miércoles, diciembre 03, 2008
Naturaleza y Constitución del Ego
Anna Kingsford y Edward Maitland
Extractos de la Lección 5 de la obra “The Perfect Way”
Aparecido en “Sophia” 1896 (págs 415-419) y digitalizado por Biblioteca Upasika
www.upasika.tk
1. La evolución, tal y como la ponen de manifiesto los hechos de la ciencia física, no puede explicarse con arreglo á ]a hipótesis materialista; mucho menos aún los hechos que dicen relación con la ciencia y los fenómenos ocultos. La razón de esto es muy sencilla: no habiendo sabido reconocer que la conciencia existe con anterioridad al organismo, y que ella es inherente á la sustancia, los materialistas desconocen la condición esencial de la evolución.
2. Empero la evolución exige algo más que la conciencia, esto es, la memoria. Porque la memoria es la condición de la segregación; la causa y la consecuencia de la individuación. Por consiguiente, cada molécula, en su capacidad individual lo mismo que colectiva, es capaz de memoria, porque cada experiencia deja, en cierta medida, su impresión ó su cicatriz en la sustancia de la molécula, para que pueda ella ser transmitida á los descendientes. Este recuerdo de los efectos más patentes de la experiencia pasada, es la causa de la diferenciación, que, acumulada sobre un número infinito de generaciones, conduce de la ameba hasta el hombre.
Si una memoria de este género no existiese, en lugar de progreso y de evolución, tendríamos un círculo girando sobre sí mismo y repitiéndose, mientras que las modificaciones que son producto de la experiencia acumulada, transforman á eso que, de otra suerte, sería un círculo, en una espiral, cuya excentricidad -aunque imperceptible al principio- aumenta y se hace, á cada paso, más compleja (1).
3. Siendo la conciencia inherente a la sustancia, cada molécula en el Universo es capaz de sentir y de obedecer con arreglo á su especie inorgánica lo mismo que orgánica, ya que no existe entre ambos (reinos?) la separación absoluta que generalmente se supone. La misma piedra tiene un nivel moral que comprende el respeto y la obediencia a las leyes de la gravitación y de la afinidad química. Doquiera se hallen la vibración y el
movimiento, hay vida y hay memoria; y la vibración y el movimiento existen en todo tiempo y en todas las cosas. Esa es la causa que da margen al fracaso cuando se intenta separar el yo del no yo. Hablando con propiedad, no existe más que una cosa, una acción tan sólo; porque la inconciencia no es una cosa más positiva que la oscuridad. Aquella es tan sólo la privación más ó menos completa de la conciencia, de igual
modo que la oscuridad es la privación de la luz.
4. Vamos a tratar ahora del yo sustancial, el alma o la Psyche, la razón humana superior, el núcleo del sistema humano. Existen en toda entidad viviente, cuatro potencias inherentes. Nos referimos en este lugar, no a partes constitutivas, sino más bien a fuerzas. El primer modo potencial y el inferior, es el modo mecánico; el segundo, es el modo químico; el tercero: es el modo eléctrico-este orden comprende asimismo el mental y el cuarto es el modo psíquico. Los tres primeros pertenecen al dominio de la ciencia fisiológica; el último lo es de la ciencia espiritual. Este último modo de potencia es el que resalta del «Inmaculado», del Esencial. Siendo inherente a lo que es substancial, es él, por lo tanto, una cantidad permanente e indestructible. Existe en el Archeo, y se halla en donde esté la vida orgánica. En tal sentido es como Psiquis, que siendo la «madre viviente», es al propio tiempo la «madre de los vivientes» . Ella está, pues, desde el Principio latente y difusa en toda materia. Es ella lo no manifestado, manifestándose por la voluntad divina; lo invisible hecho visible por medio de la energía. por consiguiente, toda entidad manifestada es una Trinidad, cuyas tres «personas» son: 1º, lo que determina la visibilidad; 2º, lo que es hecho visible; 3º, lo que es visible; en otros términos, la Fuerza, la Sustancia y la Expresión o el «Verbo» de los dos primeros: su fenómeno.
5. Esta energía ó esta fuerza primordial existe bajo dos modos -porque la dualidad la hallamos en todas partes- la fuerza centrífuga o aceleratriz y la fuerza centrípeta o moderadora. Siendo esta última derivada, refleja y complementaria, es femenina con respecto á la otra que es masculina. Por el primero de estos modos, la sustancia se convierte en materia. Por medio del segundo, vuelve á su condición primera. Existe en
toda materia una tendencia á volver a la sustancia, y en virtud de tal hecho, á polarizar el alma por medio de la evolución; porque en el instante mismo en el cual el modo de fuerza centrífuga entra en actividad, la fuerza centrípeta, que se deriva de ella, principia á ejercitar su influencia. Y luego que la sustancia primordial ha tomado la condición de materia, la materia misma comienza á diferenciarse - siendo influida por su fuerza
inherente - y merced á la diferenciación engendra ella las individualidades.
6. Entonces Psiche, de abstracta y universal que era, se vuelve concreta e individual, entrando por las puertas de la materia en una nueva vida.
Centella infinitamente pequeña en el átomo, llega a ser en el globo -por el crecimiento y continua centralización- una llama deslumbradora. La energía psíquica se desarrolla a través de la naturaleza, de igual modo que la corriente magnética en la cadena de células nérveas, que corre en dirección de su punto central -transportada, como el choque mecánico a lo largo de las series de unidades- con una impetuosidad siempre creciente. De ahí la necesidad de centros de asociación organismos. y de tal suerte, por medio de la sistematización de agregados de entidades vivientes, aquello que en cada una era pequeño, vuélvese grande en el todo. La cualidad de la Psiche es la misma siempre; su potencialidad en modo alguno varía.
7. Nuestras almas son, pues, las esencias aglomeradas de las innumerables conciencias que nos constituyen. Crecieron ellas evolucionando gradualmente de las entidades rudimentarias, que asimismo habían sido creadas por medio de la polarización de la materia gaseosa y mineral.
Estas entidades se combinan y se agregan para formar otras más elevadas, es decir, más complejas; representando el alma del individuo las fuerzas combinadas de sus múltiples conciencias, dirigidas y centralizadas al intento de crear una unidad indestructible.
8. Mientras que los reinos material y psíquico son, respectivamente uno a otro, el dominio de las causas y de los efectos, el material es en sí mismo el resultado del espiritual, siendo el término medio entre el mundo espiritual y el mundo psíquico. Por consiguiente, puede decirse con exactitud, que el organismo es el resultado de la idea, y que el espíritu es la causa de la evolución. La cosa es de este modo: el espíritu es antes que la materia en su condición abstracta, pero no concreta. Esto equivale a decir
que el espíritu que precede y hace al organismo, es mayor que el espíritu que resulta del organismo, al tiempo que es uno con él e idéntico como especie.
9. Este Espíritu es Dios, como subsistente con anterioridad y aparte de la creación. Dios es espíritu ó sustancia esencial; y Él es impersonal, si se forma esta palabra en su sentido etimológico, pero personal en el sentido más elevado y más verdadero, si se trata de la conciencia esencial. Porque Dios no tiene límites. Dios es un fuego puro y brillante que arde en el infinito, y del cual subsiste una llama en todas las criaturas. El
Kosmos es un árbol de innumerables ramificaciones que se unen por grupos a diversas ramas, cada una de las cuales nace de un solo tronco y por una sola raíz. y Dios es un fuego en combustión que arde en el interior de este árbol sin consumirle. Dios es Yo Soy. Tal es la naturaleza del Ser infinito y esencial. y tal es Dios antes de los mundos (2).
10. ¿ Cuál es, pues, el objeto de la evolución y de la separación en formas diferentes? en una palabra ¿cuál es la significación de la vida? La vida es la elaboración del alma á través de las variadas transformaciones de la materia. El espíritu es esencial y perfecto en sí mismo, y no tiene principio ni fin. El alma es secundaria y perfectible, siendo engendrada por el espíritu. El espíritu es el primer principio, y es abstracto. El alma
es derivada, y, por consiguiente, concreta. El Espíritu es, pues, el Adán original; y el Alma es Eva, la «mujer» que procede de la costilla del «hombre».
11. El principio esencial de la personalidad -lo que constituye la personalidad en el sentido más elevado- es la conciencia, es el espíritu, y esto es Dios. Por consiguiente, el principio más elevado y más íntimo de cada mónada, es Dios. Pero siendo ese principio original pura esencia, no hubiera podido dividirse en individualidades, si no hubiese estado contenido y limitado por un principio secundario. Luego, siendo este último
derivado, ha de ser evolucionado necesariamente. Por consiguiente, el espíritu es proyectado en la condición de materia, con el fin de que el alma pueda ser evolucionada. El alma es engendrada en la materia por medio de la polarización; el espíritu, que es el principio constitutivo de toda materia, vuelve á su naturaleza esencial en el alma- siendo ésta el medium por medio del cual el espíritu es individualizado - y de abstracto que era, se vuelve concreto; de suerte que, por medio de la creación, el
Dios UNO se convierte en el Dios MUCHOS.
Traducido por J. P. V. en la ciudad de Barcelona, 1896
NOTAS
(1) Vide “Un conscions Mencory”, cap. XIII, por S. Butler, 1880.
(2) Cuando los términos que suponen la sucesión son empleados con respecto a lo que es infinito y eterno, es necesario tomarlos en el sentido lógico y no en el sentido cronológico.