Mostrando entradas con la etiqueta Especial Jorge BUCAY. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Especial Jorge BUCAY. Mostrar todas las entradas

sábado, octubre 25, 2025

¿Qué Terapia es esta?

Jorge Bucay en RECUENTOS PARA DEMIÁN.
Los cuentos que contaba mi analista.
Nuevo extremo. Bs. As. 1999
Desde hacía tiempo muchos de mis amigos me preguntaban a mí, como le preguntaban a otros, qué tipo de terapia era esta que yo estaba haciendo. Estaban todos tan sorprendidos por algunas cosas que yo contaba sobre el gordo y sobre lo que pasaba en el consultorio, que no podían encuadrar esta forma de trabajar con ningún modelo terapéutico que ellos conocieran (y, para qué negarlo, con ninguno que yo hubiera conocido tampoco).
... Así que aquella tarde, cuando llegué, aprovechando que mis cosas estaban más o menos en calma ("ordenadas cada una en su lugar" como decía el gordo), le pregunté a Jorge qué terapia era esa.
_ ¿Qué terapia es? ... Qué sé yo... ¿Será terapia esto? _ me contestó el gordo.
¡Mala suerte!, pensé, el gordo está en esos días herméticos en que es inútil tratar de obtener respuesta a algo... Insistí:
_ En serio, quiero saber.
_ ¿Para qué?
_ Para aprender.
_ ¿Para qué te serviría aprender qué tipo de terapia es esta?
_ Ya no puedo zafar de esto, ¿no? _ dije, intuyendo lo que seguía.
_ ¿Zafar? ¿Para qué querés zafar?
_ Mirá, me rompe las pelotas no poder preguntarte nada. Cuando VOS tenés ganas, te copás explicando y cuando no, es imposible conseguir que contestes una puta pregunta. Carajo, ¡No es justo!
_ ¿Estás enojado?
_ Síííííí, estoy enojado.
_ ¿Y qué hacés con tu enojo? ¿Qué querés hacer ahora con la bronca que sentís? ¿Te la vas a llevar puesta?
_ No, quiero putear. ¡La puta que lo parió!
_ Puteá otra vez.
_ ¡La puta que lo parió!
_ Otra vez. Otra vez.
_¡¡ LA PUTA QUE LO PARIÓ!!
_ Seguí. ¿A quién estás puteando? ¡Seguí!
_ La puta que lo parió! Gordo de mierda. ¡La puta que te parió!
El gordo miró en silencio cómo yo recuperaba el aliento y retomaba poco a poco mi perdido ritmo respiratorio.
Recién algunos minutos después, abrió su boca:
_Este es el tipo de terapia que hacemos, Demi, una terapia al servicio de comprender lo que te está pasando en cada momento. Una terapia destinada a abrir brechas entre tus máscaras, para dejar salir cada vez más al verdadero Demián que sos.
Una terapia, de alguna manera, única e indescriptible, porque está armada sobre las estructuras de dos personas únicas e indescriptibles que somos vos y yo; y que han acordado, por ahora, prestar más atención al proceso de crecimiento de una de ellas: vos.
Una terapia que no cura a nadie, porque reconoce que sólo puede ayudar a algunos a que se curen a sí mismos. Una terapia que no intenta producir ninguna reacción, sino solamente actuar como un catalizador capaz de acelerar un proceso, que se hubiera producido de todas maneras con o sin terapeuta.
Una terapia que (al menos con este terapeuta), se parece cada vez más a un proceso didáctico, y, en fin, una terapia que jerarquiza más el sentir que el pensar, más el hacer que el planificar, más el ser que el tener, más el presente que el pasado o el futuro.
_ Ese es el punto. El presente. Esa es la diferencia que me parece que hay con mis terapias anteriores: el énfasis que vos ponés en la situación actual. Todos los otros terapeutas que conocí o de los que me contaron siempre, están interesados en el pasado, en las razones, en los orígenes del problema; vos no te ocupás mucho de todo eso. Si no sabés dónde empezó el despelote ¿Cómo podés arreglarlo?
_ Para hacerla corta, la vamos a tener que hacer larga. A ver si lo puedo explicar: en el universo terapéutico, y hasta donde yo sé, habitan más de 250 formas de terapia que se corresponden más o menos con otras tantas posturas filosóficas. Estas escuelas son todas diferentes entre sí, en la ideología, en la forma o en el encuadre, pero apuntan creo, todas a un mismo fin: mejorar la calidad de vida del paciente. Quizás en lo que no podamos ponernos de acuerdo es en lo que para cada terapeuta quiere decir "mejorar la calidad de vida"... pero en fin!
Sigamos. Estas 250 escuelas podrían agruparse en tres grandes líneas de pensamiento, según el acento que cada modelo psicoterapéutico ponga en su exploración de la problemática del paciente:
1. Escuelas que se focalizan en el pasado.
2. Escuelas que se focalizan en el futuro.
3. Escuelas que se focalizan en el presente.
La primera línea, lejos la más poblada, incluye todas aquellas escuelas que parten (o funcionan como si partiesen) de la idea que un neurótico es un tipo que una vez, allá lejos, cuando era chiquito tuvo un problema y paga desde entonces las consecuencias de aquella situación. El trabajo entonces consiste en recuperar todos los recuerdos de la historia pretérita del paciente, hasta encontrar aquellas situaciones que ocasionaron esta neurosis.
Como estos recuerdos están, según los analistas, "reprimidos “en el inconsciente, la tarea es hurgar en ese inconsciente buscando los hechos que fueron "ocultados".
El ejemplo más claro de este modelo es el psicoanálisis ortodoxo.
Para identificar a estas escuelas, yo suelo decir que buscan el POR QUÉ?
Muchos analistas, como yo los veo, creen que con sólo encontrar el motivo de ese síntoma, esto es, si el paciente descubre por qué hace lo que hace, si se hace consciente lo inconsciente, entonces todo el mecanismo empezará a funcionar correctamente.
El psicoanálisis - por tomar la más difundida de estas escuelas- tiene como casi todas las cosas, ventajas y desventajas:
La ventaja fundamental es que no existe (o yo no creo que exista) otro modelo terapéutico que brinde un conocimiento más profundo de los propios procesos interiores. Ningún otro modelo es capaz, parece, de llegar al nivel de autoconocimiento al que se podría llegar con las técnicas freudianas.
En cuanto a las desventajas son por lo menos dos.
Por un lado, la duración del proceso terapéutico (según me dijo alguna vez un analista, un tercio del tiempo vivido por el paciente cuando comenzó su terapia), demasiado largo, lo cual lo hace fatigoso y antieconómico (no sólo en dinero).
Y, por otro lado, la dudosa efectividad "terapéutica" del modelo. Personalmente dedo de que el insight alcance verdaderamente para modificar un planteo de vida, una postura enfermiza o el motivo de consulta que trajo al paciente a consulta.
En la otra punta, creo yo, están las escuelas psicoterapéuticas focalizadas en el futuro. Estas líneas, muy en boga en este momento, podría yo sintetizarlas más o menos en lo siguiente: El verdadero problema es que el consultante equivoca la conducta adecuada a su intención. Por lo tanto, la tarea no consiste en descubrir por qué le pasa lo que le pasa (esto ya se da por sentado), ni en saber quién es el individuo que sufre; el punto es cómo conseguir que el paciente llegue adonde él se propone, o consiga lo que desea o enfrente lo que teme para vivir más productiva y positivamente.
Esta línea representada en forma clásica por el conductismo propone la idea de que sólo se pueden aprender nuevas conductas ejecutándolas, cosa que el paciente difícilmente se atreverá a hacer sin la ayuda, el apoyo y la dirección de una ayuda exterior. Esta ayuda será preferiblemente dada por un profesional que le indicará las conductas, recomendará en forma explícita las actitudes y acompañará de hecho al paciente en este proceso de reacondicionamiento saludable.
La pregunta básica de este modelo no es ¿Por qué? Sino ¿CÓMO?
Esto es, cómo conseguir el objetivo buscado.
Esta escuela tiene también ventajas y desventajas: la primera de las ventajas es la increíble efectividad de la técnica y la segunda, la rapidez del proceso (algunos neoconductistas americanos, hablan hoy de terapias que insumen entre una y cinco consultas). La desventaja más obvia es que para mí el abordaje es superficial; el paciente nunca termina de conocerse ni de descubrir sus propios recursos y queda, por lo tanto, ligado a resolver solamente la situación de consulta y en estrecha dependencia de su terapeuta. Lo que no tendría nada de malo, pero no alcanza para el imprescindible contacto con uno mismo.
La tercera línea es, desde el punto de vista histórico, la más nueva de las tres. Está integrada por todas aquellas escuelas psicoterapéuticas que focalizan su tarea en el presente.
Desde el punto de vista general, partimos de la idea de no investigar el origen de los sufrimientos ni elegir conductas para saltear ese sufrimiento; más bien se centra en establecer qué está pasando con esta peculiar persona que consulta y para qué está ella en esta situación.
Vos sabés que esta es la línea que yo elijo para trabajar y por ello es obvio que creo que es la mejor. No obstante, lo cual, reconozco que también este camino tiene desventajas (... y hasta ventajas): Comparativamente, no son terapias tan largas como el psicoanálisis ni tan cortas como las neoconductistas; una terapia de este modelo transcurrirá en un lapso de seis meses a dos años. Sin tener la profundidad ortodoxa, generan -a mi criterio- una buena dosis de autoconocimiento y un buen nivel de manejo de los recursos propios.
Por otro lado, si bien es capaz de fertilizar el proceso de mejor contacto con la realidad actual, anida el peligro de promover en los pacientes, aunque sea por un rato, la idea de una filosofía de vida pasatista y liviana, una postura de "vivir el momento" que no tiene nada que ver con el "presente" que estas escuelas plantean, el que por supuesto admite y requiere muchas veces de la experiencia y
de los proyectos de vida.
Hay un viejísimo chiste que quizás sirva para ejemplificar estas tres líneas. La situación del chiste es muy burdamente la misma y voy a contarte tres finales diferentes para darme el lujo de burlarme por un ratito de estas tres líneas de pensamiento:
SITUACIÓN BASE (Común a los tres):
Un tipo tiene encopresis (en buen romance: se caga encima). Consulta a su médico que, luego de exámenes e investigaciones, le recomienda (no habiendo encontrado base orgánica) consultar con un psicoterapeuta.
FINAL ALTERNATIVO UNO.
(El terapeuta consultado fue un psicoanalista ortodoxo).
Cinco años después, el tipo se encuentra con un amigo:
_ Che, ¿Cómo te va con tu terapia?
_ ¡Bárbaro!_ contesta el otro, eufórico.
_ ¿Ya no te cagás más encima?
_ Mirá, cagar me sigo cagando, pero ahora ya sé por qué me cago!
FINAL ALTERNATIVO DOS.
(El terapeuta consultado fue un conductista).
Cinco días después, el tipo se encuentra con un amigo:
_ Che, ¿Cómo te va con tu terapia?
_ ¡Bárbaro!_ contesta el otro, eufórico.
_ ¿Ya no te cagás más encima?
_ Mirá, cagar me sigo cagando, pero ahora uso bombachitas de goma.
FINAL ALTERNATIVO TRES.
(El terapeuta consultado fue un gestáltico)
Cinco meses después, el tipo se encuentra con un amigo:
_ Che, ¿Cómo te va con tu terapia?
_ ¡Bárbaro!_ contesta el otro, eufórico.
_ ¿Ya no te cagás más encima?
_ Mirá, cagar me sigo cagando, pero ahora no me importa!!
_ Pero ese planteo me parece demasiado apocalíptico _ quise defender yo.
_ Es posible, pero en todo caso este Apocalipsis es real. Tan real como que tu sesión terminó.
... Hacía mucho que no puteaba tanto a alguien!

 

domingo, noviembre 20, 2022

14 Pedidos de un Hijo a su Padre

Jorge BUCAY

1. No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si me haces quedar mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.

2. No me des sin medida, todo lo que te pida. A veces pido para saber hasta cuánto es razonable tomar.

3. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero perder el respeto por ninguno de los dos.

4. No estés siempre dando órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

5. Cumplí las promesas que hagas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; si es una penitencia sostenedla.

6. No digas mentiras delante de mío, ni me pidas que las diga por vos, ni siquiera para sacarte de un apuro. Me hace sentir mal y perder la fe en lo que decís.

7. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y manteen tu decisión, porque si no viviré siempre pendiente del próximo cambio de idea.

8. Déjame valerme por mí mismo. Si lo haces todo por mí, nunca podré aprender. Por si lo olvidaste sólo se aprende de los errores.

9. Cuando estés equivocado en algo, admitidlo crecerá la opinión que yo tengo de vos y de paso me enseñas a admitir también mis equivocaciones....

domingo, junio 12, 2022

Cómo Crecer?

Jorge Bucay 

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. 

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. 

Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. 

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. 

Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca. 

El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? 
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. 

En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda". 
Ahora es tu turno. 
Estás aquí para contribuir con tu fragancia. 

Simplemente mírate a vos mismo. 
No hay posibilidad de que seas otra persona. 
Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia condena.

20 Pasos Hacia Adelante

Jorge BUCAY 

1- Conózcase usted mismo 

2- Sea autónomo 

3- No intente ser bueno en todo (ríase 1° de sus defectos) 

4- Nadie triunfa sin ser amado (salude, agasaje, sonría) 

5- Este informado (pero no sobre informado) 

6- Actualice lo que sabe 

7- Equípese (descarte lo preconcebido, sea creativo) 

8- Organice su tiempo y respete el tiempo ajeno 

9- Cuide su imagen (aprenda a vender) 

10- Mejore el promedio 

11- Rodéese de las personas adecuadas 

12- Asuma riesgos evaluados 

13- Cuídese de las adicciones (también al trabajo) 

14- No derroche su tiempo (invierta en su futuro) 

15- Negocie lo que le conviene y no ceda mas allá de ello 

16- Diga que si cuidándose diga que no cuidando al otro 

17- Aprenda de sus fracasos (o volverá a fracasar) 

18- Si lo cree necesario pida ayuda 

19- Vuelva a empezar tantas veces como sea necesario 

20- No dude en el resultado final.

viernes, abril 29, 2022

Las Huellas Doradas

Jorge Bucay

Martín había vivido gran parte de su vida con intensidad y gozo.

De alguna manera su intuición lo había guiado cuando su inteligencia fallaba en mostrarle el mejor camino.

Casi todo el tiempo se sentía en paz y feliz, ensombrecía su ánimo, algunas veces, esa sensación de estar demasiado en función de sí mismo.

Él había aprendido a hacerse cargo de sí y se amaba suficientemente como para intentar procurarse las mejores cosas. Sabía que hacía todo lo posible para cuidarse de no dañar a los demás, especialmente a aquellos de sus afectos. Quizás por eso le dolían tanto los señalamientos injustos, la envidia de los otros o las acusaciones de egoísta que recogía demasiado frecuentemente de boca de extraños y conocidos.

¿Alcanzaba para darle significado a su vida la búsqueda de su propio placer?

¿Soportaba él mismo definirse como un hedonista centrando su existencia en su satisfacción individual?

¿Cómo armonizar estos sentimientos de goce personal con sus concepciones éticas, con sus creencias religiosas, con todo lo que había aprendido de sus mayores?

¿Qué sentido tenía una vida que sólo se significaba a sí misma?

Ese día, más que otros, esos pensamientos lo abrumaron.

Quizás debía irse. Partir. Dejar lo que tenía en manos de los otros. Repartir lo cosechado y dejarlo de legado para aunque sea en ausencia ser en los demás un buen recuerdo.

En otro país, en otro pueblo, en otro lugar, con otra gente, podría empezar de nuevo. Una vida diferente, una vida de servicio a los demás, una vida solidaria.

Debía tomarse el tiempo de reflexionar sobre su presente y sobre su futuro.

Martín puso unas pocas cosas en su mochila y partió en dirección al monte.

Le habían contado del silencio de la cima y de cómo la vista del valle fértil ayudaba a poner en orden los pensamientos de quien hasta allí llegaba...