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lunes, octubre 27, 2025

¿Qué estás buscando?

J. KJ. Krishnamurti
¿Qué está buscando? (pregona la Voz).
¿Usted se esfuerza, lucha, sufre y siente dolor eterno sin satisfacer sus anhelos?
¿Busca dinero, posesiones, fama, confort físico, amor, seguridad espiritual, ser útil y servicial?
Si realmente piensa que la respuesta es una de estas cosas, le digo que no. Lo que usted está buscando continuamente, día y noche, es Felicidad.
Todas estas otras cosas son sólo aparentemente el objetivo de sus esfuerzos, las recompensas de sus luchas. Estas otras cosas están brillantes, atractivas, balanceándose frente a su cara y se están moviendo ante usted, vaya donde vaya. Son las lentes a través de las cuales usted mira la Felicidad.
Por eso le digo, deténgase por un instante y escuche. Considere esta cuestión.
¿No está perdiendo de vista el objetivo de su búsqueda en el proceso de buscar?
¿No están sus prendas continuamente complicando la maquinaria de su progreso?
¿No están sus ojos tan fijos en los automóviles que usa, que ha dejado de mirar el país por el que viaja?
Deténgase por un instante y escuche.
Como el primer viento tibio de primavera, le envío a usted un mensaje nuevo, uno que es eternamente joven. Lo que usted busca está siempre en su mano. Se esfuerza continuamente hacia cielos lejanos, cuando los campos iluminados por el sol de la Felicidad están alrededor suyo. En su celo equivocado, negocia por elevaciones a lo largo del camino a cambio de monedas de virtud, bondad, benevolencia y piedad. No por su valor intrínseco, sino por lo que le comprarán, usted valorará sus virtudes y adquisiciones.
Corre hacia acá y allá en constante ansiedad, o si no se sienta apáticamente a lo largo de la orilla del camino con la mirada abatida, esperando otro vehículo que lo lleve.
¡Oh! Usted que apila en sus espaldas el bulto de su piedad, sus acciones buenas, sus anhelos reprimidos, sus posesiones, su fama, su conocimiento y sus pobres creaciones, esperando hacer negocio debido a su Ansioso Corazón que a su vez sabe que con todo esto no puede comprar nada.
Sí, mientras está trabajando, su Felicidad Suprema no ha despertado en su corazón como florece un loto, entonces todo lo que ha recogido es polvo inútil.
Y por lo tanto le digo que cese la persecución de los fines con los cuales usted ha esperado comprar Felicidad, la Felicidad está dentro suyo todo el tiempo.
Sea Feliz, y entonces todo lo que haga valdrá la pena.
¿Es éste un sonido nuevo y extraño?
Si es así, es porque en la noche que ahora está pasando, no ha podido ver claramente. Ha construido imágenes de arcilla alrededor suyo y ha permitido que esas imágenes lo engañaran. Usted que sigue el camino religioso, ¿qué hay de su culto, sus contribuciones, su concurrencia a la iglesia, sus oraciones?
¿Han sido nada más que monedas de conducta con las cuales ha esperado comprar felicidad espiritual?
¿O le han creado un cielo para usted aquí y ahora?
¿Usted, que se esfuerza por obtener riquezas, y conocimientos que lo conforten y consuelen, está simplemente construyendo una casa de naipes después de otra, o construyó algo dentro suyo que sabe durará para toda la eternidad?
Usted que busca crear, ¿lo hace por la fama que sus creaciones le traerán, o el dinero que hará, o lo hace porque hay algo dentro suyo que lo impulsa, sin pensar en las consecuencias?
Le hago estas preguntas sobre usted, ¡Oh! Niños del Alba, porque el Nuevo Día está a mano, y de sus respuestas dependerá su habilidad de encender su luz fuerte y discernir la belleza del mundo que descubrirá.
Usted no es, ni esclavo, ni títere, sino un dios en el proceso de autodescubrimiento. No son ustedes débiles aspirantes que buscan reconocimiento divino, sino herederos del mismo Universo.
La lluvia cae en la cima de la montaña, y así el arroyo fluye al mar por muchos valles y desiertos, y halla su curso. Ni el cielo, ni el mar, están interesados en qué dirección toma el arroyo.
Sólo es importante, el Origen y el Objetivo.
Si la Fuente se seca en lo alto, el arroyo cesa de fluir.
Lo mismo pasa con el hombre.
Cese su preocupación y su tormento como camino de su progreso.
Si usted es la Fuente, derrámese dentro del Universo, y conozca el éxtasis de fluir.
No desperdicie tiempo con la ilusión del desierto. Los espejismos que lo engañan son de su propia creación.
Busque sólo Realidad.
La Realidad siempre se dejará alcanzar, siempre estará presente.
Haga aquello que lo hace sentir feliz, y hará lo correcto.
PENSAMIENTOS
Yo no tengo nombre
Yo soy como la fresca brisa de los montes,
Yo no tengo asilo
Yo soy como las aguas sin abrigo.
Yo no tengo santuarios cual los Dioses misteriosos,
Ni estoy en la sombra de los templos solemnes.
Yo no tengo sagradas escrituras
Ni estoy sazonado en la tradición.
Yo no estoy en el incienso
Que sube a los altares
Ni en la pompa de las grandes ceremonias,
Tampoco estoy en la dorada imagen,
Ni en el sonoro canto de la voz melodiosa
Yo no estoy limitado por teorías
Yo soy la Vida
Ni corrompido por creencias,
No estoy en la servidumbre de las religiones
Ni en la pía asistencia
De sus sacerdotes.
Yo no soy engañado por filosofías
Ni el poder de sus sectas me da nombre
Yo no soy humilde ni conspicuo,
Ni apacible ni áspero;
Yo soy el Adorador y el Adorado.
Yo soy Libre.
Mi canción es la canción del río
En su anhelo por los mares inmensos divagando, divagando, divagando ...
Yo soy la Vida.

 

sábado, octubre 11, 2025

Miradas de "KRISHNAMURTI"

"El ser luz para uno mismo, niega toda experiencia. El 'uno' que experimenta como el experimentador, necesita de la experiencia para existir y, por profunda o superficial que ésta sea, la necesidad de experiencias se vuelve cada vez mayor. La experiencia es conocimiento, tradición; el experimentador se divide así mismo para distinguir entre lo placentero y lo doloroso, entre lo tranquilizador y lo inquietante. El creyente experimenta conforme a su creencia, conforme a su condicionamiento.
Estas experiencias proceden de lo conocido, porque el reconocimiento es esencial -sin él la experiencia no existe.
Toda experiencia deja una huella a menos que, tal como surge, se termine. Toda res puesta a un reto es una experiencia, pero cuando la respuesta proviene de lo conocido, el reto pierde su frescura y vitalidad; entonces hay conflicto, desorden y actividad neurótica. La esencia misma del reto es cuestionar, perturbar, despertar, comprender. Pero cuando ese reto se traslada al pasado, uno está; eludiendo el presente. La convicción de la experiencia implica negar la investigación. Inteligencia es libertad para inquirir, para investigar el 'yo' y el 'no yo', lo interno y lo externo.
La creencia, las ideologías y la autoridad impiden el discernimiento directo que sólo adviene con la libertad. El deseo de experiencias, de cualquier clase que sean, tiene que ser superficial o sensorio, consolador o placentero, porque el deseo, por intenso que sea, es el heraldo del pensamiento, y el pensamiento es lo externo. El pensamiento puede fabricar lo interno, pero ello sigue siendo lo externo. El pensamiento jamás descubrirá lo nuevo, porque él es viejo y nunca es libre.

La libertad está más allá del pensamiento
Toda la actividad del pensamiento es la negación del amor. Cuando uno es luz para sí mismo, esa luz es la luz de todos los demás. Ser luz para uno mismo implica que la mente se halla libre del reto y la respuesta, porque entonces la mente está por completo despierta, está totalmente activa. Esta atención no tiene un centro, el 'uno' que está atento- y, por tanto, no tiene un límite. Mientras existe un centro, el 'yo', tienen que existir el reto y la respuesta adecuada o inadecuada, placentera o dolorosa. El centro jamás puede ser luz para sí mismo; su luz es la luz artificial del pensamiento, y éste tiene muchas sombras. La compasión no es la sombra del pensamiento, sino que es luz, luz que no es ni de uno mismo ni de algún otro"

De la obra de Krishnamurti titulada Diario II Sobre la Verdadera Negación

MAESTRO: En una de sus pláticas a los niños usted dijo que cuando surge un problema uno debe resolverlo de inmediato. ¿Cómo ha de hacerse eso?
KRISHNAMURTI: Para resolver un problema inmediatamente, usted tiene que comprender el problema. ¿Es la comprensión de un problema una cuestión de tiempo o es cosa de percepción intensa, de intensidad en el ver? Digamos que yo tengo un problema, que soy vanidoso. Es un problema para mí en el sentido de que crea un conflicto, una contradicción dentro de mí. Es verdad que soy vanidoso y también es cierto que no quiero serlo. Primeramente, debo entender el hecho de que soy vanidoso. Tengo que vivir con ese hecho. Debo no sólo estar intensamente atento al hecho, sino comprenderlo en su totalidad. Ahora bien, ¿es una cuestión de tiempo la comprensión? Puedo ver el hecho de inmediato, ¿verdad? Y la instantaneidad de la percepción. de ver, disuelve el hecho. Cuando veo una cobra, hay acción instantánea. Pero no veo la vanidad del mismo modo. Cuando veo la vanidad, o bien me gusta y por lo tanto continúo con ella, o no la quiero porque genera conflicto. Si no genera conflicto, no hay problema. La percepción y la comprensión no pertenecen al tiempo. La percepción es cuestión de intensidad en el ver, un ver que es total. ¿Cuál es la naturaleza de ese ver algo totalmente? ¿Qué es lo que a uno le da la capacidad, la energía, la vitalidad, el impulso de encarar algo de inmediato, con toda su energía no dividida? En el momento que uno ha dividido la energía, surge el conflicto y, por lo tanto, no existe el ver, no existe la percepción de algo en su totalidad. Ahora bien, ¿qué es lo que le da la energía para hacerlo saltar cuando ve una cobra? ¿Cuáles son los mecanismos que hacen que todo el ser, orgánico y psicológico, salte sin vacilación alguna, de manera que la reacción sea inmediata? ¿Qué es lo que ha intervenido en esta inmediatez? Han intervenido varias cosas en esa acción inmediata: miedo, protección natural, los cuales deben estar presentes, el conocimiento de que la cobra es mortífera. Ahora bien, ¿por qué no tenemos la misma acción enérgica con respecto a la disolución de la vanidad? Estoy tomando la vanidad como un ejemplo. Existen diversas causas que han contribuido a mi falta de energía. Me gusta la vanidad, el mundo se basa en ella, es el fundamento del modelo de comportamiento Social, me proporciona cierta sensación de vitalidad, cierta cualidad de dignidad, de superioridad, la impresión de que soy un poco mejor que otros. Todo esto obstruye esa energía que se necesita para disolver la vanidad. Entonces, o bien analizo todas las causas que han obstaculizado mi acción, impidiéndole disponer de la energía para encarar la vanidad, o veo el hecho de inmediato. El análisis es un proceso de tiempo, un proceso de postergación. Mientras estoy analizando, la vanidad continúa y el tiempo no va a terminar con ella. De esta manera, tengo que ver la vanidad en su totalidad, pero carezco de la energía necesaria para ver. Ahora bien, reunir la energía disipada requiere que lo haga no sólo cuando me estoy enfrentando a un problema como la vanidad, sino que debo estar acumulando energía todo el tiempo, incluso cuando no hay ningún problema. Nosotros no tenemos problemas permanentemente. Hay momentos en que no tenemos ninguno. Si en esos momentos acumulamos energía - acumular en el sentido de estar despiertos-, entonces, cuando surge el problema, podemos hacerle frente sin pasar por el proceso del análisis.

MAESTRO: Existe otra dificultad. Cuando no hay problemas ni estamos acumulando esta energía, tiene lugar cierta forma de actividad mental.
KRISHNAMURTI: Hay un desgaste de energía en la mera repetición, en reaccionar a la memoria, a la experiencia. Si observa su propia mente, verá que un suceso placentero se repite una y otra vez. Usted quiere regresar a él, quiere pensar en él, y por lo tanto el suceso adquiere cierto ímpetu. Cuando la mente está alerta, no hay disipación. ¿Es posible dejar que ese ímpetu, que ese pensamiento florezca? Esto implica no decir nunca «esto está bien o está mal», sino vivir el pensamiento hasta el final, sentir que el pensamiento puede florecer de manera que se termine por sí mismo. ¿Deberíamos abordar el problema de otro modo? Hemos estado hablando de crear una generación con una nueva cualidad de la mente. ¿Cómo lo haremos? Si yo fuera maestro aquí, éste sería mi interés fundamental, y es obvio que un buen educador lleva este interés en el corazón: producir una mente nueva, una nueva sensibilidad, un nuevo sentir hacia los árboles, el cielo, el firmamento, los ríos, crear una conciencia nueva, no la vieja conciencia refundida en un nuevo molde. Me refiero a una mente completamente nueva, no contaminada por el pasado. Si ése es mi interés, ¿cómo lo llevo a cabo? En primer lugar, ¿se puede producir una mente nueva de tal naturaleza? No una mente que sea una continuación del pasado en un nuevo molde, sino una mente no contaminada. ¿Es eso factible, o debe el pasado continuar en el presente para ser modificado y puesto en un nuevo molde? En cuyo caso no hay nueva generación: es la vieja generación que se repite en una forma nueva. Yo creo que es posible crear una generación nueva. Y pregunto: ¿Cómo he de hacer, no sólo para experimentar esto en mí mismo, sino para expresárselo al estudiante? Si yo veo algo experimentalmente en mí, no puedo dejar de expresárselo al estudiante. Indudablemente, no es una cuestión de yo y el otro, sino algo compartido, ¿verdad? ¿Cómo he de producir, entonces, una mente que no esté contaminada? Usted y yo no somos recién nacidos, hemos sido contaminados por la sociedad, por el hinduismo, por la educación, por la familia, la sociedad, los periódicos. ¿Cómo nos abrimos paso a través de la contaminación? ¿Digo que ésta forma parte de mi existencia y la acepto? ¿Qué hago, señor? Aquí tenemos un problema: nuestras mentes están contaminadas. Para los de mayor edad es más difícil abrirse paso. Usted es comparativamente joven y el problema es descontaminar la mente. ¿Cómo ha de hacerse? O bien es posible o no lo es. Entonces, ¿cómo ha de descubrir uno si lo es o no? Me gustaría que se metiera de lleno en esto.
¿Sabe lo que significa la palabra «negación»? ¿Qué significa negar el pasado, negar que uno es hindú? ¿Qué entiende usted por la palabra «negar»? ¿Ha negado algo alguna vez? Existe una negación verdadera y una falsa negación. La negación que obedece a un motivo es una negación falsa. Negar con un propósito, con una intención, negar con un ojo puesto en el futuro no es negar. Si yo niego algo con el fin de conseguir otra cosa, eso no es negación. Pero existe una negación que no obedece a un motivo. Cuando niego sin saber qué es lo que me depara el futuro, ésa es la verdadera negación. Niego ser hindú, niego pertenecer a organización alguna, niego cualquier credo particular, y en esa misma negación me vuelvo completamente inseguro. ¿Conoce usted una negación semejante, ha negado algo alguna vez? ¿Puede negar de este modo el pasado, negar sin saber lo que el futuro le depara? ¿Puede negar lo conocido?

MAESTRO: Cuando niego algo, digamos el hinduismo, hay una comprensión simultánea de lo que es el hinduismo.
KRISHNAMURTI: Lo que discutimos es la posibilidad de producir una mente nueva. Una mente que está contaminada no puede ser nueva. Así que estamos hablando de la descontaminación y si ésta es posible. Y en relación con eso comencé por preguntar qué es lo que usted entiende por negación, porque me parece que la negación tiene muchísimo que ver con esto. La negación tiene que ver con una mente nueva. Si yo niego limpia mente, sin raíces, sin motivos, ésa es la negación real. Ahora bien, ¿es posible? Mire, si yo no niego por completo la sociedad en la que ¿están incluidas la política, la economía, las relaciones sociales, la ambición, la codicia, si no niego todo eso por completo, es imposible descubrir qué significa tener una mente nueva. Por lo tanto, el primer paso en asentar los cimientos consiste en negar las cosas que he conocido. ¿Es eso posible? Es obvio que las drogas no van a producir una mente nueva: nada la producirá, excepto una negación total del pasado. ¿Es eso posible? ¿Qué dice usted? Y si he respirado el perfume, si he visto, si he gustado una negación de tal naturaleza, ¿cómo haré para comunicársele al estudiante? Él debe tener lo conocido en abundancia: matemáticas, geografía, histerias, y, no obstante, debe estar plena e inexorablemente libre de lo conocido.

MAESTRO: Señor, todas las sensaciones dejan un residuo, una perturbación que conduce a diversos tipos de conflicto y otras formas de actividad mental. El enfoque religioso tradicional consiste en renunciar a estas sensaciones mediante la disciplina y la negación. Pero en lo que usted dice parece haber una receptividad elevada con respecto a tales sensaciones, de modo que las sensaciones se perciben sin distorsión alguna y sin residuo.
KRISHNAMURTI: Ésa es la cuestión. Sensibilidad y sensación son dos cosas diferentes. Una mente que es esclava del pensamiento, de la sensación, de los sentimientos, es una mente residual. Goza con los residuos, disfruta pensando en el mundo placentero y cada pensamiento deja una huella, que es el residuo. Cada pensamiento sobre un determinado placer que usted ha experimentado deja una marca que contribuye a la insensibilidad. Es obvio que eso entorpece la mente; la disciplina, el control y la represión la embotan todavía más. Yo digo que la sensibilidad no es sensación, que la sensibilidad significa que no hay marcas, que no hay residuos. ¿Cuál es, entonces, la cuestión?
MAESTRO: ¿La negación de que usted habla es diferente de la que consiste en restringir las sensaciones? KRISHNAMURTI: ¿Cómo ve usted esas flores, cómo ve su belleza y es completamente sensible a ellas de modo que no haya residuos, ni recuerdos, para que cuando vuelva a verlas una hora más tarde, usted vea una nueva flor? Eso no es posible si la ve como una sensación y asocia esa sensación con las flores, con el placer El modo tradicional es excluir por completo lo placentero porque tales asociaciones despiertan otras formas de placer; por eso usted se disciplina para no mirar. Extirpar la sensación con un bisturí es algo inmaduro. ¿Cómo han de hacer entonces la mente y los ojos para ver el extraordinario color sin que deje marca alguna? Yo no estoy pidiendo un método.
¿Cómo surge ese estado? De otro modo no podemos ser sensibles. Es como una placa fotográfica que recibe impresiones y se renueva a sí misma. Es expuesta y, sin embargo, se vuelve negativa para la siguiente impresión. Así, todo el tiempo, la mente se está purificando de cada placer. ¿Es eso posible o en lugar de tratar con hechos estamos jugando con las palabras? El hecho que veo claramente es que cada sensibilidad residual, cada sensación embota la mente. Niego ese hecho, pero no sé qué significa ser tan extraordinariamente sensible que las experiencias no dejen huella y, no obstante, vea esa flor con plenitud, con tremenda intensidad. Veo como un hecho innegable que cada sensación, cada sentimiento, cada pensamiento deja una huella, moldea la mente, y que esas impresiones no pueden en modo alguno producir una mente nueva. Veo que tener una mente con huellas implica muerte, de modo que niego la muerte. Pero no conozco lo otro. También veo que una buena mente es sensible, sin el residuo de la experiencia. Experimenta, pero la experiencia no deja secuelas de las que extraiga más experiencias, más conclusiones, más muerte. Niego lo uno y desconozco lo otro. ¿Cómo va a tener lugar esta transición de la negación de lo conocido a lo desconocido? ¿Cómo niega uno? ¿Niega uno lo conocido, no en grandes sucesos dramáticos, sino en los pequeños acontecimientos? ¿Niego cuando me estoy afeitando y recuerdo lo bien que lo pasé en Suiza? ¿Niega uno el recuerdo de un rato agradable? ¿Se da uno cuenta de ello y lo niega? Eso no es dramático, no es espectacular, no se entera nadie. Y, sin embargo, esta constante negación de las cosas pequeñas, estas pequeñas eliminaciones, las pequeñas borraduras, y no sólo una impresionante gran limpieza, son esenciales. Es esencial negar el pensamiento como recuerdo, agradable o desagradable, cada minuto del día y a medida que va surgiendo. Uno hace esto sin ningún motivo, no lo hace con el fin de entrar en el extraordinario estado de lo desconocido. Usted vive en el Valle de Rishi y piensa en Bombay o Roma. Esto crea conflicto, embota la mente, la divide ¿Puede verlo y descartarlo’?? ¿Puede seguir descartándolo, no porque desee entrar en lo desconocido? Usted nunca puede saber lo que es lo desconocido, porque en el momento en que lo reconoce como lo desconocido se encuentra nuevamente en lo conocido. El proceso de reconocimiento es un proceso por el cual lo conocido continúa. Como no sé qué es lo desconocido, sólo puedo hacer lo siguiente: ir desaprendiéndome del pensamiento conforme va surgiendo. Usted ve esa flor, la siente, ve su belleza, su intensidad, su extraordinaria brillantez. Después va usted al cuarto en que vive, que es feo, no está bien proporcionado. Usted vive en ese cuarto, pero tiene cierta sensación de belleza y comienza a pensar en la flor; entonces atrapa el pensamiento conforme surge y lo borra. Ahora bien, ¿a qué profundidad descarta usted, desde que profundidad niega la flor, niega a su esposa, a sus dioses, su vida económica? Usted tiene que vivir con su mujer, con sus hijos, con esta horrible y monstruosa sociedad. No puede apartarse de la vida. Pero cuando niega por completo el pensamiento, el dolor y el placer, su relación es diferente. De modo que debe haber una negación total, no parcial, no un conservar las cosas que le agradan y negar las que no le agradan. Bien, ¿cómo le transmite usted al estudiante lo que ha comprendido?

MAESTRO: Usted ha dicho que en el enseñar y el aprender existe un estado de intensidad en el cual uno no dice «yo le estoy enseñando algo». Ahora bien, ¿este constante borrar las huellas del pensamiento tiene algo que ver con la intensidad del estado de enseñar-aprender? KRISHNAMURTI: Evidentemente. Mire, yo siento que el enseñar y el aprender son lo mismo. ¿Qué es lo que tiene lugar aquí? Yo no le estoy enseñando, no soy su maestro o autoridad. Simplemente exploro y le comunico mi exploración. Usted puede tomarlo o dejarlo. La posición es la misma con respecto a los estudiantes.

MAESTRO: ¿Qué es entonces lo que tiene que hacer el profesor?
KRISHNAMURTI: Usted sólo puede descubrirlo cuando está negando constantemente. ¿Lo ha intentado alguna vez? Es como si no pudiera dormirse ni un solo minuto durante el día.

MAESTRO: Eso no sólo requiere energía, sino que también libera una gran cantidad de energía.
KRISHNAMURTI: Pero primero debe usted tener la energía para negar.