domingo, noviembre 30, 2008

Los Druidas


Los druidas eran los sacerdotes de los antiguos celtas Se cuidaban del culto divino, ofrecían los sacrificios públicos y privados y hacían de jueces en la mayoría de los juicios. Practicaban la adivinación viendo el volar de las aves y los movimientos convulsivos de los desgraciados prisioneros, sacrificados para tal fin. Desarrollaron un sistema de conocimiento de la personalidad estudiando la posición de las estrellas en la fecha de nacimiento con los árboles sagrados de su religión druídica pues los árboles eran para los celtas seres sagrados con alma, identidad y conciencia.

Los druidas conocían los secretos de estos seres vegetales y se inspiraban en la magia de los árboles para crear un horóscopo que ayudaba al hombre a cerca de su futuro, pasado y a conocer su carácter.

Eran los sacrificios humanos los que constituían uno de sus rasgos principales en sus fiestas. Las víctimas eran empaladas, aleteadas o quemadas vivas dentro de grandes jaulas de mimbre. Los emperadores romanos reprimieron estas costumbres. Creían en la trasmigración individual, que dentro de la metempsicosis significa pasar una alma de un cuerpo a otro. Consideraban sagrados el roble y el muérdago, que cortaban siempre con una hoz de oro, iban revestidos de túnicas blancas y coronados de hojas de roble. Eran maestros de la nigromancia y de las artes ocultas, y practicaban la hipnosis. Sus moradas eran toscas chozas en forma de colmenas. Existían entre ellos sacerdotisas, que se pintaban el cuerpo de color negro durante sus ceremonias religiosas.

Se dice que el célebre Stonehenge, edificado como observatorio astronómico, fue utilizado más tarde como templo por los druidas.
Al respecto John Aubrey, nos dice; que las piedras en círculo y demás lugares próximos al llamado templo central fueron construidos y empleados por los míticos druidas.

Por otra parte R.J. Atkinson, en su obra Stonehenge y monumentos vecinos, nos dice: en efecto, los druidas fueron observadores de la Naturaleza, incluyendo la astronomía, pero su localización histórica no parte con total seguridad desde el año cuatro mil antes de Cristo.


Ram el Celta

Arnauld de Saint Jacques en su obra Los Templarios y el Evangelio de San Juan, nos dice que; para conocer el verdadero origen del Cristianismo es necesario remontarse en el tiempo y situarse en 7.000 años a.C., cuando los celtas dominaban la mayor parte de Europa.

A causa de las persecuciones religiosas, se sucedieron con 400 años de intervalo, dos migraciones masivas: hacia Asia por los Dardanelos y hacia África por Gibraltar. Sería la primera la que tendría como inspirador y conductor a Ram, conocido como Ram el Celta, que significa "carnero" y que está representado en el zodiaco por el signo de Aries. La prodigiosa epopeya de Ram, está relatada en el Ramayana, extenso poema hindú y también en el Zend Avesta, de Zoroastro.

Ram Sacerdote desde muy temprana edad en un pueblo donde las sacerdotisas fueron cambiando hasta convertirse en autenticas brujas combatió siempre esta situación desde su perspectiva de Iniciado y, a al final, iría a dotar a los celtas de los elementos clave para elaborar una doctrina capaz de destruir las antiguos costumbres en los que todavía se desenvolvía el druidismo en aquel tiempo. Como Gran Iniciado Druida, Ram hizo grandes prodigios e intentó introducir reformas que eran necesarias en el druidismo. Por este motivo, fue perseguido por los militares, quienes eran manipulados por la clase sacerdotal, que estaba en manos de las druidesas.
En vez de una guerra, Ram prefirió el exilio llevándose con él a sus seguidores, una población estimada en tres millones de seres humanos. Marchó en dirección hacia Asia, conquistó las fronteras del Cáucaso alcanzando Tartaria. Luego conquistó Persia a la que le dio con el nombre de "IRAN", organizando su territorio un sistema llamado sinarquía (orden establecido) opuesto a la anarquía.

Ram era un genio de Luz, un Adepto enviado por el Egregor del Verbo Creador. Introdujo la Sinarquia en todo su imperio, que vivió en paz y justicia durante casi 4000 años. La organización sinárquica estaba dividida en tres consejos: los Grandes Iniciados, guardianes de la pureza esotérica de las ciencias y de las enseñanza formaban el primer Consejo, llamado "de Dios". El Cuerpo de Iniciados Laicos, bajo cuyo mando estaba la Justicia arbitral, tenía por nombre el de "Consejo de los Dioses" y designaba a todos los que debían de tener las más elevadas responsabilidades: reyes y emperadores respondían ante este consejo. El tercer grupo, era el Consejo de los Ancianos, que eran los encargados de vigilar de la economía y la administración territorial.

Una vez constituida esta organización, Ram, fiel a sus criterios dejó su función de emperador consagrando el primer Kusha de la India al que confirió el estandarte del Carnero. Después fue elegido Soberano Pontífice Universal por el Consejo de Dios, tomando para sí el estandarte y nombre del Cordero (Lam). Fue entonces cuando instituyó la religión del Verbo Creador, primera religión conocida de la India. Sin embargo, este imperio sinárquico del carnero se desmoronaría 3.000 años a.C. con el cisma de Irshu que introdujo de la anarquía en todos sus dominios.
Ram había enseñado el cultivo de la vid, organizó los gremios y las profesiones, abolió la esclavitud y castigó a los homicidas. Dio a la mujer un papel importante como sacerdotisa del hogar, pues sabía que el pórtico del Templo ha de sustentarse sobre dos columnas, equiparando su importancia a la del hombre, tanto en lo material como en los aspectos religioso y metafísico. Estableció cuatro grandes fiestas al año que coincidían con el cambio de estaciones.

La organización sinárquica de Ram se desmoronó por la subversión anárquica, pero habia sido tan fuertemente instaurada que mucho tiempo después surgieron movimientos sinárquicos en distintos puntos del antiguo imperio.

El movimiento abramida tiene su origen en Caldea en tiempos de Semiramis quien se auto-llamaba "luz espiritual de Ram". Los abramidas; reaccionaron contra la política anárquica sin freno ni principios de la Emperatriz.
Abram, que era el título( además del nombre) del jefe de la Orden de los Dóricos de Caldea, se presentó ante Melquisedec, Rey de Justicia según la sinarquía de Ram y Pontífice de El-Helión. le fue entregado, junto con el rito-oficio del Pan y el Vino, una iniciación superior y una tarea sinárquica. Su nuevo título fue "Abraham" y su tarea, al frente de sus 318 caldeos iniciados, fue el de instaurar la sinarquía y mantenerla.
La Orden del Carnero, la Orden de los Abramidas, así como la Orden de los Iniciados Mosaicos, que llevó a cabo el éxodo, estaban sin lugar a dudas al servicio del Verbo Creador. Eran Milicias del Verbo -dice Saint Jacques-, como lo sería la Orden de los Hijos de la Luz (esenios) y la de los Pobres Soldados de Cristo u Orden del Temple.


Lug, el pancéltico Dios Desconocido de los ligures

Juan G. Atienza, nos dice sobre Lug; que antes de convertirse en divinidad importante de los pueblos celtas, fue el Dios Desconocido de los ligures, un pueblo que ha sufrido en su recuerdo la seguramente torpe intervención de muchos historiadores, que llegaron a la conclusión atolondrada de su radical inexistencia, hasta el punto de que hoy los libros de Historia los ignoran prácticamente. El error, de raíz racionalista -dice Atienza-, consistió seguramente en el empeño de adjudicar a los ligures una personalidad étnica, cuando, con toda probabilidad, ese nombre designó no una raza, sino una creencia, paralela a la que podría significar calificar a toda una serie de pueblos como cristianos o musulmanes, cuando en realidad el nombre que les une llama a una forma de religión que nada tiene que ver con características raciales. Los ligures fueron, con toda probabilidad, una gran amalgama de pueblos de la antigüedad unidos por una creencia común que tenía como fundamento la fe en la divinidad Lug. Y estos pueblos surgieron en los lugares más variados, en las tierras más dispares, dejando su huella reconocible, su única huella, en las toponimias que en su día dedicaron a aquel ser trascendente en el que centraban su creencia. Así es como en la actualidad podemos encontrar el nombre de Lug en infinidad de lugares que nunca fueron considerados como ligures, como fue el caso de Egipto y su ciudad sagrada de Luxor. El Temple, seguramente con conocimientos tradicionales adquiridos en Tierra Santa, supo reconocer estos enclaves y fue en su búsqueda para asentarse en ellos y, tal vez, para ahondar en lo que quedaba de la antigua creencia a través de los ritos y mitos de aquellos descendientes de una forma religiosa profundamente larvada en la conciencia de los pueblos. En la Península Ibérica y en las islas que forman parte de su nacionalidad, ese nombre aparecía con cierta frecuencia. Y, a menudo, el lugar donde surgía se convirtió en centro de devoción especialísimo que, por encima de las doctrinas implantadas, llamaba la atención sobre una forma religiosa más universal que llegaba desde tiempos inmemoriales olvidados de la mayoría, pero presentes en el inconsciente colectivo de los fieles. Por citar algunos ejemplos de toponimia Lug en España donde se asentaron los templarios, mencionaremos a la ciudad gallega de Lugo, donde tuvieron una encomienda o bailía importante, si consideramos que en ella se celebró Capítulo General de la Orden en 1244; a Lluc, Llucmajor o Lucham, en la isla de Mallorca; a Luarca, Asturias, donde poseyeron un hospital de peregrinos, etc.