Por: Krasimira Kademova (Ph.D en Ciencias Físico-Matemáticas)
Presentación
En nuestro país hace aproximadamente 6 años nos reunímos un grupo de profesionales provenientes de diversas disciplinas del saber, para compartir experiencias sobre el trabajo que estábamos realizando en un área de interés para todos nosotros: Los estados alternos de la mente y la metodología para su estudio desde el punto de vista científico.
De esa primera reunión surgió la creación de la Asociación Colombiana de Psicofísica y Psicofisiología Clínica, desde entonces hemos realizado seminarios, conferencias y simposios en algunas ciudades del país. La doctora Krasimira Kademova es fundadora y ex-presidente de esta asociación. Con ella y tres médicos organizamos en Octubre de 1998 un simposio sobre Muerte y Supervivencia y en este evento Krasimira hizo una soberbia demostración de como se puede dar un acercamiento científico a este fenómeno tan complejo como es la muerte. Esta es en su totalidad la ponencia que presentó. (Uriel Escobar- Coordinador SEIP- Colombia)
Los problemas del surgimiento del Universo, del espacio, del tiempo, de la materia, del sentido de la vida, del origen y del destino de los seres autoconscientes han perturbado, por cierto, el pensamiento del ser humano desde el amanecer de su existencia, recibiendo hasta hoy solamente respuestas parciales e incompletas por parte de las ciencias naturales. Una de las razones probablemente es, que la evolución divergente de las distintas ciencias las ha hecho apartarse cada vez más entre sí. Cada disciplina hoy en dia se ocupa principalmente de problemas parciales, aislados y al científico le es imposible abarcar con su visión la totalidad de nuestro saber.
Sin embargo, hay probablemente otra razón aun más fundamental para la incomprensión del problema de la trinidad: cuerpo, mente, espíritu, que tal vez genera más expectativas y emociones. ¿Existen las últimas sólo relacionadas con la experiencia previa del cuerpo, o tienen cierta o completa independencia de él? ¿Seriamos ilusos en pensar que podríamos comprender nuestra mente y el espíritu? Por supuesto es más fácil comprender al vehículo estrictamente material a través de la experimentación y de procesos mentales, que a éstos últimos a través de ellos mismos y aún mucho más inalcanzable comprender al espíritu o alma, al suponer su existencia.
Los científicos no niegan (sea cual sea la corriente filosófica a la que pertenezcan) la existencia de la mente, bien sea esta sólo una función del cerebro como afirman los materialistas, o como una entidad separada del cerebro como consideran los dualistas. Sin embargo, la ciencia no nos da criterios para afirmar o rechazar la existencia del espíritu.
La ciencia se ha ocupado de estudiar únicamente los fenómenos materiales, palpables, y observabes, buscando establecer las leyes que gobiernan nuestro mundo material.
La física ha tratado de reducir la materia a cierto número de componentes fundamentales (átomos, partículas subatómicas-quarkos) y descubrir las interacciones entre ellas. Hasta cierto punto nos hemos acercado a la estructura íntima de la materia, pero entre más nos adentramos en ella crece el horizonte de nuestra ignorancia, y descubrimos nuevas facetas inexplicables a partir de nuestra experiencia cotidiana.
Aquí son válidas las palabras de uno de los padres de la física moderna Erwin Schrödinger "Cuando nuestro ojo mental penetra distancias cada vez más pequeñas y en tiempos cada vez más breves, encontramos que la naturaleza se comporta en forma tan diferente con respecto a los cuerpos visibles y palpables que nos rodean, que no puede ser cierto ningún modelo a partir de nuestra experiencia a gran escala."
El estudio de los organismos vivos es aún más complicado y citándolo de nuevo "La disposición de los átomos en las partes más esenciales de los organismos y su mutua interacción , difieren de modo fundamental de todos aquellos casos, que hasta ahora han ocupado teórica o experimentalmente a físicos y químicos."
Hagamos un breve recuento de las facetas fundamentales de este mundo regido por las leyes de la física moderna.
Hoy el esquema elemental del átomo es: un núcleo constituido por protones y neutrones, alrededor del cual se mueve una nube de electrones, con dimensiones aproximadas del orden de: Radio del átomo: 3x10 -10 m, Radio del núcleo: 3x10 -15m, Radio del protón o neutrón: 8x10 -16 m.
Para visualizar imaginemos el núcleo como una pelota, entonces el radio del átomo tendría 15 Km y los electrones serían como granos de arena. Obviamente los átomos ocupan regiones enormes comparados con los núcleos, pero casi toda la masa está concentrada en éstos últimos. Por esto podríamos decir que la materia está constituida por enormes espacios vacíos y unos pequeños granitos materiales.
Actualmente las teorías que se están confirmando paulatinamente afirman que las constituyentes de las materia ponderada son los FERMIONES: Los leptones, que son livianos como el electrón o el neutrino y los quarkos que son pesados y forman los protones y neutrones.
Entre ellos existen ciertas fuerzas como:
- L a fuerza electromagnética, que actúa entre partículas eléctricamente cargadas, pero no entre partículas neutras. Esta fuerza puede ser repulsiva o atractiva.
- La fuerza fuerte, que actúa entre las partículas nucleares para mantenerlas unidas contra la repulsión eléctrica.
- La fuerza débil, responsable de la radioactividad.
- La fuerza gravitacional, que actúa entre todos los cuerpos y es atractiva.
Estas fuerzas se transmiten a través de cuantos -BOSONES, como el fotón, los gluones, el gravitón etc.
Sin cuantos no habría fuerzas, sin quarkos no habría núcleos, sin leptones no habría átomos.
Una característica fundamental de los constituyentes de la materia ponderada los fermiones es que obedecen al Principio de Pauli, es decir, no pueden ocupar el mismo estado, lo que precisamente evita que la materia colapse y permite la existencia de los núcleos, de los átomos, de las moléculas, de los cuerpos masivos, del Universo y por lo tanto también de la vida. Mientras que los bosones que son portadores de las fuerzas no tienen esta restricción.
Otra característica peculiar de los fermiones, que no tiene analogía clásica es, que al girar a 360° vean un mundo diferente.
A nivel submicroscópico rigen nuevas reglas y pierden sentido las nociones de nuestra experiencia cotidiana. Es imposible transferir a este nivel el lenguaje común. El único lenguaje aceptable es el formalismo matemático el cual si tratásemos de interpretar con palabras ordinarias entraríamos en profundas contradicciones con nuestra experiencia cotidiana.
Hay dos principios fundamentales a este nivel que no tienen analogía clásica: El Principio de Complementariedad y El Principio de Incertidumbre de Heisenberg.
En este mundo los objetos tienen característica de partículas y de ondas, cada una de estas facetas se revela en un instante dado, pero nunca podríamos conocerlas juntas. La realidad según el primero de los principios mencionados emerge de la complementación de las facetas corpuscular y ondulatoria. El segundo de estos principios nos impide conocer las dos facetas simultáneamente.
La descripción más aproximada a la naturaleza de las partículas y los cuantos responsables de las fuerzas entre ellas se hace a través de la teoría cuántica de los campos, la cual en sus etapas de desarrollo sigue la unificación gradual de las fuerzas para llegar a una superfuerza que gobierna todo el comportamiento de la materia.
Esta teoría, al tratar de describir matemáticamente los fenómenos ha llegado a la conclusión que para la estabilidad de la materia se necesita un espacio-tiempo de mínimo 11 dimensiones. Sólo 4 de las cuales tienen longitudes espaciales macroscópicas, mientras las restantes son de orden de 10 -35 m, es decir, 10 -20 veces menores que el núcleo atómico. Así que estas 7 dimensiones están enrolladas a un nivel subatómico. Si nuestros sentidos fueran capaces de penetrar a este nivel, veríamos el espacio-tiempo 4 dimensional convertirse en un espacio-tiempo de 11 dimensiones con una estructura esponjosa y supercompleja.
La realidad que nosotros percibimos aparece de la interacción activa entre el observador y el observado. Esto involucra la participación del observador y lo hace partícipe en los fenómenos que observa.
Aquí viene al caso la pregunta y respuesta de Schrödinger de porqué nuestros órganos sensoriales no son capaces de observar la realidad submicroscópica "¿Por qué son tan pequeños los átomos o por qué son tan toscos nuestros órganos sensoriales, que son compuestos por un número enorme de átomos? de no ser así las fluctuaciones a nivel atómico y subatómico nos afectarían".
Estas fluctuaciones permiten que de la nada (gracias al principio de incertidumbre) en intervalos muy cortos de tiempo aparezcan y desaparezcan partículas virtuales, así que si las pudiésemos observar con nuestros órganos sensoriales seríamos espectadores de un mundo fantasmal, donde los objetos aparecen y desaparecen sin razón alguna en un espacio esponjoso y supercomplejo, donde el observador y lo observable se entrelazan en una entidad muy complicada.
Y según las palabras de Heisenberg "La división común del mundo entre el sujeto y el objeto, mundo interno y mundo externo, cuerpo y alma ha dejado de ser adecuada".
Sobre el origen y la naturaleza de la mente no se puede dar un juicio científico directo , sin embargo, el problema original cuerpo-mente se ha reducido a cerebro-mente, debido a que hay claros indicios de que si algún órgano está relacionado con la mente, éste debería ser el cerebro.
La corriente materialista considera la mente como consecuencia de la actividad fisiológica del cerebro. La dualista considera que aún relacionadas estos dos son entidades distintas.
Los esfuerzos de crear una teoría que explique la interacción mente-cerebro usualmente se encuentra con criticismo, debido a que se considera que violaría las leyes de la conservación. Sin embargo, existe un problema similar en la física cuántica, donde a las partículas se les adscribe cantidades físicas mensurables, mientras las ondas probabilísticas correspondientes están vacías de estas características. Ultimamente crece el interés hacia las ondas vacías y se ingenian cada vez más sofisticados experimentos para capturarlas.
En el estudio de la interacción mente-cerebro se ha tratado de introducir la analogía onda-partícula. Esta hipótesis se basa sobre recientes medidas de la actividad cerebral.
Un sistema físico tan complicado como el cerebro, las neuronas y los órganos receptores tienen constituyentes suficientemente pequeños para que sean gobernados por las leyes probabilísticas de la teoría cuántica. La mente se podría considerar como un campo similar al campo cuántico de la probabilidad y no como un campo que requiere presencia de materia, así que no tiene una posición material definida, ni requiere energía para explicar todos los fenómenos de interacción mente-cuerpo.
Algunos cálculos basados en el principio de incertidumbre muestran que la emisión probabilística de los botones presinápticos podría ser modificada por una acción mental que actúa como campo probabilístico cuántico. De un lado el proceso mental, actuando como un campo probabilístico, puede modificar la emisión presináptica, de otro lado un número muy grande de botones sinápticos podría ocasionar un efecto acumulativo que puede llegar a sobrepasar el umbral de percepción y provocar efectos similares a percepción sensorial aun en plena ausencia de estímulos sensoriales como sucede en estado de meditación.
Así podríamos pensar que la mente o la conciencia es la característica ondulatoria de cualquier sistema material y no deberíamos únicamente identificarla como perteneciente a los sistemas vivos y en especial con el ser humano. Tal vez las constituyentes más elementales de la materia la posee y al complicarse el sistema las ondas de sus constituyentes interactuan y aparece un comportamiento ondulatorio colectivo que aumenta en complejidad con el aumento de la complejidad del sistema .
La característica más esencial de la conciencia es la percepción del sistema como un todo y esto se expresa en su carácter ondulatorio colectivo. La propiedad principal de este estado holístico es que las partes que conforman el sistema no solo se comportan como un todo, sino son , esencialmente un todo, como esto ocurre en la física en el fenómeno de la condensación de Bose-Einstein.
Los anteriores argumentos nos llevan a proponer el modelo en el cual aunque la mente no sea una mera consecuencia de la actividad de la estructura fermiónica llamada cerebro está relacionada con él de la manera análoga como el campo probabilístico cuántico está relacionado con las corpúsculas de la materia ponderada.
Hasta aquí en nuestra discusión no nos hemos referido a alguna entidad, llamémosla espíritu o alma, que sea independiente de las estructuras fermiónicas.
Existe, sin embargo, un procedimiento matemático (desarrollado por la autora) que abre la posibilidad de tales consideraciones. En este modelo la realidad fermiónica puede ser realizada a través de los cuantos de los campos -los bosones, y resultar como un caso particular de realidades múltiples, la única de las cuales puede ser percibida a través de nuestros órganos sensoriales en estado de conciencia ordinaria, siendo todas las demás realidades alcanzables solo en estado de supraconciencia.
Para mejor comprensión ilustremos las ideas a través de modelos geométricos.
En la teoría cuántica durante la última década se impone más y más la idea de considerar las partículas no como puntos o esferas sino como cierto tipo de cintas.
La propiedad de los fermiones de ver otra realidad al dar vuelta en 360° nos sugiere asociarlos con la cinta de Möbius, mientras que los bosones, que ven la misma realidad al dar esa vuelta, los podríamos asociar con un simple anillo.
Cinta de Möbius-Fermión ------------------------------- Anillo-Bosón
Al recorrer la cinta de Möbius partiendo de un punto, que está afuera al dar plena vuelta llegamos al mismo punto del lado interno, mientras este giro sobre el anillo nos lleva al punto de partida, lo que es en plena analogía con el comportamiento del fermión y del bosón.
La imagen especular de la cinta de Möbius se podría asociar con las antipartículas.
Al cortar la cinta de Möbius por la línea media obtenemos un anillo con dos caras lo que podría interpretarse como la geometrización de la representación bosónica de los fermiones.
Ls interpretación de lo anterior nos podría llevar a pensar que los bosones o los cuantos de los campos, se podrían considerar primarios, mientras los fermiones o contituyentes de la materia ponderada-secundarios. Esta es la realidad fermiónica que observamos con nuestros órganos sensoriales y el cerebro en estado ordinario de la conciencia. Sin embargo, si no imponemos ninguna restricción sobre los bosones podríamos construir múltiples realidades , que difieren una de otra y de las cuales la fermiónica es sólo un caso particular.
La realidad fermiónica presenta una dualidad aparente del mundo. Esta dualidad está claramente representada por el símbolo de Yin-Yang (que indica que cada cosa pasa en su opuesto) y que podríamos imaginar como la proyección de dos cintas de Möbius, que corresponden a la interacción partícula-antipartícula.
Así partícula-antipartícula, bueno-malo, vida-muerte, día-noche, Yin-Yang, son opuestos inseparables, observados por nuestros órganos sensoriales imperfectos.
Sin embargo, fuera de la realidad fermiónica de las dualidades se encuentran las otras realidades que son sólo diferentes manifestaciones de la energía cósmica y por ende del espíritu universal.
Cada uno de nosotros es una realización fermiónica cuyo cuerpo y mente, que podríamos asociar con la forma corpuscular y ondulatoria de la materia aparecen y desaparecen en las distintas reencarnaciones, mientras que el espíritu queda representado por la realidad ilimitada de los sistemas bosónicos, libre de las contradicciones.
Este artículo proviene de Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas
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