viernes, noviembre 28, 2008

Símbolos Mágicos: El Pentagrama ó Pentáculo


Este símbolo sin duda es el más reconocido por todos los seguidores de la tradición pagana y es tan antiguo que su origen preciso se desconoce. Ha sido utilizado desde épocas remotas como talismán de protección, pero su utilización masiva y de hecho, su imagen más popular, provienen del satanismo. Cuando Anton LaVey funda su Church of Satan retoma este símbolo puro en su sentido inverso, el que ha sido usado por siglos para la alta magia negra: el pentagrama invertido, con el vértice hacia abajo y representándolo sobre una cabeza de macho cabrío.

Ahora bien, es MUY IMPORTANTE señalar el origen de toda esta confusión, que ha llevado a muchos a pensar que la brujería siempre es maléfica.

Durante la Edad Media, en la época de la caza de brujas, se mandaron hacer panfletos en los que se describían las actividades de éstas, como reconocerlas, etc. Ejemplo de ellos es el muy conocido Maleus Maleficarum, quizás el peor de todos, por sus morbosas descripciones explícitas e imaginarias acerca de los "diabólicos ritos" que las brujas hacían, estos libros tuvieron tal popularidad debido a la sed de novedades y a sus ilustraciones explícitamente sexuales, que prácticamente fueron los culpables de cientos de acusaciones de brujería a gente inocente.

Dentro de estas explicaciones se mencionaba que las brujas festejaban sus sabbats (nombre que también se empieza a utilizar entonces, como una forma de asimilarlas a los "herejes judíos" y provocar el odio de la gente hacia ellas) en lugares apartados del bosque, invocando a Satán y sus cortes, que tenían relaciones sexuales con ellos, y que el primero venía representado en forma de macho cabrío. Sin embargo, la utilización como símbolo de este animal viene de mucho tiempo atrás, desde las primeras representaciones del dios Baal, el cual en el Antiguo Testamento, los judíos que salen de Egipto deciden adorar en lugar del Dios que Moisés les ha presentado. De hecho, en las antiguas escrituras, parece existir una ambivalencia hacia este pobre animal: por un lado se le condena como representación de los antiguos dioses paganos, y por otro se utiliza junto con el cordero en numerosos simbolismos y pasajes de carácter judeo-cristiano (la antigua tradición judía prescribía que las cortinas destinadas a cubrir el Tabernáculo se hiciesen de pelo de cabra, por ejemplo).

El Macho Cabrío sin embargo, es la representación de la tierra y los instintos primarios del ser humano, de su carne, de su contacto con la materia, de ahí el por qué se le presentara como un animal aborrecible en una religión donde lo único que importaba era alcanzar la gloria junto a Dios. Para el cristianismo, cualquier religión que no fuera la suya propia, se consideraba hereje y cuanto más si esta reconocía al hombre como un ser material y espiritual, que debía tener contacto con estas dos partes de su ser; para la doctrina católica el único fin del ser humano es ser una buena persona en vida para agradar lo más posible a dios, olvidando su propia naturaleza y sus propios instintos. A partir de entonces se igualó en el pueblo la creencia de que las brujas adoraban al diablo y de que el pentagrama con la punta hacia abajo y que se entendía como la cabeza de un macho cabrío era la representación de su amo Satán. Gran parte de esta imagen sigue vigente hasta nuestros días por gente ignorante que se ha dejado llevar por los medios y las creencias populares.


¿QUÉ REPRESENTA REALMENTE EL PENTAGRAMA?

El pentagrama como mencionamos anteriormente, es un símbolo mágico muy antiguo que según lo marca la tradición debe hacerse de un solo trazo. Su simbolismo varía según la cultura que lo utiliza: para los pitagóricos simbolizaba la salud y el conocimiento, los gnósticos lo representaron con gemas en el abraxas (símbolo mágico y de la totalidad griego) y, hasta en ocasiones, se utilizó para simbolizar a Cristo como alfa y omega o representando sus cinco llagas. Numerológicamente, el pentagrama o representación gráfica del número cinco; es la suma de los elementos femenino (2) y masculino (3), es símbolo de unión y síntesis, es el número de los dedos de una extremidad y de nuestros sentidos, por ejemplo.

Pero su sentido esotérico universal es la unión de los cuatro elementos terrestres y el espíritu, es decir, la unión del cielo y la tierra. La teoría de los cuatro elementos es muy antigua (por ejemplo, en China se desarrolló en el segundo milenio antes de Cristo) y se originó debido a la observación de la naturaleza. La gente se dio cuenta de que se podía hacer un ciclo de creación o destrucción con las cuatro cosas básicas de las que dependía para sobrevivir: el aire para respirar, el agua para beber, el fuego para calentarse y la tierra para comer. Si alguna de esas cuatro cosas faltaba el equilibrio y el ciclo se rompían dando lugar, en el último de los casos, a la muerte. Posteriormente se les asignaron propiedades espirituales, mágicas, religiosas, curativas, etcétera. Los dibujos o pinturas de círculos divididos en cuatro partes es la forma más común de representarlos (aunque, aclaro, también pueden representar otras cosas como las cuatro direcciones, etc).

Una vez asentado el aspecto terrenal, viene la unión con el espíritu, cuando el ser humano se reconoce como parte de algo más grande que él, de algo que lo supera pero también lo incluye, entonces se relaciona la materia, el cuerpo físico con eso que hay más allá y que podemos sentir aunque nunca lo veamos. Es momento de crear una conexión que nos permita intercambiar sentimientos y palabras en ambas direcciones, por ello se une el mundo espiritual al mundo material, para crear ese lazo que nos reconozca como Hijos de la Tierra y también como Hijos de Dios, cuando algunas de las veces es este la misma Tierra. De forma contraria a la versión que utiliza el satanismo o la magia negra, nuestra forma de utilizar el pentagrama con el vértice hacia arriba, representa el físico de un ser humano, con la cabeza sobre sus cuatro extremidades abiertas a la recepción e intercambio de energía con lo que le rodea. El Pentagrama es pues, no solo un poderoso talismán debido a que contiene sintetizadas las energías terrestres y espirituales, sino también la representación de nuestro propio ser, parte materia, parte espíritu; la representación de nuestra esencia y la del más allá; la forma de comunicación que tenemos con nuestra propia parte divina.

Para nosotros, como paganos, es el medio por el cual canalizamos de ida y vuelta las energías terrestres y espirituales, el medio por el cual escuchamos y hablamos con nuestra Madre Tierra y su energía.


LA CRUZ CELTA

El origen de la cruz no es, como mucha gente piensa, cristiano. Casi todas las culturas antiguas y modernas la han utilizado para identificar el simbolismo del número 4 o la materia. Se ha usado para representar las cuatro direcciones, los cuatro elementos, la tierra, los cuatro vientos, etcétera. Expresa también la interpenetración de dos ámbitos contrapuestos como los cielos y la tierra, es también el lugar donde se cruzan los caminos (de los vivos y los muertos, por ejemplo), se la utiliza también como representación del número cinco tomando en cuenta el punto medio. Representa también las dos fuerzas activa (vertical) y pasiva (horizontal). Inclusive, en la cultura romana era utilizada para colgar a los ladrones y provocarles de esta forma la muerte. De hecho, el cristianismo tomo la imagen de la cruz cómo símbolo de la pasión y muerte de Cristo y de la redención de sus fieles a partir de entonces, no antes.

Anterior al uso de la cruz como un instrumento de tortura y castigo, la cruz se dibujaba por lo general, de forma simétrica, con sus cuatro extremos de igual tamaño, sin embargo, el uso por parte de los romanos de esta llevó a que se deformara con uno de sus ejes más arriba para tomar la forma del cuerpo humano. Es desde entonces que la forma más común y conocida es esta. En todo el mundo la cruz fue reproducida en dibujos y grabados en roca desde hace miles de años, y en particular, las culturas céltica y nórdica, la adoptaron como uno de sus símbolos elementales. Pasado el tiempo, cuando el cristianismo llegó inevitablemente a las costas de Irlanda, Escocia, los países Nórdicos y, en general, aquellos lugares donde se extendió la cultura celta, trajo consigo sus símbolos, como la cruz, a la que los clanes celtas y vikingos agregaron un círculo rodeando la intersección de los ejes. Sin embargo, esta no fue la única adición, también grabaron y tallaron las cruces con ramas entrelazadas y animales alrededor en la típica forma celta, haciendo que superficialmente siguieran siendo cruces cristianas, pero semejándolas mucho más con un árbol de la vida. Esto no choca totalmente con la idea sustancial del catolicismo, si bien la cruz es símbolo de muerte, también lo es de renacimiento: Jesús muere para darle una nueva oportunidad de vida al mundo. El árbol, por su parte, es sin duda el símbolo más antiguo de vida que existe: amamanta a Horus en Egipto, es eje planetario en las culturas nórdicas, se le considera antepasado mítico del hombre, es símbolo femenino y materno, pero a su vez fálico y generador por su tronco.


LA LANZA DE LUG

La lanza, como casi cualquier instrumento de guerra, es símbolo fálico y de gran poder, simboliza la fortaleza debido a que es recia y no debe vencerse, ni atemorizarse ante el enemigo. La lanza de Lug, también llamada "Lanza de Assal" es llevada a Irlanda por los Tuatha Dé Danann, según los antiguos relatos en lengua gaélica. Esta lanza tiene la particularidad de ser flamígera y solo pierde su fuego si es mojada en sangre humana. También existe la lanza infalible que esgrimía el mítico héroe irlandés Celtchar, la cual nunca erraba en el blanco.


EL CALDERO MAGICO

El caldero es el lugar de las transmutaciones mágicas y místicas, de las prácticas rituales y alquimistas, simboliza el cambio, la resurrección, la renovación, la consagración. El famoso caldero celta que hace alusión a la abundancia, llena gran número de historias populares y epopeyas, en todas ellas aporta el bienestar a su dueño y a los puros de corazón, pero a los que no lo son y prueban de su contenido, les es indiferente, en el mejor de los casos. En ocasiones es un caldero que puede ofrecer comida abundante, sin poner nada en su interior, para miles de gentes; en otras, devuelve la vida. Su sucesor en las epopeyas de la Edad Media es, como puede suponerse, el Grial, que alimenta a José de Arimatea, encargado de su custodia, durante varios meses en el foso de un castillo donde es mantenido sin comida, ni agua.