Dr. Spicasc
La mujer casi sollozaba al afirmar que su crisis era muy grande. Sus temores y nerviosidad iban en aumento y cada vez la asaltaba con más fuerza la idea de que iba a terminar como su madre, sola y enferma. El Prof. Reichelt la escuchaba atentamente y luego le dirigió una pregunta precisa:
“Que crisis hubo en la vida de su madre cuando ella tenía la misma edad que Ud. tiene ahora?”
Trás un rápido cálculo la mujer respondió “Se separó de mi padre, lo cual para ella constituyó un hecho trágico en cuanto a sus consecuencias”. Mi maestro reflexionó: “No es casual que surja ahora con tanta fuerza en su recuerdo la figura de su madre. La crisis de Ud. está ligada a la de ella cuando tenía su misma edad actual”.
Este descubrimiento de Don Carlos fué realizado empíricamente gracias a sus legendarios dones de observación e interrelación de hechos. El asunto merece un cuidadoso análisis pues nos puede dar la clave para situaciones de crisis que no poseen una explicación fácil y directa en base a los hechos de la vida y con las técnicas astrológicas corrientes.
Personalmente comprobé en un par de oportunuidades que situaciones
de este tipo carentes de aparente explicación lógica habían ocurrido a edades en que se produjeron sucesos críticos en la vida de mis padres.
El problema que aquí se plantea consiste en hallar una explicación puramente astrológica, lo cual no resulta inmediato ni sencillo. La pregunta de partida es si tales coincidencias se deben o estan indicadas en el radix de uno de los padres o en el de hijo o hija. Ello nos obliga a pensar que, de algún modo, es de esperar que en nuestro propio tema esten cifrados en tiempo los hechos críticos de la vida de nuestros padres incluyendo la correspondiente edad de estos cuando sucedieron. Naturalmente este problema no podrá ser resuelto por quienes simplifican indebidamente la astrología, pretendiendo explicar y predecir todo solamente en base a tránsitos. Es necesario recurrir a técnicas mucho más sofisticadas. Aquí no cabe siquiera hablar de memoria genética pues muchas veces tales crisis parentales son muy posteriores al nacimiento del nativo.
Tampoco caben aquí explicaciones simplistas tales como sostener que para esa misma edad ambos tenían malas direcciones. Esto desde luego es posible, pero no es necesariamente cierto. De hecho, y con toda honestidad, afirmo que de vez en cuando surgen hechos de importancia que carecen de dirección asociada tanto simbólica multiclave como primaria. Pero no olvidemos que en materia de multiclaves y en el estado actual de la astronomía y del software solo se puede llegar hasta claves de orden cuarenta y cinco a lo sumo.
A quién escribe le resulta muy importante poder dar una justificación a nivel teórico pues solo así la comprensión del hecho evidenciará haber llegado a un nivel satisfactorio de madurez. Le hemos dado a este fenómeno el nombre de retrovivencia isócrona (iiso-igual, cronos - tiempo, edad) por haber sido el que mejor describe lo observado a nuestro entender. Posiblemente la explicación se base en que no solamente existe una herencia astrológica (fenómeno largamente estudiado por Gauquelin y otros) sino que además probablemente esta no solamente es de naturaleza cualitativa sino además cuantitativa en lo relativo a tiempo o edad.
La primera explicación que se puede intentar dar a estos hechos es dificilmente sostenible. Para iguales edades tenemos iguales orientaciones relativas de las revoluciones solares respecto de las casas del rádix (suponiendo que no haya Relocalización de dichas revoluciones). Esto pondría énfasis en similares temas y asuntos pero de acuerdo al tema natal de cada uno. Incluso existe un método aproximado de levantar la revolución solar para cada año sumando al TS una cantidad que se incrementa en valores iguales anualmente (veánse las tablas correspondientes por ejemplo en las obras de von Klöckler y de Garaña). Esta explicación no resiste análisis pues no necesariamente igual superposición de las cúspides de RS respecto de las cúspides natales supone necesariamente una crisis. De ser así todo el mundo casi sin excepción pasaría por tales crisis a determinadas edades. A lo sumo estas similaridades en cuanto a superposiciones puede ser un factor adicional coadyuvante y nada más, suponiendo haya indicaciones de problemas en uno y otro caso. Obviamente ningún psicoanalista puede detectar estos hechos durante una terapia pues a ninguno (salvo en terapia familiar sistémica) se le ocurre rastrear cronológicamente en la vida de los padres.