martes, diciembre 02, 2008

Psicología de las Relaciones de Pareja


Cuando el Amor Falla

Muchas parejas se lamentan de que la pasión y el amor intenso que había entre ellos al principio se ha ido desvaneciendo hasta quedar convertido en una sombra de lo que fue o ha degenerado hasta transformarse en un continuo enfrentamiento plagado de rencores, distanciamiento y luchas de poder. Sin embargo, aún pueden quedar rescoldos de lo que fue y en muchos casos el amor sigue todavía vivo y deseando poder expresarse plenamente de nuevo. En estos casos hay cosas que puedes hacer para mejorar tu relación, como las que exponemos a continuación.

- Acepta a tu pareja tal y como es, con sus defectos y virtudes. Es posible que tu pareja tenga costumbres o comportamientos que no te gustan y tienes todo el derecho a pedirle que cambie, pero si te empeñas en que debe cambiar a toda costa, en que es inadmisible ese comportamiento, lo más probable es que sólo consigas enfadarte. Muy pocas personas van a cambiar si alguien les exige que debe hacerlo, les reprocha, les regaña, les insulta, etc. Lo más probable es que en vez de cambiar se enfaden y sigan en sus trece. Tendrás más probabilidades de éxito si primero aceptas que tu pareja es como es y estableces una diferencia entre sus comportamientos y la persona. Es decir, puedes aceptar a tu pareja aunque no aceptes algunos de sus comportamientos. Después tendrás más éxito en el siguiente punto: la influencia.

- Deja que tu pareja ejerza una influencia sobre ti, al igual que tú deseas influir en tu pareja. Ten en cuenta que influencia no es lo mismo que control o dominancia. La influencia es algo que eliges voluntariamente cuando aceptas una sugerencia de otra persona o cuando haces un cambio en tu comportamiento tras una petición. Por ejemplo, si alguien te pide un favor y se lo concedes, has dejado que esa persona ejerza una influencia sobre ti porque así lo has querido. Si confundes esto con la dominación o el control vas a tener problemas en tus relaciones, pues puedes acabar llevando la contraria a tu pareja en todo momento o veros envueltos en luchas de poder para ver quién domina a quien. Por supuesto, cuando tu pareja te pida que hagas (o cambies) algo, tienes derecho a negarte si consideras que es una petición poco razonable o atenta contra tu integridad o libertad personal, pero si no es así y si entiendes que su postura es lógica y razonable pero te estás negando por principio o por egoísmo, estarás poniendo en peligro tu relación.

- Autonomía. No establezcas relaciones de dependencia de tu pareja hacia ti. Pregunta a tu pareja cuáles son sus metas y sus deseos, las cosas que son importantes para ella o él, tanto en vuestra relación como en la vida en general y dale tu apoyo y tus ánimos en su intento de lograrlo. Reconoce que tiene su propia vida, y sus propios sueños, aparte de los sueños que ambos compartáis. No establezcas relaciones basadas en el egoísmo.

- No establezcas relaciones basadas en el miedo al abandono. Si piensas que amas tanto a tu pareja que te morirías si te dejase y sientes celos a menudo o ansiedad ante la posibilidad de un abandono, recuerda que eso no es amor, sino dependencia. Empieza a pensar que sí podrías soportar un abandono, que puedes vivir sin esa persona y sin pareja, como hace tanta gente tras las rupturas, y que podrías encontrar a alguien de quien volver a enamorarte. Si pierdes ese miedo tendrás más posibilidades de que vuestra relación funcione y serás más feliz, mientras que si vives la relación con ansiedad, celos y posesividad, estarás comprando todas las papeletas para que eso que más temes ocurra de verdad. Deja libre a tu pareja.

- Expresa aprecio y cariño. Hazle cumplidos, dile lo que te gusta de él o ella, dile que te ha parecido interesante algo que ha dicho, sé detallista, etc. Incluso si hace algo que te desagrada, trata de buscar un aspecto de esa conducta que sí te gusta. Por ejemplo, si grita demasiado a tus hijos, puedes decirle que aprecias su interés y su esfuerzo por educar a los niños, y luego dile lo que te molesta de esa conducta y sugiérele otras alternativas.

- Aceptar las críticas. Cuando tu pareja te critica, considéralo como una crítica constructiva. Ten en cuenta, que las críticas suelen darse cuando estás haciendo algo que molesta a otra persona y su crítica es una petición de cambio, no necesariamente un intento de herirte. A veces, tu pareja puede usar un tono que no te gusta para hacer dicha crítica (sobre todo si está enfadao/a). Trata de separar esos dos aspectos: 1) lo que está diciendo; y 2) el tono que utiliza. De este modo podrás decirle algo como: "Me parece razonable lo que estás diciendo, pero me ha molestado (o dolido) el tono con que lo has dicho". Si te fijas sólo en el aspecto negativo, vas a rechazar una sugerencia que, de otro modo, podría resultarte lógica o constructiva. Por otro lado, no veas las críticas como un deseo de control, sino como una propuesta que puedes aceptar o rechazar sin necesidad de sentirte ofendido por ello.

- Concede a tu pareja el derecho a equivocarse. Esto significa que le concedes el derecho a criticarte sin fundamento, a hacerte una petición injusta o a no comprenderte de vez en cuando, del mismo modo que tú también cometerás esos errores alguna vez. De este modo tendrás más probabilidades de arreglar los conflictos de manera constructiva. En vez de enfurecerte y atacar a tu pareja por haberse portado injustamente contigo, reconoce que nadie es perfecto y explícale lo que te ha molestado, dile cómo te has sentido y pídele que trate de no volver a hacerlo.

Comunicación y resolución de conflictos

- Si deseas mantener una comunicación efectiva necesitarás ciertas dosis de humildad: admite tus errores cuando los cometas, pide perdón cuando sea necesario, ten en cuenta la posibilidad de que te puedes estar equivocando, admítelo cuando tu pareja tiene razón, etc.

- Cuando algún comportamiento de tu pareja te ha molestado párate un momento a pensar qué es exactamente lo que te ha molestado. Cuando tengas las ideas claras explícaselo a tu pareja. No te lo guardes para ti o acabarás con un larga lista de rencores acumulados.

- Ten en cuenta que cada persona entiende las cosas a su manera y que no hay ningún motivo por el que tu pareja tenga que entender las cosas a tu manera.

- En vez de centrarte en lo equivocada que está tu pareja, en lo injusta que es o en lo mucho que te fastidia su postura, céntrate en el hecho de que lo que sucede es que existe una diferencia entre vosotros y que tendréis que trabajar para resolverla.

- Escucha a tu pareja, trata de entender su punto de vista (aunque no lo compartas). Si te empeñas en contradecirle o exigir que adopte tu posición, sólo conseguiréis alejaros, mientras que si muestras un interés sincero y respeto por su punto de vista, tendrás más posibilidades de que te escuche a ti y de que vuestras posturas se acerquen en vez de alejarse ("De acuerdo, primero yo escucho tu punto de vista hasta entenderlo y luego tú el mío").

- Haz todas las pregunta necesarias hasta entender bien su postura, trata de ponerte en su lugar, averigua lo que siente y asegúrate de que le has entendido exponiendo lo que crees que quiere decir ("si no te he entendido mal, lo que estás diciendo es...").

- Una vez que os hayáis entendido tratad de buscar tierra común. Por ejemplo, si a ti te gusta gastar el dinero y disfrutar de él mientras lo tengas, pero para tu pareja es muy importante el ahorro, podéis acordar que vais a ahorrar una cantidad predeterminada cada mes y lo que exceda esa cantidad lo podréis gastar en actividades de ocio.

- Ten en cuenta que a veces tu pareja puede no tener claro lo que le pasa. Ayúdale a descubrirlo.

- No trates de intentar resolver los problemas de tu pareja antes de haber escuchado y entendido lo que le pasa y lo que siente. Después, ofrécele tu ayuda o consejo si lo quiere. Ten en cuenta que es posible que sólo quiera tu apoyo y comprensión y no que le resuelvas el problema.

Recuperar el amor

Cuando la incomunicación se ha establecido ya en la pareja, la pasión ha desaparecido y el deseo sexual se ha desvanecido casi por completo, pero aún os queréis lo suficiente como para querer arreglar las cosas, la comunicación y la sinceridad constituyen el paso fundamental.

Algunas personas intentan solucionar este problema en la cama, pensando que si vuelven a a mantener relaciones sexuales con frecuencia, todo se arreglará, pero es más probable que suceda todo lo contrario o que surjan disfunciones sexuales debido a que los problemas sin resolver y el distanciamiento emocional van a frustrar el encuentro sexual. Si ha habido un alejamiento entre vosotros y se ha perdido la intimidad emocional que hubo en un principio, entonces las relaciones sexuales serán un recordatorio de lo que habéis perdido y es probable que generen tristeza y sensación de soledad. Por eso es importante que, antes de volver a mantener relaciones sexuales, primero recuperéis la intimidad emocional. Un periodo de abstinencia sexual puede venir bien a estas parejas. Lo que podéis hacer, en cambio, durante este periodo, es lo siguiente:

- Expón abiertamente lo que te molesta de tu pareja, en qué te gustaría que cambiara ella o él y la relación. Utiliza frases que empiecen por "yo", como: "Me siento rechazado/a cuando haces esto" en vez de frases que empiecen por "tú", como "eres un/a egoísta", ya que en este último caso puede ser interpretado como un ataque o insulto. Al exponer lo que te pasa céntrate sobre todo en tus sentimientos. En vez de decir simplemente: "Te fuiste sin decir nada", es referible decir: "Cuando te fuiste sin decirme nada me sentí dolido/a y pensé que parece que no te importo en absoluto"

- Haced actividades que impliquen intimidad y contacto físico, pero que no tengan el sexo como objetivo. Por ejemplo, daros masajes, bañaros o ducharos juntos, abrazos, etc.

- Planead juntos actividades de ocio y diversión. Elegid aquellas que os gusten a ambos y que no vayan a ser motivo de discusión.