lunes, diciembre 01, 2008

Los Deseos de Prosperidad Pueden Potenciarse

El ritual de año nuevo 1

Cuando está a punto de presentarse un nuevo año en nuestras vidas tenemos por costumbre realizar una serie de celebraciones tradicionales para darle la bienvenida. Cenamos con la familia o con los amigos, asistimos a fiestas, cantamos por las calles y, sobre todo, nos tomamos las doce uvas de la suerte y nos deseamos un próspero Año Nuevo. Los deseos de prosperidad a veces resultan frases hechas que decimos por costumbre sin poner demasiado énfasis en nuestras palabras. Simplemente las decimos porque eso es lo que se dice ese día. Sin embargo hay una manera mejor y más eficaz para que esa frase alcance una auténtica dimensión y nuestros deseos, nuestros auténticos deseos, sean empujados hacia su realización.


Es el Ritual del Año Nuevo.

Este ritual, que Meigaweb pone a disposición de quien lo solicite a través de su tienda virtual, utiliza la técnica de la magia a través de las velas. La magia de las velas no es algo que el hombre contemporáneo haya desenterrado para divertirse sin más. Ya nuestros antepasados utilizaban el fuego en casi todas sus celebraciones y sus rituales en el momento de realizar una petición o como ayuda para conseguir que sus deseos fuesen satisfechos y sus objetivos cumplidos. Hacían magia. Dirigían su fuerza interior con el fin de influir en los seres y en las cosas. Y se ayudaban del fuego. Exactamente lo mismo que podemos hacer nosotros.

Si nos decidimos a realizar este ritual para conseguir nuestros fines y que se cumplan nuestros buenos anhelos para el Año Nuevo tenemos que tener en cuenta algo que es muy importante: el proceso de concentración. Es la mejor manera de dirigir nuestro pensamiento hacia el fin que se quiere conseguir. Para ello debemos poner todo nuestro esfuerzo, pensar en un objetivo claro y dar por hecho que el resultado va a ser el que deseamos. El objetivo principal en el Ritual de Año Nuevo es que el año entrante sea mejor que el saliente. Es por tanto un ritual propiciatorio, de afirmación, con el que queremos potenciar y avanzar hacia algo mejor en todos los sentidos. Para conseguirlo utilizamos una serie de elementos que en este caso van a ser cuatro velas de unas determinadas formas y colores y el altar (soporte donde vamos a colocarlas).

El color de las velas es importante porque encierra toda una simbología que hay que conocer. La vela blanca en forma de pirámide de seis caras simboliza la limpieza y la purificación. Con ella eliminamos todo lo negativo que nos rodea y ayudamos a que el Año Nuevo sea un período limpio y esté libre de los malos augurios. Las velas esférica plateada y dorada nos indican la transición de un metal precioso (la plata) a otro metal precioso (el oro) mucho más valorado. Simboliza el paso hacia algo mejor. La vela color rojo la utilizamos para potenciar esa transición. Por último el soporte para las velas, el altar, está pintado con todo el espectro de colores del Arco Iris que juntos se transforman en blanco, el color de la pureza


El ritual de año nuevo 2

Este ritual de Año Nuevo se puede realizar también el día de Navidad con la condición de que tengamos las velas encendidas durante siete horas como mínimo. Pero el momento más indicado es llevarlo a cabo aproximadamente dos horas antes de que se acabe el año (encendido de las velas) y terminarlo diez minutos después de traspasar la barrera del año nuevo (momento en el que se apagan las velas). Esa noche, nuestra noche mágica, colocaremos el altar en un lugar adecuado y firme. Lentamente, sin prisas, vamos distribuyendo cada vela en su lugar correcto. La vela blanca exagonal en el centro de la parte superior del altar, la vela plateada en el lado izquierdo, la vela dorada a la derecha y la roja en la parte de abajo (tal como indica la foto que muestra Meigaweb). Nos reunimos alrededor del altar con nuestra familia o con nuestros amigos, si es nuestro deseo, o permanecemos en soledad si no nos apetece compañía o no la tenemos. Procedemos al encendido de las velas en el sentido de las agujas del reloj, primero la plateada, luego la exagonal, en tercer lugar la dorada y por último la roja (siempre se procede de esta manera en los rituales de afirmación).

Ahora es el momento para la concentración. Dirige tu pensamiento hacia el objetivo que quieres conseguir procurando no distraerte en otras reflexiones, expresa verbalmente tus aspiraciones para el año nuevo o pronuncia un texto que tú mismo has podido escribir para esta ocasión y en donde expresas lo que quieres que ocurra (también puede ser un texto elegido de algún libro con el cual te identifiques completamente y sirva a tus propósitos). Luego imagínate que ya lo has conseguido, que ya es una realidad, visualiza sin temor que tus deseos se han cumplido. Se respira una atmósfera de paz. Algo mágico está ocurriendo, tu fuerza mental, ayudada por el fuego, camina hacia un desenlace favorable, lo estás viendo, lo estás sintiendo, lo estás descubriendo.

La duración del ritual podemos establecerla nosotros siempre que nos tomemos el tiempo necesario y no vayamos con prisas. Las prisas es el enemigo número uno de los rituales. Cuando hemos terminado el periodo de concentración volvemos tranquilamente a disfrutar de esa Nochevieja recuperándonos del esfuerzo mental que hemos realizado. Tomamos nuestras doce uvas de la suerte y pasados diez minutos apagamos las velas sin soplar sobre ellas. Y... ahora sí... ya podemos desear a todos un próspero Año Nuevo porque esa frase hecha, ahora tiene un auténtico y profundo sentido. ¡Feliz Año Nuevo!.....


Ritual de Amor

El Ritual de Amor que Meigaweb ha ideado para todos los enamorados del mundo en este día tan señalado tiene varios objetivos. Por un lado pretende aumentar la inclinación emocional y sensual de una pareja para que permanezcan unidos estrechamente compartiendo cada instante de sus vidas. Por otro lado podemos utilizarlo con el fin de atraer de forma irresistible al ser que anhelamos despertando su interés por nosotros. Y por último, en el caso de que existan problemas dentro de la pareja, este Ritual de Amor ayuda de una forma eficaz a que se solucionen los conflictos y se restaure la paz y la pasión.

El Ritual de Amor está formado por tres velas y un altar. Una de las velas es roja, símbolo del amor ardiente de la pareja; las otras dos son de los colores zodiacales de cada uno de los miembros de la pareja. Si no conocemos nuestros colores zodiacales se pueden sustituir por dos velas blancas que simbolizan la pureza. El altar encierra toda la simbología del acto que vamos a realizar. Está formado por un círculo rojo que simboliza los hechos consumados, nuestro objetivo cumplido. Dentro del círculo se circunscribe un triángulo, la figura perfecta, la más fuerte, la que nunca se puede volcar, siempre está en pie. El triángulo es uno de los símbolos más importantes del mundo cuando nos referimos a la magia y las matemáticas. Es la visualización del número 3, y este número simboliza la vida y el nacimiento. Por eso en este Ritual de Amor, de alguna manera, se camina por él, nos enganchamos a cada uno de sus tres lados para conseguir nuestros buenos propósitos. En los dos vértices inferiores del triángulo hay dos números, el 2 y el 3, lugar donde colocaremos las velas zodiacales o las blancas. Del número 2 parte una flecha hacia el número 3, y viceversa, símbolo de la atracción entre las personas que realizan el ritual. Las flechas van al encuentro la una de la otra y arrastran con ellas el afecto, la pasión, potenciando el acercamiento. Dos flechas más, que parten de las posiciones 2 y 3 avanzan por el triángulo, ambas hacia el número 1, lugar en el que por fin se unen en el amor sensual. El color de fondo del altar es el marrón, símbolo de la Tierra. Seis pequeños triángulos rodean a cada uno de los tres números dibujados en el altar. Son verdes, color que aleja las malas vibraciones para que nos podamos concentrar mejor en nuestro objetivo.

Ya tenemos todos los elementos necesarios para empezar el ritual. Estamos plenamente convencidos de lo que vamos a hacer y, además, queremos hacerlo. Encendemos un poco de incienso, si lo deseamos o lo tenemos a mano, e incluso podemos poner aquella música con la cual nos conocimos o queremos empezar nuestra relación. Colocamos el altar en un sitio seguro y distribuimos las velas: la roja en la posición 1 y las zodiacales o blancas en las posiciones 2 y 3. Encendemos las velas en el sentido de las agujas del reloj, primero la 1, luego la 3 y finalmente la 2. Y al mismo tiempo que encendemos las velas pronunciamos por cada una de ellas la frase siguiente: "a través de la fuerza del triángulo se cerrará el círculo que servirá para la unión de (decir el nombre de cada uno)". Dirigimos nuestro pensamiento hacia nuestro objetivo (el amor, la unión), visualizamos el fin realizado, nuestros deseos cumplidos. Y así pasamos un rato empapándonos de afecto, de sensualidad, de pasión y comunión con el otro. Las imágenes que vienen a nuestra mente seguramente serán placenteras, deliciosas. Saboréalas, deléitate con ellas, créetelas, goza del momento. Cuando hemos terminado dejamos que las velas se consuman totalmente y guardamos los restos hasta que voluntariamente queramos que se rompa el conjuro, para lo cual sólo tendremos que destruirlo


RITUAL DE AMOR para El Día de San Valentín
Fiesta de los enamorados (I)

Posiblemente la tradicional celebración del día 14 de febrero como la fiesta de los enamorados o Día de San Valentín procede, una vez más, de una vieja celebración pagana. En la antigua Roma, el 15 de febrero de cada año se celebraba una festividad denominada las Lupercales en las que se honraba a Fauno Luperco, dios ítalo de los pastores, con la finalidad de asegurar la fertilidad de los campos y los rebaños. El lugar de la celebración estaba ubicado en la gruta del Lupercal, situada en la ladera noroeste del Platino, donde se cree que los gemelos Rómulo y Remo, legendarios fundadores de Roma, habían sido amamantados por una loba. En aquel lugar los lupercos, cofradía de sacerdotes que profesaban culto a este dios, sacrificaban una cabra y un perro. Uno de los sacerdotes, con su cuchillo manchado con la sangre de la cabra, tocaba la frente de los lupercos para posteriormente limpiar la mancha con un mechón de lana empapado en leche. En ese instante los lupercos emitían una carcajada ritual. Luego organizaban una procesión rodeando al Palatino en la que, desnudos y provistos de correas hechas con la piel de la cabra que acababan de sacrificar, golpeaban a la multitud, en especial a las mujeres, porque pensaban que de esta manera se volverían fecundas. Estos juegos, además, eran un pretexto para diversiones licenciosas.

Con el paso del tiempo el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de los Juegos Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín, en el año 270 d.C. De esta manera San Valentín pasó a ser el protagonista absoluto de esta fecha y ocupó un lugar destacado en el calendario.xxxLa vida, martirio y muerte de San Valentín, como la de todos los santos, hizo correr chorros de tinta durante la Edad Media. En esta época los relatos sobre la vida de los santos eran muy populares. Con ellos se pretendía difundir la fe cristiana entre los lectores centrándose en los milagros que realizaban sus protagonistas. Sin embargo en ese intento de perseguir la fe y captar discípulos a base de ensalzar las vidas de los héroes de sus historias, los escritores perdían el horizonte de la realidad y abandonaban el rigor histórico, de manera que sus historias acababan convirtiéndose en fábulas y leyendas que pasaban a formar parte del conjunto de tradiciones y costumbres populares. Por eso San Valentín, como todos los santos, tiene su propia leyenda. Y en ella se cuenta que allá por el año 270 d. C., durante el corto reinado (268-270) del emperador romano Claudio II el Gótico, un sacerdote cristiano de Roma, llamado Valentín, se manifestó en contra de los decretos imperiales. Y es que Claudio II dictó una ley en la cual prohibía contraer matrimonio a los hombres jóvenes porque pensaba que los solteros eran mejores soldados, rendían mejor en la guerra y además no ponían pegas a la hora de separarse de sus familias, cosa que, al parecer, no ocurrían entre los soldados que habían contraído matrimonio y habían formado una familia. El sacerdote desafió al emperador y siguió celebrando en secreto matrimonios entre los jóvenes enamorados que acudían a él. Cuando Claudio se enteró, mandó apresarlo y encarcelarlo. Intentó por diversos medios persuadir a Valentín para que renunciase al Cristianismo y sirviese al Imperio y a los dioses romanos. Pero Valentín no renunció a su religión y el emperador dictó una sentencia que se llevaría a cabo en tres fases. Primero sufriría una paliza, luego le lapidarían y finalmente le decapitarían. Y así fue. Valentín murió el 14 de febrero del año 270 d.C. Pero ocurrió que durante su cautiverio, el carcelero, viendo que Valentín era un hombre instruido, le pidió que diese lecciones a su hija Julia, ciega de nacimiento. Valentín accedió y, además de enseñarle aritmética e historia romana, le habló de Dios. Un día Julia le explicó a Valentín que constantemente le pedía a Dios la gracia de recuperar la vista. Valentín le contestó que Dios siempre hacía lo mejor para nosotros si creemos en El. Y se arrodillaron juntos para rezar cuando de repente una luz brillante iluminó la celda y Julia recuperó la vista. En la víspera de su muerte Valentín le escribió una última carta a Julia donde le pedía que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "de tu Valentín". Al día siguiente, 14 de febrero, Valentín fue ejecutado.

Y así fue como empezó la tradición de enviar mensajes de amor en el Día de San Valentín, el santo que perdió su vida por favorecer la unión de los enamorados. Desde entonces comenzaron a circular por todo el mundo intercambios de misivas y obsequios para expresar amor y amistad a los seres más cercanos.

Y ¿qué mejor mensaje de amor y de unión que aquel que nos proporciona un ritual que potencie y eleve este sentimiento?. .....


RITUAL DE AMOR para El Día de San Valentín
Fiesta de los enamorados (II)

El Ritual de Amor que Meigaweb ha ideado para todos los enamorados del mundo en este día tan señalado tiene varios objetivos. Por un lado pretende aumentar la inclinación emocional y sensual de una pareja para que permanezcan unidos estrechamente compartiendo cada instante de sus vidas. Por otro lado podemos utilizarlo con el fin de atraer de forma irresistible al ser que anhelamos despertando su interés por nosotros. Y por último, en el caso de que existan problemas dentro de la pareja, este Ritual de Amor ayuda de una forma eficaz a que se solucionen los conflictos y se restaure la paz y la pasión.

El Ritual de Amor está formado por tres velas y un altar. Una de las velas es roja, símbolo del amor ardiente de la pareja; las otras dos son de los colores zodiacales de cada uno de los miembros de la pareja. Si no conocemos nuestros colores zodiacales se pueden sustituir por dos velas blancas que simbolizan la pureza. El altar encierra toda la simbología del acto que vamos a realizar. Está formado por un círculo rojo que simboliza los hechos consumados, nuestro objetivo cumplido. Dentro del círculo se circunscribe un triángulo, la figura perfecta, la más fuerte, la que nunca se puede volcar, siempre está en pie. El triángulo es uno de los símbolos más importantes del mundo cuando nos referimos a la magia y las matemáticas. Es la visualización del número 3, y este número simboliza la vida y el nacimiento. Por eso en este Ritual de Amor, de alguna manera, se camina por él, nos enganchamos a cada uno de sus tres lados para conseguir nuestros buenos propósitos. En los dos vértices inferiores del triángulo hay dos números, el 2 y el 3, lugar donde colocaremos las velas zodiacales o las blancas. Del número 2 parte una flecha hacia el número 3, y viceversa, símbolo de la atracción entre las personas que realizan el ritual. Las flechas van al encuentro la una de la otra y arrastran con ellas el afecto, la pasión, potenciando el acercamiento. Dos flechas más, que parten de las posiciones 2 y 3 avanzan por el triángulo, ambas hacia el número 1, lugar en el que por fin se unen en el amor sensual. El color de fondo del altar es el marrón, símbolo de la Tierra. Seis pequeños triángulos rodean a cada uno de los tres números dibujados en el altar. Son verdes, color que aleja las malas vibraciones para que nos podamos concentrar mejor en nuestro objetivo.

Ya tenemos todos los elementos necesarios para empezar el ritual. Ha llegado el 14 de febrero, día de los enamorados, y estamos plenamente convencidos de lo que vamos a hacer y, además, queremos hacerlo. Con nuestra pareja elegimos un momento tranquilo del día donde no vamos a tener interrupciones. Encendemos un poco de incienso, si lo deseamos o lo tenemos a mano, e incluso podemos poner aquella música con la cual nos conocimos o empezamos nuestra relación. Colocamos el altar en un sitio seguro y distribuimos las velas: la roja en la posición 1 y las zodiacales o blancas en las posiciones 2 y 3. Encendemos las velas en el sentido de las agujas del reloj, primero la 1, luego la 3 y finalmente la 2. Y al mismo tiempo que encendemos las velas pronunciamos por cada una de ellas la frase siguiente: "a través de la fuerza del triángulo se cerrará el círculo que servirá para la unión de (decir el nombre de cada uno)". Dirigimos nuestro pensamiento hacia nuestro objetivo (el amor, la unión), visualizamos el fin realizado, nuestros deseos cumplidos. Y así pasamos un rato empapándonos de afecto, de sensualidad, de pasión y comunión con el otro. Las imágenes que vienen a nuestra mente seguramente serán placenteras, deliciosas. Saboréalas, deléitate con ellas, créetelas, goza del momento. Cuando hemos terminado dejamos que las velas se consuman totalmente y guardamos los restos hasta que voluntariamente queramos que se rompa el conjuro, para lo cual sólo tendremos que destruirlo.

RITUAL DE AMOR para El Día de San Valentín
Fiesta de los enamorados (I)

Posiblemente la tradicional celebración del día 14 de febrero como la fiesta de los enamorados o Día de San Valentín procede, una vez más, de una vieja celebración pagana. En la antigua Roma, el 15 de febrero de cada año se celebraba una festividad denominada las Lupercales en las que se honraba a Fauno Luperco, dios ítalo de los pastores, con la finalidad de asegurar la fertilidad de los campos y los rebaños. El lugar de la celebración estaba ubicado en la gruta del Lupercal, situada en la ladera noroeste del Platino, donde se cree que los gemelos Rómulo y Remo, legendarios fundadores de Roma, habían sido amamantados por una loba. En aquel lugar los lupercos, cofradía de sacerdotes que profesaban culto a este dios, sacrificaban una cabra y un perro. Uno de los sacerdotes, con su cuchillo manchado con la sangre de la cabra, tocaba la frente de los lupercos para posteriormente limpiar la mancha con un mechón de lana empapado en leche. En ese instante los lupercos emitían una carcajada ritual. Luego organizaban una procesión rodeando al Palatino en la que, desnudos y provistos de correas hechas con la piel de la cabra que acababan de sacrificar, golpeaban a la multitud, en especial a las mujeres, porque pensaban que de esta manera se volverían fecundas. Estos juegos, además, eran un pretexto para diversiones licenciosas.

Con el paso del tiempo el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de los Juegos Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín, en el año 270 d.C. De esta manera San Valentín pasó a ser el protagonista absoluto de esta fecha y ocupó un lugar destacado en el calendario.xxxLa vida, martirio y muerte de San Valentín, como la de todos los santos, hizo correr chorros de tinta durante la Edad Media. En esta época los relatos sobre la vida de los santos eran muy populares. Con ellos se pretendía difundir la fe cristiana entre los lectores centrándose en los milagros que realizaban sus protagonistas. Sin embargo en ese intento de perseguir la fe y captar discípulos a base de ensalzar las vidas de los héroes de sus historias, los escritores perdían el horizonte de la realidad y abandonaban el rigor histórico, de manera que sus historias acababan convirtiéndose en fábulas y leyendas que pasaban a formar parte del conjunto de tradiciones y costumbres populares. Por eso San Valentín, como todos los santos, tiene su propia leyenda. Y en ella se cuenta que allá por el año 270 d. C., durante el corto reinado (268-270) del emperador romano Claudio II el Gótico, un sacerdote cristiano de Roma, llamado Valentín, se manifestó en contra de los decretos imperiales. Y es que Claudio II dictó una ley en la cual prohibía contraer matrimonio a los hombres jóvenes porque pensaba que los solteros eran mejores soldados, rendían mejor en la guerra y además no ponían pegas a la hora de separarse de sus familias, cosa que, al parecer, no ocurrían entre los soldados que habían contraído matrimonio y habían formado una familia. El sacerdote desafió al emperador y siguió celebrando en secreto matrimonios entre los jóvenes enamorados que acudían a él. Cuando Claudio se enteró, mandó apresarlo y encarcelarlo. Intentó por diversos medios persuadir a Valentín para que renunciase al Cristianismo y sirviese al Imperio y a los dioses romanos. Pero Valentín no renunció a su religión y el emperador dictó una sentencia que se llevaría a cabo en tres fases. Primero sufriría una paliza, luego le lapidarían y finalmente le decapitarían. Y así fue. Valentín murió el 14 de febrero del año 270 d.C. Pero ocurrió que durante su cautiverio, el carcelero, viendo que Valentín era un hombre instruido, le pidió que diese lecciones a su hija Julia, ciega de nacimiento. Valentín accedió y, además de enseñarle aritmética e historia romana, le habló de Dios. Un día Julia le explicó a Valentín que constantemente le pedía a Dios la gracia de recuperar la vista. Valentín le contestó que Dios siempre hacía lo mejor para nosotros si creemos en El. Y se arrodillaron juntos para rezar cuando de repente una luz brillante iluminó la celda y Julia recuperó la vista. En la víspera de su muerte Valentín le escribió una última carta a Julia donde le pedía que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "de tu Valentín". Al día siguiente, 14 de febrero, Valentín fue ejecutado.

Y así fue como empezó la tradición de enviar mensajes de amor en el Día de San Valentín, el santo que perdió su vida por favorecer la unión de los enamorados. Desde entonces comenzaron a circular por todo el mundo intercambios de misivas y obsequios para expresar amor y amistad a los seres más cercanos.

Y ¿qué mejor mensaje de amor y de unión que aquel que nos proporciona un ritual que potencie y eleve este sentimiento?. ..


SAN VALENTÍN, DÍA DE LOS ENAMORADOS. Todos los días de la vida

Un año más Meigaweb quiere compartir con vosotros este día tan especial dedicado a todos los enamorados del mundo. Durante esta jornada consagrada al amor entre la pareja se suelen intercambiar mensajes y obsequios con el fin de demostrar nuestros sentimientos. Hay quien piensa que el Día de San Valentín, Día de los Enamorados, es sólo un pretexto comercial destinado a enriquecer los bolsillos de unos cuantos. Por un lado es cierto. De hecho nadie debería decirnos cuándo realizar un obsequio a la persona amada o si debemos declarar nuestro amor por medio de regalos, de palabras, o de hechos. Cada uno expresa el amor a su manera y cuando quiere, porque el amor es un sentimiento atemporal, sin fechas concretas para practicarlo, sin espacios cerrados para sentirlo, sin límites para manifestarlo, sin barreras para entregarlo. Es cierto. Sin embargo el calendario está repleto de fechas consagradas a otras actividades mucho más triviales que aceptamos sin poner objeciones. Entonces ¿por qué no dedicar un día al amor de pareja?. No es necesario hacer un desembolso económico si no se quiere, hay muchos obsequios que no cuestan dinero. Podemos agasajar a nuestra pareja con una frase delicada, sentida y profunda, con un simple "te quiero", que a veces tanto nos cuesta expresar. Podemos sentarnos tranquilamente a charlar de nosotros mismos, de nuestra relación de pareja, analizar nuestra vida en común, los logros, los fallos. Pararnos, olvidarnos de las prisas y las ocupaciones, y hacer proyectos en común. Mirarnos a los ojos y descubrir que la mirada del otro todavía es capaz de halagarnos y de trasmitirnos seguridad. Susurrar al oído cálidas frases que estimulan el afecto y la ternura. Acariciar su cuerpo sintiendo que el tacto es un perfecto aliado de la pasión. Aquietar el murmullo cotidiano y reconocer que la persona con la que compartimos la vida es la persona con la que realmente queremos estar.

Cierto, tal vez el regalo material no es lo más importante y posiblemente ni siquiera es necesario. Los obsequios si no van acompañados de sentimientos de amor se convierten en objetos vacíos, en trastos que se arrinconan en una esquina desierta de nuestra existencia. A veces una palabra, una frase o un gesto es suficiente. Sin embargo es muy frecuente que esa palabra, esa frase o ese gesto es lo que más nos cuesta entregar y lo que raramente recibimos. ¿Por qué nos cuesta tanto decir "te quiero" cuando las palabras no ocupan lugar ni cuestan dinero? Quizás esta fecha destacada, consagrada al amor, es un buen momento para empezar a decirlo, para desbloquear nuestras emociones dejando fluir libremente los sentimientos, para aprender a ser más expresivos con nuestra pareja, para hacer el esfuerzo de comunicar los deseos más íntimos, para no ser tacaños con las palabras. Si así lo hacemos jamás olvidaremos que un día 14 de febrero de un año determinado descubrimos que nosotros también somos capaces de expresarnos a través del amor. Y seguramente nos daremos cuenta que trasmitir nuestros sentimientos a la persona con la que compartimos la vida es una actividad tan placentera y gratificante que no desearemos desprendernos de ella el resto de nuestra vida. Desnudar nuestras emociones a través de un "te quiero" produce unos efectos mágicos insospechados. Y de esta manera, todos los días del año estaremos en disposición de celebrar el Día de San Valentín, Día de los Enamorados, nuestro día.

Si queréis aprovechar este día tan especial para iniciar una relación más íntima con vuestra pareja, Meigaweb os propone su exclusivo Ritual de Amor y sus velas acorazonadas que os ayudarán en la conquista de vuestras emociones. Tanto el ritual como las velas, con su luz, su color y su simbología, os aportarán un ambiente relajado y un auxilio a la hora de dirigir vuestros pensamientos hacia el fin que deseáis conseguir que es, ni más ni menos, ese sentimiento de amor tan demandado por todos nosotros