ÁMBAR_HAPUI
Existen muchas formas de trabajar con los cristales para mejorar nuestro bienestar a todos los niveles del ser. Se puede hacer simplemente un uso pasivo de ellos, colocándolos en lugares estratégicos del hogar o lugar del trabajo para que propaguen sus energías benéficas. Sin embargo, si se trata de sanar algún tipo de malestar, se necesita un impulso mayor.
Elixir de agua purificada
El empleo de cristales puede mejorar considerablemente las propiedades ya de por sí benéficas del agua, consiguiendo un potente elixir que contenga la esencia de la poderosa energía de la gema. Basta con llenar un recipiente con agua de manantial, colocar dentro el cristal limpio y cargado y dejarlo expuesto durante un día entero, primero a los rayos del sol y, por la noche, al influjo de la luna.
Biofeedback
Es una técnica básica de autocuración que utiliza los estados de meditación, cristales, y el flujo de la polaridad magnética que hace pasar la energía al lado izquierdo del cuerpo y los libera a través del lado derecho, de modo que entran por la corona y salen por los pies, o viceversa. Utiliza un cuarzo transparent, para cambiar el estado de ánimo, relajar, reducir la tensión sanguínea y alterar la respiración restableciendo la polaridad. Primero sostén un cristal en la mano izquierda. Para obtener calor, visualiza el color rojo a través del cristal para que circule por tu cuerpo y devuelva el color a la Tierra, o cielo. Para enfriar, utiliza el azul o verde, hazlos circular y elimínalos de la misma manera, o también, absorbe azul a través de la mano izquierda con el cristal colocado en la derecha y visualiza que el color abandona el cuerpo a través del cristal y la mano derecha. La punta del cristal señala los dedos, pero también puede señalar la tierra para que ésta absorba el exceso de calor.
En las aplicaciones contra el dolor, visualiza que el azul o el verde penetran en el cuerpo por el lado izquierdo y el cristal situado a la izquierda, el color recorre la zona afectada y elimina el dolor. Imagina a éste como fragmentos tocados por la luz del cristal y el color azul, y eliminando del cuerpo don el flujo que sale por el lado derecho. Visualiza la energía cambiada para tu reciclaje al penetrar en la Tierra o cielo.
Contra el insomnio, haz pasar una cálida somnolencia violeta o rosada a través del cristal, de modo que circule por el cuerpo, y elimine el exceso a través de la corona. Visualiza cómo la tensión se disuelve en fragmentos que son arrastrados por el flujo de polaridad. Reduce la velocidad de la respiración y los latidos cardíacos.
Para energizar, haz pasar el color naranja o el amarillo a través de la piedra, de modo que circule por el cuerpo, aumenta la velocidad de respiración y los latidos cardíacos y elimina el exceso de energía. Al final del ejercicio, asegúrate de descargar la energía mediante una "toma de tierra" cuando hayas terminado.
Al final de la curación purifica el cristal, pero con cuidado para no despojarlo de la nueva vinculación. Sopla sobre el cristal fuertemente, colócalo en un altar o al sol. La vinculación es sólo frágil al principio y con el tiempo llega a ser caso permanente.
Armonizar el flujo de energía
Este ejercicio es eficaz para restituir el equilibrio energético y conseguir que fluya y se canalice correctamente la energía a través de los chacras, por medio del refuerzo y la ayuda que les confieren los cristales que les son afines. Se colocan los cristales de abajo hacia arriba, en el sentido que fluye la energía, colocando un cuarzo ahumado en el primer chacra; luego un jaspe sanguíneo en la ingle derecha y un ópalo sobre la izquierda; después, a la altura del ombligo un topacio; en el chacra del corazón un cuarzo rosa; sobre la garganta una turquesa; en el centro de la frente una malaquita azul y, finalmente, encima de la coronilla una turmalina, con uno de los vértices orientado hacia la cabeza y el otro al exterior. Al cabo de 15 minutos, manteniendo la misma postura del paciente, se retirarán los cristales y se volverán a colocar en sentido inverso. Esta sesión debe repetirse cada dos meses y en modo especial cuando se observe la aparición de problemas en el avance de la terapia. En el caso de no disponer de alguna o algunas de las piedras mencionadas, éstas se pueden sustituir por cualquier otra gema afín al chacra con el que se vinculan. Déjate guiar por la intuición para saber qué cristales son más armónicos con el paciente.
Equilibrado de chacras
Haz que el paciente se tienda y se relaje por completo, instruyéndolo para que entre en un estado meditativo por medio de la respiración. Sosteniendo un cristal en cada mano (los que tienen doble terminación son especialmente apropiados en este caso), hazlos girar en el sentido de las agujas del reloj sobre un par de centros de chacras -vientre y frente, raíz y corona...- hasta que la intención perciba que cada par de centros está equilibrado. Mientras haces girar los cristales visualiza que el color apropiado para cada chacra entra en él y lo abrillanta.
Primero equilibra el chacra del vientre con el centro de la frente. El color para la primera es el naranja y para el segundo el índigo. Envía a cada chacra su color, visualizando que penetra en el centro con un movimiento espiral a través de los cristales. Cuando la energía se desvanece en las palmas y ambos cristales están equilibrados, pasa al siguiente par de centros. Esto requiere un tiempo variable, presta atención a las respuestas del paciente.
El segundo par de centros es el raíz -de color rojo rubí- y la corona -violeta o luz transparent,-. El tercer par a equilibrar es el plexo solar y la garganta, el amarillo con el azul, ambos claros y brillantes. El último centro es el del corazón, que puede equilibrarse tanto con la frente como con la corona. Envía al chacra del corazón un verde claro o un rosa a través de los cristales. Los centros están siempre equilibrados en estos pares y por este orden.
Si ocurriera el caso de que el paciente se desbordara emocionalmente, el papel del sanador sería el de proporcionarle consuelo y ayuda, asegurándole que está a salvo y puede desahogarse libremente. Las manos que tocan los chacras de la frente y el corazón son especialmente consoladores en ese momento. Cuando se calme, acaríciale el aura y suavízala, enviando luz rosa. Después de equilibrar los chacras, con o sin liberación emocional, deja dormir al paciente si lo desea.
Estimulación de los chacras mayores y menores
Antes de iniciar el ejercicio formaremos en el suelo un rombo con dos hematites de doble punta y dos ópalos, que sintonizarán de forma natural con los distintos chacras. Nos colocaremos de pie en el centro con las piernas separadas en posición natural y los brazos estirados, aunque ligeramente alejados del cuerpo. Con los ojos entrecerrados, observaremos nuestra postura. Los pies permanecen firmemente apoyados en el suelo, y la columna se mantiene recta desde el sacro hasta las cervicales. Nos imaginaremos esbeltos en nuestra postura, sin tensiones. Iniciaremos los ciclos de inspiración y espiración profundas al tiempo que retenemos en la mente la imagen del rombo que hemos formado con los cristales. Reconstruiremos de manera minuciosa, los detalles de esos cuatro cristales: sus formas, colores, brillo, textura. El objetivo es trasladar imaginariamente a nuestro interior el rombo formado por los hematites y los ópalos. De este modo, la potencia será más efectiva y afectará más íntimamente a todo nuestro sistema de chacras mayores y menores. Sin perder en ningún momento la conciencia de la respiración, imaginaremos que el rombo interiorizado crece cada vez que inspiramos e irradia una potente luz: sus cuatro vértices están en la cabeza, la manos y el punto intermedio situado entre los pies. Retendremos el aire unos segundos disfrutando de las nuevas sensaciones que nos afecten y, después, espiraremos muy despacio. Durante diez minutos repetiremos varias veces los ciclos completos de respiración, reteniendo la visión interiorizada del rombo. Finalizaremos el ejercicio saliendo de la figura y sentándonos en el suelo en postura de loto a meditar. Permitiremos que los pensamientos pasen y se alejen, sin retenerlos.
Armonizar los cuerpos sutiles
A cada una de las capas del aura le resulta más beneficiosa la influencia de determinados cristales, viéndose reforzada y armonizada gracias a las vibraciones que éstos emiten. Una manera de detectar una zona del aura cuya energía esté afectada y precise por lo tanto un reequilibrio energético es realizando el siguiente ejercicio: adoptando una postura que nos haga sentir relajados y nos ayude a mantenernos completamente serenos, comenzaremos a recorrer lentamente la silueta de nuestro cuerpo, rodeándolo con las palmas de las manos orientadas hacia el mismo, a una distancia de entre diez y quince centímetros. En el momento en que notemos que un determinado punto ofrece resistencia, en forma de especiales vibraciones que pueden producir cosquilleo, dolor u otras sensaciones especiales, sabremos que ésa es la zona a tratar. Entonces, determinaremos cuál es el chacra que rige el área en cuestión, y a continuación podremos aplicar los cristales afines y realizar el ejercicio que la refuerce.
Para armonizar la energía del cuerpo etéreo nos acostaremos de espaldas y, una vez que estemos relajados y concentrados, aplicaremos una magnetita morada sobre el chacra de la raíz; en el sacro, un ópalo; un cuarzo citrino en sobre el plexo solar; en el del corazón, un cuarzo rosado; un aguamarina en el de la garganta; sobre el tercer ojo colocaremos una amatista, y encima del chacra corona, apuntando hacia la coronilla, un ónice. La punta de todas las gemas debe orientarse hacia abajo.
El ejercicio que armoniza el cuerpo emocional, para que seamos capaces de recibir sentimientos positivos, consiste en colocar una turmalina multicolor en el centro del chacra corazón y en torno a ella cinco aventuritas verdes, formando un pentágono. Para equilibrar los dos cuerpos anteriores y restaurar la circulación del aura, debemos colocar en el chacra de la corona y orientados a la coronilla un zafiro y un berilo hialino, formando entre sí un ángulo agudo, con el vértice hacia abajo. Para mantener limpios de vibraciones negativas los tres cuerpos sutiles, lo adecuado es llevar en contacto con la piel un cristal programado para ello.
Imposición de piedras
Para sanar con cristales se emplea siempre el estado meditativo o la conexión con la Tierra y el centrado, es imprescindible conectarse con las ondas sanadoras terrestres antes y después de la terapia con el fin de no absorber la negatividad con la que trabajamos. El paciente se tiende boca arriba en estado meditativo, mientras el sanador coloca piedras de una sola punta en la misma dirección, o una serie de piedras con dos terminaciones de un extremo a otro. Si el cristal apunta a la corona, se experimentará una sensación de elevación, energizante y con posible experiencias psíquicas y despertar. Si los cristales apuntan hacia sus pies, la curación se revela en sensaciones de serenidad y sosiego. Los cristales en dos terminaciones establecen un flujo de energía que se desplaza en ambas direcciones, un canal de polaridad.
Coloca un cristal sobre cada chacra, empezando por el que se encuentra bajo los pies de la persona y el situado en su punto transpersonal, más allá de la corona. Pon un cristal en cada una de sus manos, uno sobre el chacra raíz, uno sobre el vientre, otro por encima del ombligo -plexo solar-,otro en el hueco del esternón, un cristal en la base de la garganta, otro en el centro de la frente y otro en lo alto de la cabeza, descansando en el suelo.
El paciente se relaja por completo y respira rítmicamente mientras se imponen las manos por encima de los chacras. Efectúa el movimiento desde la cabeza a los pies, abriendo cada centro y manteniendo las manos por encima hasta que las sensaciones de la curación se disipan. Sacude las manos para eliminar la energía negativa antes de pasar al siguiente. Cuando termines, acaricia toda el aura y apártate hasta que la persona esté dispuesta a moverse, entonces retira los cristales. Este ejercicio está especialmente indicado para el dolor de espalda crónico.
ABRIR LOS CENTROS ENERGÉTICOS
Chacra de la raíz
Conseguir mantener activo y abierto el chacra de la raíz debe ser uno de nuestros objetivos, pues cuando está armonizado sentimos un mayor equilibrio emocional y psíquico, nos otorga realismo, iniciativa, espíritu de lucha y espontaneidad. Cuando está bloqueado sufrimos un estado de malhumor, miedo y frustración. Estas emociones nos impiden expresar nuestros sentimientos, deseos y necesidades y puede favorecer enfermedades como la ciática, obesidad o anorexia, hemorroides...
Para abrir el chacra raíz nos tumbaremos sobre una alfombra, con los brazos estirados y las piernas separadas. Colocaremos un cuarzo ahumado apuntando hacia la base de la columna y otro sobre el pubis y, a continuación, haremos algunas inspiraciones profundas con el objeto de tranquilizar nuestra mente. Ahora en este estado mental más calmado, al inspirar pensaremos que el aire nos llena de amor y energía positiva, y visualizaremos cómo va recorriendo todos los chacras. Cuando lleguemos al de la raíz, retendremos ahí el aire cinco segundos, mientras mentalmente veremos cómo el primer chacra se va abriendo gracias a las irradiaciones procedentes del cuarzo ahumado que está hacia él e del que se encuentra sobres el pubis. Seguidamente comenzaremos a vaciarnos de aire muy despacio conscientes del recorrido que realiza por el interior de nuestro organismo y desprendiéndonos de toda la negatividad que nos agarrota y que bloquea el chacra raíz. Repetiremos el ejercicio durante 15 minutos aproximadamente. Para finalizar, nos sentaremos en postura de loto con las manos descansando sobre las rodillas y sosteniendo en cada una de ellas un cuarzo ahumado de los utilizados en el ejercicio, y meditaremos en el chacra raíz visualizándolo abierto e iluminado por una potente luz morada.
Chacra sacro
Este chacra controla los órganos sexuales y reproductores. Así pues, es fácil deducir que su apertura y equilibrio tiene mucho que ver con la experiencia de una sexualidad saludable y la ausencia de problemas relacionados con el sexo, la concepción y la reproducción. Este centro regula así mismo las relaciones con nuestros semejantes y tiene mucho que ver con el hecho de poseer carisma y magnetismo en nuestra personalidad. Cuando permanece abierto somos más creativos, y tenemos más valor y coraje a la hora de enfrentarnos a las dificultades vitales.
Antes de iniciar el ejercicio de apertura colocaremos sobre el chacra sacro un coral rojo y un granate apuntando hacia los genitales, que se convertirá en la puerta por donde se drene hacia las piernas la energía negativa que bloquea el chacra sacro. Nos acostaremos en el suelo, y trataremos de relajarnos unos minutos, haciendo diez respiraciones profundas, procurando visualizar el paso del aire pro todos los chacras hasta llegar al de la raíz, y después espiraremos lentamente. Al hacer esto nos desprendemos de todas las preocupaciones que hayamos acumulado a lo largo del día. Luego inspiraremos y seguiremos mentalmente el recorrido del aire hasta que alcance el chacra sacro. A continuación retendremos el aire durante cinco segundos, notando cómo la energía positiva se llena por completo el segundo chacra y la forma en que las cálidas vibraciones del coral rojo lo van abriendo y hacen posible que nos sintamos más fuertes y vitales, así como capaces de reconocer nuestra capacidad creativa. Podremos deshacernos de los temores, la indecisión y el comedimiento que impiden nuestras expresiones vitales creativas, a través del chacra raíz, estimulado por el granate que apunta hacia él. Al espirar visualizaremos el paso del aire haciendo el recorrido de los chacras a la inversa. Repetiremos este ejercicio durante quince minutos, y después, sentados en postura de loto, con las manos descansando en las rodillas y sosteniendo en la izquierda el coral rojo y en la derecha el granate, meditaremos en el chacra sacro visualizándolo abierto.
Chacra del plexo solar
Cuando queremos superar estados de abatimiento, astenia, inseguridad, baja autoestima, miedo al rechazo, situaciones de duelo o momentos de tristeza debemos trabajar con este chacra. Al hacerlo, despertamos nuestra capacidad de lucha y autocontrol y hacemos frente a situaciones que nos pueden parecer desmesuradas por una perspectiva distorsionada a causa de un estado de ánimo negativo. Este es el centro de la emotividad, de la voluntad, de la autoestima y la comprensión y aceptación de las propias debilidades. Cuando está abierto alcanzamos una mayor confianza en nosotros mismos y esto nos hace sentir más cerca de los que nos rodean, favoreciendo el altruismo. Su desequilibrio afecta al aparato digestivo, y al sistema nervioso y endocrino.
Nos acostaremos en el suelo y colocaremos un topacio amarillo a la altura del chacra del plexo solar y alrededor de él, formando una roseta, dos calcitas naranjas que alternaremos con dos ojos de tigre. Ahora nos concentraremos en el tercer chacra, y al inspirar imaginaremos que está siendo iluminado por una cálida y potente luz amarilla. Para ello podemos ayudarnos visualizando un sol, así nos será más fácil percibir cómo el calor se concentra en ese centro y asciende hasta la cabeza. Percibiremos una sensación de calma y serenidad creciente a medid que vayamos respirando de forma cada vez más amplia y profunda. Mientras mantenemos el ritmo respiratorio, nos concentraremos en la energía que desprende el topacio y visualizaremos cómo esas vibraciones energéticas desbloquean el tercer chacra. Podemos dedicar veinte minutos a este ejercicio de apertura. Al final reservaremos un tiempo para meditar y permitirnos experimentar las nuevas sensaciones que nos provoca la apertura del centro energético.
Chacra del corazón
Este centro es fundamental a la hora de contactar con el yo verdadero, con nuestra parte más esencial. Cuando el chacra está abierto sentimos una mayor compasión, generosidad, empatía y felicidad. Este centro se relaciona con el amor universal, que nos impulsa a conectarnos con toda la vida que nos rodea. Cuando el centro está cerrado por causa de algún trauma emocional nos creamos un yo falso, que vive en la mentira, en el miedo, la rabia, el dolor. Sentimos celos, posesividad, egoísmo, desconfianza e insatisfacción. Los problemas físicos asociados son los trastornos circulatorios, taquicardias y asma, entre otros.
Nos acostaremos en el suelo con los brazos extendidos, abiertos unos cuarenta y cinco grados y con las palmas hacia arriba. Las piernas han de estar estiradas y juntas, sin tocarse. Colocaremos un berilo verde en el centro del pecho, y dos cuarzos rosas, uno situado por enzima del berilo y el segundo debajo. Las puntas del cuarzo rosa apuntarán hacia arriba. A continuación, cerraremos los ojos y nos concentraremos en la respiración, procurando que ésta sea cada vez más profunda, a medida que llevamos nuestra atención al centro energético. Ahora visualizaremos el color rosa suave y tenue de los dos cuarzos y percibiremos cómo sus vibraciones liberadoras penetran en el corazón. Las imaginaremos como olas suaves de energía que se abren paso a través de nuestro pecho y, poco a poco, entremezcladas con las ondas verdes del berilo, abren nuestro cuarto chacra como si fuera una flor de pétalos rosas y verdes. Al inhalar, el chacra se abrirá ávido de recibir sensaciones, y al exhalar se desprenderá de todo aquello que lo mantenía bloqueado. Trabajaremos con estas imágenes durante diez minutos, disfrutando de los colores vivos y al mismo tiempo sedantes del rosa y verde. Para finalizar, retiraremos las piedras del pecho y volveremos a nuestro estado de conciencia normal lentamente.
Chacra de la garganta
Es el primero de los centros de energía superiores de energía sutil, vinculado a la verdad, la expresión y el conocimiento. Cuando se encuentra activo, tendemos a ser más honestos y abiertos a la hora de comunicarnos, y más justos a la hora de analizar a los demás. No sólo está vinculado al sonido, sino también a la audición, tan importante es saber expresarse como saber escuchar. Asimismo nos ayuda a comprender y transmitir verdades pertenecientes a planos superiores del conocimiento. Cuando está cerrado tendemos a la melancolía, al aislamiento, a una actitud rígida e incomprensiva, a la falta de ideas y pensamientos tortuosos. Intentamos controlar a los demás por medio de la palabra y, físicamente, repercute en nuestro sistema inmunológico y respiratorio.
Vestidos con ropa cómoda, nos tumbaremos en el suelo, manteniendo las piernas estiradas y juntas y los brazos extendidos por encima de la cabeza, con las palmas hacia arriba -es un gesto de apertura hacia el plano superior-.
En el hueco que se forma en la base del cuello, colocaremos dos aguamarinas. Con los ojos cerrados, nos concentraremos en nuestra respiración, procurando llenar por completo los pulmones al inspirar. Notaremos cómo el músculo del diafragma desciende, y sentiremos que el aire se expande por todo el contorno del torso. Exhalaremos lentamente hasta quedarnos vacíos, sin aire, e iniciaremos de nuevo el ciclo de respiración. Una vez normalizada la respiración, visualizaremos el color azul de las aguamarinas. Imaginaremos las ondas energéticas generándose en el interior de sus sistemas cristalinos hexagonales como potentes rayos azules. Al inspirar veremos cómo esas vibraciones penetran hasta el quinto chacra y lo inundan con su revitalizador color. Retendremos el aire unos instantes, disfrutando de las sensaciones que genera la apertura del chacra de la garganta, y a continuación espiraremos muy lentamente. Cuando hayamos vaciado por completo los pulmones, permaneceremos sin aire cinco segundos y luego volveremos a inspirar trabajando de nuevo con la visualización de las vibraciones azules de las aguamarinas. Repetiremos este ejercicio durante diez minutos. Al finalizar, meditaremos sobre el chacra de la garganta. Ahora que está abierto sentiremos las bondades de sus virtudes.
Chacra del tercer ojo
Cuando este centro rector de la intuición, la clarividencia y los poderes extrasensoriales se halla activo, es posible acceder a niveles superiores de conciencia y asimilar toda la sabiduría que se desarrolla en ellos. Nos permite ver los caminos más apropiados para encontrar la solución a los problemas diarios. También nos llena de sensaciones de optimismo, empatía y nos activa la inteligencia. Cuando está bloqueado somos más inconscientes, inestables, irresponsables, tendemos a fantasías irrefrenables y sufriremos desequilibrios psíquicos y físicos, como dolor de cabeza, y disfunciones oculares.
Para abrir el chacra es preciso situarse enfrente de una ventana por la que entre luz natural. Se cierran los ojos y, mientras se regulariza la respiración, se comprueba que los pies queden firmemente apoyados en el suelo, con la espalda recta, los hombros relajados y la barbilla ligeramente inclinada hacia el pecho. Ahora con una conciencia más viva de la respiración, y un estado mental relajado, abriremos los ojos. Con la mano derecha sujetaremos un lapislázuli de manera que quede a la altura de nuestra vista, la mano izquierda reposará en el muslo. A continuación concentraremos la mirada en la piedra e iremos alargando las inspiraciones y las espiraciones. Seguidamente visualizaremos un puente de color añil extendiéndose entre el cristal y el tercer ojo. Al inspirar imaginaremos cómo las vibraciones en forma de ondas apacibles recorren ese puente y penetran en Ajna, aportándonos claridad, capacidad de percepción y comprensión. Luego retendremos el aire unos segundos al tiempo que imaginamos el sexto chacra abriéndose e inundándose del potente color del lapislázuli. Al espirar pensaremos que, a través el mismo puente, devolvemos nuestra energía a la fuente que la originó, y nos quedaremos vacíos, sin aire, dispuestos a recibir nueva energía. Debemos disfrutar de ese momento de entrega absoluta, aprovecharlo al máximo para experimentar las nuevas sensaciones. Repetiremos varias veces este ciclo durante diez minutos. Para finalizar, dejaremos la piedra y, con los ojos cerrados permaneceremos unos instantes meditando en silencio.
Chacra de la corona
Se trata de nuestra puerta a la espiritualidad, nos permite la comunicación directa con el cosmos y la experiencia mística. Es en él donde se experimenta la unión del ser finito con el infinito. Controla los centros superiores del cerebro y la glándula pineal. Nos hace sentirnos más humanitarios, estimula nuestro sentido del humor y la imaginación. Cuando está cerrado podemos experimentar trastornos físicos y psíquicos muy diversos, desde inestabilidad emocional, estados depresivos, hasta una sensación general de agotamiento físico. Podemos sentirnos ególatras, ambiciosos, tozudos, inflexibles e inadaptables.
Nos acostaremos en el suelo con las piernas y brazo estirados. Las palmas de las manos deben estar hacia arriba. Colocaremos un cristal de roca de una sola punta a unos diez centímetros de la cabeza con el vértice dirigido hacia ella. Entre el cristal de roca y la cabeza pondremos un berilo hialino para intensificar la vibraciones del chacra corona. Antes de comenzar el ejercicio de apertura, cerraremos los ojos y nos concederemos unos minutos para hacer más profunda nuestra respiración y relajarnos. A continuación, inspiraremos por la nariz y visualizaremos el recorrido vivificador del aire por todo nuestro cuerpo. Nos sentiremos llenos de la energía positiva contenida en el aire y notaremos cómo éste se expande por todas nuestras células y llega hasta la cabeza alcanzando el chacra corona. En este momento, retendremos el aire durante cinco o seis segundos, percibiendo cómo el calor de las vibraciones luminosas del cristal de roca y el berilo hialino estimula el chacra de la corona llenándolo de luz blanca. Seguidamente sacaremos muy lentamente el aire por la nariz imaginando un halo de luz en forma de ele, que se origina en la corona y sale al exterior a través de las fosas nasales. Repetiremos todo el ciclo durante quince minutos. Finalmente, meditaremos concentrándonos en el chacra de la corona, visualizándolo lleno de luz blanca y plenamente activo. Observaremos nuestras sensaciones sin juzgarlas, disfrutando de ellas.
Chacra transpersonal de la estrella de la tierra
Cuando este chacra, situado a unos quince centímetros por debajo de los pies, está libre de obstrucciones, nos abrimos fácilmente alas fuerzas equilibradoras que emanan de la tierra. Sólo desde la seguridad que nos proporciona la vinculación al mundo podemos buscar voluntariamente la elevación del espíritu, y superar las estrecheces a las que sometemos nuestro ser cuando nos empecinamos en permanecer en la parte más prosaica de la vida.
Mantendremos las piernas extendidas y ligeramente separadas. Los brazos estarán separados del cuerpo, formando con éste un ángulo de unos sesenta grados, y las palmas de las manos giradas hacia arriba. Debajo de cada planta del pie, colocaremos una hematites y, a unos quince centímetros, una selenita, de manera que los tres cristales formen los vértices de un triángulo. Dirigiremos la mirada interior hacia el tercer ojo -el chacra de la intuición- e iniciaremos una respiración profunda. Imaginaremos que al inspirar tomamos el aire desde el chacra de la estrella de la tierra liberándolo de cualquier obstrucción y abriéndolo para que pueda recibir la esencia de las raíces de la tierra. Nos sentiremos más fuertes, más deseosos de alcanzar la verdad. Al espirar nos liberaremos de la falsedad, el miedo a volar más allá. Tras trabajar esta visualización durante diez minutos, descansaremos, procurando interiorizar todas las sensaciones y rescatar aquellos pensamientos más vívidos.
Chacra causal
Se localiza en la parte posterior de la cabeza, a unos diez centímetros del chacra corona. Se considera un vértice de transición entre los chacras mayores y los transpersonales superiores, de forma que a través de él es posible activar la totalidad de los chacras.
Nos acostaremos en el suelo, con las piernas juntas y los brazos separados del cuerpo. Previamente, habremos colocado una cianita a unos diez centímetros por encima del chacra corona. Iniciaremos el ejercicio concentrándonos en la respiración. A continuación visualizaremos el azul de la cianita, que fortalece la comunicación de los sistemas sutiles a nuestro organismo. Dirigiremos la mirada interior hacia el chacra corona, e inspiraremos e imaginaremos un haz de luz azul que a modo de puente parte del chacra causal y, penetrando por el de la corona, recorre todo el sistema de chacras principales hasta el de la raíz. Retendremos unos segundos el aire y espiraremos. Repetiremos la visualización durante diez minutos ayudándonos siempre de la respiración, y luego meditaremos sobre el chacra causal, atendiendo a su naturaleza silenciosa y pacífica. Percibiremos cómo la activación de este chacra favorece la armonía interior.
Chacra de la estrella del alma
Se encuentra a unos quince centímetros por encima de la cabeza y se considera el enlace entre la esencia y la realidad. Nos acostaremos en el suelo y colocaremos una selenita por encima de la cabeza, a unos quince centímetros. Las piernas estarán extendidas y ligeramente separadas, y los brazos se mantendrán estirados a lo largo del cuerpo. Nos concentraremos en la respiración, procurando que las inspiraciones sean largas y profundas y las espiraciones lentas. Cuando estemos relajados, al inspirar imaginaremos que tomamos el aire a través de las plantas de los pies, y visualizaremos su recorrido ascendiendo por las piernas y alcanzando el chacra raíz, donde veremos el color negro; luego el del sacro rojo, el del plexo solar, naranja; el del corazón, verde; el de la garganta, azul; el del tercer ojo, violeta; y el de la corona, blanco. Podemos visualizar cómo la luz de este último chacra superior asciende y, traspasando el chacra causal, alcanza el de la estrella del alma donde hemos situado una selenita. Retendremos unos segundos el aire, procurando así la expansión de la luz blanca por todos los átomos de nuestro cuerpo, y espiraremos. Repetiremos el ejercicio durante diez minutos sin prisas, visualizando los colores de los chacras y elevando la energía vital hasta el chacra de la estrella del alma. De esta forma conseguiremos fortalecerlo y limpiarlo de posibles bloqueos. Terminaremos el ejercicio con una meditación. dirigiremos la mirada interior hacia el chacra de la estrella del alma, ahora vivificado, y meditaremos sobre el poder de la fuerza espiritual que se ha generado.
Chacra de la puerta de las estrellas
Es el más elevado; se localiza a unos treinta centímetros por encima de la cabeza. Cuando está abierto y tonificado, experimentaremos una sensación mística, de vivencia directa con nuestra parte espiritual, supone nuestro reencuentro con el espíritu infinito.
Nos acostaremos en el suelo con las piernas estiradas y algo separadas, dejando que los pies caigan relajados hacia los lados; los brazos están extendidos, y las palmas hacia abajo. Previamente habremos colocado una calcita naranja a unos treinta centímetros de la cabeza. Mientras nos concentramos en la respiración, imaginaremos un eje respecto al cual trataremos de sentir centrado nuestro cuerpo. Ese eje imaginario partirá del chacra de la puerta de las estrellas y recorrerá los otros dos chacras transpersonales, penetrando por el de la corona y perdiéndose más allá del chacra raíz, en la tierra. El siguiente paso consistirá en visualizar las vibraciones naranjas de la calcita. La energía generada en este cristal se transmitirá en suaves ondas por el eje imaginario que sutilmente une los más elevado de nosotros con lo más terrenal, estimulando primero el chacra de la puerta de las estrellas y tomando después el camino hacia los chacras inferiores. Trabajaremos esta visualización durante diez minutos y luego descansaremos. Podemos encender una barrita de incienso antes de iniciar unos minutos de meditación. Gracias a la meditación diaria mantendremos abierto este chacra y así podremos experimentar que formamos parte de un todo.
De la página:
http://pobladores.lycos.es/channels/planeta_tierra/Rincon_Hapui/area/3/subarea/4