sábado, noviembre 29, 2008

El Verdadero "Hombre Elefante"


por Manuel Moros Peña



Joseph Carey Merrick nació en el número 50 de Lee Street, en Leicester (Inglaterra), en 1862. Su padre se llamaba Joseph Rockley Merrick y su madre Mary Jane, de soltera Potterton. La abuela de Joseph era una mujer ligeramente tullida y de aspecto frágil, pero por otra parte, sus padres y su hermano William Arthur (nacido en 1865 y muerto en 1870 de escarlatina) y su hermana Marion Eliza (nacida en 1867) eran de apariencia normal.
Fue un niño aparentemente como los demás hasta los cinco años, cuando comenzó a mostrar los primeros signos de una extraña enfermedad: su madre se dio cuenta de algunos cambios en determinadas zonas de su piel, las cuales adquirieron una tonalidad oscura y enseguida desarrollaron una forma abollonada. Su condición empeoró rápidamente, desarrollando tumores excrecentes en cabeza y cuerpo. Mary Jane Merrick comenzó a preocuparse por su hijo, que comenzaba a ser objeto de burlas.

Con el paso de los años, la apariencia de Joseph iba siendo cada vez más extraña; el lado derecho de su cabeza comenzó a crecer hasta alcanzar un perímetro de unos 92 centímetros, tanto como la cintura de un hombre, desarrollando enormes bolsas de piel marronácea que colgaban de la parte de atrás de su cabeza y por toda su cara.

Su piel presentaba un aspecto empedrado debido al crecimiento excesivo de los tejidos, y un terrible olor se desprendía del crecimiento con aspecto de coliflor que le colgaba de la parte de atrás. La deformación de la mandíbula le impedía mostrar ninguna expresión facial y solo podía hablar de una forma difícil de entender. Su brazo derecho se deformó hasta el extremo de adoptar la forma de una cachiporra, con una muñeca de 30 centímetros de diámetro.

Asimismo las piernas alcanzaron un aspecto grotesco. Una deformidad de la cadera izquierda le ocasionaba una cojera que hacía que Merrick solo pudiera caminar con la ayuda de un bastón. A los 12 años la mano de Joseph se había deformado hasta resultar inservible, y las excrecencias de su piel eran tan numerosas que le conferían un aspecto repulsivo.
Cuando tenía 11 años, el 19 de mayo de 1873, su madre murió de bronconeumonía. El 3 de diciembre de 1874 su padre contrajo nuevamente matrimonio con Emma Wood Antill. La madrastra decidió que Joseph tenía que ganarse la comida que le daban, así que a los 13 años comenzó a trabajar en la fábrica de cigarrillos de Messrs Freeman, en el número 9 de Lower Hill Street, donde tuvo que soportar incontables abusos y burlas a causa de su aspecto, abandonando esta actividad dos años después, cuando la deformidad de su mano derecha le hizo imposible liar los cigarrillos.
Después de una larga temporada de inactividad, su padre le consiguió el trabajo menos adecuado a su aspecto: vendedor a domicilio de calcetines y guantes. Pronto se dio cuenta de que nadie le abriría la puerta en cuanto vieran quien llamaba a la campanilla. La situación en casa se hizo insostenible, por lo que Joseph la abandonó para no volver más. Al enterarse de su situación, su tío Charles lo buscó por las calles y lo convenció para trasladarse al piso situado encima de la barbería que regentaba en el 144 de Churchgate.

Pero dos años después, el embarazo de Sarah, la tía de Joseph, unido a la nula aportación de Joseph a la economía familiar, hizo de nuevo la situación insoportable. Su tío habló con William Cartwright, administrador del asilo para desamparados de Leicester, donde Joseph fue admitido en diciembre de 1879. Lo dejó en marzo de 1880 para buscar trabajo, solo para regresar dos o tres días más tarde, en la más absoluta miseria. En diciembre de 1882 los doctores Charles Marriott y Thomas Warburton intervinieron quirúrgicamente a Joseph para extirparle una protuberancia del labio superior.

Dos años después abandonó definitivamente el asilo, pues conoció al empresario Tom Norman, quien comenzó a exhibirlo en Whitechapel Road. Lo presentaba como «El Hombre Elefante», debido a la proyección proboszoide de su nariz y labios, junto con una peculiar deformidad frontal.
Siguiendo la teoría vigente en aquel momento de la impresión materna, Norman inventó la historia de que la madre de Joseph había sufrido el ataque de un elefante de circo estando embarazada, y que esta había sido la causa de las deformidades de su hijo. Estas teorías contribuían a aumentar el interés por las ferias de monstruos. El barracón se encontraba frente al London Hospital, y así fue como el doctor Treves tuvo conocimiento, a través de un cartel publicitario, de la existencia de «El Hombre Elefante».

Frederick Treves nació en 1853 en el número 8 de Comhill Street, en Dorchester, en el condado de Dorset. Estudió la carrera en la London School of Medicine. En 1879 llegó a ser ayudante de cirugía en el London Hospital. Durante un periodo de tiempo trabajó como profesor de anatomía en dicho hospital, hasta que alcanzó el grado de cirujano y director de la escuela de anatomía en 1883. En 1885 fue profesor de anatomía en el Royal College of Surgeons y luchó en el Transvaal, en la Guerra de los Bóers desde 1899 a 1902.

El doctor Treves fue un brillante profesor y un cirujano muy hábil, que hizo originales contribuciones a la anatomía quirúrgica, especialmente en la cirugía de la peritonitis, la obstrucción intestinal y la apendicitis, y fue un firme defensor de las técnicas asépticas en cirugía.
Realizó el drenaje de un absceso apendicular al rey Eduardo VII en junio de 1902, lo que probablemente salvó la vida del monarca. El rey tenía que ser coronado en esos días y se oponía a ser intervenido, a pesar de la gravedad de su estado. Argüía tener «una coronación entre las manos», pero Treves fue tajante: «Será un funeral, lo que tenga entre las manos, si decide no operarse». El rey vivió y concedió un título honorífico a Treves durante su ceremonia de coronación.

En 1902 abandonó la práctica médica y se dedicó a la enseñanza. En 1918 se mudó con su familia al lago Ginebra, en Suiza.
Murió, irónicamente, de peritonitis en diciembre de 1922 y fue incinerado en Lausanne. Su funeral tuvo lugar en la iglesia de St. Peter, en Dorchester, el 2 de enero de 1924, siendo representados el rey y la reina por lord Dawson. El poeta y novelista Thomas Hardy (1840-1928) asistió y fue el encargado de glosarlo. También escribió un poema para la ocasión, que publicó en el periódico The Times.

Comenzaba así: «Por la tarde, cuando el mundo supo que había muerto...». Sus cenizas fueron enterradas en Dorchester.
Además de sus escritos médicos, Treves escribió varios libros de viajes, y una guía muy popular de su condado nativo, Dorset, fundando asimismo la Society of Dorset Men in London. También fue conocido por sus fotografías.
En noviembre de 1884, los destinos del doctor Treves y de Joseph Merrick se cruzaron. En el barracón donde era exhibido, con muy poca luz, entre viejos cacharros y muebles polvonentos, Treves vio una figura encorvada. Horrorizado, contempló cómo el presentador descorría la cortina y le ordenaba que se levantara. Joseph aparecía abatido y degradado hasta el límite.

Así lo describe en su libro The Elephant Man and Other Reminiscences:
Un cartel rezaba: «El fruto mortal del pecado original».
El shock fue terrible para alguien que había decidido dedicar su vida a ayudar a los demás; así que decidió trasladar a Merrick al London Hospital para realizarle un minucioso examen.
Sin embargo, Joseph no podía mostrarse en público. Corría el riesgo de reunir en torno suyo a una supersticiosa multitud que podía acabar linchándolo. Así pues, se decidió cubrirlo con un abrigo largo y una especie de pasamontañas.

Joseph estaba desconcertado por la amabilidad de Treves; probablemente era la primera vez que alguien lo trataba con consideración.
El 2 de diciembre de 1884 Treves presentó a Merrick en la London Pathological Society, en el número 53 de de Bernes Street, Bloomsbury. La mayor parte de la superficie corporal presentaba una piel papilomatosa y verrucosa, adoptando en algunas regiones una consistencia flácida y fofa. Existía una hipertrofia localizada, más pronunciada en el cráneo y brazo derecho y en los pies. Sin embargo, su brazo izquierdo estaba libre de deformidades. El cráneo estaba cubierto con exóstosis y su cabeza había alcanzado un tamaño tan exagerado que tenía dificultades para sostenerla. Dormía sentado o acurrucado, con las manos abrazadas a las piernas y la cabeza sobre las rodillas. Si se acostaba, la cabeza tendía a caer hacia atrás, provocándole dificultad respiratoria. El diagnóstico fue elefantiasis.

Cuando se dio por concluido su estudio, Treves entregó a Merrick su tarjeta, y este volvió con Norman. En el resumen de la reunión publicado en el British Medical Journal del 6 de diciembre de 1884, se le presentó como «un hombre que presenta un aspecto extraordinario debido a una serie de deformidades». Una descripción más detallada fue publicada en Transactions of the Pathological Society of London en 1885:
«Un hombre que aprendió a vivir exhibiéndose como El Hombre Elefante».