miércoles, abril 21, 2010

Se Necesita un "Gurú" para Despertar??


Se trata de saber si un “guru” es necesario o no. ¿Puede hallarse la verdad por medio de otro? Algunos dicen que sí que se puede pero otros dicen que no. Pero nosotros queremos saber la verdad, no una opinión en contraste con otra. En este asunto, no hay que tener opinión. O es así, o no lo es. Que sea esencial el que tengamos o no un “guru”, no es cuestión de opinión, la verdad de este asunto no depende de opiniones, por profundos, eruditas, populares o universales que sean.
Lo cierto es que hay que descubrir la verdad de este asunto. En primer lugar: ¿porqué queremos un “guru” ? Decimos que necesitamos un “guru” porque estamos confusos y el nos resulta beneficioso: nos indicara lo que es la verdad, nos ayudara a comprender, sabe mucho más acerca de la vida que nosotros, actuará como un Padre, como un Maestro para enseñarnos a vivir. Posee vasta experiencia y nosotros muy poca, nos ayudará, gracias a su mayor experiencia, y así sucesivamente. Es decir, fundamentalmente recurrimos a un instructor porque estamos confusos. Si tuviéramos las ideas claras no nos aproximaríamos a un “guru” .

Es evidente que si estuviéramos completamente felices, si no hubieran problemas, si comprendiéramos la vida de un modo total, no recurriríamos a un ningún “guru”. Como estamos confusos buscamos un instructor. Acudimos a el para que nos muestre un camino en la vida, para que disipe nuestra confusión, para hallar la verdad. Aceptamos a nuestro ”guru” porque estamos confusos y esperamos que el nos dé lo que le pedimos. Es decir, elegimos un “guru” que satisfaga nuestro deseo, elegimos de acuerdo con la satisfacción que el nos pueda brindar y nuestra elección depende de nuestra satisfacción. No elegimos un “guru” que nos diga: ¡¡depender de vosotros mismos!! lo elegimos según nuestros prejuicios. Y puesto que elegimos nuestro “guru” de acuerdo con la satisfacción que nos brinda, no buscamos la verdad sino una salida de la confusión y esta se la llama equivocadamente “verdad”. Examinemos primero esta idea de que un “guru” pueda aclarar nuestra confusión ¿Puede alguien aclarar nuestra confusión? La confusión es el producto de nuestras reacciones. Nosotros la hemos creado.¿Crees que alguien diferente ha causado este sufrimiento, esta batalla en todos los niveles de nuestra existencia, tanto interna como externamente?

Mas bien es el resultado de nuestra falta de conocimiento de nosotros mismos, como no nos comprendemos a nosotros mismos, como no comprendemos nuestros conflictos, nuestras reacciones, nuestras miserias, recurrimos a un “guru”, el cual, según creemos, nos ayudara a librarnos de esta confusión. Solo podemos comprendernos nosotros mismos en relación con el presente y esta relación con el presente es en si misma el “guru”, no alguien de fuera. Si no comprendo esta reacción cualquier cosa que un “guru” diga es inútil, porque si no comprendo la vida de relación, mi relación con propiedad, la gente, las ideas, - ¿Quién puede resolver el conflicto dentro de mi?. Para resolver este conflicto debo comprenderlo yo mismo/a, lo cual significa que debo comprenderme a mi misma en las relaciones. Para comprender no es necesario ningún “guru”. Si no me conozco a mi mismo/a, para que.......... un guru??. De la misma manera que los confusos eligen a un dirigente político, con lo cual estamos ante una elección llena de confusión, así yo también elijo a un “guru”. Solo puedo elegirlo como corresponde a una confusión, de allí que, como el dirigente político el “guru” también esta confuso. Lo importante no es quién esta en lo cierto, si alguien dice que un “guru” es importante, es necesario, sino el descubrir porque necesitamos un “guru”.

Los “gurus” ejercen diversos tipos de explotación, pero esto no viene al caso. Nos brinda satisfacción que alguien diga cuanto estamos progresando, pero la clave esta en descubrir por que necesitamos un “guru”. Cualquiera puede señalar el camino, pero nosotros tenemos que hacer TODO el trabajo, aun cuando tenemos un “guru”. Como no queremos enfrentarnos con eso, descargamos en el “guru” la responsabilidad. El “guru” se vuelve inútil cuando existe un poco de conocimiento de si mismo. Ningún “guru”, ningún libro, ni escritura puede darnos ese conocimiento. Llega cuando nos damos cuenta de nosotros mismos en nuestras relaciones. Ser es estar relacionado. No poder comprender nuestras relaciones es sufrimiento y lucha. Una de las causas de confusión es no darnos cuenta de nuestra relación con la propiedad. Si no conocemos nuestra VERDADERA relación con los bienes, por fuerza tiene que haber conflicto lo cual acrecienta el conflicto en la sociedad . Si no comprendemos la relación entre nosotros y nuestros maridos, esposas, amigos, entre nosotros y nuestros colegas, hijos, - como puede otra persona resolver el conflicto que surge de esa relación?? Algo análogo ocurre tratándose de nuestra relación con la ideas, la creencias, y los demás.

Al estar confusos con nuestra relación con las personas, con los bienes, con las ideas, buscamos un “guru”. Si es un verdadero “guru”, nos dirá que nos comprendemos a nosotros mismos. Nosotros mismos somos la fuente de todo mal entendido y confusión, y solo podemos resolver este conflicto cuando nos comprendemos a nosotros mismos en la relación. No podemos hallar la verdad por medio de NADIE. ¿Como podemos? la verdad no es algo estático, no tiene morada fija ni un fin, ni una meta. Por el contrario, es vida, dinámica, alerta, vital. ¿Cómo podría ser un fin? Si la verdad fuera un punto fijo, ya no seria la verdad, seria entonces una mera opinión. La verdad es lo desconocido y una mente que busca la verdad jamás la encontrará, porque la mente esta formada por lo conocido. Es el resultado del pasado, del tiempo, algo que podemos observar nosotros mismos. La mente es el instrumento de lo conocido y allí que NO pueda hallar el desconocido. Solo puede moverse de lo conocido a lo conocido. Cuando la mente busca la verdad, la verdad leída en libros , esa “verdad” es auto proyectada, pues entonces la mente solo anda en busca de lo conocido, de algo conocido, mas satisfactorio que lo anterior.

Cuando la mente busca la verdad, los que busca es una proyección de si misma, no la verdad. Un ideal, después de todo, es auto proyectado, es ficticio e irreal. Lo real es aquello que ES, no lo opuesto. Pero una mente que busca la realidad o a Dios busca lo conocido. Cuando penséis en Dios, vuestro Dios es la proyección de vuestra propia concepción, el resultado de influencias sociales. Solo podéis pensar en lo conocido, no podéis pensar en lo desconocido, no podéis concentraros en la verdad. En el momento que penséis en lo desconocido ya es simplemente lo conocido, una proyección “de mi misma”. No se puede pensar en Dios o en la verdad si pensáis en ellos, no es la verdad. Solo podéis ir en pos de lo que es conocido, cuando la mente no esta torturada por lo conocido o por los efectos de lo conocido, solo entonces puede revelarse la verdad. La verdad esta en cada hoja, en cada lagrima, ha de ser captada de instante a instante. Nadie puede conducirnos a la verdad y si alguien nos conduce, solo puede ser a lo conocido. La verdad solo puede venir a la mente que esta vacía de lo conocido. Llega en un estado en el que lo conocido esta ausente, no actúa.

La mente es el almacén de lo conocido, el residuo de lo conocido, y para que la mente se halle en ese estado, en el que lo desconocido se manifiesta, debe darse cuenta de si misma, de sus experiencias anteriores, tanto concientes como inconscientes, de sus respuestas, de sus reacciones y estructuras. Cuando hay una completo conocimiento de si mismo, entonces lo conocido tiene fin y la mente queda vacía de todo lo conocido. Solo entonces la verdad puede llegar a nosotros, sin que la invitemos. La verdad no nos pertenece ni a ti ni a mi. No podemos rendirle culto. En cuanto es conocida, es irreal. El símbolo no es la realidad, la imagen no es real, mas cuando hay comprensión de uno mismo, cesación del “yo”, entonces surge lo eterno.