar las Modalidades Básicas de Conciencia para evitar que emerjan y se reintegren con la Conciencia Original de la cual emanaron. Y esta función simbólico-cognitiva forma el Mecanismo de Interacción Ascendente de la Conciencia y la Forma en el Continuo Cuerpo-Mente.
Es decir que, por un lado, los chakras son el mecanismo a través del cual los impulsos provenientes de los suprafísico se encarnan en lo físico, vivificando, cualificando y modificando cada uno de los componentes orgánicos y celulares del vehículo físico, lo que en última instancia se exterioriza en forma de síntomas. Pero por otro, los chakras son el mecanismo a través del cual las diferentes funciones cognitivas del ser humano se van expresando en su camino de reintegración con la Conciencia Unitiva No-Dualista que es el origen de todas ellas.
Tenemos entonces un doble camino descendente-ascendente o ascendentedescendente que vincula en un todo coherente – en un continuo compuesto de partes unidas entre sí que se extienden sin interrupción y del cual ninguna parte puede ser separada del todo más que por una arbitraria división – la psique y el soma, el alma y el cuerpo, lo sutil y lo concreto, la esencia y la sustancia, la mente y el cuerpo.
Creándose con ello una Estructura Psicofísica que es utilizada por la Vida que la anima en su Proceso de Devenir, a la cual hemos bautizado con el nombre de El Continuo Cuerpo-Mente.