En el Mundo existen muchos oradores que asombran por su elocuencia, mas son pocas las personas que saben escuchar. Saber Escuchar es muy difícil, pocas son de verdad las personas que de verdad saben escuchar.
Cuando habla el maestro, la maestra, el conferenciante, el auditorio parece estar muy atento, como siguiendo en detalle cada palabra del orador. Todo da la idea de que están escuchando, de que se hallan en estado de alerta, mas en el fondo psicológico de cada individuo hay un secretario que traduce cada palabra del orador.
Este secretario es el Yo, el Mí Mismo, el Sí mismo. El trabajo de dicho secretario consiste en mal interpretar, mal traducir, las palabras del orador.
El Yo traduce de acuerdo con sus prejuicios, preconceptos, temores, orgullo, ansiedades, ideas, memorias, etc., etc., etc.
Los alumnos en la escuela, las alumnas, los individuos que sumados constituyen el auditorio que escucha, realmente no están escuchando al orador. Se están escuchando a sí mismos, están escuchando a su propio Ego, a su querido Ego maquiavélico que no está dispuesto a aceptar lo Real, lo Verdadero, lo Esencial.
Sólo en estado de alerta novedad, con Mente espontánea, libre del peso del pasado, en estado de plena receptividad, podemos realmente, escuchar sin la intervención de ese pésimo secretario de mal agüero llamado Yo, Mí Mismo, Sí Mismo, Ego.
Cuando la Mente está condicionada por la memoria, sólo repite lo que tiene acumulado.
La Mente condicionada por las experiencias de tantos y tantos ayeres, sólo puede ver el presente a través de los lentes turbios del pasado.
Si queremos Saber Escuchar, si queremos aprender a escuchar para descubrir lo nuevo, debemos vivir de acuerdo a la Filosofía de la Momentaneidad.
Es urgente vivir de momento en momento, sin las preocupaciones del pasado y sin los proyectos del futuro.
La Verdad es lo desconocido de momento en momento. Nuestras mentes deben estar siempre alertas, en plena atención, libres de prejuicios, preconceptos, a fin de ser realmente receptivas.
Los maestros y maestras de escuela deben enseñar a sus alumnos y alumnas la profunda significación que se encierra en eso de Saber Escuchar.
Es necesario aprender a vivir sabiamente, refinar nuestros sentidos, refinar nuestra conducta, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos.
De nada sirve tener una gran cultura académica si no sabemos escuchar, si no somos capaces de descubrir lo nuevo de momento en momento.
Necesitamos refinar la atención, refinar nuestros modales, refinar nuestras personas, las cosas, etc., etc., etc.
Es imposible ser verdaderamente refinado cuando no sabemos escuchar.
La Mentes toscas, rudas, deterioradas, degeneradas, jamás saben escuchar, jamás saben descubrir lo nuevo. Esas Mentes sólo comprenden, sólo entienden en forma equivocada las traducciones absurdas de ese Secretario Satánico llamado Yo, Mí Mismo, Ego. Ser refinado es algo muy difícil, y requiere plena atención. Alguien puede ser persona muy refinada en las modas, trajes, vestido, jardines, automóviles, amistades, y sin embargo continuar en lo íntimo siendo rudo, tosco, pesado.
Quien sabe vivir de momento en momento, marcha realmente por el camino del Verdadero Refinamiento.
Quien tenga Mente receptiva, espontánea, íntegra, alerta, camina por la Senda del Auténtico Refinamiento.
Quien se abre a todo lo nuevo abandonando el peso del pasado, los preconceptos, los prejuicios, recelos, fanatismos, etc., marcha triunfalmente por el Camino del Legítimo Refinamiento.
La Mente Degenerada vive embotellada en el pasado, en los prejuicios, orgullo, amor propio, preconceptos, etc., etc.
La Mente Degenerada no sabe ver lo nuevo, no sabe escuchar, está condicionada por el amor propio.
Los fanáticos del marxismo-leninismo no aceptan lo nuevo. No admiten la Cuarta Característica de todas las cosas, la Cuarta Dimensión, por amor propio. Se quieren demasiado a sí mismos, se apegan a sus propias teorías materialistas absurdas, y cuando los situamos en el terreno de los hechos concretos, cuando les demostramos el absurdo de sus sofismas, levantan el brazo izquierdo, miran las manecillas de su reloj de pulso, dan una disculpa evasiva y se van.
Esas son Mentes degeneradas, decrépitas que no saben escuchar, que no saben descubrir lo nuevo, que no aceptan la realidad porque están embotelladas en el amor propio. Mentes que se quieren demasiado a sí mismas, Mentes que no saben de refinamientos culturales, Mentes toscas, Mentes rudas que sólo escuchan a su Querido Ego.
La Educación Fundamental enseña a escuchar, enseña a vivir sabiamente.
Los maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades, deben enseñar a sus alumnos y alumnas el Camino Auténtico del Verdadero Refinamiento Vital.
De nada sirve permanecer diez y quince años metidos en escuelas, colegios y universidades, si al salir, somos intensamente verdaderos cerdos en nuestros pensamientos, ideas, sentimientos y costumbres.
Se necesita la Educación Fundamental en forma urgente porque las nuevas generaciones significan el comienzo de una Nueva Era.
Ha llegado la hora de la Revolución Verdadera, ha llegado el instante de la Revolución Fundamental.
El pasado es pasado, y ya dio sus frutos. Necesitamos comprender la honda significación del momento en que vivimos.*
Revista Thelema