domingo, noviembre 30, 2008

La Hermenéutica Sagrada

Pbro. Carlos A. Papaleo



El Maestro de Sabiduría que iluminó el antiguo Egipto, Thot, fue considerado por los griegos como un mensajero divino y por esa razón lo llamaron Hermes, y en reconocimiento a su grandeza espiritual lo denominaron "Trismegisto", esto es, tres veces grande. Sus enseñanzas se transmitieron utilizando el método simbólico y las claves para abrir esos cofres de sabiduría se transmitían de maestro a discípulo, de modo que era necesario aplicar ciertos códigos para descifrar los textos y símbolos, preservando de esta manera su integridad y pureza.

A este conocimiento superior así organizado se le llamó "hermético" y "Hermenéutica" es el arte de descifrar estos mensajes.
La magnífica obra del gnosticismo cristiano "Pistis Sophia" es un ejemplo de las enseñanzas espirituales y religiosas transmitidas por medio de la alegoría y dentro del género literario conocido como "Apocalipsis" ha llegado a nosotros la obra de San Juan, inagotable en su enseñanza metafísica, religiosa y psicológica.

La razón de utilizar el lenguaje simbólico la expresa claramente San Pablo cuando indica que es necesario expresar las cosas espirituales en lenguaje espiritual, porque las verdades espirituales se aprecian a partir de una experiencia espiritual; en cambio, el que permanece en la razón terrenal no es receptivo a las realidades de los planos suprasensibles (1ª Cor. 2:13).

La Hermenéutica como disciplina nos entrena para aprender a "ver" de otra manera, a captar lo interno "to esoteron" ámbito en el cual se nos revela el "Plan Misterioso" de Dios, más allá de la existencia fenoménica (Heb. 6:19 y Ef. 3:2). Es necesario por lo tanto "escudriñar" las escrituras, como aconseja San Pablo a Timoteo y trascender lo exotérico transformándonos por la renovación del modo de comprender (Rom. 12:21).
"Benditos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen" (Mt. 13).
Por obra de este desvelamiento se nos torna patente la dispensación o proyecto misterioso que estuvo oculto por siglos y generaciones (Col. 1:26) para instaurar todas las cosas en Cristo como meta de la evolución iniciática (Ef. 3:9).

La Divina Sabiduría se oculta en el Misterio, en la Nube. "Oculto" es por lo tanto lo no visto por el sentido material y que permanece velado. El lenguaje figurado con sus formaciones simbólicas, mitos, alegorías, metáforas, y con sus ritos y dramas rituales, transmite enseñanzas y verdades suprasensitivas, verdades y leyes cósmicas y religiosas (los Misterios) que para su validez no requieren confirmaciones históricas ni científico-naturales.

Para adquirir estas claves hermenéuticas, para volverse hacia lo esotérico y atravesar el velo (Heb. 6:19) es imprescindible purificar los vehículos y desarrollar los órganos para la percepción de los mundos invisibles mediante la sostenida práctica de la meditación y un estudio metódico de las religiones, el misticismo, la metafísica universal, la simbología hierática, etc. A cambio, se nos permite ingresar al corazón mismo de los Misterios y percibir los horizontes metafísicos comunes a todos los grandes sistemas iniciáticos y religiosos.