¿Una amenaza real para la Tierra en 2032?
• Fecha de detección: 27 de diciembre de 2024.
• Sistema responsable: ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides), con base en Chile.
• Designación oficial: 2024 YR4.
• Tamaño estimado inicial: Entre 40 y 90 metros de diámetro.
Este asteroide fue detectado gracias a una red de telescopios que monitorean objetos cercanos a la Tierra. Su trayectoria inicial generó inquietud por la posibilidad de impacto en diciembre de 2032.
Evaluación de riesgo inicial
• Probabilidad de impacto con la Tierra: 3,1% (según estimaciones de la NASA en febrero de 2025).
• Energía potencial de impacto: Hasta 8 megatones de TNT (más de 500 veces la bomba de Hiroshima).
• Clasificación en la Escala de Torino: Nivel 3 (riesgo moderado, requiere atención científica). Este nivel de amenaza llevó a la activación del Protocolo de Seguridad Planetaria de la ONU, algo sin precedentes.
Nuevas observaciones y avances tecnológicos
• Instrumento clave: Telescopio Espacial James Webb
• Aportación: Observaciones en espectro infrarrojo permitieron estimar con mayor precisión el tamaño y trayectoria.
• Tamaño actualizado: Entre 53 y 67 metros.
Gracias a estas observaciones, se redujo el margen de error en las estimaciones previas y se ajustó el modelo orbital del asteroide.
Últimas teorías y estado actual.
• Actualización de riesgo (mayo 2025): La NASA ha descartado oficialmente cualquier posibilidad de impacto con la Tierra.
• ¿Y la Luna?: Existe una probabilidad del 3,8% de impacto con la Luna el 22 de diciembre de 2032.
• Impacto lunar: No tendría consecuencias sobre la Tierra ni afectaría la órbita lunar.
Comparación con otros asteroides
Apofis (2004 MN4) 2004- 2,7% - para 2029 - Riesgo descartado
2022 AE1 - 2022 - Alto - para 2023 - Riesgo descartado
2011 AG5 2011 - 1% - para 2040 - Riesgo descartado
2024 YR4 2024 - 3,1% - para 2032 Riesgo descartado para Tierra - Posible impacto lunar.
Reflexión final
Aunque el asteroide 2024 YR4 generó alarma inicial, la ciencia ha demostrado una vez más su capacidad para anticipar y mitigar riesgos. El seguimiento constante, el uso de tecnología avanzada como el telescopio James Webb y la cooperación internacional han sido claves para descartar una amenaza real.
