
Mónica Rodríguez-Zafra (Ed.)
AGRADECIMIENTOS
Gracias a la Editorial Desclée De Brouwer y a Carlos Alemany por la oportunidad que nos han brindado para publicar este trabajo en su colección Serendipity, de crecimiento personal.
Gracias a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en especial al Vicerrectorado de Extensión Universitaria, desde el que se organizan los Cursos de Verano. Haber podido participar en ellos durante estos tres últimos años ha permitido sentar las bases de este proyecto.
Gracias a los profesores de esos cursos de verano. Cada uno de ellos, presente o no en este libro, ha contribuido a que hoy sea posible esta publicación. Especialmente, gracias a cada uno de los autores del los capítulos del presente volumen, por el esfuerzo que ineludiblemente acompaña al compromiso de un proyecto como éste.
Gracias a los alumnos que han asistido a los cursos de verano ya que, aunque las inquietudes personales, intelectuales y docentes de los profesores han sido el primer motor de estos cursos y de este libro, el interés, el entusiasmo y la paciencia de los alumnos que han asistido a los cursos han sido, y siguen siendo, el sentido de este trabajo.
Sus palabras de ánimo y gratitud son el alimento más nutritivo que conlleva este esfuerzo.
Gracias a las personas que no aparecen en este libro, ni en estos
agradecimientos: a profesores y a formadores, a los grandes ejemplos de entrega y bien hacer que, por suerte, encontramos a lo largo de la vida.
INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, la Psicología ha manifestado una clara orientación clínica centrada en la investigación de los trastornos psicológicos y su posible prevención e intervención. No obstante, la Psicología actual muestra un interés creciente por adentrarse en el conocimiento de la vertiente positiva del ser humano y el desarrollo de sus potencialidades, interés que refleja la necesidad del hombre de este siglo de conocerse a si mismo y desentrañar el difícil camino del crecimiento personal, alcanzando un equilibrio y bienestar mayores.
El libro que usted tiene en sus manos pretende abordar el estudio del crecimiento personal a partir de la contribución de la investigación psicológica más actual y las aportaciones del conocimiento que otras culturas milenarias tienen acerca de la naturaleza humana y su evolución. Este es, sin duda, un enfoque novedoso.
Desde los desarrollos de la nueva Psicología Positiva, la psicología humanista y el encuentro cultural entre oriente y occidente, a lo largo del libro se pretende orientar hacia el por qué y el cómo le corresponde a la Psicología el dar respuesta a la creciente demanda social de profesionales que ayuden en los procesos de maduración y crecimiento personal.
Este libro está constituido fundamentalmente por las ponencias presentadas en el Curso de Verano titulado Aportaciones de la Psicología Occidental y de las Sabidurías Orientales para el Crecimiento Personal, celebrado en el año 2003 en La Coruña, en la XIV edición de los Cursos de Verano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
A su vez, el citado curso fue la continuación de los Cursos de Verano impartidos en el año 2002 en La Rioja, titulado Psicología, Psicobiología
e Intervención en las Emociones y Sentimientos desde una Perspectiva Holística y en el año 2001 en Ávila, titulado Psicología Integral.
Esta trayectoria de Cursos de Verano iniciada por un grupo de profesores de la UNED, con la colaboración inestimable de profesores de otras universidades y de profesionales de la psicología y de la terapia, ha dado lugar a una serie de actividades que han culminado en la elaboración de este libro.
Este curso nació con la intención de poner de manifiesto que a la psicología le compete responder a la demanda social de profesionales
que ayuden en los procesos de maduración y crecimiento personal y de resaltar la importancia de que los profesionales de la ayuda psicológica y la educación conozcan y se comprometan en este proceso.
A continuación se realizará un pequeño apunte de las implicaciones de los conceptos de madurez y crecimiento personal, de los motores o motivaciones que impulsan a las personas a comenzar un proceso de crecimiento personal, de algunos de los procesos que conlleva el camino del crecimiento personal, de los presupuestos desde los que se ha realizado este trabajo y de las razones por las que se ha considerado enriquecedor integrar las aportaciones teóricas y prácticas de Oriente y Occidente.
¿Qué es y cómo afrontar un proceso de crecimiento personal?
¿Dónde acudir? La psicología y, por tanto, los psicólogos, pueden ayudar a las personas que desean iniciar, o continuar, su proceso de crecimiento interior. Como defendían los pioneros de la psicología humanista, y como se defiende también actualmente desde la nueva corriente en psicología denominada psicología positiva, liderada entre otros por Martín E. Seligman, la psicología tiene una función importante en la ayuda para el desarrollo de las potencialidades humanas, además de su ya clásico rol en el tratamiento de los procesos que implican un mayor o un menor grado de patología.
Considerando que la madurez personal es el resultado de un proceso de individuación y de asunción de la responsabilidad sobre la propia vida y sobre las repercusiones que nuestra forma de vivir tiene sobre los demás, se puede entender la madurez como resultado de un proceso y como resultado de haber aceptado la vida interior como algo dinámico, cambiante y no determinado, lo que a su vez conlleva la idea de proceso continuo. Estos planteamientos, junto a la consideración del hombre como un ser libre, no determinado aunque sí condicionado, que puede elegir cómo, por qué y para qué quiere vivir su propia vida, sientan las bases del concepto de crecimiento personal, para describir el proceso a través del cual se van
alcanzando estados más elevados de madurez. Lo que también lleva a constatar que la humanidad (cada hombre) no ha alcanzado el punto más alto de su desarrollo humano.
Si bien muchas veces las crisis y los problemas personales constituyen
las motivaciones fundamentales para iniciar un proceso de crecimiento personal, también es verdad que en el hombre reside un profundo deseo de crecer, de desarrollar los valores del ser de los que hablaba Abraham Maslow y de dar respuesta a planteamientos existenciales que den sentido y gozo interior a su vida, como ya planteó magistralmente Víktor Frankl.
Estos dos procesos, el desarrollo de los valores del ser y la búsqueda
de sentido, conllevan un proceso de autoconocimiento, o de exploración interior, y un proceso de autotrascendencia, de salida de uno mismo y de encuentro con los demás y con la trascendencia.
Esta búsqueda personal parece cada vez más profunda en nuestra sociedad occidental. Las personas sienten la necesidad de crecer una vez que tienen satisfechas sus necesidades vitales, como bien ponen de manifiesto muchas enseñanzas espirituales tanto orientales como occidentales, la búsqueda interior de lo mejor de uno mismo constituye una necesidad humana vital, además de ser, en muchos casos, una gran ayuda para la superación de algunos problemas o situaciones difíciles.
Por otra parte, aunque de las diferentes escuelas psicológicas se derivan procedimientos terapéuticos diferentes, en todas ellas se pone de manifiesto la importancia del desarrollo personal del terapeuta para el éxito de la terapia; este hecho muestra la importancia de que los futuros terapeutas se impliquen profundamente en su propio proceso de crecimiento personal, además de su formación teórica y práctica sobre la técnica terapéutica en la que se especialicen. En este mismo sentido se hace especialmente importante que los educadores también se involucren de forma activa y consciente en su propio proceso de crecimiento personal; conscientes de que la persona que se es es tan fundamental como lo que se dice, y de que el proceso educativo conlleva, además de la instrucción y de la socialización, un proceso de crecimiento personal de los educandos.
Los presupuestos del presente trabajo, que coinciden básicamente con los ya expuestos por la psicología humanista, son:
• la consideración de la persona como una unidad cuerpo, mente y espíritu que se forma y se manifiesta en relación con los demás, lo que implica necesidades de crecimiento en estos cuatro niveles;
• la autopercepción como un componente esencial del proceso de conocimiento personal;
• la finalidad de la psicoterapia no es sólo llegar a conseguir la adaptación satisfactoria de la persona a la sociedad, sino su crecimiento personal;
• no todo desarrollo es crecimiento, lo que implica un planteamiento
vital profundo sobre lo valioso, lo que incluye al mundo de los valores y al sentido de la vida; y
• la personalidad se encuentra en estado continuo de evolución hacia niveles superiores de conciencia.
El reencuentro cultural entre Oriente y Occidente es una realidad que cada vez se extiende a más personas. Este encuentro producido por múltiples factores culturales, sociales, políticos e intelectuales, permite un enriquecimiento mutuo que puede llegar a producirse cuando desde estas dos realidades existenciales se considera la relatividad y parcialidad del conocimiento humano, cuando se olvida la omnipotencia de los propios esquemas culturales y cuando se acepta la posibilidad de aprender de otros. En este libro se intenta lograr una integración intelectual, desde la perspectiva psicológica, que esperamos contribuya a abrir los ojos a otras realidades, a buscar qué pueden aportar otras culturas sobre el tema que estamos tratando y cómo pueden integrarse estas distintas concepciones para producir un enriquecimiento mutuo mayor. El proceso de reunificación del ser humano consigo mismo, con los demás y con la trascendencia, no puede prescindir de la unificación intercultural como un paso más del ser
humano en su camino hacia los demás.
El libro está organizado en tres bloques, los cinco primeros capítulos
se centran fundamentalmente en las aportaciones de la psicología occidental al entendimiento y potenciación del crecimiento personal desde el enfoque proporcionado por distintas escuelas psicológicas.
Los temas que se abordan son el concepto de crecimiento personal en el contexto de la psicología humanista (Capítulo 1, José Antonio García-Monge), los pilares y los recursos del crecimiento personal en la psicología positiva (Capítulo 2, Mª Ángeles Sánchez-Elvira), los aprendizajes familiares y el crecimiento personal (Capítulo 3, José Luis Martorell), la consideración del crecimiento personal como un proceso natural, aprendido y decidido (Capítulo 4, Lluis Casado), y la emocionalidad cotidiana: una guía de reflexión (Capítulo 5, Miguel Ángel Santed).
Esta primera parte permite conocer el modo en el que la autopercepción,
el autoconocimiento y la autorregulación constituyen partes esenciales del proceso de crecimiento personal.
Los capítulos 6, 7 y 8 son capítulos en los que se integran las aportaciones de Oriente y Occidente en varios aspectos: las terapias corporales, que permiten conocer cómo la vivencia de la corporalidad es
fundamental para la autocomprensión (Capítulo 6, Antonio Núñez y Capítulo 7, Carlos Alemany); y los efectos fisiológicos que produce una técnica de meditación, que permite ejemplificar la integración de una técnica oriental estudiada y analizada desde la perspectiva experimentalista occidental (Capítulo 8, Mónica Rodríguez-Zafra).
Esta parte, junto con los últimos capítulos del libro, pone de manifiesto que existen puentes entre la psicología occidental y el conocimiento oriental y comienza a perfilar algunas equivalencias conceptuales entre ambos.
Los capítulos 9, 10, 11, 12 y 13 se centran fundamentalmente en las enseñanzas del conocimiento de Oriente sobre el camino, las técnicas y las teorías sobre el crecimiento personal. Estos capítulos examinan sobre todo el abordaje de lo transpersonal. Aunque en ellos se describen fundamentalmente las enseñanzas de Oriente, es muy importante enfatizar que este conocimiento no es exclusivo de Oriente. Los grandes místicos occidentales de la cultura judeo-cristiana y todas las corrientes místicas de las diferentes religiones, abordan este mismo proceso con diferencias que muchos consideran sólo aparentes.
En este camino es imprescindible conectar con los valores que trascienden
al yo, pasar de una psicología centrada en la construcción del yo a una psicología basada en valores que trascienden el yo. Por ello, los temas que se abordan en esta tercera parte del libro son la descripción de un camino hacia lo transpersonal, la psicosíntesis, que integra aspectos de oriente y occidente (Capítulo 9, Víctor Sánchez Moral); la trascendencia del ego (Capítulo 10, Fernando Rodríguez- Bornaechea); las aportaciones de Oriente sobre las causas y el origen del sufrimiento humano (Capítulo 11, Mª Teresa Román); el análisis de los diferentes niveles de consciencia desde los que se puede vivir, y de las consecuencias que ello comporta (Capítulo 12, Begoña Ojeda); y la descripción de técnicas de meditación que desarrollan la capacidad de autobservación, o conciencia de testigo, con sus implicaciones para la psicoterapia, tanto desde el punto de vista del paciente como del terapeuta (Capítulo 13, Santiago Segovia).
Estos capítulos muestran de qué modo el silencio interior y la consciencia lúcida constituyen herramientas fundamentales en los procesos de autoconocimiento y de autotrascendencia, y por tanto, de crecimiento personal.
Cada uno de los autores ha escrito desde sus propias reflexiones, imprimiendo en el libro su propio sello personal. Aunque se pueda observar un estilo característico en cada capítulo, este hecho, lejos de desorientar al lector, le enriquece, ya que esta circunstancia le ofrece
la oportunidad de ponerse en contacto con la propia idiosincrasia de cada autor. Los capítulos han sido escritos desde diferentes ópticas sobre el crecimiento personal y, como podrá comprobarse, estas definiciones no sólo no son contradictorias sino que aportan diferentes perspectivas y matices que enriquecen el concepto.
Todos los capítulos incluyen uno o varios ejercicios, o elementos de reflexión personal. Con ello se pretende, haciendo honor a la colección
que acoge este trabajo, estimular algún insight en el lector, con la esperanza y el deseo de que estas líneas constituyan asimismo una oportunidad para su propio crecimiento personal. Para los autores ya lo ha sido. Gracias por ello.
Esta introducción se concluye con el profundo deseo de seguir en este camino, trabajando en la contribución de la psicología en el desarrollo de los diferentes niveles de conciencia, en el desarrollo de los valores del ser y en la autotrascendencia.