sábado, noviembre 29, 2008

Es Útil la Meditación??


Desde hace unas décadas y al margen de las modas, cada día es más común en nuestra sociedad el acercamiento a técnicas originariamente orientales como el yoga, el tai-chi y la meditación – precisamente ésta última es el fundamento del tai-chi y el yoga.

La búsqueda del equilibrio mente-cuerpo y de una visión no dual del mundo crece en una sociedad tan fragmentada como la nuestra. Quizá por eso cada vez hay más personas que emprenden la búsqueda de filosofías más introspectivas, somáticas y armónicas ¿Por qué es una actividad cada vez más consagrada en los países desarrollados?

La práctica de la meditación está enseñando a las sociedades occidentales a superar esta tradicional fragmentación, despertando y desarrollando una renovada vía de conocimiento hacia nosotros y hacia la realidad, así como una mayor apertura psicológica, moral e incluso creativa que posibilita en la persona un crecimiento simultáneo –no fragmentado- de estas dimensiones humanas.


Dimensión fisiológica

Esta práctica combina una actitud de apertura y tolerancia con una mayor concienciación que reduce, según diferentes estudios, la ansiedad y la tensión en la mente, produciendo alivio frente a la presión de ciertos pensamientos distorsionadores. También aporta un control emocional; las relaciones interpersonales mejoran al aumentar el grado de aceptación y apertura a los cambios. Igualmente, las pruebas de laboratorio realizadas sobre personas en estado de meditación mostraron que ésta reduce el ritmo respiratorio, el consumo de oxígeno y el ritmo cardíaco .


Dimensión cognitiva

Aunque en Occidente ha predominado la creencia de una realidad dual (creador y criaturas, espíritu y materia, alma y cuerpo), nuestra cultura se ha ido impregnando de una visión más integradora y profunda de la realidad. De hecho, el contacto con el pensamiento oriental ha reavivado formas de conocimiento más profundas que siempre han estado latentes en la tradición cristiana. Así, la mística cristiana –que fue condenada al olvido por el primado de una razón positivista y por la institucionalización de la iglesia- es una forma de "conocimiento" del mundo que actualmente está adquiriendo gran fuerza gracias a una nueva ciencia occidental que acepta hoy por hoy elementos que la acercan al instinto-intuición de los místicos (la meditación es análoga a la contemplación de la mística). Quizá el hombre de las sociedades modernas empieza a sentir cansancio de esa razón dogmática que entiende a los seres y a la materia como elementos separados, como ideas abstractas, cuando en realidad –realidad que los modernos descubrimientos de la ciencia han confirmado- el tiempo está fuertemente imbricado con el espacio y la materia. De hecho, es la propia física occidental reciente la que encuentra en sus investigaciones que, cuanto más se penetra en la materia, cuanto más se la analiza, más se la ve evaporarse, disolverse en campos de energía, en huellas efímeras (partículas), o incluso en puras especulaciones teóricas (quarks). La idea de unidad que subyace en el conocimiento oriental así como en la mística cristiana es una luz que puede guiar al hombre en su interioridad y en el conocimiento del alma del mundo, un deseo que el ser humano ha tenido desde siempre, pues en nuestro fondo todos intuimos alguna vez que las radicales oposiciones entre cuerpo-espíritu, hombre-cosmos… no se corresponden con lo real, con la realidad última de las cosas.


Dimensión psicológico-moral

En esta época de alienación y crisis espiritual el ser humano siente cada vez más necesidad de tender un puente hacia el mundo, hacia los demás y hacia nosotros mismos, pues aceptando la otredad es como la persona adquiere su verdadera identidad. Creo que la introspección meditativa, tal y como se está asentando en nuestra sociedad occidental, simboliza ese puente que nos lleva más allá de las dolorosas contradicciones que afligen al hombre moderno. Nos enseña que este trabajo ha de empezar a construirse a partir de los pensamientos que conviven con nosotros, cultivando una actitud armónica y cada vez más amorosa entre nuestro yo y nuestras proyecciones que, como la luz de la luna reflejada en un lago, están indiferenciadas de la propia mente ("los ojos con que yo veo a Dios son los ojos con que él me ve", decía Eckhart, un místico cristiano). Como un microcosmos donde se refracta toda la inmensidad del universo, como una red multidimensional de joyas cada una conteniendo el resplandor de las demás ad infinitud, nuestros pensamientos y emociones pueden ser contemplados a modo de un flujo natural reflejado en nuestra mente, hacia el cual la práctica regular de la meditación va desarrollando una actitud tolerante y ecuánime, descondicionando el habitual apego y rechazo hacia nuestras proyecciones.


Dimensión estética

Erich Fromm afirma que en el estado meditativo se desarrolla al máximo la razón: razón no en el sentido de un mero juicio intelectual, sino de captación de la verdad dejando que las cosas sean como son; superando el propio narcisismo y siendo abiertos, sensibles, despiertos y vacíos; en relación afectiva con el hombre y la Naturaleza hasta rebasar el aislamiento y la alienación para llegar a la experiencia de sentirse uno con todo lo que existe . Aquí radica el carácter creativo de la meditación: como si fuéramos artistas de la vida, vamos renovando nuestra habitual visión de las cosas, a veces demasiado automática, por una percepción más fresca y gozosa hacia nosotros y el mundo que nos envuelve, trascendiendo la separación entre nuestra mente y el universo, arrojándonos creativamente hacia el aquí y ahora para vivir cada instante como si fuese el primero.


Conclusión

Antoni Tàpies, un creador que –según él mismo dice- ha hecho de su pintura un soporte para la meditación, afirma que aunque aún persiste un sentido vulgar de la idea de modernidad defensora de una separación definitiva entre la ciencia, la religión y el arte; esta idea, lejos de triunfar, ha ido decayendo, porque en los últimos tiempos se han tendido muchos puentes entre formas de ver el mundo que antes se consideraban antagónicas (el denominado paradigma holográfico del mundo) . En todos los campos del pensamiento y de la actividad humana se va encontrando hoy razonable el acercamiento a una visión no-dual del mundo, con todas las consecuencias favorables que pueden reportar al hombre y a la Naturaleza. Por descontado que esto también nos obliga a ver con mayor ilusión el legado cultural de nuestra tradición judeo-cristiana, siendo la meditación no sólo un nexo cultural entre oriente y occidente, sino también un verdadero impulso para la acción pues, como dicen los maestros, el verdadero sentido de la práctica empieza cuando nos levantamos del cojín de meditar.