jueves, junio 03, 2021

El valor del silencio

 Bernabé Tierno

En Proverbios 17 se puede leer: “Hasta el necio, cuando calla, es contado por sabio”. Sin embargo, aunque son muchísimos más quienes defienden el valor del silencio, no faltan los detractores. Como Francis Bacon, que afirmó que es “la virtud de los tontos”, o Jean de la Brugere que, en la misma línea peyorativa, lo define como “el ingenio de los necios”. Personalmente, y poniéndome del lado del sentido común, pienso que son necesarios muchos años de sabiduría y de experiencias vividas para saber cuándo es tiempo de hablar y cuándo lo es de callar. Por eso, en este tema, estoy más cerca de los postulados de Ernest Hemingway, quien afirmó que se necesitan 2 años de la vida para aprender a hablar y 60 para saber callar.  La cuestión, por tanto, es saber discernir con exactitud cuando debemos permanecer en silencio. Bien porque hablar no va a conducir a nada o porque si lo hacemos corremos el riesgo de perjudicar a los demás o, incluso a nosotros mismos.

¿Por qué perder tiempo y energías pretendiendo convencer a alguien de quien se sabe, con toda certeza, que no sólo no va a entrar en razón, sino que va a montar en cólera, se va a sentir fatal e incluso padeceremos nosotros mismos?  El silencio, en este caso, resulta más rentable.


Hacer mutis por el foro es lo más sensato, pues como dice E. Zamacois: “El silencio es la elocuencia de los que han sufrido”: Digan lo que digan, el silencio, el arte de saber callar a tiempo, puede ir cargado de una ‘voz’, de un mensaje interior más claro y directo que las palabras, y convertirse en el oro del alma. Mariano José de Larra, en El don de la palabra, afirma: “El gran talento no consiste precisamente en saber lo que se ha de  decir, sino en saber lo que se ha de callar”: Lo mejor, entonces, sería hacer los primeros pinitos como aprendices de sabio apreciando en su justo valor la oportunidad del silencio.