Henri Gelencser
La palabra Karma es un término sánscrito que significa, literalmente, acción. La ley del Karma explica la existencia de todos los fenómenos bajo la ley de causa y efecto. Esto significa que cualquier cosa que sucede, cualquier acción emprendida de palabra, obra o pensamiento, conlleva un necesario efecto que se manifestará cuando las condiciones sean las oportunas.
Si disparásemos una flecha, ésta recorrería cierta distancia hasta finalmente caer al suelo. La gravedad y otras condiciones son las circunstancias que posibilitan que caiga cuando sea oportuno. Que durante cierto tiempo no veamos ya la flecha, no puede mantenernos en la ilusión de que ésta no caerá nunca. Con todas nuestras acciones ocurre exactamente igual, siendo desconocido para nosotros cuándo ni cómo ocurrirán sus efectos. Puede ser que la flecha caiga en el suelo, en un árbol, o que mate a alguien, etc, dependiendo de donde o cuando la hayamos lanzado.
Del mismo modo, nuestras acciones provocan unos efectos a veces visibles a corto plazo y otras veces sin saber cuando llegarán. A veces se pueden especular con ellos, pero definitivamente no sabemos cómo ni cuándo aparecerán al estar todas las acciones de todas las cosas enredadas en una red infinita de acontecimientos.
Como nada ocurre sin una causa, entonces se puede pensar que somos seres sin libre voluntad. Este es un duro dilema para todo practicante que cada cual ha de descubrir. Si bien se puede decir que aunque todo lo que hacemos está sujeto al Karma de causas pasadas, nosotros generamos Karma nuevo una y otra vez a causa de nuestras acciones y pensamientos...
Buda enseñó el Karma en aplicación para cada uno. Eso quiere decir que si una manzana cae de un árbol, también se debe según la física a la ley de causa y efecto, sin embargo desde el budismo es incorrecto decir que es el "Karma" del árbol o de la manzana. Es decir, el Karma tiene mucho que ver con los movimientos de nuestra voluntad. El árbol o la manzana no lo tienen. Esa tal vez sea la clave para entender que nosotros sí tenemos libertad de decisión.
El Azar no existe
Se dice que cuando nos pasa algo malo es un Karma, y cuando es algo bueno un dharma, de ésta manera identificamos los efectos de todo lo que sucede, es decir, abandonamos ya la idea de la suerte para todo lo que nos sucede; buena suerte, mala suerte.
Ahora empezamos a conocer una nueva teoría fascinante que explica con claridad el porque suceden cosas positivas y negativas en la vida de todo ser humano, desde luego, tendremos que comprender que la ley del Karma no solamente opera en una sola encarnación sino que está ligada a encarnaciones anteriores, todas las causas pueden provenir de esta encarnación o de encarnaciones pasadas, ahora veremos porque: "La Ley del Karma nos da la oportunidad de depurarnos para eliminar todas las acciones negativas que hemos realizado, se nos dan muchas oportunidades para hacerlo, en cada vida es una experiencia y una oportunidad para que esta deuda finalmente se pague". Muchos de nosotros traemos deudas contraídas en encarnaciones pasadas y por ello no se nos explica claramente el porque estamos sufriendo alguna situación, cuando en nuestra actuación aparentemente no la hemos generado, sin embargo, hay deudas pendientes no reconocidas conscientemente que se tienen que pagar tarde o temprano.
Las deudas kármicas y dhármicas de toda la humanidad están ligadas entre sí, todos nos ayudamos en forma inconsciente a pagarlas, así vemos familias enteras que están pagando Karmas colectivos o individuales, como es el caso de un niño enfermo por nacimiento o mutilado por accidente, en donde el pequeño está pagando su propio Karma con sufrimiento físico, y los padres también están pagando con un profundo dolor moral su propio Karma.
Tipos de Karma
Hay dos categorías de Karma; el Karma colectivo o común y el Karma individual o distintivo. El Karma realizado por una persona sola causará una cierta fuerza, el Karma concretado por cientos y miles de personas dará lugar a una fuerza todavía mayor, mientras que el Karma realizado por millones y billones de personas, dará lugar a una fuerza aún mayor. Esta fuerza es denominada Karma colectivo. Dicho de otro modo, la conducta común de muchos seres produce una fuerza muy poderosa que determina el curso de la vida, de la historia y del universo.
El Karma individual difiere del Karma común en que sólo afecta al individuo. Por ejemplo, los desastres naturales como el hambre y los terremotos pueden sufrirlos todos los que vivan en la zona de desastre. Se manifiestan por el Karma común producido por los que viven en tal zona. La experiencia personal de la felicidad o el infortunio se debe al Karma distintivo, producido por cada individuo.
¿Cómo opera el Karma?
Aunque el Karma tiene muchas categorías y nombres diferentes, las acciones hechas por el cuerpo, la palabra y la mente de una persona se denominan todas, Karma. De esta manera, el comportamiento de una persona puede determinar su vida. Uno es responsable de todos los efectos kármicos y malos producidos por sus propias acciones. No son otorgados por deidades o por Dios. Ni existe un rey Yama que imponga castigos. De esta doctrina podemos derivar varios principios:
a) El Karma se crea a sí mismo, no es creado por Dios
Todo lo bueno o malo es creado por nosotros, no lo estipula o lo otorga Dios.
b) El Karma tiene igualdad de oportunidades; no hay favoritismo
Bajo la ley de causa y efecto, todo ser disfruta de la igualdad de la cosecha de su propio fruto del Karma. Nadie recibe trato especial. El bien engendra el bien y el mal engendra el mal. Alguno podría decir que ante las leyes de la mayoría de los países todos también gozamos de igualdad.
Empero, todavía existen algunas personas que gozan de privilegios especiales bajo el sistema legal.
Mas la ley de causa y efecto es ecuánime de manera absoluta: nadie puede gozar de algún privilegio especial.
La ley HUMANA puede ser justa y limpia, pero hay algunos privilegiados que tienen poder para manipularla. Mas no importa cuanto poder poseamos, jamás podremos escapar o manipular la ley de causa y efecto.
c) El Karma nos da esperanza y un futuro brillante
El Karma nos dice que incluso si hemos realizado muchas buenas acciones, no necesitamos tener una elevada opinión de nosotros, porque los meritos acumulados por estas buenas acciones son como una cuenta bancaria. No importa cuánto tengamos, si seguimos retirando, se acabará algún día. Una persona muy endeudada puede sentir que la vida no tiene esperanzas. Pero si trabaja duro llegará un día en que cancele todas las deudas. Así es el Karma. Le da esperanzas a la gente. El futuro de uno está en sus propias manos. Uno es libre de decidir qué camino tomar.
d) El bien engendra el bien, el mal engendra el mal
Pueden pensar que esto suena fatalista. Es cierto que el Karma decide nuestro destino y futuro. Sin embargo, somos nosotros los que creamos nuestro Karma. El efecto kármico que experimentamos depende del Karma que hemos causado.
Una persona puede haber creado incontables Karmas buenos y malos en sus vidas pasadas. Sin embargo, si no dejan que se manifiesten, es como si no existieran. Es decir, que no debemos preocuparnos demasiado por los Karmas malos que hayamos creado en el pasado. Si seguimos plantando buenas semillas en esta vida, las malas semillas de nuestro Karma anterior no tendrán ocasión de germinar. En consecuencia, sabiendo como funciona el Karma, deberíamos lograr un control apropiado de nuestro futuro
Resumen de conceptos básicos
Primero.- La ley del Karma - Dharma, o la ley de causa y efecto, nos explica el porque de los sucesos que nos suceden diariamente.
Segundo.- Debemos escoger el camino del amor, para pagar nuestras deudas kármicas contraídas en el pasado.
Tercero.- Debemos comprender lo que sucede y que nos afecta, para transmutarlo con amor y eliminar el dolor.
Cuarto.- Debemos evitar el dañar a los demás, en pensamiento, palabra y obra, ya que en realidad nos dañamos a nosotros mismos, al crearnos nuevos Karmas que posteriormente, deberán ser comentados en el futuro.
Quinto.- Es muy importante que trabajemos en nosotros mismos, tratando de despertar una conciencia superior, para lograr que el Karma colectivo que se avecina, se transmute en amor y no en dolor, como se ha vaticinado.
Sexto.- El Karma no es sinónimo de sufrimiento ni castigo, es una excelente oportunidad de crecer, aprender y evolucionar.
Séptimo.- La intención juega un papel importante en muchas de nuestras acciones, es decir si nuestra intención es pura, el efecto será Dharmico, mientras que si nuestras intenciones son negativas el efecto será Karmico. Pero indudablemente el resultado final es positivo para nosotros y para el colectivo.