Mostrando entradas con la etiqueta Budismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Budismo. Mostrar todas las entradas

sábado, octubre 11, 2025

Miradas de "KRISHNAMURTI"

"El ser luz para uno mismo, niega toda experiencia. El 'uno' que experimenta como el experimentador, necesita de la experiencia para existir y, por profunda o superficial que ésta sea, la necesidad de experiencias se vuelve cada vez mayor. La experiencia es conocimiento, tradición; el experimentador se divide así mismo para distinguir entre lo placentero y lo doloroso, entre lo tranquilizador y lo inquietante. El creyente experimenta conforme a su creencia, conforme a su condicionamiento.
Estas experiencias proceden de lo conocido, porque el reconocimiento es esencial -sin él la experiencia no existe.
Toda experiencia deja una huella a menos que, tal como surge, se termine. Toda res puesta a un reto es una experiencia, pero cuando la respuesta proviene de lo conocido, el reto pierde su frescura y vitalidad; entonces hay conflicto, desorden y actividad neurótica. La esencia misma del reto es cuestionar, perturbar, despertar, comprender. Pero cuando ese reto se traslada al pasado, uno está; eludiendo el presente. La convicción de la experiencia implica negar la investigación. Inteligencia es libertad para inquirir, para investigar el 'yo' y el 'no yo', lo interno y lo externo.
La creencia, las ideologías y la autoridad impiden el discernimiento directo que sólo adviene con la libertad. El deseo de experiencias, de cualquier clase que sean, tiene que ser superficial o sensorio, consolador o placentero, porque el deseo, por intenso que sea, es el heraldo del pensamiento, y el pensamiento es lo externo. El pensamiento puede fabricar lo interno, pero ello sigue siendo lo externo. El pensamiento jamás descubrirá lo nuevo, porque él es viejo y nunca es libre.

La libertad está más allá del pensamiento
Toda la actividad del pensamiento es la negación del amor. Cuando uno es luz para sí mismo, esa luz es la luz de todos los demás. Ser luz para uno mismo implica que la mente se halla libre del reto y la respuesta, porque entonces la mente está por completo despierta, está totalmente activa. Esta atención no tiene un centro, el 'uno' que está atento- y, por tanto, no tiene un límite. Mientras existe un centro, el 'yo', tienen que existir el reto y la respuesta adecuada o inadecuada, placentera o dolorosa. El centro jamás puede ser luz para sí mismo; su luz es la luz artificial del pensamiento, y éste tiene muchas sombras. La compasión no es la sombra del pensamiento, sino que es luz, luz que no es ni de uno mismo ni de algún otro"

De la obra de Krishnamurti titulada Diario II Sobre la Verdadera Negación

MAESTRO: En una de sus pláticas a los niños usted dijo que cuando surge un problema uno debe resolverlo de inmediato. ¿Cómo ha de hacerse eso?
KRISHNAMURTI: Para resolver un problema inmediatamente, usted tiene que comprender el problema. ¿Es la comprensión de un problema una cuestión de tiempo o es cosa de percepción intensa, de intensidad en el ver? Digamos que yo tengo un problema, que soy vanidoso. Es un problema para mí en el sentido de que crea un conflicto, una contradicción dentro de mí. Es verdad que soy vanidoso y también es cierto que no quiero serlo. Primeramente, debo entender el hecho de que soy vanidoso. Tengo que vivir con ese hecho. Debo no sólo estar intensamente atento al hecho, sino comprenderlo en su totalidad. Ahora bien, ¿es una cuestión de tiempo la comprensión? Puedo ver el hecho de inmediato, ¿verdad? Y la instantaneidad de la percepción. de ver, disuelve el hecho. Cuando veo una cobra, hay acción instantánea. Pero no veo la vanidad del mismo modo. Cuando veo la vanidad, o bien me gusta y por lo tanto continúo con ella, o no la quiero porque genera conflicto. Si no genera conflicto, no hay problema. La percepción y la comprensión no pertenecen al tiempo. La percepción es cuestión de intensidad en el ver, un ver que es total. ¿Cuál es la naturaleza de ese ver algo totalmente? ¿Qué es lo que a uno le da la capacidad, la energía, la vitalidad, el impulso de encarar algo de inmediato, con toda su energía no dividida? En el momento que uno ha dividido la energía, surge el conflicto y, por lo tanto, no existe el ver, no existe la percepción de algo en su totalidad. Ahora bien, ¿qué es lo que le da la energía para hacerlo saltar cuando ve una cobra? ¿Cuáles son los mecanismos que hacen que todo el ser, orgánico y psicológico, salte sin vacilación alguna, de manera que la reacción sea inmediata? ¿Qué es lo que ha intervenido en esta inmediatez? Han intervenido varias cosas en esa acción inmediata: miedo, protección natural, los cuales deben estar presentes, el conocimiento de que la cobra es mortífera. Ahora bien, ¿por qué no tenemos la misma acción enérgica con respecto a la disolución de la vanidad? Estoy tomando la vanidad como un ejemplo. Existen diversas causas que han contribuido a mi falta de energía. Me gusta la vanidad, el mundo se basa en ella, es el fundamento del modelo de comportamiento Social, me proporciona cierta sensación de vitalidad, cierta cualidad de dignidad, de superioridad, la impresión de que soy un poco mejor que otros. Todo esto obstruye esa energía que se necesita para disolver la vanidad. Entonces, o bien analizo todas las causas que han obstaculizado mi acción, impidiéndole disponer de la energía para encarar la vanidad, o veo el hecho de inmediato. El análisis es un proceso de tiempo, un proceso de postergación. Mientras estoy analizando, la vanidad continúa y el tiempo no va a terminar con ella. De esta manera, tengo que ver la vanidad en su totalidad, pero carezco de la energía necesaria para ver. Ahora bien, reunir la energía disipada requiere que lo haga no sólo cuando me estoy enfrentando a un problema como la vanidad, sino que debo estar acumulando energía todo el tiempo, incluso cuando no hay ningún problema. Nosotros no tenemos problemas permanentemente. Hay momentos en que no tenemos ninguno. Si en esos momentos acumulamos energía - acumular en el sentido de estar despiertos-, entonces, cuando surge el problema, podemos hacerle frente sin pasar por el proceso del análisis.

MAESTRO: Existe otra dificultad. Cuando no hay problemas ni estamos acumulando esta energía, tiene lugar cierta forma de actividad mental.
KRISHNAMURTI: Hay un desgaste de energía en la mera repetición, en reaccionar a la memoria, a la experiencia. Si observa su propia mente, verá que un suceso placentero se repite una y otra vez. Usted quiere regresar a él, quiere pensar en él, y por lo tanto el suceso adquiere cierto ímpetu. Cuando la mente está alerta, no hay disipación. ¿Es posible dejar que ese ímpetu, que ese pensamiento florezca? Esto implica no decir nunca «esto está bien o está mal», sino vivir el pensamiento hasta el final, sentir que el pensamiento puede florecer de manera que se termine por sí mismo. ¿Deberíamos abordar el problema de otro modo? Hemos estado hablando de crear una generación con una nueva cualidad de la mente. ¿Cómo lo haremos? Si yo fuera maestro aquí, éste sería mi interés fundamental, y es obvio que un buen educador lleva este interés en el corazón: producir una mente nueva, una nueva sensibilidad, un nuevo sentir hacia los árboles, el cielo, el firmamento, los ríos, crear una conciencia nueva, no la vieja conciencia refundida en un nuevo molde. Me refiero a una mente completamente nueva, no contaminada por el pasado. Si ése es mi interés, ¿cómo lo llevo a cabo? En primer lugar, ¿se puede producir una mente nueva de tal naturaleza? No una mente que sea una continuación del pasado en un nuevo molde, sino una mente no contaminada. ¿Es eso factible, o debe el pasado continuar en el presente para ser modificado y puesto en un nuevo molde? En cuyo caso no hay nueva generación: es la vieja generación que se repite en una forma nueva. Yo creo que es posible crear una generación nueva. Y pregunto: ¿Cómo he de hacer, no sólo para experimentar esto en mí mismo, sino para expresárselo al estudiante? Si yo veo algo experimentalmente en mí, no puedo dejar de expresárselo al estudiante. Indudablemente, no es una cuestión de yo y el otro, sino algo compartido, ¿verdad? ¿Cómo he de producir, entonces, una mente que no esté contaminada? Usted y yo no somos recién nacidos, hemos sido contaminados por la sociedad, por el hinduismo, por la educación, por la familia, la sociedad, los periódicos. ¿Cómo nos abrimos paso a través de la contaminación? ¿Digo que ésta forma parte de mi existencia y la acepto? ¿Qué hago, señor? Aquí tenemos un problema: nuestras mentes están contaminadas. Para los de mayor edad es más difícil abrirse paso. Usted es comparativamente joven y el problema es descontaminar la mente. ¿Cómo ha de hacerse? O bien es posible o no lo es. Entonces, ¿cómo ha de descubrir uno si lo es o no? Me gustaría que se metiera de lleno en esto.
¿Sabe lo que significa la palabra «negación»? ¿Qué significa negar el pasado, negar que uno es hindú? ¿Qué entiende usted por la palabra «negar»? ¿Ha negado algo alguna vez? Existe una negación verdadera y una falsa negación. La negación que obedece a un motivo es una negación falsa. Negar con un propósito, con una intención, negar con un ojo puesto en el futuro no es negar. Si yo niego algo con el fin de conseguir otra cosa, eso no es negación. Pero existe una negación que no obedece a un motivo. Cuando niego sin saber qué es lo que me depara el futuro, ésa es la verdadera negación. Niego ser hindú, niego pertenecer a organización alguna, niego cualquier credo particular, y en esa misma negación me vuelvo completamente inseguro. ¿Conoce usted una negación semejante, ha negado algo alguna vez? ¿Puede negar de este modo el pasado, negar sin saber lo que el futuro le depara? ¿Puede negar lo conocido?

MAESTRO: Cuando niego algo, digamos el hinduismo, hay una comprensión simultánea de lo que es el hinduismo.
KRISHNAMURTI: Lo que discutimos es la posibilidad de producir una mente nueva. Una mente que está contaminada no puede ser nueva. Así que estamos hablando de la descontaminación y si ésta es posible. Y en relación con eso comencé por preguntar qué es lo que usted entiende por negación, porque me parece que la negación tiene muchísimo que ver con esto. La negación tiene que ver con una mente nueva. Si yo niego limpia mente, sin raíces, sin motivos, ésa es la negación real. Ahora bien, ¿es posible? Mire, si yo no niego por completo la sociedad en la que ¿están incluidas la política, la economía, las relaciones sociales, la ambición, la codicia, si no niego todo eso por completo, es imposible descubrir qué significa tener una mente nueva. Por lo tanto, el primer paso en asentar los cimientos consiste en negar las cosas que he conocido. ¿Es eso posible? Es obvio que las drogas no van a producir una mente nueva: nada la producirá, excepto una negación total del pasado. ¿Es eso posible? ¿Qué dice usted? Y si he respirado el perfume, si he visto, si he gustado una negación de tal naturaleza, ¿cómo haré para comunicársele al estudiante? Él debe tener lo conocido en abundancia: matemáticas, geografía, histerias, y, no obstante, debe estar plena e inexorablemente libre de lo conocido.

MAESTRO: Señor, todas las sensaciones dejan un residuo, una perturbación que conduce a diversos tipos de conflicto y otras formas de actividad mental. El enfoque religioso tradicional consiste en renunciar a estas sensaciones mediante la disciplina y la negación. Pero en lo que usted dice parece haber una receptividad elevada con respecto a tales sensaciones, de modo que las sensaciones se perciben sin distorsión alguna y sin residuo.
KRISHNAMURTI: Ésa es la cuestión. Sensibilidad y sensación son dos cosas diferentes. Una mente que es esclava del pensamiento, de la sensación, de los sentimientos, es una mente residual. Goza con los residuos, disfruta pensando en el mundo placentero y cada pensamiento deja una huella, que es el residuo. Cada pensamiento sobre un determinado placer que usted ha experimentado deja una marca que contribuye a la insensibilidad. Es obvio que eso entorpece la mente; la disciplina, el control y la represión la embotan todavía más. Yo digo que la sensibilidad no es sensación, que la sensibilidad significa que no hay marcas, que no hay residuos. ¿Cuál es, entonces, la cuestión?
MAESTRO: ¿La negación de que usted habla es diferente de la que consiste en restringir las sensaciones? KRISHNAMURTI: ¿Cómo ve usted esas flores, cómo ve su belleza y es completamente sensible a ellas de modo que no haya residuos, ni recuerdos, para que cuando vuelva a verlas una hora más tarde, usted vea una nueva flor? Eso no es posible si la ve como una sensación y asocia esa sensación con las flores, con el placer El modo tradicional es excluir por completo lo placentero porque tales asociaciones despiertan otras formas de placer; por eso usted se disciplina para no mirar. Extirpar la sensación con un bisturí es algo inmaduro. ¿Cómo han de hacer entonces la mente y los ojos para ver el extraordinario color sin que deje marca alguna? Yo no estoy pidiendo un método.
¿Cómo surge ese estado? De otro modo no podemos ser sensibles. Es como una placa fotográfica que recibe impresiones y se renueva a sí misma. Es expuesta y, sin embargo, se vuelve negativa para la siguiente impresión. Así, todo el tiempo, la mente se está purificando de cada placer. ¿Es eso posible o en lugar de tratar con hechos estamos jugando con las palabras? El hecho que veo claramente es que cada sensibilidad residual, cada sensación embota la mente. Niego ese hecho, pero no sé qué significa ser tan extraordinariamente sensible que las experiencias no dejen huella y, no obstante, vea esa flor con plenitud, con tremenda intensidad. Veo como un hecho innegable que cada sensación, cada sentimiento, cada pensamiento deja una huella, moldea la mente, y que esas impresiones no pueden en modo alguno producir una mente nueva. Veo que tener una mente con huellas implica muerte, de modo que niego la muerte. Pero no conozco lo otro. También veo que una buena mente es sensible, sin el residuo de la experiencia. Experimenta, pero la experiencia no deja secuelas de las que extraiga más experiencias, más conclusiones, más muerte. Niego lo uno y desconozco lo otro. ¿Cómo va a tener lugar esta transición de la negación de lo conocido a lo desconocido? ¿Cómo niega uno? ¿Niega uno lo conocido, no en grandes sucesos dramáticos, sino en los pequeños acontecimientos? ¿Niego cuando me estoy afeitando y recuerdo lo bien que lo pasé en Suiza? ¿Niega uno el recuerdo de un rato agradable? ¿Se da uno cuenta de ello y lo niega? Eso no es dramático, no es espectacular, no se entera nadie. Y, sin embargo, esta constante negación de las cosas pequeñas, estas pequeñas eliminaciones, las pequeñas borraduras, y no sólo una impresionante gran limpieza, son esenciales. Es esencial negar el pensamiento como recuerdo, agradable o desagradable, cada minuto del día y a medida que va surgiendo. Uno hace esto sin ningún motivo, no lo hace con el fin de entrar en el extraordinario estado de lo desconocido. Usted vive en el Valle de Rishi y piensa en Bombay o Roma. Esto crea conflicto, embota la mente, la divide ¿Puede verlo y descartarlo’?? ¿Puede seguir descartándolo, no porque desee entrar en lo desconocido? Usted nunca puede saber lo que es lo desconocido, porque en el momento en que lo reconoce como lo desconocido se encuentra nuevamente en lo conocido. El proceso de reconocimiento es un proceso por el cual lo conocido continúa. Como no sé qué es lo desconocido, sólo puedo hacer lo siguiente: ir desaprendiéndome del pensamiento conforme va surgiendo. Usted ve esa flor, la siente, ve su belleza, su intensidad, su extraordinaria brillantez. Después va usted al cuarto en que vive, que es feo, no está bien proporcionado. Usted vive en ese cuarto, pero tiene cierta sensación de belleza y comienza a pensar en la flor; entonces atrapa el pensamiento conforme surge y lo borra. Ahora bien, ¿a qué profundidad descarta usted, desde que profundidad niega la flor, niega a su esposa, a sus dioses, su vida económica? Usted tiene que vivir con su mujer, con sus hijos, con esta horrible y monstruosa sociedad. No puede apartarse de la vida. Pero cuando niega por completo el pensamiento, el dolor y el placer, su relación es diferente. De modo que debe haber una negación total, no parcial, no un conservar las cosas que le agradan y negar las que no le agradan. Bien, ¿cómo le transmite usted al estudiante lo que ha comprendido?

MAESTRO: Usted ha dicho que en el enseñar y el aprender existe un estado de intensidad en el cual uno no dice «yo le estoy enseñando algo». Ahora bien, ¿este constante borrar las huellas del pensamiento tiene algo que ver con la intensidad del estado de enseñar-aprender? KRISHNAMURTI: Evidentemente. Mire, yo siento que el enseñar y el aprender son lo mismo. ¿Qué es lo que tiene lugar aquí? Yo no le estoy enseñando, no soy su maestro o autoridad. Simplemente exploro y le comunico mi exploración. Usted puede tomarlo o dejarlo. La posición es la misma con respecto a los estudiantes.

MAESTRO: ¿Qué es entonces lo que tiene que hacer el profesor?
KRISHNAMURTI: Usted sólo puede descubrirlo cuando está negando constantemente. ¿Lo ha intentado alguna vez? Es como si no pudiera dormirse ni un solo minuto durante el día.

MAESTRO: Eso no sólo requiere energía, sino que también libera una gran cantidad de energía.
KRISHNAMURTI: Pero primero debe usted tener la energía para negar.

 

miércoles, octubre 08, 2025

Karma y Renacimiento del Alma

Esta lección dos de nuestro curso de Sabiduría y Evolución Espiritual tiene por finalidad eliminar los múltiples errores que circulan en torno al significado del Karma y la reencarnación.
Karma, por lo pronto, es una palabra sánscrita que significa acción. Y es una acción que trae efectos. Se lo puede entender como la fuerza resultante de la acción realizada en vidas pasadas.
Desde la perspectiva de la evolución espiritual, el karma no es la causa primaria, el origen metafísico de la existencia terrestre, pues cuando el alma entró por primera vez en esta existencia no poseía karma. Según nociones vulgares de Oriente, el alma está en la Tierra como efecto del deseo y de la ignorancia. En la medida en que no los supere permanecerá en la Tierra o volverá a ella siempre. Es la rueda giratoria del nacimiento.
Sin embargo, no se mantiene siempre en la Tierra, sino que alterna entre ésta y otros mundos, celestiales o infernales, en donde consume su reserva de mérito y demérito y después retorna a la Tierra, a un cuerpo terrestre que puede ser humano, animal o incluso vegetal. ahora bien, el renacimiento es aquí determinado maquinalmente por las acciones pasadas del alma, por el karma. Si la suma de acciones pasadas fue buena se vivirá una vida afortunada; si la suma de acciones pasadas fue mala se vivirá una vida infortunada, llena de sufrimientos.
Si las acciones pasadas fueron mixtas se vivirá una vida mezclada de buena suerte e infortunio. En esta comprensión del karma subyace el principio inexorable de “ojo por ojo y diente por diente”. También hay que notar que en tal idea hay doble castigo y doble recompensa para el pecado y la virtud, pues el pecador primero es atormentado en el infierno y luego castigado por las mismas faltas en otra vida, y el virtuoso es premiado con alegrías celestiales y posteriormente con felicidades aquí en la Tierra. La vida terrestre llega a ser, por tanto, una especie de escuela del pecado y de la virtud que consiste, básicamente, en un sistema de recompensas y castigos.
Pero tal concepto del karma es equivocado, pues es sólo el producto de una mentalidad superficial preocupada con sus insignificantes deseos. Además, el karma, así entendido, se transforma en fundamento de un código de justicia primitiva y bárbara. Desde la perspectiva de una Metafísica de la evolución espiritual, en cambio, el significado del karma es que TODO SER ES UNA CADENA CONTINUA EN LA QUE CADA ESLABÓN ENLAZA INDISOLUBLEMENTE CON UN PASADO INFINITO Y EN LA QUE TODO ESTÁ GOBERNADO POR RELACIONES ESTABLES, POR UNA ASOCIACIÓN INEVITABLE DE CAUSAS Y EFECTOS; EN DONDE LA ACCIÓN FUTURA SERÁ EL EFECTO DE LA ACCIÓN PRESENTE.
Ahora bien, desde una perspectiva moral, esto significa que “SEGÚN SEA LA NATURALEZA DE LA ENERGÍA QUE SE PONGA EN MOVIMIENTO Y ACTÚE COMO CAUSA, ASÍ SERÁ LA NATURALEZA DE LA ENERGÍA QUE RETORNE COMO EFECTO” Así, el karma es la ley universal de causa y efecto. Aquello que sembramos es lo que cosechamos. El renacimiento del alma no tiene sentido sin el karma, y éste no tiene ni justificación racional ni moral si no es el instrumento de tal renacimiento. Puesto que la verdad fundamental de nuestro ser es espiritual es nuestra alma la que determina su propia evolución, sobrepasando así al karma.
El poder del karma tiene sólo un dominio completo sobre el cuerpo y la materia; pues la ley kármica se vuelve menos rígida, el proceso más plástico y menos mecánico cuando se introduce en el fenómeno de la vida, y más aún cuando alcanza el ámbito de la mente. Pero la verdadera libertad interior aparece cuando más nos internamos e ingresamos en el dominio del alma. El espíritu, por tanto, no es esclavo en esta vida de sus acciones pasadas. Y ello porque si cierta cantidad de efectos del karma pasado es formulada en la vida actual, debe ser con el asentimiento del alma que administra la nueva formación de vida terrena.
Tal asentimiento del espíritu no es simplemente a un proceso compulsivo externo, sino a una oculta voluntad y guía. Dicha voluntad no es mecánica, sino espiritual; la guía, por otro lado, proviene de una inteligencia que puede usar procesos mecánicos, sin por ello ser su sujeto. “La autoexpresión y experiencia son lo que el alma busca por su nacimiento en el cuerpo; cuanto sea necesario para la autoexpresión y experiencia de esta vida, si interviene como resultado automático de vidas pasadas o como libre elección de resultados y continuidad o como nuevo desarrollo, cuando sea medio de creación del futuro, eso será formulado: pues el principio no es la estructuración de una Ley Mecánica, sino el desarrollo de la naturaleza a través de la experiencia cósmica, de modo que eventualmente puede crecer de la Ignorancia.
Debe haber, por tanto, dos elementos, karma como instrumento, pero también la Conciencia y Voluntad secretas que trabajan interiormente a través de la mente, la vida y el cuerpo como usuarios.” El renacimiento, o más comúnmente la llamada reencarnación, es, pues, el medio que permite la continuidad de la manifestación del espíritu en la evolución; el karma, por otro lado, es la voluntad del espíritu en acción, y la consecuencia sólo una formación de la voluntad.
Cuando la voluntad está condicionada a la mente, el karma se transforma en limitación y esclavitud y, la consecuencia llega a ser una pura reacción. Pero cuando la voluntad trasciende la mente, el karma y la consecuencia se tornan el deleite, la bienaventuranza del espíritu creador.
1.Aurobindo,Sri.Renacimiento y Karma,p.93.
2.Aurobindo,Sri.Vida Divina,v.3.p.177.
A continuación, un iluminador texto de Madre, Mirra Alfassa al respecto:
EL KARMA Y LA GRACIA DIVINA
La Gracia Divina es la única fuerza que puede contradecir el karma, porque hace que se funda como la mantequilla puesta al Sol.
Si tenemos una aspiración espiritual intensa, sincera o formulamos una oración lo bastante poderosa, podemos hacer que descienda hasta nosotros una fuerza que puede cambiarlo todo. Daremos un ejemplo muy simple: Una piedra cae, mecánicamente; supongamos que cae una teja. Si se desprende cae, ¿no es así? Pero si surge un determinismo mental o vital de alguien que pasa y que no quiere que caiga la teja, y pone su mano, ésta caerá en su mano, pero no en el suelo: Así, pues, el transeúnte habrá cambiado el destino de esta piedra o de esta teja. Ha surgido otro determinismo y en lugar de que la piedra caiga sobre la cabeza de alguien, cae en la mano de ese transeúnte y no mata a nadie... Esto es una intervención procedente de otro plano, de una voluntad consciente que entra en un mecanismo más o menos consciente.
Por esto afirmamos que las consecuencias del karma no son inapelables. A pesar de que esto lo han dicho muchas religiones. Pero debemos entender que lo han hecho con el ánimo de sustituir a la naturaleza y "apretar los tornillos". Pues muchas religiones dicen a sus fieles: "todo lo que hacéis comporta una consecuencia absoluta..." Es, en realidad, un concepto necesario en un momento dado de la evolución para impedir que la gente caiga en un egoísmo completamente inconsciente, en una total inconsciencia de las consecuencias de lo que hace. Sabemos que la mayoría de la gente es así: siguen sus impulsos y ni siquiera se preguntan si lo que han hecho va a tener alguna consecuencia para ellos o para los demás.
Por consiguiente, es bueno que alguien nos diga de golpe, con un tono severo: "¡Tened cuidado, esto tiene consecuencias que perduran muchísimo tiempo!" Y luego, hay otros que se acercan para decirnos: "Eso lo tendrás que pagar en otra vida." Esto, sin embargo, es una de esas historias fantásticas ...
Pero, en fin, eso no tiene importancia; también, puede ser bueno para la gente. Hay otras religiones que dicen: "¡Oh si cometes ese pecado, irás al infierno para toda la eternidad." ¡Puedes imaginarte una cosa semejante! Así, la gente tiene tal temor que se detienen un poco y pueden tener, aunque sólo sea un segundo de reflexión antes de obedecer a un impulso -y no siempre ocurre de este modo; algunas veces la reflexión surge después, un poco más tarde.
¿Cómo vencer el karma? Sólo con lo que acabamos de decir: con una aspiración sincera por unirse a la divinidad o bien por la plegaria intensa. Hay personas que prefieren un método u otro, pero en cualquiera de ellos hay un poder mágico que es necesario utilizar correctamente.
Tanto la aspiración como la plegaria son bellas...aunque hay algunos que detestan esta última; si ellos fueran hasta el fondo de su corazón, se darían cuenta de que es a causa de su orgullo, o peor todavía, de su vanidad. Y luego, hay también, algunas personas que no tienen aspiración, que lo intentan, pero no pueden; y es porque no tienen la llama de la voluntad, porque no tienen la llama de la humildad. La Metafísica enseña que ambas son necesarias en nuestra evolución espiritual: es menester una humildad muy grande y una voluntad muy grande para cambiar nuestro karma.
A continuación, entregamos algunas plegarias para ser practicadas 15 minutos tanto al levantarse como al irse a dormir.
PLEGARIAS AL DIVINO MAESTRO (Por Madre, Mirra Alfassa)
1. Oh Maestro Supremo, Instructor Eterno, me ha sido concedido, una vez más, constatar la eficacia sin igual de la plena confianza en Tu dirección. Ayer TU LUZ se manifestó por mi boca sin encontrar en mí resistencia; el instrumento fue dócil, flexible y bien afinado. Eres Tú quien actúa en toda cosa y en todo ser, y el que está bastante cerca de Ti para verte en todo acto sin excepción, sabe transformar todo acto en bendición.
Estar siempre en Ti es lo único importante, en Ti siempre y siempre, más allá de las ilusiones y de las sensaciones engañosas y no retirándose de los actos, negándolos y rechazándolos -combate inútil y nefasto- sino viviéndote sólo a Ti en el acto que sea, en todo momento a Ti; entonces la ilusión se disipa, la sensación falsa se desvanece, el yugo de las consecuencias cae y todo se transforma en una glorificación de Tu Presencia Eterna.
2. "Haz lo que sea necesario para mí y condúceme hacia la verdad de mi ser. Dame lo que Tú, en tu sabiduría suprema, ves que es la cosa que me hace falta."
3. Cada mañana, Señor, un innumerable saludo asciende hacia Ti, el saludo de todos los estados del ser y de la multitud de sus elementos. Y es una cotidiana consagración de todo al Todo, una llamada de la ignorancia y del egoísmo hacia Tu luz y tu amor. Y Tu respuesta es constante e integralmente percibida: todo es luz, todo es amor, la ignorancia y el egoísmo no son más que vanos fantasmas, que pueden ser disueltos. Y sobre todo se extiende Tu Paz soberana, Tu calma fecunda.
LAS ENSEÑANZAS DE CONNY MÉNDEZ:
Hay que agradecerle a Conny Méndez haber enseñado algunas verdades espirituales con un lenguaje simple y, por tanto, al alcance de todos. Sin embargo, no todas sus enseñanzas son correctas. Una de las razones de esto es su insuficiente formación filosófica. Por ejemplo, está su error de considerar que el pensamiento humano es omnipotente y, por tanto, creer que todo lo que pensamos se manifiesta o se concretará algún día. En verdad, esto no es así, porque el pensamiento tiene un poder limitado. Y hay muchas cosas que podemos pensar, pero que no podremos concretar nunca, porque el poder de la mente no puede dominar la materia.
Si todo fuera como cree Conny Méndez el mundo sería mucho mejor con sólo pensar que fuese mejor. Los calvos, por ejemplo, sólo con pensar sistemática y pacientemente en recuperar su cabello, después de un tiempo de insistir en concebirse como personas de frondosa cabellera, convertirían en inútiles todas las lociones o productos químicos creados para recuperar el cabello. La verdad es que un buen pensamiento puede mejorar nuestra vida, pero no transformarla absolutamente. Y esto es claro con sólo un poco de reflexión sobre la vida. "Conoced la Verdad y ella os hará libres" Y la verdad es que para transformar nuestras circunstancias necesitamos un poder mayor que la mente.
Se trata de la Supra mente que es la facultad perfecta del espíritu encarnado sobre la Tierra. Es sólo la Supra mente la que podrá cambiar un día todos los dolores y oscuridades del mundo. Por tanto, lo que debe enseñar la Metafísica es cómo conectarnos con la Supra mente para poder transformarnos en seres de Luz.
Aprender la ley del mentalismo, si bien nos mejora, no es capaz de transformarnos y nos deja a mitad de camino en nuestra evolución espiritual. Tampoco es cosa de invocar la fuerza espiritual para que ella directamente actúe en nuestro plano material. En verdad, no podría ser así, porque el espíritu no puede actuar directamente sobre el plano terrestre.
Necesita de un vehículo que puede ser la mente o la supra mente.
Si seguimos el camino de la mente no llegamos muy lejos, pero si tomamos el camino supra mental podremos llegar a la perfecta realización del espíritu. Otro de los errores de Conny Méndez es su incorrecta comprensión del Karma. En su libro "Metafísica al Alcance de Todos" enseña la autora que las almas son libres de regresar al plano terrestre para pagar cuentas pendientes o para cobrar bienes merecidos. Y estas cuentas pendientes serían los "karmas". Por otro lado, "El Maravilloso Número Siete" nos enseña que Dios habría creado la reencarnación para saldar las deudas que tenemos de vidas anteriores y para dar también oportunidad de cobrar el bien carnal y material que hayamos merecido y que no se puede cobrar en los planos invisibles.
Pero esto es un error, porque no venimos al mundo terrestre a pagar karma ni a cobrar karma. Esto significa que para Conny Méndez la vida terrestre es una especie de escuela del vicio y de la virtud que consiste básicamente en un sistema de recompensas y castigos.
Lamentablemente, esta comprensión del karma es superficial, por lo mismo, equivocada, al igual que la idea que tienen muchas sectas.
La verdad es que el Karma significa que TODO SER ES OBRA DE UNA ENERGÍA UNIVERSAL, UN PROCESO, UNA ACCIÓN, QUE TODO ES UNA CADENA CONTINUA EN LA QUE CADA ESLABÓN ENLAZA INDISOLUBLEMENTE CON UN PASADO INFINITO Y EN LA QUE TODO ESTÁ GOBERNADO POR RELACIONES ESTABLES, POR UNA ASOCIACIÓN INEVITABLE DE CAUSAS Y EFECTOS. PERO
PUESTO QUE LA VERDAD FUNDAMENTAL DE NUESTRO SER ES ESPIRITUAL ES NUESTRO ESPÍRITU EL QUE DETERMINA SU PROPIA EVOLUCIÓN, SOBREPASANDO ASÍ AL KARMA. ESTO QUIERE DECIR QUE EN ESTA VIDA NO ESTAMOS PAGANDO KARMA SINO APRENDIENDO A TRAVÉS DE LOS OBSTÁCULOS. EL KARMA, POR TANTO, SIEMPRE ES POSITIVO PORQUE ÉSTE, EN VERDAD ES UN INSTRUMENTO PARA EVOLUCIONAR ESPIRITUALMENTE. ES DECIR, LA VOLUNTAD DE NUESTRO ESPÍRITU SE EXPRESA EN NUESTRO KARMA. EL PROBLEMA OCURRE CUANDO NUESTRO ESPÍRITU ESTÁ CONDICIONADO A LA MENTE, PUES ENTONCES EL KARMA NOS LIMITA. PERO CUANDO TRASCENDEMOS LA MENTE, EL KARMA SE TRANSFORMA EN UNA LEY ABSOLUTAMENTE POSITIVA. AHORA BIEN, LA REENCARNACIÓN ES UN INSTRUMENTO DEL KARMA, PUESTO QUE UNA SOLA VIDA ES INSUFICIENTE PARA ALCANZAR LA REALIZACIÓN INTEGRAL DEL ESPÍRITU. DIOS ES EL CREADOR DE LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL Y A PARTIR DE ELLA SE CREARON LAS INSTANCIAS SEGUNDAS DEL KARMA Y LA REENCARNACIÓN.
Tampoco es correcta la concepción que tiene Conny Méndez sobre el Amor. Porque cuando la autora enseña que amar excesivamente es negar la tolerancia y la buena voluntad está entendiendo erróneamente la esencia del amor, ya que el amor es una auto entrega y mientras esta auto entrega sea cada vez más total será cada vez más positiva. El amor siempre es bueno y mientras más se exprese, más nos ayuda a evolucionar. Pensar que un amor en exceso es negativo sería lo mismo que pensar que tener salud en exceso es malo para la salud, lo cual es absurdo.
A pesar de todo Conny Méndez tiene enseñanzas muy nobles, pero limitadas hasta cierto punto. De la misma manera que las religiones, ella ha salvado muchas almas, sin embargo, debemos seguir evolucionado hacia enseñanzas más elevadas e integrales que nos ofrecen UNA SABIDURÍA SUPRAMENTAL SIN ERRORES Y PLENA DE LUZ.
Cuestionario
1.¿Qué es el karma, en último término?
2.¿Por qué las religiones dicen que las consecuencias del karma son inapelables?
3.¿Cómo podemos vencer el karma?
Responda estas preguntas en forma breve y con un grado de comprensión suficiente para ser aceptado como alumno del Diplomado en Sabiduría y Evolución Espiritual.