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domingo, octubre 12, 2025

Mi Experiencia como Ayudante de "Don Iván Ramón - Chamán/Sanador Mexicano

Karina Malpica
Iván Ramón es discípulo de la famosa chamana mexicana Pachita (puedes leer sobre ella el libro de Jacobo Grinberg: Los chamanes de México III Pachita, IMPAC, México, 1988.)
Jacobo Grinberg decía que: "Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas le permitía realizar trasplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales.
Estar junto a Pachita era una experiencia única en la cual se experimentaba el poder de su mente capaz de conocer los contenidos del pensamiento, las intenciones y las experiencias más íntimas de sus colaboradores y pacientes como si fueran un libro abierto.
Además, Pachita lograba penetrar en el tiempo prediciendo eventos futuros como si su campo neuronal en interacción con la lattice del espacio tiempo decodificara y modificara la estructura temporal de la realidad." (1)
Según cuenta Jacobo, en realidad Pachita abandonaba su cuerpo durante las consultas y permitía que mientras tanto lo ocupará el "Hermano Cuahutémoc". Pachita afirmaba que se trataba del espíritu del último emperador Azteca y era él quien realizaba las portentosas operaciones. Cuando leí el libro yo flipaba, como dicen acá en España y pensaba mucho en la humildad y la sencillez que debió haber tenido Pachita para permitirse abandonar su vehículo a fin de que algún ser con mayores conocimientos lo ocupara en beneficio de la humanidad... Pensé también que me habría gustado mucho conocerla antes de que muriera y haber asistido a alguna de sus operaciones...
Así es que el corazón me dio un vuelco cuando un amigo me preguntó si quería ayudar a un discípulo de Pachita que venía a dar consultas durante dos días en Santiago de Compostela. Por supuesto le dije que sí y enseguida le pregunté si Iván Ramón materializaba órganos como Pachita, pues me daba un poco de miedo a la vez que emoción presenciar algo así. Mi amigo me dijo que no, que él ya había sido su ayudante antes y que nunca lo vio materializar nada, pues su forma de trabajo era muy diferente: él no perdía la conciencia, aunque canalizaba a los guías de cada persona y trabajaba también sobre sus cuerpos físicos y energéticos a través de masajes y limpias con huevo.
Aunque Iván Ramón no heredó los métodos de Pachita, definitivamente sí heredó su humildad y sencillez. Pocas veces he conocido a alguien tan dulce, amoroso y compasivo como él y fue un privilegio estar a su lado esos dos días de tan intenso y feliz trabajo.
Ambos días, al llegar al lugar donde se realizarían las consultas, Don Iván-Ramón saludaba a los "hermanos presentes" en otras dimensiones y procedía a "abrir campos" tocando un cuenco tibetano lleno de agua y pronunciando una larga oración en la que se ofrecía como canal para la sanación de las personas que acudirían. Cada consulta duraba una hora y los dos días hubo consultas desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche ininterrumpidamente y aun así se quedaron varias personas sin ser atendidas...
Llegó todo tipo de gente con todo tipo de problemas: un chico con una infección cutánea muy severa en una pierna, una mujer que no podía perdonar una infidelidad de su marido desde hacía 20 años, un hombre con diabetes, una bailarina que no podía decidirse por ninguno de sus dos novios, una juez que trabajaba con el karma de las personas que le tocaba juzgar, una madre preocupada porque sus hijos estaban atrapados en una secta, y varias personas que necesitaban algún tipo de orientación espiritual o personal sin presentar síntomas físicos. A todos ellos los atendió Don Iván con el mayor cuidado.
Al llegar les pedía que le mostraran la palma de su mano izquierda, se quedaba viéndola unos momentos y luego comenzaba a canalizar a los guías de la persona. Enseguida pasaba un huevo por el cuerpo del consultante, lo rompía y lo dejaba en un vaso. Luego hacía sonar el cuenco tibetano lleno de agua limpia programándola con palabras para la salud y las cuestiones específicas que necesitaba la persona.
Entonces le aplicaba el agua en diversas zonas del cuerpo y le pedía que se recostara en la camilla, donde comenzábamos a darle un masaje mientras Don Iván comentaba alguna cuestión con la persona y en ocasiones me explicaba cómo se hacía o para qué servía lo que sea que estuvimos haciendo en aquellos momentos. Al terminar le dábamos una fricción con un paño mojado y Don Iván realizaba la lectura del huevo añadiendo algunas palabras finales. Este sencillo procedimiento tenía diversas variantes en función de la persona y el problema, por ejemplo, si tenían problemas de tensión arterial, la fricción no era con agua o si tenían una infección había que trabajar con energía y no manualmente...
Por cuestiones de sincronicidad, alguna compañera de nuestra lista de correos de chamanismo esencial había pedido información acerca de las curaciones y diagnósticos con huevos y yo había tenido la oportunidad de leer las respuestas de otros compañeros al respecto. Entonces tenía una clara idea de la forma en que trabajaban otros sanadores con los huevos antes de trabajar con Don Iván y puede comparar sus técnicas.
Según leí en los escritos de Lolita Vragas y Shelma ha, hay quienes limpian a la persona con el huevo para que se quede con las energías densas y enseguida lo tiran. Hay quienes lo usan para el diagnóstico antes de comenzar la curación, hay otros que lo esconden del paciente para que no recepte la energía liberada, en fin...
Que todo responde a la intención y las costumbres del chamán que usa el huevo.Las interpretaciones de las figuras que forman la yema y la clara del huevo en el agua son también subjetivas, dependiendo de los códigos del chamán que la lee. Don Iván Ramón señalaba algunas cosas que a veces yo veía de una forma distinta. Por ejemplo, lo que para él era una corona, para mí era un círculo; si él veía una flecha, a mí me parecía un puente, etc. Creo que al "leer" el huevo, lo que hacemos simplemente es conectarnos con las coordenadas del mundo que Serge King en "Los cuatro mundos del chamán" llama Ike papakolu: el mundo simbólico.
O sea, las coordenadas mentales en las que nos situamos para que funcionen los oráculos, aquellas donde todo te habla simbólicamente de ti mismo y de tu momento y de lo que estés interesado en saber: "...un conjunto mental dotado de su propio supuesto básico: todo es simbólico. Con una formación chamánica uno puede ir más allá y procurar discernir augurios orientadores en la formación de las nubes, de las hojas o de los pájaros en vuelo...
En este nivel sería correcto afirmar que todo es simbólico de todo lo demás, pero esencialmente de quien lo percibe...
O, alternativamente, podríamos afirmar que en el nivel simbólico la totalidad de la experiencia personal del sujeto es un reflejo de sí mismo, incluida toda la gente y objetos que le rodean." (2)
El primer día, supongo que, por cuestiones de sincronicidad, llegaron las personas con problemas más graves, mientras que el segundo día prácticamente todos los que acudieron estaban bastante bien y algunos sólo iban para la "revisión anual" (era el tercer año de Don Iván visitaba la ciudad) y para comentarle cosas positivas acerca de lo bien que les iba la vida...
Recuerdo mucho a una juez a quien Don Iván-Ramón había atendido anteriormente en dos ocasiones. Ella simplemente llegó a saludarlo y a contarle que cada vez se sentía más feliz, que había cambiado de juzgado, que tenía mucho menos trabajo y que, mágicamente, casi todos los casos que le llegaban se resolvían por sí solos, los abogados llegaban a acuerdos antes de los juicios y todo marchaba de maravilla en su vida...
Me acordé mucho de mi maestro de visión aural, Cristian Salado, quien alguna vez nos comentó en clase que cuando trabajaba en Cuba sus pacientes ya le llegaban curados porque había cambiado su configuración aural y era capaz de afectar a las personas a distancia, o sea, a niveles supra aurales.
Lo que más me repitió Don Iván es que por sobre todas las cosas, un chamán tenía que tener fe porque si uno mismo no cree que la sanación pueda tener lugar o que no cree, sin duda alguna, que puede ocurrir lo que uno está pidiendo para la persona, entonces no se puede ayudar a nadie. Y otra cosa que no me explicó, pero que pude apreciar al escucharlo hablar con tantas personas fue que era súper importante escuchar a la persona que acudía a la consulta, no juzgarla, ni "señalarle sus faltas", sino amarla incondicionalmente y devolverle su poder y su confianza en sí misma.
El primer día llegó una señora muy contrariada porque estaba casada, tenía dos hijos y acababa de tener un "affaire" con un hombre que parecía haberla engañado pues entró a su casa como maestro de feng-shui, para hacer un diagnóstico y terminó seduciéndola, argumentando que ellos se conocían de otras vidas donde habían sido pareja. Luego le cobró una gran cantidad al marido de la mujer y desapareció. El hombre le regaló un amuleto a la mujer y ella quería saber si estaba "embrujado" porque no dejaba de pensar en él y de sentirse mal consigo misma.
Don Iván le dijo muy amorosamente que ella era muy ingenua y que, aún si fuera cierto que ellos se habían conocido en otras encarnaciones, él debió haber respetado su matrimonio actual y contentarse con el reencuentro, no embaucarla para terminar haciéndola sufrir. Le habló desde el corazón con una gran ternura que hizo que se "derritiera" toda su culpa. Luego hizo una oración especial para "desactivar" el amuleto y programó el agua de la mujer pidiendo que el hombre embaucador se comunicara con ella y tuvieran oportunidad de cerrar ciclos quedándose ambos en paz.
La mujer dijo una y otra vez que no pensaba que él fuera a llamarla nunca más. Así es que al otro día estaba sorprendidísima cuando vino a vernos entre una consulta y otra, sólo para decirnos que efectivamente, aquella misma mañana el maestro de feng-shui le había llamado por teléfono, pero ella tuvo miedo y no quiso contestarle.
Don Iván le dio otros consejos que ya no pude escuchar porque tuve que ir a notificarle del retraso a la siguiente persona. Me gustaría mucho haber tenido oportunidad de observar la configuración aural de Don Iván-Ramón, sobre todo mientras preparaba el agua, pero como ayudante yo tenía que estar más en la "primera atención" pasándole huevos, yendo y viniendo del baño a tirarlos, cambiando el agua del cuenco, cambiando sábanas, acercándole el cuenco o vertiendo aceite durante los masajes, hacer pasar a las personas, cobrarles, en fin... En muy breves instantes pude mirarle el aura sin que "me despertara" señalándome que no estaba haciendo algo que se suponía que debía estar haciendo...
No obstante, tuve la oportunidad de sentir muchos fenómenos energéticos distintos estando a su lado. El más espectacular sucedió el segundo día, cuando una mujer que entró a la consulta (a quien por cierto conocí en un curso de meditación vipassana en Barcelona), esposa de un sanador, educadora y madre de un niño pequeño, recibió la visita de su poderoso guía.
Cuando Don Iván Ramón comenzó a mirar su mano y a permitir que el guía hablara a través de él, irradiaba un calor increíble y mientras hablaba comenzó a "irse", hacía largas pausas y se quedaba como dormido unos momentos, finalmente regresó y ya no habló más. La presencia del guía era tan poderosa que imponía un hermoso y poderoso silencio.
No obstante, yo sentí la imperiosa necesidad de comentarle algunas cosas sobre los efectos del tabaco en el campo áurico, y hablé sin que nadie me lo pidiera, sintiéndose que estaba rompiendo físicamente el silencio al pronunciar cada palabra, pero según parece ella necesitaba recibir esa información.
Al final el guía le dijo que tuviera siempre rosas en su casa y ella se sorprendió porque, según comentó, le había regalado una rosa a su marido después de una discusión y a la rosa le había pasado algo extraordinario que no pude escuchar porque tuve que ir a cambiar el agua del cuenco... gajes del oficio, jeje.
El caso es que, a partir de esa visita, la habitación y nosotros quedamos elevados a otra frecuencia que aún se incrementó más, o al menos así lo experimenté yo, porque con la siguiente paciente que entró, tuve que hacer un gran esfuerzo para no ponerme a llorar de emoción por el éxtasis en el que entré mientras le masajeaba las piernas. Me encontraba en un estado de sacralidad en el que sentía que era un enorme honor estar colaborando en la "realineación y balanceo" del cuerpo del maravilloso ser que lo habitaba, junto con el chamán más sencillo, tierno y humilde que había conocido.
Entré en unas coordenadas tipo cumbre de ayahuasca, pero sin ayahuasca, y lo más extraordinario es que duré muchísimo tiempo en ese estado, lo cual no me había ocurrido espontáneamente más que una vez en la vida, estando en el Parq Güell en Barcelona, pero aquello sólo duró unos quince o veinte minutos. Este estado era más consistente y lo más sorprendente es que ¡me duró varias horas! Recuerdo (como en un sueño, por cierto) que terminamos las consultas, me despedí de Don Iván recibiendo sus últimos consejos y los de mis guías a través de él.
Luego me fui corriendo a dar mi clase final en un taller de chakras en donde justamente me tocaba hablar de los efectos de los psicoactivos en el campo áurico... Y me sentía tan agradecida con las personas que me escuchaban, sentía que eran unos verdaderos héroes por haberse embarcado en la aventura de entrar en lo desconocido tomándose el esfuerzo de ir semanalmente a las clases durante dos meses para aprender algunas nociones básicas de anatomía sutil a fin de comenzar a acelerar su desarrollo evolutivo de manera consciente y de paso tener unos conceptos comunes que les permitían comprender lo que yo deseaba explicarles acerca de los efectos en el campo energético humano del café, el tabaco, el azúcar, el alcohol, la marihuana, la ayahuasca y otros psicoactivos.
En medio de la clase, aprovechando que mi esposo estaba allí y yo tenía el corazón tan abierto, le di las gracias públicamente por comportarse como "zar antidrogas" conmigo durante mucho tiempo a fin de ayudarme a encontrar el equilibrio en mis investigaciones. ¡Y mientras lo iba diciendo lloré y comprendí en varios niveles distintos que así era y que había sido un gran acto de amor y un gran trabajo en equipo el que estábamos haciendo! Y bueno, en fin, el caso es que fue un regalo enorme para mí haber tenido la oportunidad de pasar esos dos días trabajando con Don Ramón Iván (¡sin cansarme, para nada por cierto), ya que además de lo que me enseñó mediante su ejemplo y su palabra -la importancia capital de la fe, el poder de actuar abandonando la importancia personal, cómo ser manso, humilde y no juzgar a los pacientes- también se me brindó la oportunidad de experimentar que es posible acceder a un estado ampliado de conciencia, durante mucho tiempo, sin utilizar psicoactivos.
Entrar en este estado de forma voluntaria y duradera, sin utilizar ninguna herramienta, es mi meta desde hace tiempo y esto ha sido un gran aliciente para saber que es posible y está a nuestro alcance... Unos días antes de conocer a Don Iván soñé con un ovni. En la simbología onírica con la que trabajo -la de la cabalista Milena Llop- esto significa que se te va a presentar una oportunidad redireccionante en tu vida que no debes desaprovechar pues la magnitud de sus implicaciones está directamente relacionada con tu misión en la vida. Así es que, ya lo saben, si sueñan con un ovni estén alertas... y si tienen oportunidad de conocer a Don Iván Ramón, no dejen de hacerlo...
Vive en México, pero hace giras anuales a España, a Estados Unidos y creo que a otros países.
Karina Malpica www.karinamalpica.net PD: Para tod@s l@s que me han escrito pidiéndome los datos de don Ramón Iván, aquí les paso su teléfono en la Ciudad de México (zona Ajusco): 56456852. Es el único contacto que me dejó, no tengo su dirección y él no tiene correo electrónico.

 

Jesús de Nazareth... ¿Vivió como lo Narra la Biblia?

Ferney Yesyd Rodríguez
“Una señal inequívoca del amor a la verdad, es no mantener ninguna proposición con mayor seguridad de la que garantizan las pruebas en las que se basa.” John Locke, Filósofo inglés (1632-1704)
¿Quién dudaría de la historicidad de Jesús de Nazareth?
Contamos los años en “antes y después de Cristo”. Tantas personas creen que existió, de la misma manera que un héroe de la independencia, que se conmemoran las fechas de su nacimiento y su muerte. Sin embargo, sería prudente preguntamos: ¿Qué evidencias hay sobre la existencia de Jesús de Nazareth?
Si revisamos detalladamente, tendríamos que decir que no tenemos absolutamente ninguna prueba confiable, de fuentes seculares (no religiosas), que Jesús haya vivido, por lo menos de la forma descrita en la Biblia.
Esta respuesta elevará más de un par de cejas, a la vez que nuestros amigos católicos y protestantes nos dirán que la existencia de Jesús es tan indiscutible, que dividió la historia en “antes y después de Cristo”. Sin embargo, cabe mencionar que el sistema “antes y después de Cristo” no se inventó hasta el siglo VI y no se aceptó de manera general en Europa hasta el siglo XI. Nuestro sistema de contar los años en a. C y d. C lo debemos al monje Dionysius Exigius (o Dionisio el exiguo), quien por orden del Papa Juan I elaboró una cronología fijando el nacimiento de Jesús en el año 753 A. U. C. (ad urbe condita) o año 753 desde la fundación de Roma. El año 1 de la era cristiana fue fijado por Dionisio en
el 1 de enero del 754 A.U.C. En tiempos más recientes los historiadores prefieren utilizar las siglas A.E.C. (antes de la era común) y D.E.C. (después de la era común), por respeto a la diversidad cultural del mundo.
Los científicos fijan los eventos prehistóricos en “años antes del presente” BP (Before present). Por ejemplo, las pinturas rupestres de la Era glacial en la cueva de Altamira están fechadas en 17.000 años antes del presente. Utilizar en este caso el sistema “antes de Cristo” es una adjudicación culturalmente abusiva. ¿Les importaría en algo a esos cavernícolas el futuro nacimiento de un líder religioso?
Dionisio elaboró su sistema de contar los años, tomando como históricamente válidas las narraciones de los evangelios, las cuales analizaremos más adelante. Dionisio creía firmemente que Jesús nació el 25 de diciembre, ignorando el origen de esta costumbre.
En realidad, la Iglesia Católica empezó a celebrar navidad desde el siglo IV. La Enciclopedia de la Religión Católica, Tomo V dice al respecto: “La razón que llevó la Iglesia Romana a fijar la festividad en ese día, parece ser su tendencia a suplantar las festividades paganas por otras cristianas. De este modo se originaron muchas de las actuales fiestas litúrgicas. Ahora bien, sabemos que entonces en Roma los paganos consagraban el día 25 de diciembre en celebrar el Natalis invicti, el nacimiento del Sol Invencible, que después del solsticio, se engrandece en fuerza y claridad. Símbolo del Sol era Mitra, divinidad oriental, cuyo culto había sido introducido en Roma en 274. De este modo, para hacer ocurrencia a la fiesta pagana consagrada al nacimiento del Sol natural (Mitra), la Iglesia comenzó celebrando este Sol novus...”
Muchos investigadores han llegado a la conclusión que el Jesús que conocemos por el Nuevo Testamento resultó de una creación mitológica del primer siglo. Los investigadores han aplicado el Principio de Evidencia Negativa para llegar a tales conclusiones.
El Principio de Evidencia Negativa dice que no tenemos una buena razón para acreditar una proposición sí los siguientes tres principios se satisfacen:
1. Si todas las pruebas o evidencias que corroboran una proposición son de poca confianza.
2. No existe ninguna evidencia comprobando la proposición, cuando esta debería estar presente si la proposición fuese verdadera.
3. Si se ha realizado una búsqueda minuciosa y exhaustiva tras las evidencias corroborativas en el lugar apropiado.
El primer punto del Principio de Evidencia Negativa nos pide “que las pruebas que corroboran una proposición sean poco seguras” Esto es justo lo que ocurre con la única evidencia secular sobre la vida de Jesús: los dos breves pasajes de las obras de un historiador del siglo I, llamado Flavio Josefo. Josefo era un prolífico escritor, no obstante, solo escribió dos párrafos sobre Jesús. Uno es notoriamente una interpolación, y el otro es altamente sospechoso. Otras referencias a Jesús en los escritos seculares son demasiado ambiguas, o son interpolaciones posteriores.
Este hecho es bastante curioso, ya que la Biblia dice que Jesús fue un fenómeno de masas y que tuvo repercusiones en los eventos sociales de Oriente medio. Esto es como si en un futuro lejano, sólo se encontrarán dos breves pasajes sobre la existencia de un tal Nelson Mandela en los textos de historia de Sudáfrica y los diarios del siglo XX.
Al cuestionar a los creyentes sobre esto, ellos responden que se basan en sus sensaciones interiores, y es muy probable que tras enseñarles las incongruencias históricas de sus creencias ellos respondan: “Esto lo creo porque siento a Cristo en mi corazón”, o “Tú no puedes entender esto porque no has tenido esta experiencia de vida” o “Debes saber que Cristo cambió mi vida, y eso es suficiente para que yo crea”.
Sin embargo, estas razones son poco confiables, ya que las personas de todos los credos siempre han tenido sensaciones interiores, sea cual fuere la creencia que promulguen. Los cristianos nos dicen que ellos “siguen a Jesús”, pero es diferente ser seguidor de alguien a quien se puede ver y escuchar de primera mano, que seguir a unos religiosos que predican (e interpretan) unos textos escritos por unos fulanos, que escucharon hablar de un tal Jesús de Nazareth. ¡La diferencia entre estas dos situaciones es abismal!
En el siglo I, había la costumbre de escribir algo y atribuirlo a otra persona (a su mentor filosófico), tal actividad se conoce como “Pseudoepigrafía”.
Esto dificultó a los estudiosos la verificación de quien realmente escribió los libros del Nuevo Testamento.
Los apologistas cristianos dicen que la pseudoepigrafía era una técnica común en las escuelas de la época, y que en tal época no se consideraba moralmente incorrecta. Sin embargo, el autor Karlheinz Deschner, en su "Historia criminal del cristianismo", tomo 4 (falsificaciones y engaños), demuestra contundentemente que incluso en la antigüedad, esa práctica era reconocida como deshonesta y fraudulenta.
Los investigadores al aplicar ciertas técnicas, para determinar quién está hablando, cuál es su mensaje, el cuándo y el por qué, han concluido que los escritos más antiguos de los primeros cristianos son las cartas de San Pablo. Éstas probablemente datan del comienzo de la quinta década del primer siglo - bien después de los eventos de la vida de Jesús. Además de esto, no todas las epístolas que se encuentran en la Biblia como obras de Pablo, son realmente suyas, sino como se mencionó anteriormente, algunas fueron escritas por otras personas, quienes las atribuyeron a Pablo.
Las cartas paulinas fueron escritas antes que los evangelios, y ninguno de estos es anterior a por lo menos la séptima década. Los textos aceptados genuinamente como obras de Pablo son (Gálatas, 1 de Tesalonicenses, 1 y 2 de Corintios, Romanos, Filemón, y Filipenses).
Al examinar las cartas paulinas genuinas de forma aislada, queda claro que Pablo no tenía ninguna idea del nacimiento virginal de Cristo, además nunca afirmó haber vivido en la época de Jesús, o que cualquiera de sus mentores era contemporáneo de Jesús, o que Jesús había hecho cualquier milagro. Pablo tampoco asoció la muerte de Jesús con el juicio ante Pilatos. Pablo nunca corroboró la existencia de un Jesús en la primera mitad del primer siglo. Al revisar otros escritos cristianos anteriores a los cuatro evangelios, ahora considerados como apócrifos (que no pertenecen a la Biblia), queda claro que estos omiten las mismas cosas que Pablo omite, lo que nos lleva a pensar que los hechos biográficos asociados a Jesús fueron inventados posteriormente.
La elaboración de los evangelios abarca el periodo del año 70 D.E.C hasta el 120 D.E.C. aprox. Es necesario mencionar que los evangelios fueron escritos después de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 D.E.C. por orden del emperador Tito, dando fin a la rebelión judía contra el imperio romano. Este hecho es importante, ya que los predicadores fundamentalistas enseñan que Jesús profetizó la destrucción del templo, lo cual es completamente falso.
El primer evangelio escrito, de los cuatro presentes en la Biblia, fue el de Marcos. Su autor creía en supersticiones, demonios, posesiones por los mismos, y milagros. Todo esto afectó la escritura de su evangelio. El autor de Marcos no declara haber conocido a Jesús. Él probablemente escribió su evangelio en Siria (poco después de la destrucción de Jerusalén) para los romanos cristianos, que pasaban por la persecución de Nerón. Es así como Marcos escribió este evangelio probablemente para fortalecer a los perseguidos.
El evangelio de Marcos no menciona a José en la historia del nacimiento de Jesús. El autor se refiere a Jesús como "hijo de Maria", una descripción reservada a los hijos ilegítimos. En Marcos no hay detalles sobre el nacimiento de Jesús, no menciona nada sobre un nacimiento virginal, la visita de los reyes magos o de ángeles comentando el nacimiento con los pastores. La razón de esto es que esos mitos aún no habían sido incluidos en la doctrina cristiana.
El segundo evangelio fue el de Mateo. El autor de Mateo estaba empeñado en mostrar a los hebreos que Jesús era el Mesías prometido.
Cuando el autor de Mateo escribió su evangelio, tenía a su disposición la traducción griega del Antiguo Testamento conocida como “La Septuaginta” o “de los setenta”. En la septuaginta se tradujo mal un texto de Isaías que dice que, en respuesta a una señal, una mujer joven (almah es el término hebreo) concebiría a un niño que habría de llamarse Emmanuel. La palabra utilizada en hebreo no significa “virgen”, pues en tal caso el vocablo correcto debió ser “betulah”, esta palabra fue traducida al griego como “parthenos”, que significa virgen. Así ocurrió un cambio importante de significado y el autor de Mateo terminó afirmando que María era virgen cuando concibió a Jesús.
El autor de Mateo usó como fuente principal el evangelio de Marcos, por lo que incorporó los mitos de este evangelio, adicionó los suyos, y la historia fue alterada nuevamente. Para probar que Jesús era el Mesías, el autor de Mateo omite detalles en la genealogía de Jesús a fin de mostrar conjuntos de siete generaciones desde Abraham a David, de David hasta el exilio, y del exilio hasta Jesús. Las genealogías del evangelio de Mateo contradicen otras genealogías del Viejo Testamento.
También hay contradicciones entre los evangelios. En Mateo se menciona a Jesús como descendiente del rey David por parte de su hijo Salomón; mientras que en Lucas se afirma que Jesús proviene del rey de David, pero por parte de su hijo Natán. Según el evangelio de Mateo el abuelo paterno de Jesús (el padre de José) es Jacob; pero según Lucas el abuelo paterno de Jesús es Elí.
El Evangelio de Mateo fue un esfuerzo para convertir judíos, mientras que el Evangelio de Lucas lo fue para convertir gentiles (no judíos). El autor de Lucas también poseía una copia de Marcos, citó de ella varios pasajes y adicionó lo que le convenía.
El autor de Lucas escribió para un público romano lleno de posibles conversiones, por lo que Roma fue plasmada de la mejor manera posible.
Por ejemplo, en el evangelio de Marcos los soldados romanos azotan a Jesús, pero en el evangelio de Lucas los soldados son de Herodes. El reino de Jesús "no es de este mundo", obviamente un esfuerzo por aplacar las sospechas romanas de una conspiración cristiana contra el estado. Al ascender Domiciano al trono Romano en el año 81 D.E.C, la persecución se había reiniciado, por esto el autor de Lucas ve la necesidad de atenuar las preocupaciones romanas, mostrando el cristianismo como inofensivo. Por esto dedicó el documento a "Su excelencia Teófilo".
El último de los 4 evangelios es el de Juan. Este evangelio fue escrito a comienzos del siglo II, y en éste, Jesús se muestra totalmente opuesto a los judíos.
Como vemos, cada evangelio fue escrito recogiendo información de segunda o tercera mano, después de haberse incorporado mucha mitología, y con fines misioneros precisos. Por esta razón, ninguno de los 4 evangelios es confiable en cuanto a la historicidad de Jesús.
La segunda exigencia del Principio de Evidencia Negativa es que “no exista ninguna evidencia segura donde ésta debería existir”, y esto es lo que ocurre, ya que no existe ningún registro de la vida de Jesús en los documentos romanos de la época, lo cual es sorprendente, ya que Jesús causó gran conmoción, según la Biblia.
El historiador Josefo era tan meticuloso que escribía una historia de tres páginas para cubrir el juicio y ejecución de un ladrón común.
Flavio Josefo escribió exhaustivamente sobre Juan el Bautista, más sobre Jesús, sólo aparecen dos pequeñas referencias altamente cuestionadas por los investigadores. Desafortunadamente, los escritos de Josefo llegaron hasta nosotros solamente a través de fuentes cristianas, ninguna de ellas anterior al siglo IV, y se sabe que los escritos de Josefo fueron revisados.
Las dos referencias de Josefo sobre Jesús son cuestionables principalmente porque, es poco probable que siendo Josefo un judío, llamase a Jesús de Mesías, principalmente cuando él no daba crédito a otros aspirantes a Mesías. Además de esto, los comentadores que escribieron sobre Josefo antes de Eusebio (siglo IV D.E.C.) no citan ese pasaje.
La historia sobre el censo que ordenó Herodes, en la ciudad natal de cada habitante, y que llevó a José y María a Belén, no encuentra respaldo en los documentos romanos. Con esta historia, el autor del evangelio de Mateo buscaba convencer a los judíos que Jesús era el Mesías, ya que las profecías judías dicen que el Mesías nacería en Belén. Así que la historia de un censo en la que cada habitante tuviese que viajar a su ciudad de origen es un invento del autor de Mateo. Es importante recalcar que ningún gobernador hizo viajar a las gentes a sus ciudades de origen para ser censadas. Eso es absurdo, poco práctico y no sirve al verdadero propósito que tiene un censo: Saber qué personas viven en una determinada zona para colectar impuestos. Esta leyenda no tiene ninguna evidencia histórica.
La muerte de niños inocentes ordenada por Herodes a fin de matar al niño Jesús, también está ausente de los registros romanos. ¿Es posible que después de semejante masacre ningún historiador haya dicho algo al respecto? Algo similar ocurre con el arresto y juicio de Jesús. Todo esto es muy extraño, ya que los romanos eran muy meticulosos en cuanto a la historia escrita. En la Palestina de ese periodo se encuentran muchos historiadores, entre ellos, el ya mencionado Flavio Josefo. ¿Por qué los escritos contemporáneos fiables no dicen nada sobre Jesús de Nazareth, si según la Biblia, fue todo un fenómeno social?
El tercer requerimiento del Principio de Evidencia Negativa dice que “debemos haber realizado una búsqueda minuciosa y exhaustiva de evidencia en donde ella debería estar”. De hecho, esto ya se ha realizado tanto por investigadores religiosos como escépticos, por lo que hay que decir que el tercer punto se ha cumplido.
Con frecuencia las historias mutan, transformándose en mitos, y estos mitos a su vez sufren modificaciones con el tiempo. Así evolucionan las historias sagradas. Por ejemplo, en la Norteamérica del siglo XIX, el joven José Smith aseguró haber recibido una “nueva luz” que narraba las enseñanzas de Jesús en Norteamérica, ya que, según él, Jesús después de haber resucitado había hecho una escala en América para predicarle a los nativos (!!!). La nueva versión de la historia de Jesús que empezó con pocos creyentes, hoy ya tiene aproximadamente 6 millones de seguidores conocidos como mormones. De igual forma en los primeros años del cristianismo, las historias fantásticas inventadas por los evangelistas con el tiempo se convirtieron en la creencia de la mayoría.
Como conclusión podemos decir que basados en el Principio de Evidencia Negativa, tenemos buenas razones para dudar de la biografía de Jesús que se nos presenta en la Biblia. Pero lo que no se puede negar es la existencia de la omnipotente, omnipresente y creadora... ¡mitología de los seres humanos!
Lecturas recomendadas:
El Rompecabezas de Jesús: ¿Acaso no hubo Jesús Histórico? Por Earl Doherty
Historia criminal del cristianismo. Tomo IV “La Iglesia antigua: Falsificaciones y engaños”- Karlheinz Deschner. 1993. Editorial Martínez Roca.
Las cartas originales de Pablo. Senén Vidal, Ed. Trotta.
Milenio: Guía Racionalista. Stephen Jay Gould. 1998. Editado por CRITICA, Grijalbo, Barcelona.
No y amén. Invitación a la duda. Ranke Heinemann.
Who wrote the Gospels (Quien escribió los evangelios), por Randel Holms. Es un libro disponible por Amazom.com sobre los orígenes de los evangelios.
Who wrote the New Testament. (Quien escribió el Nuevo Testamento), por Burton L. Mack. Es un libro muy bien documentado en cuanto a los orígenes del Nuevo Testamento.