viernes, diciembre 05, 2008
Qué es una Muñeca Vudú??
Una muñeca o muñeco vudú es un totem utilizado en varias tradiciones vuduístas. Es un objeto en apariencia inocente, un juguete de niños que mediante el ritual adecuado (la carga) se convierte en un procedimiento altamente eficaz para acceder a las almas de una persona a gran distancia. En vudú Rede, suelen estar hechas de madera, hierba y tela, mientras que en vudú Congo se crean en torno a un pepino o una hortaliza similar. Las muñecas de vudú Congo son mucho más poderosas que las de cualquier otra tradición; de hecho, si se realizan y cargan correctamente, nunca fallan.
¿Para qué sirve una muñeca vudú?
Para entrar en contacto con las almas y con el met tet de una persona, a distancia. Una vez este contacto está establecido, es posible utilizarlo para realizar acciones sobre esa persona mediante el uso de velas y agujas. Mucha gente piensa que sólo sirve para atraer la desgracia sobre la persona simbolizada por la muñeca, pero en realidad también pueden usarse para enamorarla, sugerirle ideas en la cabeza e incluso para protegerla y curarla desde lejos. Se pueden usar también para actuar sobre objetos, propiedades, negocios, animales y plantas, etc.
¿Cómo se hace una muñeca vudú Congo?
En realidad es preciso hacer tres cosas: la muñeca, las velas y las agujas. La muñeca que se expone a continuación sólo sirve para simbolizar personas, y si la haces sin ayuda de un bokor (sacerdote o sacerdotisa de vudú Congo) tendrá aproximadamente una quinta parte de la fuerza que si la haces con un bokor. Vamos por partes.
Creación y carga de la muñeca.
Materiales: necesitarás un pepino de la variedad pepino holandés (está en muchos supermercados), un cabo de vela verde con mecha por ambos lados, un cordel resistente de entre 50 cm. y 1 m. de longitud, la cabeza de una muñeca (cuyo cuello tenga más o menos el mismo diámetro que el pepino por su parte superior), unas tijeras, un imán, una botella de licor fuerte (güisqui, vodka, ron, aguardiente) y un cuchillo afilado y desinfectado.
Necesitarás también algo que haya estado directamente sobre el cuerpo de la persona que se pretende simbolizar en la muñeca durante al menos un ciclo lunar (aprox. 20 días). Lo ideal es un mechón de cabello o una tirita de piel, pero también puede ser algún tipo de adorno (un pendiente, etc.) o prenda de ropa que haya permanecido en contacto directo con la piel durante ese tiempo.
Por último, necesitarás contar con la colaboración de alguien dispuesto a hacer de "cargador". Puedes ser tu, pero debes tener en cuenta que los mejores "cargadores" son personas de poca edad cuya piel sea o muy clara o muy oscura (porque su energía es mucho más concentrada, nítida y pura), así que si no reúnes estas características mejor será que te busques a alguien que las posea. En África, antiguamente, se pagaba a niños albinos o negro tizón para que actuaran de cargadores, pero debes tener en cuenta que en Occidente es un gravísimo delito utilizar menores para este tipo de rituales, que son muy dolorosos y podrían considerarse como sexuales en algunas de sus partes.
En primer lugar, realizarás un pequeño agujero de lado a lado del pepino, en su parte superior. Lo justo como para que pase el cordel (que se llama corbata pepino). Le darás una vuelta y lo anudarás fuertemente, como puede apreciarse en la foto de la izquierda.
Aquí es donde comienza la parte que mucha gente no aprobaría. El pepino debe insertarse en el ano de la persona "cargador" hasta que sólo sobresalga el tercio inferior, y debe permanecer ahí durante unas doce horas aproximadamente. El cordel o corbata pepino quedará colgando entre las piernas del "cargador" durante ese tiempo. ¿Pero para qué? Pues muy sencillo: porque al estar en contacto con las entrañas de una persona, es como se carga de "energía humana"; no se conoce otra manera menos ofensiva de hacerlo.
No acaba aquí la cosa: mientras se encuentre en el interior del cuerpo del "cargador", las zonas próximas al ano (nalgas, genitales, parte superior de los muslos) deben ser sometidas a fuertes dolores para evitar que el pepino se impregne del alma menor (ti bon ange) de esta persona. El dolor aparta al alma, y entonces el pepino se carga de energía pura, sin contaminar. El dolor debe ser insoportable y sostenido durante las doce horas, porque de lo contrario el procedimiento fracasará. Si eres tu quien actúa de cargador, puedes solucionarlo poniéndote un cilicio muy apretado o algo similar en la zona. En todo caso, cualquier cosa que cause dolor intenso y sostenido vale.
Transcurridas las doce horas, se extraerá el pepino del ano del "cargador" tirando del cordel, y lo dejaremos aproximadamente una hora sumergido en el licor de fuerte graduación que tengamos. Aproximadamente a mitad de la longitud del pepino, se practicará un segundo agujero, éste mayor, para colocar el cabo de vela verde con mecha por los dos lados. Pero antes de colocar el cabo, el "cargador" tendrá que ofrecer un último sacrificio: es preciso embadurnar el pepino (con los dos orificios) y el cordel con sangre del "cargador". Un pequeño corte realizado con el cuchillo será suficiente; la vida del "cargador" no debe correr peligro en ningún momento durante el ritual.
Ahora es el momento de tomar lo que teníamos de la persona que se va a simbolizar (cabello, piel, ropa, adorno, etc...) e introducirlo en el interior de la cabeza de la muñeca. Acto seguido, colocaremos la cabeza en el extremo superior del pepino, y la fijaremos con una aguja o similar.
Vestiremos a la muñeca (con una camisa de muñeca, por ejemplo) y le pondremos el collar o cinta de oro en el cuello. Y finalmente ataremos en el extremo inferior el imán y las tijeras abiertas, utilizando para ello varias vueltas del cordel (corbata pepino). Ahora la muñeca Congo está terminada y, si el procedimiento se ha hecho correctamente, se encuentra cargada de energía y lista para utilizar todo su poder.
Preparación de las velas.
Necesitaremos tres velas (de cualquier color) y cuatro velas más (de un color específico), lo que suma siete velas. Las velas deben ser de cera natural y mediano tamaño. Es el color de las cuatro velas específicas el que define para qué vamos a usar la muñeca. Veámoslo:
Velas blancas Se usarán cuando queramos utilizar la muñeca para proteger a la persona simbolizada de males o peligros.
Velas amarillas Se usarán cuando queramos utilizar la muñeca para proteger a la persona simbolizada de enfermedades o heridas.
Velas verdes Se usarán cuando queramos utilizar la muñeca para incidir sobre los recursos económicos de la persona simbolizada.
Velas rojas Se usarán cuando queramos utilizar la muñeca para actuar sobre los deseos y pasiones amorosas y sexuales de la persona simbolizada.
Velas negras Se usarán cuando queramos utilizar la muñeca para atraer males, enfermedades, heridas o desgracias sobre la persona simbolizada.
Preparación de las agujas.
De nuevo vamos a necesitar aquí a nuestro sufrido (o sufrida) "cargador". Pero empecemos por el principio. Para empezar, necesitaremos un puñado de agujas de hueso o metal (nunca de madera o plástico). Hoy en día, lo ideal es el acero inoxidable. Contra más largas sean, más duradero será el efecto, y contra más gruesas, más intenso. Las agujas de hacer punto son perfectas; en cambio, una aguja hipodérmica tendrá un efecto pequeño y corto. Todo depende de lo que queramos hacer, claro.
Desinfectaremos las agujas y, aquí viene de nuevo la parte inaceptable, tendremos que embadurnarlas en un licor de fuerte graduación alcohólica e insertarlas en el cuerpo del "cargador", de la manera y en los lugares más dolorosos posible, pero, por supuesto, sin perforar ningún órgano interno, para no causar graves complicaciones médicas. Deberán permanecer dentro del cuerpo del "cargador" durante unas dos horas antes de extraerlas. De esta manera, quedan cargadas y son efectivas durante unos treinta o cuarenta días. Transcurrido este tiempo, habrá que insertarlas de nuevo en el cuerpo del "cargador" para que vuelvan a funcionar
Utilizando la muñeca vudú Congo.
En primer lugar nos desnudaremos y pondremos las tres velas de color indiferente en las puntas de un triángulo imaginario, sobre una superficie plana. Las encenderemos y las dejaremos arder durante unos veinte o treinta minutos, mientras meditamos sobre los resultados que queremos obtener y sobre cómo los dioses del vudú nos van a ayudar a hacerlo. Entonces colocaremos las velas del color específico (ver más arriba) formando un cuadrado imaginario, dentro del círculo anterior, y finalmente colocaremos a la muñeca en el centro de todo el conjunto.
Dejaremos arder a las velas sobre unos diez minutos más, y entonces iremos tomando las agujas, las calentaremos al fuego de una de las velas de color específico, y las insertaremos en la muñeca. El arte de colocar las agujas en la muñeca es complicadísimo y milenario, y sólo un bokor experimentado lo conoce en toda su extensión. Sin embargo, las inserciones básicas son sencillas y fácilmente imaginables: si se realizan en la parte superior de la muñeca, afectarán a la mente de la persona simbolizada; si se realizan en la parte media, a su corazón, y si se realizan en la parte inferior, a su cuerpo.
Contra más agujas insertemos, mayor será el efecto, pero la muñeca se deteriorará antes. Si llega a romperse, deberemos desactivarla inmediatamente (ver el apartado siguiente para saber cómo hacerlo) y tendremos que crear una nueva. Todos los efectos de la muñeca desaparecen en el momento en que ésta es desactivada.
Cómo desactivar la muñeca.
Puede ser necesario o deseable que la muñeca pierda su poder en un determinado momento. Para ello, deberemos realizar tres pasos. Atención: si estos tres pasos no se realizan correctamente, pueden producirse consecuencias imprevisibles y muy peligrosas.
• Primero, encenderemos los dos extremos del cabo de vela de color verde que atraviesa a la muñeca de lado a lado. La vela ha de arder completamente desde los dos lados a la vez, incluida la parte que se encuentra dentro del pepino.
• En segundo lugar, le quitaremos la cabeza a la muñeca y quemaremos el objeto de la persona simbolizada (pelo, ropa, etc...) que se encuentra en su interior mediante el procedimiento de llenar la cabeza de licor de alta graduación y prenderle fuego.
Finalmente, arrojaremos la muñeca a un fuego que tenga la temperatura suficiente como para que arda completamente y se convierta en cenizas. Las cenizas deben ser enterradas en un lugar donde no se puedan desenterrar fácilmente, porque si tal cosa ocurriera, el espíritu de la muñeca quedaría de nuevo libre y podría volver a actuar sobre la persona simbolizada.