domingo, noviembre 20, 2022

Acercamiento entre la Ciencia y el Feng Shui

David Flores

Lejos de mi intención esta el acaparar los conocimientos de una ciencia en la que estoy escasamente preparado y quizás ligeramente más informado. Sin embargo no son pocas las personas que preguntan como es que esto funciona.
Como yo soy un experto en Feng Shui que trabaja con el ánimo de recoger datos de diferentes fuentes que me permitan comprender mejor mi propio trabajo y solo eso, me he dedicado a investigar también en este campo.
Sabemos ciertamente que todo es energía y que las dos principales características, o cualidades, de la energía son: su amplitud y la tasa a la cual vibra, o sea, su frecuencia.

Tu cuerpo físico, las emociones, los pensamientos y el espíritu, todo, está hecho de esta "cosa" que llamamos energía, combinándose de una manera tal, que te convierte en un ser único, en todo el universo.

En Feng Shui los elementos de la física que nos conciernen son el espacio, la materia y la masa y, en consecuencia, todas sus propiedades. Sabemos que todos estos elementos están influenciados por las propiedades magnéticas de las partículas de tal manera que al modificar las propiedades magnéticas podemos modificar las propiedades de la materia, su gravedad y su evolución temporal. También sabemos que existen dos aspectos bien diferenciados en la materia que son su electricidad y su vibración.

Entrando en el tema que nos ocupa, en la física de hoy solo se tiene claro que nada esta realmente claro, y además también esto parece que pueda cambiar (difícil panorama ¿No?).

Cuando Isaac Newton propuso lo que para ese momento era una Teoría, no se equivocó en mucho. De hecho sus teorías fueron elevadas al rango de Leyes, pues se cumplen en ese universo tridimensional sin excepción... siempre y cuando no nos metamos en las profundidades de la materia, donde ya no sabemos ni lo que existe, ni lo que es real o no.

Para principios del siglo XX ya existía una experiencia abrumadora en contra de las Leyes de Newton sobre el espacio.

Hoy, lo que tenemos claro es lo siguiente:

Un átomo está formado de un núcleo y una nube electrónica...

El núcleo del átomo se encuentra formado por protones y neutrones que constituyen la masa de los cuerpos y por tanto se ven involucrados dentro del proceso de la gravedad. Estos mismos están formados por tríos de quarks y todos unidos por una fuerza llamada interacción fuerte.

Dentro de la nube electrónica el incesante giro de los electrones en torno al núcleo es lo que evita la propia destrucción del átomo. Dentro de esta nube existe un lugar en el que es muy probable encontrar un electrón y que se llama cuanto.

La energía que mantiene unidos a los protones y electrones se le llama interacción electromagnética.

A partir de aquí la física se divide en la actualidad en dos vertientes muy claras: Relatividad contra Cuántica.

Veamos un poco de historia:

En 1.905 Albert Einstein admite el fracaso de Newton y postula que todo resultado depende siempre del sistema de referencia de cada observador. Esto se conoce como el Principio de Relatividad Restringida. Para el lector no versado en este tipo de palabrería esta es la explicación científica del dicho aquel que dice que “todo depende del cristal con que se mire”.

En 1.915 el mismo Einstein amplía su teoría con una idea que se conoce con el nombre de Relatividad General: esta Teoría defiende la idea de que el espacio y el tiempo no tienen una estructura definida e impuesta a priori, sino que es la resultante de la repartición de las masas y de las energías presentes en un instante dado.

Así, cada objeto deforma en sus proximidades el espacio/tiempo (que Ud. y yo concebimos como nuestra sala de baño o nuestra oficina) en que evoluciona y la geometría local de este mismo espacio/tiempo determina a su vez la dinámica del objeto.

Al conjunto de las deformaciones del espacio/tiempo debidas a la totalidad de los cuerpos se conoce como gravedad.

Esto ya está expuesto de manera simplista, pero poniéndolo aún más sencillo se puede decir que el espacio – el tiempo – la masa, están íntimamente relacionados de tal manera que uno afecta a los otros y viceversa.

Para todo neófito en estos asuntos existe un ejercicio que le ayudará a comprender mejor la idea de que el espacio – tiempo se deforma. Si toma un trozo de tela cuadrada sujeta por sus cuatro puntas y en el medio coloca un objeto un poco pesado, la tela se estira hacia abajo ¿No?
Bien pues la tela es el espacio por el que Ud. se mueve (llamado espacio – tiempo por Einstein), su oficina, su dormitorio, su baño. El objeto que colocó sobre la tela le simboliza a Ud. mismo y la deformación que se produce en la tela se llama gravedad. Esto es entendible y hasta esperado.
Lo inesperado es que, aunque Ud. no lo vea, el objeto también se deforma adaptándose un poco al espacio... consecuencia: ¡Ud. también se deforma, energéticamente hablando, para poder adaptarse al espacio en el que se desenvuelve!

En la Teoría de la Relatividad esto es especulación pues ella misma no posee la manera de demostrar esto... de momento.

En Feng Shui y para todos sus beneficiarios y practicantes, esto es una realidad como un templo. Al final del capítulo profundizaremos en estas especulaciones, pues en este momento no corresponde hacerlo así.

Así que volvamos al espacio – tiempo de Einstein diciendo que la gravedad es un producto absoluto de la masa y el espacio - tiempo. Estas tres cualidades de la materia no son lineales y dependen de sistema de referencia, es decir del cristal con que se miren.

Si vemos lo que vemos es porque el ojo y el cerebro están prefijados biológicamente de manera que la idea del conjunto resultante nos da la idea de un universo lineal (como o veía Newton). Es la observación atenta del entorno la que nos obliga a ampliar algunos conceptos que, de entrada, pueden chocar con lo habitual.

Puesto que todo esto está en el campo de una teoría hablamos solo de una predicción de la Relatividad General según Einstein. Tome en cuenta el lector que Einstein era un físico teórico y que su campo era el de la lógica de los números. Tomó hasta 1.923 (desde 1.915) comenzar a obtener datos reales que confirmaran lo que él había predicho. Aún hoy se siguen obteniendo nuevos datos y construyendo nuevos artilugios técnicos para poder seguir en la búsqueda de la verdad.
Se encuentran constantemente datos que han hecho necesaria la ampliación de nuestra manera de ver el espacio – tiempo Einsteniano en “compartimentos” a los que la Física llama cuantos de energía... la cosa sigue cambiando de color.

Metafísicamente hablando sabemos que el poder invisible de la "cosa" de la que están hechas las cosas, del Ch’i en Feng Shui, también define las órbitas de los átomos, llamados niveles cuánticos de energía, manteniéndolos separados los unos de los otros, conteniéndolos y mostrando que la materia de la que está hecha el Ch’i se encuentra presente en todos los sitios, el Ch’i es algo que tiene sustancia y que es espeso, es fluido.

Dentro de los quarks y la manera como se comportan estas partículas (su mecánica) se encuentran las variables magnéticas del Ch’i que determinan el producto de la masa para crear la densidad de un objeto, su gravedad y la estructura del tiempo que rodean al objeto.

Con esta otra vertiente de la física, diferente de la Teoría de la Relatividad, por el momento se explica perfectamente bien la mecánica de las partículas y se conoce como la Teoría Estándar, que incluye el modelo cuántico del átomo pero también algunos otros principios que la hacen la teoría más precisa que se conoce, pero que tiene un problema “menor” no resuelto: ¡La gravedad!

La Teoría Estándar tiene una idea (propuesta por un señor llamado Higgs) para resolver este pequeño contratiempo, que soluciona este problema y que “funciona así: el vacío, curiosamente, no esta vacío del todo, sino permeado por una esencia continua, llamada un campo. Las partículas atómicas, como por ejemplo el electrón y el muón, sufren una especie de fricción con este campo: esa fricción es la masa, o inercia. Las diferentes masas son distintas porque los coeficientes de fricción lo son. Así de tonto.

Menos tonto es el hecho de que al campo que permea el vacío, como a todo otro campo, se le puede hacer vibrar, como a la gelatina. Así como las vibraciones del campo electromagnético son partículas de luz, las del campo de Higgs son partículas de Higgs. El descubrimiento de dichas partículas, con las propiedades muy concretas que el Modelo Estándar les confiere, sería un paso crucial en el entendimiento del origen de la masa: uno de los mayores misterios que hoy en día la ciencia afronta”.
Pero esto aún no se puede demostrar y por el momento los datos en las ecuaciones de los teóricos se ponen a mano.

Pero mientras esperamos a Higgs otros corren y se posicionan:

“Las supercuerdas están en ebullición desde que hace tres años...” (desde 1.994) “Edward Witten dio un fuerte empujón a toda la cuestión al sintetizar brillantemente ideas que estaban en el ambiente, empujón que ha desembocado en la denominada Teoría M”.

En una entrevista publicada en un periódico de Madrid comentó: “Lo que hace que la teoría de supercuerdas sea tan interesante es que el marco estándar mediante el cual conocemos la mayor parte de la física es el de la teoría cuántica y resulta que ella hace imposible la gravedad. La relatividad general de Einstein, que es el modelo de la gravedad, no funciona con la teoría cuántica. Sin embargo, las supercuerdas modifican la teoría cuántica estándar de tal manera que la gravedad no sólo se convierte en posible, sino que forma parte de ella, es inevitable”.

A la Teoría M se le llama así porque Witten tituló la charla en la que la presentó “Magia, misterio y matriz”. Lo interesante de esto es que justamente ¡La M es la letra que designa al Ch’i dentro de la Metafísica!

Para poner pies y cabeza a todo esto mientras los físicos se rompen la propia tratando de demostrar si la materia es relativa o cuántica, los metafísicos sabemos que es ambas cosas. Puede que la Teoría M, nos dé algunas sorpresas aún.

Lo que sucede es que necesitamos saber como es posible que un objeto pueda causar un cambio en nuestras vidas tan radical como puede hacerlo un remedio en Feng Shui.

La idea de supercuerdas puede explicar esto, pero la verdad es que “ningún físico se siente cómodo con este divorcio recalcitrante entre estas dos teorías (la relatividad y la cuántica), aunque no todos tienen la misma confianza en esta concepción de las supercuerdas, en que las partículas elementales (electrones, quarks, etcétera) son modos de vibración de cuerdas de tamaño inimaginablemente pequeño que exigen un universo con 10 dimensiones en lugar de las cuatro que palpamos”.

Ya comenzamos a hablar, pues, de un universo multidimensional y vibratorio: ¡Pura metafísica!

“Las supercuerdas no es más que una de las muchas maneras que los científicos usan para desarrollar los conocimientos que la humanidad reclama y necesita para su propia evolución. Sus adherentes activos han concluido, con mucho entusiasmo, que han tomado un camino acertado que conducirá a entender la interacción de la materia y más allá. Más allá, porque el propósito que los anima es seguir un camino (a lo mejor una "idea loca" o "adivinanzas matemáticas", para algunos) que los pueda conducir a encontrar una total comprensión de la materia y, quizás de Todo, partiendo desde el punto de vista de unas pocas cuerditas que se mueven al compás de nueve dimensiones más el tiempo.

La idea principal de la Teoría de las Supercuerdas es que todas las partículas, todos los conductores de fuerza, y la gravedad se armonizan igualitariamente en un sentido, bajo el son de un tilín de vibraciones de cuerditas que aparecen como objetos. Para entender la aparición de las cuerditas basta con utilizar como ejemplo el de la visión que obtenemos desde lo alto en el vuelo de un avión cuando observamos una autopista. Aparecería la materia, cuando es observada desde altísimas distancias, como un objeto vibratorio semejante a un punto, una partícula. Así, una quark nos aparecería como ese punto. Pero al achicarse más la escala, el quark va apareciendo como si estuviera constituido como un pelillo extendido y unidimensional, una cuerdita, que genera interactivamente muchísimos subquarks alrededor de ella.

Hasta ahora, se ha considerado a las partículas elementales como puntos sin procederse a estimar su extensión, tan solo y simplemente puntos matemáticos.

Con la Teoría de las supercuerdas, al propugnarse la idea de que las partículas no sólo son un punto sino líneas unidimensionales insertas en rizos que adquieren diferentes conformaciones, el problema matemáticamente se soslaya, cuando se considera a los bucles como partículas elementales.

Dentro de ella no se plantea la existencia de unos precisos tipos de objetos, y que los demás se generarían alrededor o fuera de estos. Lo que se propugna es que un objeto unidimensional, parecido a una cuerda, puede adquirir diferentes conformaciones y estructuras geométricas. Es un fenómeno semejante al que ocurre cuando se aplica un punteo en las cuerdas de una guitarra. Se dan variados sonidos con la vibración de las cuerdas. Los tonos diferentes que produce la vibración de una cuerda son la analogía de distintos objetos.

En esa misma forma, existe una cuerda fundamental en la que en distintas vibraciones una partícula elemental puede ser detectada en condiciones de baja energía y grandes distancias. Una vibración es una quark; otra distinta es un fotón; la partícula de la luz vibra agudo y se observa como un electrón; hace un tilín y aparece un gravitón, la partícula que daría origen a la fuerza gravitatoria.

Las distintas vibraciones se producen en un mismo objeto. Es la unificación de todo, de las partículas, de la interacción, de partículas que manejan interacción; todas son todas vibraciones de la misma cuerda.

Es el distinto "tono" de las vibraciones el determinante que sugiere las propiedades de las partículas elementales.

De esta manera el intercambio y la modificación de las cualidades del espacio la observaríamos como si viéramos a un electrón con la forma de una cuerda que se moviliza a lo largo de una especie de tubo o caño. En cualquier momento, la cuerda entubada se mueve fuera del tubo, y entonces genera una cuerda fotón, y se excita y, otro electrón, absorbe la cuerda fotón. Así, se puede visualizar a una cuerda electrón moviéndose para acá y otra para allá, intercambiándose una cuerda fotón.

Los físicos que trabajan con supercuerdas han tenido que recurrir teóricamente a establecer la existencia de dimensiones extras al intentar explicar los mecanismos básicos que rigen el mundo de cuatro dimensiones (tres espaciales más el tiempo)”.

Este es uno de los inconvenientes que le ven algunos a esta teoría, aún cuando ya el físico David Bohm estableció su teoría de que el universo tiene una estructura explícita o desplegada y una estructura implícita o replegada. Es decir, él dice que existen aspectos en el universo que no se ven pero que sostienen a los aspectos que si se ven.

A su vez otro físico, llamado Heinsenberg, ya dijo que “el observador forma parte de aquello que ve” y un tercero, John Bell demostró que sí existe una interconexión básica entre todas las cosas.
Aquí se queda la explicación física del asunto.

Las especulaciones metafísicas, aunque algunas ya incluidas en cursiva, son las siguientes:
Para mí lo que puede suceder es que dentro de las estructuras atómicas existe una gran posibilidad de variación antes de que el objeto general cambie su forma o se destruya. Así al manipular los niveles de vibración de las cuerdas, podemos cambiar algunas propiedades de la materia que nos rodea: La estructura del tiempo (haciéndonos viejos más lentamente), o lograr condiciones de cero gravedad (levitación) o de invisibilidad.

Puesto que nosotros también somos materia, nos vemos afectados. Quienes se tratan con Reiki diariamente saben positivamente que el Reiki aumenta su nivel de energía pero no necesariamente su vibración. Esto explica porqué, al tratarnos con Reiki, algunos tenemos un tipo de experiencia y otros no. Aunque todos sufrimos un aumento de nuestros niveles de energía, la vibración se aumenta solo si sigues una vida cercana a la perfección, esto incluye alimentación, pensamientos y hábitos sanos.

Con respecto a las otras dimensiones, matemáticamente son necesarias para explicar lo que se ve a través del pensamiento lógico. Lo que quizás desestiman los científicos es que lo que ellos determinan como una materia oscura e hipotética, los metafísicos la utilizamos diariamente. La visibilidad es solo una propiedad de la luz cuando las ondas emitidas por el objeto son síncronas, es decir, que están alineadas las unas a las otras. Si el Ch’i no se ve es porque produce ondas de luz asícronas, de manera que estas ondas se cancelan unas con otras, dando como resultado la invisibilidad.

En Feng Shui pues lo que hacemos es:
Reconocer que el espacio en el que vives se reorganiza ordenadamente según un “orden implícito”, replegado según unas leyes que ya han sido denominadas de la Holonomía.

Saber que este espacio te reconoce a ti como el motor neutral que hace que él mismo evolucione, dentro de su polaridad, al manipular al Ch’i directa o indirectamente.

Que efectivamente modificas el espacio al poner un remedio, pues el remedio entra en el juego de intercambio de materia junto con lo que le rodea, estableciendo un nuevo equilibrio que te afecta a ti, pero también a tu entorno, porque un buen Ch’i traerá beneficios a tus vecinos también.
Puesto que el karma que tenemos que cumplir está inscrito en nuestro ADN magnético, un cambio del espacio, y por tanto de las cualidades magnéticas del mismo, trae consigo una cierta modificación del código genético magnético y por tanto existe implícita una liberación de karma, lo que explica la reacción positiva ante un cambio producido por un remedio bien prescrito.

Recuerde el lector que aquí hemos mezclado información de científicos terrestres y no terrestres. Seguramente un físico terrestre y ortodoxo reprobaría mi análisis. Esto no me importa realmente.

Sin embargo, le pongo en guardia con respecto a que la información cambia constantemente y que lo que hoy es verdad mañana puede ser solo una mera particularidad de una verdad más grande. Esté el lector interesado en estos temas atento y no acepte lo expuesto aquí como definitivo.