domingo, mayo 08, 2011
Los Mapas de Piris Reis
A principios de los años treinta, durante una inspección de los fondos del antiguo palacio imperial de Topkapi, en Estambul, se descubrió un viejo mapa pintado sobre piel de gacela en una polvorienta estantería de madera. Pronto se supo que el mapa en cuestión fue diseñado en 1513 por un almirante de la flota otomana llamado Piri Reis.
Este hombre, un navegante de reconocido prestigio en su época, que incluso llegó a publicar un libro – el Kitabi Bahriye- en el que describe palmo a palmo el Mar Egeo, dibujó con extraordinaria precisión las costas atlánticas de África, la Antártica, España y Sudamérica sobre aquel pedazo de piel. Y lo hizo tomando los datos necesarios de un buen número de mapas antiguos cuyo origen nunca ha llegado a esclarecerse.
De descendencia griega y cristiana y sobrino del pirata Kemal Reis. Piri Reis llegó a ser almirante de la Flota en el Mar Rojo y en el golfo Pérsico. Fue en 1.513 cuando Piri Reis, en la ciudad de Gallípoli, comenzó a confeccionar los mapas, que en 1.517 ofreció como regalo al sultán Selim I, conquistador de Egipto, durante un viaje que este realizó por el país.
Piri Reis anotó en los márgenes de los mapas que cartografió que para la confección de sus cartas de navegación había utilizado una compilación o colección de mapas que ya existan con anterioridad. En estas anotaciones, llamadas "bahriye", Piri Reis escribe: "Los dibujó el pobre Piri Reis, hijo de Hadj Mehmet, conocido como sobrino carnal de Kemal Reis, en la ciudad de Gelibolu (Gallípoli). Dios tenga misericordia de ambos, en el mes del santo Muharrem del año 919" (9 de marzo - 7 de abril 1.513).
LOS MAPAS
La colección está compuesta por 210 mapas parciales con el título genérico de "Libro de los Mares".
Los mapas encontrados en el palacio Topkapi de Estambul llevan datadas las fechas los años 1.513 y 1.528 y fueron trazados sobre piel de gacela con unas dimensiones de 85 x 60 cm pudiéndose apreciar aún sus exquisitos colores. Los mapas también contienen leyendas de las ilustraciones, los ríos son marcados con líneas gruesas y las aguas poco profundas con puntos rojos, también hay dibujos de la fauna y habitantes de las diferentes zonas.
Entre los mapas realizados por Piri Reis, el fechado en 1.513 incluye Gran Bretaña, España, África Occidental, parte de Norteamérica y Sudamérica (incluido el Amazonas y el golfo de Venezuela) y la costa de la Antártida hasta una zona por debajo de África y que al estar rasgado, se sospecha que debió contener también el resto de Europa, Asia e incluso Australia.
El mapa datado en 1.528 abarca Groenlandia, la península de Labrador, Terranova, parte de Canadá y toda la costa oriental de Norteamérica llegando a Florida.
Según las anotaciones que dejó en los mapas, Piri Reis dice que confeccionó sus mapas utilizando 20 viejos planos y ocho mapamundis confeccionados en la época de Alejandro Magno (siglo VI antes de Cristo) y que en estos aparecía la totalidad del mundo habitado, de modo que unos mapas fechados en el siglo XVI nos trasladan de golpe a otros mapas todavía mucho más antiguos.
la precisión del mapa de Reis son sorprendentes, el Almirante turco ubicó en su longitud y latitud correctas Sudamérica y África. Empresa, por cierto, nada fácil si tenemos en cuenta que hasta el siglo XVIII nuestros marineros no pudieron calcular con precisión las longitudes, al carecer de cronómetros que ofrecieran márgenes de error de pocos segundos. No obstante, y para ser ecuánimes, debe reconocerse que Piri Reis cometió ciertos "errores", como repetir dos veces el curso del río Amazonas o el de ignorar la existencia del río Orinoco. Sobre el primero, el profesor Hapgood atribuye el "fallo" a que el Almirante copió de mapas distintos dos veces el mismo río; y lo demuestra argumentando que si bien uno de esos Amazonas recoge la isla de Marajo en su delta, el otro no lo hace porque está basado en una carta de hace ¡15.000 años!, cuando todavía Marajo estaba unida al continente... En cuanto al Orinoco, Hapgood disculpa a Piri Reis argumentando que, en lugar de este río, el Almirante dibujó dos profundos entrantes en el continente que debieron transformarse en el río hace también varios miles de años.
LOS ESTUDIOS
Muchos han sido los estudiosos de estos mapas y numerosos son todavía los que pretenden desentrañar el misterio que encierran, pero los que más lejos han llegado en sus investigaciones, son Aarlington H. Mallery, Walters, Lineham, Charles H. Hapgood y Sarton.
En la década de los cuarenta, una serie de museos y bibliotecas adquirieron copias de estos fragmentos a escala ampliada.
A mediados de los cincuenta algunas de estas copias fueron a parar al cartógrafo norteamericano Arlington H. Mallery, especializado en antiguas cartas marinas desde hacía décadas. Arlington Mallery solicitó la colaboración de su colega Walters, del Instituto Hidrográfico de la Marina de los Estados Unidos.
Ya de entrada, Walters observó la exactitud de las proporciones y distancias entre el Antiguo y el Nuevo Mundo, al igual que la localización de las islas Canarias y de las Azores.
Ambos investigadores observaron también que Piri Reis no utilizó las coordenadas habituales en su tiempo, y consideró realmente que la Tierra era redonda y lo tuvo en cuenta al trazar su mapa.
Para poder estudiar más a fondo y con el máximo detalle los mapas de Piri Reis, decidieron fabricar una especie de rejilla que les permitiera leer las dimensiones del antiguo mapa y poder trasferirlas a escala a un moderno globo terráqueo.
Cual no sería su sorpresa al descubrir que no sólo los contornos de la costa americana, sino también los de la Antártida, correspondían con toda exactitud a los que hoy conocemos gracias a la ciencia moderna. En el mapamundi de Piri Reis el extremo sudamericano de la Tierra del Fuego se prolonga en una estrecha franja a modo de apéndice que casi enlaza con la Antártida, donde vuelve a ensancharse.
Milímetro a milímetro se comparó el mapa de Reis con los perfiles de tierra submarina obtenidos por los más modernos medios científicos: fotografía aérea, tomas bajo el agua con cámaras de rayo infrarrojos, sondas acústicas enviadas desde buques...
Con todos estos datos en la mano, se dedujo que unos 11.000 años antes (final de la Era Glacial), existió dicho puente continental en Sudamérica y la Antártida.
Comentar también que los perfiles costeros, islas, bahías, y promontorios del continente Antártico están representados en los mapas de Piri Reis con una exactitud de perfiles excepcional, aunque desde hace miles de años estén ocultas bajo una gruesa capa de hielo.
Durante el año 1.957, también se interesó por los mapas el padre Lineham, antiguo director del observatorio astronómico de Weston y cartógrafo de la Marina Estadounidense. Su conclusión fue la misma: los mapas (especialmente la zona de la Antártida) son increíblemente precisos, llegando a ofrecer datos que a nosotros únicamente nos constan después de las expediciones antárticas que suecos, británicos y noruegos llevaron a cabo en 1.949 y 1.952.
El gran veterano de la cartografía, profesor Charles H. Hapgood, se entregaba a su vez al estudio de los mapas de Piri Reis.
En una de las cartas recibidas por Hapgood de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, encargadas de cartografiar la Antártida, se anotaba lo siguiente: "Las líneas costeras tuvieron que ser cartografiadas antes de que el continente quedara cubierto por el hielo. En esa región la capa de hielo alcanza cerca de una milla de espesor. No tenemos la menor idea de cómo esos datos pudieron señalarse en el mapa con sólo los conocimientos geográficos de 1.513".
El profesor Sarton, de Harvard, realizó un estudio de la escala, tomando como baremo la medida griega estadio. La escala utilizada por Piri Reis fue derivada de la medición de la circunferencia de la Tierra que llevó a cabo el sabio griego Eratóstenes (siglo III - II a.C.) y que fue calculada en estadios (1 estadio = 186 metros), y extrajo la siguiente conclusión: las distancias entre los diferentes puntos eran exactas.
Tanto Piri Reis como Eratóstenes sobrestimaron el perímetro del globo en un 4,5%, entonces, al restar esa diferencia a las escalas de los mapas de Piri Reis, la exactitud con la realidad es asombrosa.
CONCLUSIÓN
Entre todos los investigadores que estudiaron los mapas llegaron a una conclusión asombrosa, y ésta es que los mapas de Piri Reis sólo pudieron ser confeccionados basándose en fotografías aéreas, tomadas a una extraordinaria altura, desde una especie de satélite como los utilizados en la actualidad.
Pero si eso era incluso imposible de pensar en los primeros años de nuestro siglo, cómo puede ser que fueran realizados en los tiempos de Alejandro Magno, y si fue así, con qué información se contó en el siglo IV a.C. para poder confeccionar unos mapas tan perfectos sin una tecnología solo desarrollada a finales del siglo XX.
Pero las sorpresas no acaban aquí. Al observar detenidamente los mapas de Piri Reis, se puede ver que entre América del Sur y África existe una isla de gran tamaño denominada "Antillia" (que no existe en la actualidad) rodeada de otras islas de menor tamaño. Y ya que hemos visto que los mapas de Piri Reis no son fruto de la casualidad, ¿no será esta isla la famosa Atlántida de Platón?.