
Oscar G.Quevedo, S.J. - Edvino A. Friderichs, S.J
La realidad ambiente.- Adivinaciones, hechicerías, curas no-médicas, trances, estigmas, casas encantadas con sus movimientos de objetos, ruidos, fantasmas, etc.; una variadísima fenomenología de la que tomamos conocimiento en todas las épocas y civilizaciones. Fenomenología real o legendaria, pero que no puede ser afirmada o negada sin previo estudio, y sobre la cual el científico debe responder innúmeras preguntas y aclarar la opinión pública.
El ambiente "ocultista". En América Latina en general (y principalmente en Brasil), en Africa, en la India, y lamentablemente ahora también en Europa y Estados Unidos, incluso ahora en Rusia, etc., es , y cada vez más denso. Atribuyense al "mas allá", a los espíritus de los muertos, toda clase de fenómenos que tengan una aparencia "misteriosa". Sigue de cerca, y aumentando en ritmo avasallador, la interpretación demonológica. Otras interpretaciones superticiosas y seudo-religiosas, contrarias a la verdad científica y religiosa alcanzan también enorme éxito.
Colegios secundarios y primarios encuentranse con frecuencia dirigidos y influenciados por espiritistas y organizaciones pentecostales "demonológicas". Fundaron y controlan asociaciones deportivas, clubs, reuniones de todo los tipos, con la consecuente influencia espírita y "demonocéntrica". Así se incentiva la fenomenología "misteriosa" con su interpretación superticiosa y cada vez se escribe más al respecto.
En estes últimos años estamos en plena campaña publicitaria y propagandista y, fuerza es reconocerlo, muy bien organizada y eficiente, sin ahorrar medios, incluso desleales.
El ritmo actual de creciminto del espiritismo, demonopatía, ocultismo en general, puede ser considerado como de proporción geométrica.
Este hecho, evidentemente, no puede menos que acarrear graves implicaciones en el campo social, síquico-médico, filosófico y religioso. Debemos, pues, tomar consciencia de la obligación seria de analizar en profundidad tal estado de cosas.
Implicaciones Sociales.- En las casas particulares, escuelas, universidades..., por todas las partes siéntese la presencia de la superstición. Es grave la mentalidad que se difunde en el pueblo. La interpretación de los hechos y las posiciones de vida son en millones de personas consecuencia de la mentalidad mágica.
El hombre confía enagenadamente en las fuerzas del "más-allá", acude para la solución de sus problemas únicamente a "trabajos" espiritistas y exorcismos. Es claro que una actividad de esta indole no fomenta la responsabilidad personal. Los "despachos", la "macumba", las consultas a los médiuns, adivinos, astrólogos, tarólogos... y pastores exorcistas proliferan mucho más de lo que las personas cultas en ambiente intelectual y un tanto aislado pueden imaginar. El número de personas que se hallan víctimas de hechizos, posesiones etc., y la consecuente inibición, es incalculable.
La fenomenología muchas veces es real, sucede. No obstante, su interpretación no pasa de una mitificación de los hechos. Es un velo que se coloca en los ojos de los que están delante de los fenómenos "misteriosos", impiéndolos entrar en el campo de la ciencia, mateniéndolos en el error y en la superstición.
Implicaciones Síquico-Médicas.- Pero el ocultismo (espiritismo, "demoniopatía", etc.) es funesto no solamente en el terreno de la mentalización social y cultural. Incluso para la salud pública representa serio peligro.
Los buenos investigadores que han estudiado el problema afirman que no se deben fomentar las facultades parapsicológicas, al contrario de los espiritistas, etc., que divulgan la necesidad de desarrollar las cualidades "mediúnicas". Las personas que fomentan, directa o indirectamente, esos fenómenos, además de crear en torno de sí un ambiente generalmente insuportable por causa de esta fenomenología, son abalados por transtornos de diversas índoles: crisis nerviosas, pérdida de la autodeterminación consciente, doble personalidad, etc. Y el aparecimiento o, en su caso, el agravamiento de estes disturbios, se va formentado a la par de las manifestaciones. Por esa razón, ya en el "2o. Congreso Internacional de Ciencias Síquicas", reunido en Varsóvia en el año 1923, se expresó el deseo de que en todos los países se prohibiese el cultivo de este tipo de fenómenos: "Considerando que los fenómenos parasicológicos deben ser estudiados por sociedades científicas y en laboratorios adecuados, el Congreso emite un voto para que todas las producciones `mediúmnicas', en salas de conferencias, así como demonstraciones públicas de los fenómenos dichos `ocultos', sean prohibidos legalmente en todos los países, en virtud de la influencia nociva que pueden ejercer sobre el estado síquico y nervioso de las personas más o menos sensibles, que asisten".
El Dr. Leonídio Ribeiro declara:
"Cuando inicié mi carrera médica hace cinco lustros, el primer puesto técnico que ocupé en la vida profesional fue el de médico legista de la Policía Civil de Rio de Janeiro. Tuve entonces oportunidad de verificar de cerca los innumerables y graves peligros que resultaban, para la sociedad y para la salud pública, de la libre práctica del espiritismo en centenas de centros esparcidos por todos los barrios, desde los más elegantes hasta los más pobres de la ciudad, sin la menor fiscalización por parte de las autoridades de policía y salud".
"La consecuencia de eso es que, entre centenas de enfermos examinados mensualmente en el Instituto Médico Legal, antes de su internación en el Hospício, en más de la mitad de ellos, personas de la familia referían que los males habían sido agravados, o los primeros síntomas aparecieron, después que los pacientes comenzaron a ir a los centros espiritistas. Procuré entonces estudiar detenidamente su funcionamento, y pude observar que se trataba de verdadera calamidad pública".
Lo que dice el Dr. Ribeiro a respecto del espiritismo, habría que decirlo a respecto de centros de otras interpretaciones superticiosas.
Y más enagenante aún la mentalidad astrológica, cósmica, etc.
Como hace notar el mismo Dr. Leonídio Ribeiro: "Si las prácticas espiritistas no son, por si sólo, agentes de locura, no se puede negar, sin enbargo, los males que acarrean para los temperamentos nerviosos, especialmente en relación con a los individuos débiles y supersticiosos, siempre propensos a la interpretación sobrenatural de los fenómenos obscuros, y a creer en supuestas revelaciones del más allá, manifestaciones misteriosas que favorecen la desagragación síquica".
Para las personas predispuestas puede ser fatal una sólo sesión espiritista, o de exorcismo... El ambiente de tensión es propicio para un contagio síquico. El Dr. José Leme Lópes declara: "El ejercicio de las denominadas facultades mediúmnicas es el principal responsable por la transformación sicológica, que prepara, facilita y hace surgir algunos cuadros mentales. La práctica pública de sesiones espiritistas, con manifestaciones dichas mediúmnicas, ejerce sobre la mayor parte de los asistentes una intensa tensión emocional. Y en los predispuestos sicópatas, neuróticos, fronterizos, desajustados de la afectividad, es la oportunidad del desencadenamiento de reacciones que los llevan al pleno terreno patológico". Y sin duda más perjudicial que la espiritista es la mentalidad demonológica.
El Dr. A. C. Pacheco Silva, que fue Director del Manicomio Juquerí, en São Paulo, declara en el mismo sentido: "La influencia nefasta del espiritismo etc., se ejerce con enorme intensidad sobre la salud mental del pueblo... Hasta incluso un caso de muerte fue observado hace poco en Rio de Janeiro, por causa de traumatismo síquico... En el ejercicio de más de veinte años de clínica siquiátrica en nuestro medio, hemos observado un sin-número de débiles mentales, sugestionables y crédulos, incapaces de un juicio crítico severo, presentar surtos delirantes después de presenciar sesiones espiritistas o de ellas haber participado activamente".
Según los especialistas, los fenómenos en cuestión surgen del terreno completamente inconsciente. Es lógico que el desarrollo normal de la actividad humana se efectúa en el terreno consciente. El inconsciente es algo desordenado, inexplorado. Manifiéstase por su cuenta y riesgo. Nunca lo podemos dominar. No podemos avaliar las implicaciones profundas de las manifestaciones del inconsciente. Es irresponsable.
Por lo tanto, la actividad humana debe ser lo más consciente, lo más controlada posible. Intentar fomentar esos fenómenos es expornerse a que el inconsciente tome cuenta, cada vez más, de la personalidad. Esto traerá consigo una actuación incontrolable e irresponsable, que irá aumentando el desequilibrio síquico.
Junto con los fenómenos, siendo el inconsciente incontrolable, pueden surgir traumas latentes. Estes traumas podrían encontrarse ocultos, sin actuación, pero con el cultivo del trance o estado alterado de consciencia, salen a la superficie, o si ya eran manifiestos, pueden agravarse. El Dr. J. Alves García declara: "El desarrollo mediúmnico exalta cualidades patológicas latentes, sugestiona las personas simples, y en enfermos mentales precipita la sicose y da colorido especial a los delirios".
Teniendo en cuenta que la persona ya contagiada va para su ambiente con las facultades inconscientes libertadas, existe un peligro a más, creará en torno de sí un clima insuportable, promovido por el desequilibrio síquico. Por otra parte, podrá contagiar personas propicias a tales manifestaciones. Hay el peligro e una reacción en cadena, como sucedió muchas veces a lo largo de la historia. Los fenómenos parasicológicos pueden causar verdadera epidemia síquica.
En las casas denominadas popularmente "mal encantadas" es frecuente constatar ese tipo de contagio. Las personas propensas júntanse al causante principal en la manifestación de esos fenómenos.
Otro dado: la mentalidad mágica ha difundido una caterva de curanderos. El peligro es inmenso: Por la fe en el curandero, por la sugestión, pueden desaparecer eldolor e incluso los síntomas, pero queda intacta la enfermedad y sus causas. De esa manera el mal continua su curso sin que el enfermo perciba, hasta, el desenlace fatal. El pueblo prefiere acudir a los curanderos antes que a los médicos. Con eso muchos enfermos dejan de ser tratados adecuadamente.
Además, las enfermedades se debería, la superstición, o al "encosto de un espíritu malo" o al castigo por los pecados de la reencarnación (?) anterior. En ninguna de las dos hipótesis debería buscarse un médico. En el caso del "encosto" debería acudirse a los médiuns y exorsistas y en el caso de ser víctima de los pecados de la reencarnación (?) anterior, recomiéndase paciencia y no poner medios para curar las enfermedades. Sólo así evitarían mayores penas y conseguirían que la reencarnación (?) próxima fuese más feliz...
Implicaciones Religiosas.- El espiritismo (ocultismo, astrología...) preséntase como religión. La interpretación semi-mística, sobrenaturalística, de los fenómenos "ocultos", llevó a tornarse "religión". Sus sesiones constituyen un culto. La doctrina ocultista, espiritista, etc. se difunde en sincretismo con el hinduísmo, budismo, teosofismo, pentecostalismo, etc., e incluso con el catolicismo!
En la realidad el espiritismo (ocultismo, etc.) no es religión ni cristianismo. No es religión si por religión entendemos lo que se entiende en el diccionário: "religrare", la relación entre la criatura y el criador. En el espiritismo no se da culto al criador sino a los espíritos de los muertos; la doctrina no fue revelada por el criador, sino que habría sido revelada por los espíritos de los muertos; el ritual no es con referencia al criador, sino a los espíritos de los muertos (exús, orixás, potestades...); no sería Divina-Providencia sino espíritos guias; el juez no sería el criador, sino la llamada ley del Karma; el premio y el castigo no son con respecto al criador, sino que serían en reencarnaciones (?) posteriores, Etc., etc. El espiritismo (y el ocultismo etc.) es esencialmente anti-religioso.
El espiritismo (y el ocultismo en general) tampoco es cristianismo. Porque niega las más esenciales doctrinas del cristianismo. El mismo Jesús no sería Dios sino un mediun más desarrollado. Jesús no sería el Cristo. No sería redentor. No habría perdón ni sacramentos... No habría resurrección ni de Cristo ni de los seres humanos, sino reencarnación. El próprio Cristo habría reencarnado y aún tendría que reencarnar otras muchas vezes. Portanto no existiría más ni Jesús, ni la Santísima Virgen... Etc, etc.: El espiritismo (y el ocultismo en gneral) es esencialmente anti-cristiano.