miércoles, mayo 25, 2022

La Santa Síndone

Barrie M. Schworth

El estado actual de las investigaciones y descubrimientos en torno a la Sábana Santa de Turín es bastante más complejo de lo que algunos pretenden hacernos creer. Para algunos medios de información" parece que todo lo que se sabe de la Santa Síndone empieza y acaba en la rueda de prensa del 13 de Octubre de 1988, donde el Cardenal Ballestrero hizo público el resultado de la datación por el método del Carbono 14.

Los titulares de algunas publicaciones de aquellos días (y la propia TVE) llegaron a decir que la Santa Sede reconocía oficialmente que la Síndone era una falsificación medieval.

Bastaría repasar la declaración oficial efectuada por el, entonces, Obispo de Turín para ver que tal cosa no puede deducirse de sus palabras.

Es más, posteriormente (el 28 de Abril de 1989) S.S. Juan Pablo II en una rueda de prensa improvisada a bordo del avión en su viaje a Madagascar rechazó que la Síndone pueda considerarse como un simple icono: "La Iglesia nunca se ha pronunciado en este sentido. Siempre ha dejado la cuestión abierta a todos aquellos que quieran demostrar su autenticidad. Yo creo que es una reliquia."

Consecuentemente con esta posición, se han organizado dos ostensiones (exposiciones públicas) de la Sábana Santa; del 18 de Abril al 14 de Junio de 1998 y del 12 de Agosto al 22 de Octubre del 2000.

La anterior ostensión, que coincidió casualmente con el último cónclave, fue realizada en 1978 y reunió a más de 3.000.000 de personas en la Catedral de Turín en cuarenta y dos días. No hay, por tanto, cambio alguno respecto a la posición tradicional de la Iglesia. Nunca se ha pedido a los católicos que piensen de una determinada manera en este tema, que no es dogma de fe, ahora tampoco. Sin embargo, para opinar es necesario conocer lo que la ciencia ha venido diciéndonos en los últimos tiempos sobre la Síndone de Turín. Todo ello sigue siendo verdad...

El primer descubrimiento cabe atribuirlo, sin duda, al abogado italiano Secondo Pía. Su contribución fue muy simple desde el punto de vista material, pero resultó revolucionaria. Pía se limitó a realizar, en 1898, la primera fotografía de la Síndone.

Al examinar la placa que contenía el negativo fotográfico quedó desconcertado: La inversión del claroscuro, que ordinariamente se produce en la placa fotográfica, servía en este caso para mostrar el verdadero carácter de la figura (que aparecía extraña y borrosa cuando se contemplaba la Sábana al natural).

Para que pudiera verse la imagen que aparecía en la placa que sostenía en las manos era necesario que en la tela se hubiera "estampado" la figura del crucificado con el claroscuro al reves, pues en el negativo fotográfico aparecía el positivo óptico de la impronta. Se podían apreciar ahora todos los detalles; por fin era una imagen comprensible.

Este fenómeno se da siempre que se fotografía la Síndone, y parece innecesario recalcar que no existe antecedente alguno comparable con este caso.

No se conoce en la Historia de la iconografía, anterior al siglo veinte, de ningún artista que realizara su obra invirtiendo el claroscuro. El propio sentido de la negatividad de una imagen es contemporáneo a la aparición de la fotografía (e inconcebible para un artista medieval). ¿Qué sentido tendría en el siglo XIII realizar algo así, teniendo en cuenta que los contemporáneos no lo entenderían?.

¿Quién sería capaz de hacer algo semejante, dado el ínfimo desarrollo del realismo anatómico en la iconografía medieval?. No se conoce en la Historia de la iconografía, anterior al siglo veinte, de ningún artista que realizara su obra invirtiendo el claroscuro. El propio sentido de la negatividad de una imagen es contemporáneo a la aparición de la fotografía (e inconcebible para un artista medieval). ¿Qué sentido tendría en el siglo XIII realizar algo así, teniendo en cuenta que los contemporáneos no lo entenderían?.

¿Quién sería capaz de hacer algo semejante, dado el ínfimo desarrollo del realismo anatómico en la iconografía medieval?.

El descubrimiento de Pía suponía un gran hallazgo para la medicina, porque la imagen que aparece en el negativo fotográfico permitía un estudio minucioso de las diferentes heridas que se aprecian en el cuerpo del "Hombre de la Síndone".

El primer cirujano que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el Profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona Yves Delage (de la Academia de Ciencias de París) un convencido agnóstico. Para él no existía la menor duda de que sólo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber dejado tales huellas.

Son ya una multitud los médicos que, a lo largo de este siglo, ha corroborado estas afirmaciones: desde los pioneros como Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), o Giovanni Judica Cordiglia

(profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), hasta los más próximos a nosotros, -que han podidocomprobar sobre la propia tela sus afirmaciones- como el Dr. Robert Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital de Los Angeles, California), el Dr. Rudolf W. Hynek (de la Academia de medicina de Praga) o el Dr. Pier Luigi Baima Bollone (profesor de Medicina Legal de la Universidad de Turín) todos coinciden.

Un resumen somerísimo de las contundentes aseveraciones de todos ellos, partiría de considerar que las heridas son anatómicamente perfectas, pero más importante sería constatar que contienen una gran cantidad de detalles desconocidos en la Edad Media, por ejemplo el halo de suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista- salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, el hinchazón del abdomen -típico de la asfixia- etc...

Algunos aspectos de la imagen describen al ajusticiado con peculiaridades en clara contradicción con las representaciones de Cristo corrientes en la Edad Media. La ciencia moderna reconoce hoy que tales características son un signo de autenticidad porque muestran detalles -en los que no había reparado nadie- perfectamente ajustados a la realidad de la muerte del Crucificado (corona de espinas en forma de casco, clavos de las manos en el carpo - único punto en el que se podría sostener el crucificado en la cruz- y no en las palmas, lanzada en el costado derecho y no en el izquierdo...). Hechos como el de representar a Cristo completamente desnudo incluso hubiera supuesto un escándalo. Son muchas las lesiones que aparecen reflejadas con plena exactitud.

Citaremos algunas para que se constate hasta qué punto se da la pormenorización en todos los detalles: *El cartílago de la nariz aparece roto y desviado a la derecha. Podría deberse a una caída, pues se han encontrado restos microscópicos de tierra de las mismas características físicas que la de Jerusalén en este lugar, en la rodilla izquierda y las plantas de los pies.

*Bajo la región cigomática o malar derecha aparece una gran contusión. Los especialistas lo consideran el efecto que produciría un bastonazo propinado por un palo corto y redondo de 4-5 centímetros de diámetro. *En el resto de la cara aparecen diversas escoriaciones especialmente en la mejilla derecha y la región frontal.

*Sobre las arcadas supra orbitarias hay llagas contusas iguales a las que producirían puñetazos o palos. El arco ciliar derecho está tumefacto, hinchado. Las marcas sangrantes de la corona de espinas muestran más de 50 orificios. Los más importantes se corresponden exactamente con venas y arterias reales. (Piénsese que en la Edad Media se desconocía la circulación de la sangre, por ejemplo).

*A lo largo de todo el cuerpo pueden verse marcas idénticas a las que dejaría el instrumento que utilizaban los romanos para flagelar a un reo: el Flagrum taxillatum (objeto que no se usaba en la edad media y que se conoce en nuestros días por haber sido encontrado en excavaciones arqueológicas). El profesor Bollone ha podido contar más de 600 contusiones y heridas en todo el cuerpo y se cuentan las marcas de los azotes en unos 120. (Al estilo romano, pues los judíos no daban más de 40).

*La herida del costado tiene una forma elíptica del mismo diámetro que una lanza romana: 4.4 cm x 1.4 cm. (el hecho de estar en el costado derecho se explicaría por la práctica romana de dar este golpe a un enemigo que protege su corazón con el escudo que lleva en la izquierda).

El Dr. Judica Cordiglia ha demostrado que todas las heridas fueron producidas en vida del sujeto excepto la del costado que se infirió post mortem. Sobre el grupo étnico al que podría pertenecer el hombre de la Síndone, hay coincidencia entre los antropólogos. Por ejemplo T. Dale Stewart, del Museo Smithsoniano de Ciencias Naturales, afirma que los rasgos faciales son "los propios del grupo racial judío o semítico". Sería interminable referirse a todo lo que se sabe desde el punto de vista anatómico sobre "el Hombre de la Sábana Santa", baste con decir que estamos ante la única imagen que se ajusta 100% a lo que la Medicina legal considera que fue la muerte de Cristo.

Cerraremos este capítulo con 2 preguntas: ¿Pudo un falsificador medieval ser capaz de tener todos los conocimientos sobre fisiología, anatomía, física, etc, etc... que se requieren para hacer algo semejante? y, además, ¿Cómo lo hizo?... porque eso también está por ver...

En 1973 se produjo un nuevo descubrimiento: en este caso fue realizado por el Profesor Max Frei, Criminólogo suizo, botánico, palinólogo, Director del gabinete científico de la Policía de Zurich y perito de la Interpol. Max Frei recibió el encargo de autentificar las fotografías que una comisión científica, nombrada en 1969 por el Cardenal Pellegrino, había tomado. Al examinar detenidamente la tela notó la presencia de esporas de polen en la superficie del lienzo y obtuvo permiso para recoger unas cuantas muestras. Logró identificar en esta ocasión 49 especies diferentes de esporas, que fotografió, catalogó y conservó. Resultaron ser procedentes de plantas exclusivas de Palestina o Turquía (estepas del sur o área de Estambul) nada menos que 33. Las dos terceras partes de las muestras procedían de zonas ajenas a Europa, continente del que no ha salido el Lienzo desde el S. XIV.

Antes de dar un dictamen definitivo sobre los lugares en los que, según la Palinología, debería haber estado la Síndone, para quedar "contaminada" de tal modo, se dedicó a visitar las zonas en las que las investigaciones históricas colocaban anteriores estancias del Lienzo. Pudo comprobar in situ la perfecta correspondencia de especies. Logrando identificar 59 especies en total. La muerte le sorprendió antes de concluir el trabajo y publicar sus resultados definitivos, no obstante su estudio es altamente indicativo.

¿Cabe dentro de la lógica pensar en un falsificador que se tomara la molestia de "pasear" el Lienzo por aquellas tierras, a fin de dejar en él los testigos de su paso por Oriente, ...cientos de años antes de que se inventara el microscopio (indispensable para reconocer el polen)? ¿Quién se preocuparía de cuidar semejante detalle y cometería el inmenso error de utilizar un lienzo nuevo, de la época de la falsificación?

Piénsese que desde principios del S. XIV, está plenamente documentada la estancia de la Síndone en Francia. Un supuesto falsificador tendría que haber actuado coetáneamente a su aparición en Europa.

La mayor cantidad de datos sobre la Santa Síndone proceden de los estudios que realizó, a partir de 1977, un grupo de científicos dirigidos por el Dr. John Jackson y su compañero el Dr. Eric J. Jumper (Profesores de Física y de Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Denver, Colorado, y en el Centro de Pasadena -NASA- en Estados Unidos).

Su primera aportación se hizo pública en 1977: J. Jackson y E. Jumper estudiando las fotografías de la Síndone en el laboratorio de las fuerzas aéreas de Alburquerque, Nuevo México, con la colaboración de su colega el Dr. Bill Mottern descubrieron que la imagen de la Síndone contiene información tridimensional.

La mayor cantidad de datos sobre la Santa Síndone proceden de los estudios que realizó, a partir de 1977, un grupo de científicos dirigidos por el Dr. John Jackson y su compañero el Dr. Eric J. Jumper (Profesores de Física y de Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Denver, Colorado, y en el Centro de Pasadena -NASA- en Estados Unidos).

Su primera aportación se hizo pública en 1977: J. Jackson y E. Jumper estudiando las fotografías de la Síndone en el laboratorio de las fuerzas aéreas de Alburquerque, Nuevo México, con la colaboración de su colega el Dr. Bill Mottern descubrieron que la imagen de la Síndone contiene información tridimensional.

Aunque es difícil dar una explicación sencilla de lo que esto significa, podemos decir que supone que el grado de densidad de cada punto de la imagen de la S. Síndone está matemáticamente relacionado con la distancia del lienzo al cuerpo: Alcanza la máxima "brillantez" en las zonas en que el cuerpo tocó al tejido (nariz, frente, cejas...) y es menos intensa donde no se tocan (órbitas de los ojos, lados de las mejillas...). El hecho de que en ningún punto de la imagen la intensidad de la "marca" sea cero implica que la impronta no pudo hacerse por contacto.

Este descubrimiento puede calificarse de asombroso: supone prácticamente, por sí solo, descartar la posibilidad de un artífice humano. Nadie seria capaz de establecer tal cantidad de grados de "luminosidad" que se ajustaran matemáticamente a la relación distancia tela-cuerpo. Tras lograr resultados tan alentadores, el equipo STURP solicitó, y obtuvo permiso para realizar una exploración sobre la Síndone en Turín. Las Jornadas de observación directa duraron 120 horas ininterrumpidas.

El Dr. John Heller (Biofísico, profesor en el New England Institute, y miembro del STURP) cuenta que las disciplinas científicas utilizadas en esta investigación fueron, entre otras, las siguientes:
Fotografía: visible normal, infrarrojos, y ultravioleta, (unas 5000 fotografías en total). VP8: análisis de imagen. Ampliación de imagen computarizada. Análisis de la función de mapas. Imágenes topográficas. Análisis multiespectral. Análisis matemático de la imagen. Rayos X de baja energía: Fluorescencia de rayos X. Reflexión espectroscópica (o espectroscopía de reflexión de ultravioleta). Visibles. Infrarrojos. Termografía: Microdensímetro. Macroscopía. Microscopía: Polarización, fluorescencia, contraste de fase de electrones. Bioestereometría: Espectroscopio ("raman"). Láser de prueba microlasérica. Espectroscopio de dispersión de la energía del electrón. Transmisión espectral microespectrofotométrica. Prueba química húmeda: generación de porfirina fluorescente, tests de cianometahemoglobina y de hemocromógeno, test de proteasa (enzimas que hidrolizan o dividen las proteínas convirtiéndolas en compuestos más simples).

Inmunofluorescencia.

Y a todo esto hay que añadir más de 1.000 experimentos químicos para determinar la naturaleza de toda la imagen y de las marcas de sangre, así como la historia del lino, manchas de agua, fibras varias, partículas y restos (detritus), la presencia de pigmentos orgánicos e inorgánicos y vehículos oxidantes

trata de una imagen producida por contacto, lo que ha llevado a pensar que se originara por algún tipo de radiación emanada del cuerpo, instantánea en el tiempo, y que hubiera producido una especie de "chamuscadura". Sin embargo tendría que tratarse de una radiación con unas características no explicables desde el punto de vista físico. Algunos investigadores creyentes piensan que tal fenómeno podría haberse producido en el momento de la Resurrección pero, puesto que esta hipótesis es indemostrable, no puede haber un pronunciamiento científico en tal sentido.

No es posible recoger aquí los centenares de datos que no hemos mencionado: vestigios históricos de la Síndone siglos antes de que apareciera en Francia en el S. XIV, restos de ungüentos en la zona correspondiente a la cabellera que no pueden verse a simple vista, restos de tejido epitelial, testimonios y descripciones del S. X que se ajustan plenamente a la imagen que aparece en la Síndone, copias del S. VI... y reductores, más todos los posibles caminos humanos para tratar de crear una imagen igual a la de la Sábana.

SUS CONCLUSIONES FUERON:

1º: Hay sangre humana indudablemente. Se han detectado componentes exclusivos de esta. (Posteriormente el Dr. Baima Bollone ha podido determinar que corresponde al grupo sanguíneo AB -"casualmente" el más frecuente entre los hebreos y muy poco frecuente en los demás pueblos-). 2º: La imagen contiene al menos 9 características ( absoluta superficialidad, extrema pormenorización, estabilidad térmica y química plenas, comprobada ausencia de pigmentación de cualquier clase, estabilidad al agua, no direccionalidad, negatividad y tridimensionalidad) que obligan a excluir todas las técnicas conocidas para realizar la imagen (tintura, tinte, polvo, contacto directo, vaporigrafía, vapor y contacto...) Se puede concluir que no se conoce ningún procedimiento que permita reproducir una imagen con todas las características mencionadas. Lo que es claro es que no se · El biofísico francés Jean-Bautise Rinaudo, investigador de medicina nuclear en Montpelier, atribuye el origen de la imagen sindónica a una irradiación instantánea de protones emitidos por el cuerpo muerto del crucificado, bajo el efecto de una energía desconocida. Rinaudo considera que los átomos implicados en este fenómeno -que ha podido reproducir experimentalmente- son los del deuterio, presentes en la materia orgánica, y formados por un protón y un neutrón. Los protones podrían haber formado la imagen y los neutrones habrían irradiado el tejido, enriqueciéndolo en carbono 14 falseando la datación. · Por su parte el Dr. Garza Valdés, investigador del Instituto de Microbiología de la Universidad de San Antonio (Texas) ha podido comprobar también experimentalmente, con muestras de tela de la Síndone, que sobre la misma abunda -como en otros objetos que contienen sangre- un compuesto biológico formado por hongos y bacterias que no se pueden eliminar con los tratamientos de limpieza que se aplican en la datación por resultado.

· También ha estudiado el problema el Dr. Dimitri Kouznetsov, premio Lenin de Ciencias y Director del Laboratorio "E. A. Sedov" de Moscú, y ha realizado un experimento que, por su simplicidad puede tener enorme trascendencia. Sometió una tela del Siglo I, datada correctamente con carbono 14 por los laboratorios de Tucson, (uno de los que analizó la Síndone) a la reproducción de un incendio como el que sufrió la Sábana en 1532. Para sorpresa de todos, una segunda datación -con el mismo método del C14- atribuyó al lienzo una fecha muy posterior. ¡En unos días "rejuveneció" 13 sigl

No se puede dar por resuelto el enigma ni mucho menos, cuando la tecnología del siglo XX no es capar de producir una imagen igual. Y el C14 no es infalible...

Afirmar que se trata de una falsificación medieval exigiría una explicación mucho menos racional que afirmar que se trata del lienzo sepulcral de Cristo...

El incendio y el rescate

Por tercera vez en su historia conocida, la Sábana Santa de Turín se ha enfrentado a una peligrosa "prueba de fuego" y ha sobrevivido. Anteriormente a nuestros días el fuego había dejado sus huellas sobre el lienzo en una fecha sin determinar -previa a 1200- y en 1532, como consecuencia del devastador incendio que destruyó la Santa Capilla de Chambèry. Los sucesos ocurridos en la noche del 11 al 12 de Abril de 1997 fueron, basicamente, los siguientes:
A las 11.45 de la noche aproximadamente del viernes 11, el Padre Francesco Barbero, Párroco de la Catedral de San Juan Bautista, dio la primera alarma tras ser informado del incendio por un guardia del Palacio Real. En un primer momento no se supo con certeza si el incendio comenzó en la cúpula de la Capilla de la Síndone (que estaba en restauración con ocasión de las ostensiones de los próximos años), o bien en el ala del lado oeste del Palacio Real, que linda con la parte trasera de la Capilla. En cualquier caso, el incendio se extendió rápidamente a la capilla Guarini, entre la Catedral y el Palacio, y la envolvió en llamas.

Giuseppe Ivaro, guarda del Palacio, manifestó: "el humo se olía, y entonces vimos las llamas haciendo estragos en la cúpula".

Afortunadamente, la Síndone no estaba en su altar: el 24 de febrero de 1993 fue trasladada a un sitio más seguro dentro de la misma Catedral de San Juan, para protegerla mientras se hacían las obras. Entre el altar mayor y la Capilla Real, en la zona del coro de los canónigos, se había construido una vitrina de cristales blindados antibalas para albergar temporalmente el relicario de plata que contiene la Sábana.

Las autoridades están de acuerdo en que si hubiera estado en su lugar habitual en el altar, habría sido completamente destruida por las llamas.

Los bomberos de Turín respondieron inmediatamente a la alarma y uno de ellos, Mario Trematore, sabiendo que la reliquia estaba en peligro, pidió a sus compañeros que trajeran una maza y empezó a golpear los cristales. Después de un centenar de golpes, rompió los dos cristales -de un grosor de 39 mm. cada uno- que le separaban de la reliquia, y con la ayuda de sus compañeros, tomó el relicario de plata de la vitrina rota y rápidamente lo sacaron de la Catedral. A los pies de la escalinata de acceso al templo un coche de policía esperaba ya la preciosa carga, y, con la máxima diligencia, fue llevada a la residencia del Cardenal Giovanni Saldarini, Arzobispo de Turín y Custodio de la Síndone. Aunque las llamas aun no habían llegado adonde estaba la Síndone, grandes trozos de la cúpula estaban cayendo al suelo de la catedral con gran peligro para los bomberos.

Al ser preguntado de dónde había sacado las fuerzas para romper el cristal, Trematore, conocido sindicalista de izquierdas que no se considera católico, contestó:
"El cristal puede parar las balas, pero no la fuerza de los valores representados por el símbolo que lleva dentro. Rompimos el cristal con sólo una maza y las manos que aun me sangran. Es extraordinario".
"Dios me ha dado las fuerzas para romper el cristal".

A la 1.36 de la madrugada, cuando los bomberos sacaron la Sábana de la Catedral, cientos de observadores aplaudieron la Azaña, mientras otros lloraban al ver los daños. Unos 200 bomberos siguieron luchando con las llamas durante más de 4 horas, hasta las 4.30 cuando por fin el incendio fue controlado.

Los Daños

Al examinar minuciosamente las cenizas y los escombros dejados por el incendio, las autoridades han determinado el alcance de los daños y la posible causa del desastre. Los primeros informes indican que el interior de la catedral y el Palacio Real adjunto, que alberga muebles y cuadros valiosos de los siglos XVIII y XIX, sufrieron muchos daños. La pared de cristal que separaba la capilla de la catedral se hizo añicos. El altar, diseñado por el famoso artista Bertola, sufrió menos daños de los que se pensaron en un principio. Afortunadamente parece que los andamios de las obras protegieron el altar de las llamas y de los escombros que caían. La capilla, sin embargo, sufrió los mayores desperfectos, con un 66% de l a capa de mármol dañada por el calor. Habrá que valorar la estabilidad de la estructura más detalladamente. La catedral misma no sufrió mucho aunque el agua y el humo dejaron sus huellas. El incendio también alcanzó el piso superior del Palacio Real donde una torre se derrumbó envuelta en llamas.

Poco antes de que se descubriera el incendio, hubo una cena en la que estaban presentes el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, y el ministro italiano de asuntos exteriores, Lamberto Dini.

El pasillo que unía la Capilla de la Síndone con el lado oeste del Palacio Real, ardió durante toda la noche. Las pruebas de 1978 tuvieron lugar en este misma parte del palacio por lo que es posible que las salas dónde se realizaron los análisis del STURP estén muy dañadas.

El Gobierno italiano empleará 59 millones de dólares de los fondos destinados a las obras del jubileo del año 2000, fuera de Roma, para restaurar la capilla de Guarini, aunque esta cifra no cubrirá toda la restauración.

Comunicación oficial a la prensa del Cardenal de Turín:

"El incendio que comenzó durante la noche en la Capilla de Guarini, al lado de la Catedral de Turín, ha dañado toda la estructura y los adornos de la capilla misma, pero -gracias a Dios- el relicario de la Síndone no ha sufrido ningún daño. El edificio de la catedral está enteramente a salvo, mientras los daños más graves fueron en la Capilla y en el Palacio Real. Quiero agradecer de todo corazón a los bomberos, a las autoridades civiles, a los soldados y a la policía, que hicieron todo lo que pudieron en esta emergencia. El relicario que contiene la Sábana fue sacado inmediatamente de la catedral y se guarda ahora en un lugar seguro.

Este grave suceso ha ocurrido cuando nuestra Iglesia está preparando la solemne exposición de la Síndone en abril de 1998, anticipando el Gran Jubileo del Tercer Milenio. El incendio destructor, el grave daño material a un monumento de la fe y del arte, representa para toda la gente de Turín -y para todo el mundo que ha dirigido la mirada a Turín en estas horas- una prueba, un llamamiento, una Gracia. Una prueba de nuestra fe, y de nuestra capacidad como creyentes y ciudadanos, vinculados con estos tesoros que son las raíces de nuestra cultura y de nuestra manera combinada de vida.

Las llamas también son un llamamiento -un llamamiento preciso- a la responsabilidad que tenemos todos de defender y de proteger la herencia religiosa, artística e histórica, tan íntimamente vinculada con nuestra experiencia como Iglesia y como Ciudad.

¿Por qué sucedió? En el evangelio de hoy, Jesús nos dice 'no tengáis miedo', algo que puede decir, algo que podemos oírla decir, cuando sucede algo terrible. La catedral y la Síndone, de la cual soy Custodio, han sido tocadas por el desastre y se han salvado. Fue digno de la medida de Dios decir 'no tengáis miedo'. Ahora sabemos con seguridad que camina sobre el agua, sube a nuestro barco y nos lleva a tierra. Doy las gracias por esta señal con fe".
Giovanni Saldarini (Turín, 12 de abril de 1997).

Verificación del estado de la Síndone

Tras la inspección realizada el 14 de abril por el arzobispado de Turín, que procedió a la apertura del relicario de plata, la Curia de Turín ha confirmado que la Sábana no ha sufrido ningún daño a raiz del incendio y su estado general de conservación es muy similar -al menos aparentemente- al que tenía en 1978.

Un punto que no ha sido aclarado hasta la fecha es el origen y las circunstancias en las que se produjo el foco de fuego inicial, por lo que se ha abierto una investigación judicial en toda regla. El Cardenal Saldarini afirmó que la Síndone "se encuentra en lugar seguro", pero se negó a revelar su paradero hasta que los jueces precisen si el incendio fue fortuíto o provocado.