Ana Ibarrola
Las brujas tienen sus precedentes en la Antigüedad Clásica (las lamias de la antigua Grecia, las magas de Tesalia, las striges o sagas de los latinos, francos y germanos, etc.). Pero es en la Edad Media donde se desarrollaron y transformaron todas las creencias y supersticiones paganas de aquella época.
La creencia en brujas, mujeres a las que se creía dotadas de medios extraordinarios para pactar con el Diablo, tener relaciones sexuales con el y gozar de poderes mágicos, dominó en Europa desde el siglo XIII al XVII, principalmente en Alemania, Francia, Italia y España, aunque también en Inglaterra e Irlanda se vivieron jornadas intensas de juicios por brujería...Y es en esta época donde tuvo lugar el sangriento episodio histórico denominado "La caza de brujas". Las dimensiones alcanzadas por este fenómeno, fueron impresionantes.
Millares de personas fueron torturadas, procesadas y condenadas a muerte acusadas del delito de brujería. El 85% de ellas fueron mujeres de todas las edades: viejas, jóvenes y niñas. El alcance de La caza de Brujas sugiere ya por sí mismo descartar las falsas concepciones y tópicos extravagantes sobre las brujas, que las despojan de toda su dignidad y responsabilizan de todo lo ocurrido en ese período histórico... La persecución de las brujas se inició en Alemana en tiempos del Feudalismo y prosiguió con creciente virulencia hasta bien entrada la Edad de la Razón. Coincide pues con períodos de gran agitación social : insurrección de campesinos, conspiraciones populares, nacimiento del Capitalismo, aparición del Protestantismo, etc..
La distribución de los casos es desigual en Europa y adoptó diferentes formas, pero sin perder en ningún momento su característica esencial de campaña de terror desencadenada por las clases dominantes contra la población campesina, en su mayoría mujeres. Dentro de este contexto histórico, las brujas, en efecto, representaban una amenaza política, social, religiosa y sexual para la Iglesia ( tanto católica como protestante) y también para el Estado. Por desgracia, las brujas, mujeres pobres y analfabetas que trabajaban en las comunidades europeas como cocineras, sanadoras, curanderas y comadronas, no nos han dejado su testimonio de su propia historia, y como ocurre con el resto de la Historia, esta nos ha llagado a través de la élite masculina instruida, de manera que en la actualidad solo conocemos a las brujas a través de sus perseguidores. Por otra parte, existen dos teorías muy conocidas sobre La caza de Brujas, basadas en la Medicina...
Una versión sostiene que los campesinos enloquecieron espontánea e inexplicablemente y se produjo una epidemia de pánico y odio colectivo hacia las brujas. La otra versión, sostiene que las locas eran las brujas..El historiador y psiquiatra Gregory Zilboorg dice : ".....los millones de hechiceras, brujas, endemoniadas y posesas, constituían una enorme masa de neuróticas y psicópatas graves...durante muchos años el mundo pareció convertido en un verdadero manicomio.." Pero los cientos de procesos judiciales descritos hasta la saciedad por numerosos escritores e historiadores, demuestran que no se trató de un fenómeno de locura colectiva, sino de procedimientos bien respaldados por las leyes que obedecían a unas campañas diseñadas, financiadas y ejecutadas por la Iglesia y el Estado.
Son numerosísimas también las referencias de historiadores y escritores al Malleus Malleficarum o "Martillo de Brujas", un sádico libro escrito en 1484 por los reverendos Kramer y Sprenger (hijos dilectos del Papa Inocencio VIII), que sirvió durante cuatro siglos a Jueces e Inquisidores tanto católicos como protestantes, de guía para llevar a cabo La Caza de Brujas. En el se daban instrucciones sobre como lanzar proclamas locales de denuncia contra personas sospechosas de practicar la brujería, arrancar confesiones y lanzar nuevas acusaciones, instruir procesos judiciales, condenas a a plicar en cada caso, etc. Pero....¿quiénes eran las brujas y qué "delitos" cometieron para desatar una reacción tan violenta en las clases dominantes?. Sin duda, la acusación de brujería abarcó un sin fin de delitos, desde la subversión política y la herejía religiosa, hasta la inmoralidad y la blasfemia. Pero hay tres acusaciones que se repiten a lo largo de toda la persecución de las brujas. Ante todo, se les acusaba de todo tipo de crímenes sexuales contra los hombres, es decir, se les acusaba de poseer una sexualidad femenina. En segundo lugar, se les acusaba de estar organizadas. Y la tercera acusación, era la de poseer poderes mágicos sobre la salud, que podían provocar el mal, pero que también podían curar. Sobre la primera acusación...La Iglesia era misógina por principios.
El Malleus Malleficarum dice: "...Si una mujer piensa sola, tendrá malos pensamientos...." Y "....Toda magia tiene su origen en la lujuria, que en las mujeres en insaciable..Para satisfacer su lujuria, copulan con demonios..Queda suficientemente claro que no es de extrañar que la herejía de la brujería contamine a mayor número de mujeres que de hombres..y alabado sea el Altísimo por haber preservado hasta el momento al sexo masculino de tan espantoso delito...." Al considerar a las mujeres moral e intelectualmente inferiores a los hombres, se les suponía mas proclives a las tentaciones diabólicas. Asociaba a la mujer con el sexo y condenaba todo placer sexual, considerando que este provenía del demonio. Se suponía, que las brujas experimentaban el placer sexual por primera vez con el demonio (a pesar de atribuir a este un "miembro frío") y que luego contagiaban el pecado a los hombres. Es decir, se culpaba a las mujeres de la lujuria, fuera femenina o masculina. También se acusaba a las brujas de la impotencia de los hombres y de hacer desaparecer sus genitales.
Para la Iglesia, todo el poder de las brujas residía en última instancia de su sexualidad. Su carrera se iniciaba con un contacto con el diablo. posteriormente, cada bruja se iniciaba "oficialmente" en una reunión colectiva (sabat o akelarre) presidida por el demonio, a menudo en forma de macho cabrío, que copulaba con todas la neófitas. En su primer akelarre, la bruja juraba fidelidad al diablo a cambio de los poderes que recibía. Es decir, en una última instancia, incluso el Mal solo podía concebirse en términos masculinos. Sobre la segunda acusación. Las brujas, no solo eran mujeres, sino que eran mujeres organizadas en una amplia secta secreta. Una bruja, cuya afiliación al "Partido del Diablo" quedase probada, era considerada mas temible que una que actuara por su cuenta La literatura ha mostrado constantemente su curiosidad sobre "que ocurría" en los akelarres (¿se devoraban niños? ¿ eran orgías sexuales? etc. etc.....y otros tópicos extravagantes).
Algunos autores los han descrito como ritos paganos.
Existen testimonios de que las mujeres acusadas de brujería se reunían a nivel local en pequeños grupos e incluso en algunas regiones, llegaban a convocar a grandes multitudes en algunas festividades... Bárbara Ehrenreich en su libro "Brujas, comadronas y enfermeras (Historia de las sanadoras)" señala que parece haber indicios fragmentarios (sobre los cuales el feminismo debería investigar) que sugieren que en algunas regiones, la brujería fue la expresión de una rebelión campesina encabezada por mujeres. Señala también, sin embargo, que no parece haber testimonios sobre la importancia política de las brujas... Pero dado el contexto político de la época, resulta difícil desligarlas de la rebeliones campesina.
De lo que no hay duda, es que en estos encuentros las mujeres intercambiaban conocimientos sobre el cultivo de hierbas medicinales y sus aplicaciones. Y por último, la tercera acusación, quizá la mas absurda de todas. Se acusaba a las brujas no solo de asesinatos y crímenes, sino también de curar, de ayudar al prójimo a sanar. Las mujeres siempre han sido sanadoras. Ellas fueron las primeras médicas de la historia occidental. Sabían practicar abortos y actuaron como enfermeras y consejeras. Fueron las primeras farmacólogas con sus cultivos de hierbas medicinales, cuyos secretos se transmitían unas a otras. También fueron comadronas, que iban de casa en casa y de pueblo a pueblo. Durante siglos, fueron médicas sin título, excluidas de los libros y de la Ciencia oficial, transmitiendo sus experiencias de madres a hijas, de vecinas a vecinas. El pueblo les llamaba "mujeres sabias" (wise women), aunque para las autoridades solo fueran brujas y charlatanas. Las mujeres vivieron y murieron en la hoguera mucho antes de que apareciera la Ciencia Médica.
La mayor parte de las mujeres condenadas a morir en la hoguera eran simplemente sanadoras no profesionales al servicio de los campesinos. El nacimiento de la profesión médica en Europa al amparo de las clases dominantes, tuvo una influencia decisiva en la caza de brujas, pues ofreció argumentos "médicos" a los inquisidores. Thomas Szaas en su libro (The manufacture of madness (Como se fabrica la locura), escribe : "...Dado que la Iglesia medieval, con apoyo de los príncipes y de las autoridades seculares, controlaba la educación y la práctica de la medicina, la Inquisición constituye, entre otras cosas, uno de los primeros ejemplos de cómo se produjo el desplazamiento de las prácticas artesanales por los "profesionales". Y de la intervención de estos últimos contra el derecho de los "no profesionales" a ocuparse del cuidado de los pobres..." Las bujas sanadoras eran a menudo la única asistencia que recibía el pueblo, falto de medios para acceder a los médicos dadas sus miserables condiciones de vida. La propia Iglesia, al lado de las clases dominantes, contribuyó muy poco a mitigar estos sufrimientos...
Jules Michelet, en su libro "Satanismo y Magia", escribe: "...Los domingos después de misa, multitudes de enfermos se acercaban implorando socorro, pero solo recibían estas palabras.... Has pecado y ahora sufres el castigo de Dios...debes darle gracias pues así disminuyen los tormentos que te esperan en la vida venidera....sé paciente, sufre y muere...¿acaso no tiene ya la Iglesia oraciones para los difuntos?...." Así pues, la Iglesia sacaba el dogma de que todo lo que ocurre en este mundo es banal y efímero, para los pobres, y no aceptaba la actividad de las mujeres como sanadoras del pueblo, pero no se oponía a que los ricos recibiesen atención médica, auspiciando las atenciones de los médicos varones a reyes y a nobles. Sostenía que las mujeres sanadoras recibían sus poderes del demonio, creía que este poseía poderes terrenales..... Y el ejercicio de estos poderes "mágicos" por parte de unas campesinas, fuera de su control, aterrorizaba tanto a la Iglesia como al Estado.
Cuanto mayor fuera la capacidad del pueblo para resolver sus problemas, menos dependerían de ellos y por lo tanto, el riesgo de oponerse a sus leyes, era mayor. Las "mujeres sabias", tenían multitud de remedios experimentados por ellas mismas durante años. Muchos preparados de hierbas curativas continúan utilizándose hoy dia en la farmacología moderna. Las brujas eran personas empíricas, creían mas en sus sentidos, en la investigación, en la experimentación, que la fe y las doctrinas. Confiaban en su capacidad para actuar sobre las enfermedades y los embarazos. Por el contrario, la Iglesia era antiempírica, infravaloraba el mundo terrenal y desconfiaba de los sentidos, considerando innecesario investigar sobre las leyes naturales que rigen los fenómenos físicos, pues concebía el mundo solo como una creación permanente de Dios. Como conclusión, en la persecución de las brujas confluyeron: la misoginia, el antiempirismo y la sexofobia de la Iglesia.
La bruja encarnaba por tanto, para la Iglesia y para el Estado, una triple amenaza :
1. Era mujer, y no se avergonzaba de serlo.
2. Aparentemente, formaba parte de movimientos clandestinos.
3. Era una sanadora cuya práctica estaba basada en estudios empíricos.
LAS BRUJAS OFRECÍAN LA ESPERANZA DE UN CAMBIO EN ESTE MUNDO