Escuela Tantrica Sivaita
Tres aspectos muy importantes de nuestra personalidad permanecen muy ocultos ante nuestros sentidos pero con fuerza nos condicionan haciendo que nuestra vida aparente bienestar y amor cuando la realidad es justo lo contrario: el complejo de víctima, de salvador y de perseguidor. En ocasiones llamado el triángulo codependiente o dramático de Karpman, en honor a su descubridor el psiquiatra Stephen Karpman. Veámoslos en detalle.
Se llega a la vida como seres puros, creativos, libres, sin temores y llenos de energía. Sin embargo, el día a día pudiera acarrear que estas características se esfumen o repriman poco a poco. Esto es originado por las experiencias de un guión basado en los valores y la cultura de los padres o cuidadores, que en ocasiones pudiera haber sido represiva y negativa.
Si en el transcurrir de la infancia se fue avergonzado, reprimido o invalidado, el menor se torna vulnerable y acarreará miedo a la presión y las expectativas, miedo al rechazo y al abandono, a la falta de espacio, a ser mal interpretado o ignorado. Ahora nuestra vulnerabilidad está cubierta por una capa de vergüenza y shock. Donde hay profundos sentimientos de traición, dolor, ira y desesperación; el dolor y la ira provienen por ser abusados, descuidados, no aceptados, no apreciados y malentendidos.
Como resultado de la vergüenza, se bloquea gran parte de la energía sexual, creativa, amorosa, feliz, energética y extravagante. Así mismo, se adopta una máscara, un rol que esconde los grandes miedos que se han albergado en el transcurrir de la experiencia con el otro. El psiquiatra S. Karpman se refiere en su artículo “Fairy tales and script drama analysis“ (1968), al triángulo dramático de la interacción humana, basándose en tres roles que adapta cada persona. El perseguidor, el salvador y la víctima. Veámoslos con detalle:
•La víctima se siente y se posiciona como inferior manipulando sus problemas para causar lástima. Busca un perseguidor mostrando su miedo o a un salvador mostrando su tristeza. Se equivoca y comete errores para que lo persigan o lo salven. Esta actitud le permitirá reafirmarse y regocijarse en su estado, y en muchas ocasiones manipulará lo necesario para culpar a otros de sus demonios.
•El salvador ve a las personas como inferiores, no aptos, pero bajo la bandera del amor, de dios, etc impondrá su ayuda desde esa posición de superioridad con el fin de conseguir la dependencia. Adoptar el personaje de salvador hace que le necesiten.
•El perseguidor arremete, humilla y rebaja a los demás a los que percibe como inferiores. Hace que las reglas se cumplan a su antojo. Necesita que lo teman, tapando así su complejo de inferioridad. A veces se hace pasar por víctima con lo que consigue que otros se culpabilicen y se sientan mal.
Cuando se vive bajo estos tres tipos de codependencia, se sabotea el amor, el respeto propio y ajeno, y obviamente, el crecimiento interno. La manipulación puede ser a través del dinero, del amor, del sexo, la inteligencia, el poder, la edad, la culpa, quedando bien, salvando a los demás. Todo ser humano posee necesidades que no le fueron satisfechas en su infancia; por lo que en la etapa adulta reacciona y exige amor, atención, apoyo y el ser validado.
Según haya sido la experiencia en edades tempranas, cada ser humano representará el rol de víctima, salvador o perseguidor. Aunque haya un rol que dominará, el codependiente puede alternar su máscara en función de la manipulación que desee realizar o el objetivo a conseguir. Cada rol encierra una capa de vulnerabilidad que aprisiona al niño amenazado, dando como resultado conductas en el adulto que reflejen la dependencia o la antidependencia.
Sin embargo, los dependientes y antidependientes son imanes que se atraen embonando cual piezas de rompecabezas; eso que le falta a uno, lo compensa el otro. Para poder observar que rol está representando, es importante que comience a analizarse detenidamente. Te proponemos las siguientes preguntas para iniciar tu análisis:
•¿Qué haces cuando deseas conseguir algo?
•¿Qué haces cuando no consigues lo que deseas?
•¿Necesitas reconocimiento?, Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo puedes conseguirlo de otra manera?
Para recordar:
Se llega a la vida como seres puros, creativos, libres, sin temores y llenos de energía. Sin embargo, el día a día pudiera acarrear que estas características se esfumen o repriman poco a poco.
El perseguidor, arremete, humilla y rebaja a los demás a los que percibe como inferiores.
El salvador ofrece una ayuda falsa con el fin de conseguir una dependencia de los otros a través de esta ayuda.
La víctima se siente y se posiciona como inferior manipulando sus problemas para causar lástima.