Mi crecimiento espiritual depende de mi. En consciencia con mi poder creador me reconozco hijo del mundo para revivirlo en paz, amor y luz".
Algunas veces he solicitado respuesta al porqué tuve que vivir algún tipo de relación con una cierta pareja que entraba en mi vida. La respuesta me la dio un precioso libro que se llama “Volver al Amor” de Marianne Williamson.
Si el propósito de una relación es que la gente sane y la sanación solo se puede producir cuando mostramos nuestras heridas; entonces el ego nos enfrenta a un callejón sin salida.
Nos relacionamos para aprender de nuestros errores. El ego se defiende del amor. El dolor que se siente en las relaciones puede ser perversamente cómodo. Y estamos acostumbrados a él porque es lo único que conocemos y nos resistimos a abandonarlo. El crecimiento personal también nos duele, porque nos enfrenta a nuestra propia oscuridad. El objetivo del crecimiento es salir de la oscuridad, de las pautas emocionales del dolor, para encaminarnos a las que nos proporcionan paz.
Dejar de justificar lo pasado y ver aquí y ahora dispuesto a sanar la herida del pasado y sanarme a través del Espíritu. Entregándole a El los recuerdos que me hacen caer en esa reacción de enojo que me provoca recordar algo que ya “fue” en el pasado. Cambiar nuestra pauta de respuesta y crear una que nos brinde paz . Sería ayudándonos a reprogramar el ordenador emocional. Escoger el camino del amor en lugar del conocido y tenebroso enojo. Optar por identificarme con mi propia fuerza. Mi verdadero ser de puro amor, es indestructible. El Espíritu nos guarda la verdad en depósito, hasta que decidimos volver a El.