Enseñanza del Padre Ghislain en el retiro del mes de febrero (2014) en Barcelona.
Padre Joseph Marie Verlinde
“Ninguna práctica del Yoga es buena, ya lo dice PadreJoseph Marie Verlinde, “id a la India, decidle a un Indú que el yoga sólo lo practicáis para relajaros y se reirá en vuestra cara“. El indú sabe perfectamente, que detrás de las posturas que se adoptan para hacer el Yoga, se honra a divinidades indúes, son posiciones de divinidades indúes. El objetivo de esas posturas es abrir los llamados “chakras“, que son puntos de energía que tenemos y que una vez abiertos, nos quedamos sin la protección de Dios y es el momento en el que nos podemos infestar de demonios.”
Explica el Padre Ghislain.
¿Qué dice la Iglesia sobre la práctica del Yoga?, pues deberíamos recuperar y leer atentamente la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, tomada del libro Documentos 1966-2007, Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid MMVIII, en las páginas 458-477: “…2. El contacto cada vez más frecuente con otras religiones y con sus diferentes estilos y métodos de oración ha llevado a que muchos fieles, en los últimos decenios, se interroguen sobre el valor que pueden tener para los cristianos formas de meditación no cristianas. La pregunta se refiere sobre todo a los métodos orientales1 (1 Con la expresión «métodos orientales» se entienden métodos inspirados en el hinduismo y el budismo, como el «zen», la «meditación trascendental » o el «yoga». Se trata, pues, de métodos de meditación del Extremo Oriente no cristiano que, no pocas veces hoy día, son utilizados también por algunos cristianos en su meditación. Las orientaciones de principio y de método contenidas en el presente documento desean ser un punto de referencia no sólo para este problema, sino también, más en general, para las diversas formas de oración practicadas en las realidades eclesiales, particularmente en las asociaciones, movimientos y grupos)” Esto es lo que nos dice entre otras muy interesantes cosas.
El Catecismo de la Iglesia, también deja pistas sobre la incompatibilidad de la práctica del Yoga por los católicos: Catecismo de la Iglesia| 2289 “La moral exige el respeto de la vida corporal, pero no hace de ella un valor absoluto. Se opone a una concepción neopagana que tiende a promover el culto del cuerpo, a sacrificar todo a él, a idolatrar la perfección física y el éxito deportivo. Semejante concepción, por la selección que opera entre los fuertes y los débiles, puede conducir a la perversión de las relaciones humanas“.
El Yoga no es sólo un sistema elaborado de posturas y de ejercicios físicos, es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al samadhi, a la unión total con el ser divino. El samadhi es el estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia. Este enfoque es radicalmente contrario al Cristianismo en donde claramente hay una distinción entre Creador y criatura, entre Dios y hombre.
En el Hinduismo, el bien y el mal, lo mismo que el dolor y el placer son ilusorios (Maya) y por lo tanto irreales. Vivekananda, el icono más respetado del Hinduismo moderno, decía: “el bien y el mal son uno y lo mismo”. En el Cristianismo, la cuestión controvertida del pecado como una ofensa contra la Santidad de Dios es inseparable para nuestra fe, porque el pecado es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para nosotros medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias. No podemos ignorar esta diferencia fundamental a la hora de absorber en la Espiritualidad Cristiana al Yoga y a otras técnicas de meditación orientales.
Se anima a los que participan a buscar las respuestas a los problemas y cuestiones de la vida en su mente y su conciencia en vez de buscar soluciones en la Palabra de Dios a través del Espíritu Santo, como sucede en el cristianismo.
“Con frecuencia, las personas que practican el Yoga, dejan de sentir el calor del Amor de Dios o se alejan de los Sacramentos, van abandonando sus prácticas religiosas, se podría decir que te crea un vacío. Pasas a vivir en un combate entre la Fe y la práctica oriental.”
“Hay que renunciar a la práctica del Yoga para recuperar esa Paz que Dios nos da al vivir los sacramentos.”
“Es posible que no me creáis –añade el Padre Ghislain- sin embargo, os diré que el Señor no me encarga que os lo haga creer, me encarga que os lo diga…como le contestó Santa Bernadette al cura de Lourdes que no le creía cuando le pedía construir una capilla para la Virgen, “La Virgen no me encarga hacértelo creer, sino decírtelo“.
“Sí os diré una cosa, las personas que practican Yoga y vienen a recibir el Ministerio, el Señor me permite sentirlo, lo noto. Con el tiempo, el Señor me ha ido mostrando a través de síntomas físicos, la presencia de cosas ocultas…siento como agujas que me atraviesan las manos. De esta forma, sé que estoy en presencia de algo oculto. En ese momento, le pregunto a la persona que viene a mí, si practica el Yoga y la gente suele contestar que sí. Cuando rezo sobre esas personas, noto que la oración no le llega, resbala, cae al suelo o por los lados…no me lo invento. Las personas que se han liberado del Yoga, ya están dando su testimonio.”
“En mi país, el Quebec, ya han quitado la religión de las escuelas y se les está inculcando el Yoga en las escuelas…¿Cuál será el resultado de aquí unos años?… ¡Ya se verá!. Tengamos esperanza” -acabó con una media sonrisa-.