Xavier Batalla
El islam ("sumisión a Dios", en árabe) constituye la religión monoteísta universal más joven del mundo y, en cuanto a número de fieles, con unos 1.300 millones (una quinta parte son árabes), disputa el primer puesto al cristianismo. Los musulmanes representan una cuarta parte de la población mundial y están repartidos fundamentalmente por un arco de 55 estados que se extiende desde la costa oriental de África hasta Indonesia, el país con la mayor comunidad musulmana. Albania es predominantemente musulmana, como Kosovo, la provincia serbia convertida en un protectorado de la OTAN. Bulgaria, Bosnia, Macedonia y Georgia también cuentan con importantes comunidades islámicas. En Francia se calcula que viven unos 4 millones de musulmanes; en Alemania, 3 millones; en Gran Bretaña, 1,7 millones; en España, medio millón, como en Holanda, y en Bélgica, unos 300.000. En Estados Unidos, considerado el "gran satán" por el radicalismo islámico, se calcula que la población de confesión musulmana se cifra en 10 millones.
Pero islam e islamismo no son exactamente la misma cosa. El islamismo, también conocido como fundamentalismo o integrismo, es la politización, a veces distorsionada y fanática, del islam. Y, además, está el terrorismo islámico. El debate entre el mundo occidental y el musulmán ha existido desde los orígenes del islam, atrayéndose y repeliéndose según las circunstancias históricas. Se han mirado siempre, pero no se han comprendido nunca. Occidente teme el terrorismo y el fundamentalismo, pero necesita el petróleo depositado en el subsuelo islámico. Y los islamistas acusan a Occidente de ser hostil a su cultura, de respaldar a Israel, al que consideran un intruso en su tierra, y de proteger a los regímenes corruptos y antidemocráticos que controlan el inmenso arco musulmán. ¿Es posible un entendimiento o, por el contrario, los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington amenazan con certificar la tesis maniqueísta de Huntington sobre un choque de civilizaciones? El islam, que es plural, no es sinónimo de terrorismo, pero ¿Qué es, entonces, el islamismo?
¿Cuál es el origen del islam?
El origen del islam es muy diferente al del cristianismo. Mientras los discípulos de Cristo fueron una minoría perseguida dentro de un Estado legal y socialmente organizado -el romano- el islam fue además de religión, el Estado y la ley que organizó una sociedad. Mahoma, además de profeta, fue un hombre de Estado que levantó un imperio, y el islam no sólo organiza y ordena lo espiritual y religioso, sino también lo político, lo social e incluso lo económico. Por eso la identificación de religión y poder ha quedado inscrita indeleblemente en la memoria de los musulmanes.
El islam es una religión, pero también un código de honor, un sistema legislativo y una forma de vida. Las obligaciones espirituales básicas del islam se resumen en los llamados cinco pilares de la fe. Son estos: 1. Aceptar la shahada o diezmo. 2. Las oraciones diarias a Dios, mirando hacia La Meca. 3. Hacer obras de caridad. 4. Ayunar durante las horas de luz del Ramadán, un mes de 29 o 30 días del calendario lunar del islam, que se inicia con la Hégira, la huida de Mahoma a Medina. Y 5. El "hach", o peregrinaje a La Meca, al menos una vez en la vida de cada musulmán.
¿Qué es la "yihad"?
La "yihad" (literalmente, hacer un esfuerzo) es uno de los conceptos más controvertidos de cuantos impregnan la propaganda integrista. Algunos musulmanes lo consideran como un sexto pilar de la fe y lo traducen frecuentemente como "guerra santa", aunque puede referirse a muchas otras formas de lucha por la fe, como una lucha interior por la purificación y por la extensión del cumplimiento religioso islámico. Su defensa en el Corán sirve a los sectores más radicales para justificar el uso de la violencia en la liberación de un país musulmán. Tal actitud es contestada, sin embargo, dentro de la comunidad musulmana moderada, ya que el Corán dice también que Dios es misericordioso. La charia es la ley islámica tradicional tal y como fue establecida por las primeras generaciones de juristas musulmanes: el homicida y el apóstata merecen la pena de muerte; el ladrón, la amputación de la mano derecha, y los adúlteros, la flagelación.
¿Por qué está el islam dividido?
Hay ocho palabras en árabe que resumen la creencia central de los musulmanes de todo el mundo: "No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta". Pero el islam no está unido como considera Occidente. Es una comunidad dividida, con muchas caras y escuelas. La gran aspiración unitaria del islam -la comunidad islámica ("umma")- se frustró poco después de la muerte de Mahoma, cuya sucesión provocó el cisma político entre la ortodoxia (sunní), ganadora en el enfrentamiento y mayoritaria (90 por ciento de los musulmanes), y la heterodoxia (chiita), rama minoritaria (excepto en Irán, el sur de Irak y parte de Líbano), que agrupa a los que creen que Alí, primo y yerno de Mahoma, era el sucesor legítimo para convertirse en califa. El Corán, el libro sagrado del islam, contiene las palabras de Dios dictadas al profeta Mahoma por el arcángel Gabriel, y los chiitas consideran que también cabe la interpretación del Corán a la luz de los cambios que se operan en el mundo.
¿Cuál es la historia del islam?
El islam ha tenido un destino manifiesto dinámico. Pero también se trata de una fe política con un gran anhelo de expansión. Menos de cien años después de la muerte de Mahoma, en el 632 después de Cristo, sus seguidores habían superado las fronteras del desierto de Arabia para conquistar y crear un imperio. Conquistaron el imperio persa y gran parte del bizantino, extendiendo su fe por el norte de África hasta España y por Oriente Medio hasta el río Indo. Desde allí, los devotos comerciantes árabes llevaron posteriormente su fe a Malasia, Indonesia, Singapur y Filipinas. Otros comerciantes introdujeron el Corán en las tribus negras de África. Más tarde, el islam luchó contra los mongoles, los cruzados cristianos y, más recientemente, los imperios europeos.
¿Cuándo resurgió la ideología islamista?
Después de la Segunda Guerra Mundial los imperios coloniales se derrumbaron y en el mundo árabe llegaron al poder fuertes líderes nacionalistas, que además eran musulmanes, como Gamal Abdel Nasser en Egipto. A comienzos de los años sesenta había ya un cinturón de estados independientes y predominantemente islámicos que se extendían de Marruecos a Indonesia. Y el derrocamiento -caso del primer ministro Mossadeq en Irán, en 1953- o el fracaso de los movimientos nacionalistas laicos, atrapados en la vorágine de la guerra fría, tanto en la lucha contra el Estado de Israel como en el esfuerzo para el desarrollo económico, con recetas capitalistas o comunistas -igualmente occidentales a ojos musulmanes-, terminó convenciendo a importantes sectores de que el islam es su última oportunidad. La ideología islamista nació a principios del siglo XX como reacción a Occidente y a Mustafá Kemal "Ataturk", padre de los turcos (no árabes).
¿Qué significó Ataturk?
Ataturk, después de la derrota del imperio otomano, fundó la república laica de Turquía, occidentalizó el país y suprimió el Califato en 1924, lo que supuso la fragmentación de la legitimidad islámica del poder que, de estar centralizado en la institución califal, pasó a repartirse entre los diferentes estados que nacieron con la independencia.
¿Cuál fue el primer grupo islamista?
El primer grupo islamista significativo, los Hermanos Musulmanes, fue fundado por Hassan A Banna, que en 1928 ya reclamó en Egipto una Constitución basada en el Corán. Hassan A Banna fue asesinado en 1949. Y la llegada al poder de Nasser, en los años cincuenta, significó un serio revés para el movimiento islamista, considerado como un rival por las fuerzas nacionalistas laicas. Su máximo líder e ideólogo, Sayed Qotb, fue encarcelado por Nasser y ahorcado en 1966.
¿Qué significó el triunfo de Jomeiny?
La historia islámica se aceleró con el triunfo de la revolución chiita del ayatolá Jomeiny en Irán (país no árabe) a finales de los años setenta, cuando el deterioro de las condiciones socioeconómicas se convirtieron en un caldo de cultivo para el islamismo. Los musulmanes viven desde entonces un redescubrimiento de sus raíces espirituales y una reafirmación del poder político del islam. Y la revolución iraní de Jomeiny, con la que se expulsó al sha Reza Pahlevi, un autócrata que soñaba con convertir a su país en un Estado laico e industrial de tipo occidental, fue saludada como "un nuevo amanecer de los pueblos islámicos". Richard Falk, profesor de la Universidad de Princeton, ha denominado a la revolución de Jomeiny como "la primera revolución del Tercer Mundo, ni marxista ni capitalista, sino puramente islamista".
¿Por qué este renacimiento islámico?
El resurgir del islam puede considerarse como una búsqueda de la estabilidad y de las raíces, inspirada por un rechazo de los valores occidentales. Es decir, una negación tanto del colonialismo occidental de los siglos XIX y XX como del comunismo con el que algunos regímenes pretendieron preservar su independencia después del proceso de descolonización política. El sociólogo francés Gilles Kepel, especialista en el islam, explica así el resurgir del islamismo: "Cuando la ideología islamista inunda el mundo musulmán en los años setenta, la mayor parte de los países afrontaban las consecuencias de grandes cambios sociológicos radicales: la urbanización masiva de gentes procedentes de las áreas rurales, una explosión demográfica y la alfabetización de los jóvenes de las clases pobres. Y esta generación de los años setenta romperá con los dirigentes religiosos que controlaban el movimiento en connivencia con el Estado". Kepel explica el resurgir del islamismo por la alianza de tres grupos sociales bien distintos. El primer grupo está integrado por la juventud pobre y urbana, que, según qué países, representa entre el 40 y el 65 por ciento de la población; son jóvenes frustrados, sin empleo y que no han conocido la colonización, lo que hace que centren su ira en el Estado poscolonial que no ha sabido resolver sus problemas. Es esta juventud la que comenzará a manifestarse en Argelia a partir de 1988 contra el estado de cosas entonces vigente.
El segundo grupo es una pequeña burguesía islamista emergente pero que no tiene acceso al sistema político, tanto en los países que se dicen socialistas, donde el poder pertenece por lo general a los militares, como en los países monárquicos, donde son unas pocas familias las que disfrutan del poder. Esta pequeña burguesía, integrada por comerciantes o pequeños empresarios, no es revolucionaria pero quiere desbancar a los que ocupan el poder. No descenderá a la calle, pero financiará un movimiento político que fundamentalmente se apoyará en los desheredados.
Y el tercer grupo es el que ha proporcionado la ideología islamista. Son los jóvenes formados en las universidades estatales y que, a la vista del fracaso de las recetas occidentales, optarán por convertirse en ingenieros del Estado que consideran perfecto: el Estado islámico. Esta alianza ha sido evidente en un país no árabe como Turquía, en el que el Partido del Refah (Bienestar), hoy ilegalizado, se convirtió en el brazo político de una pequeña burguesía emergente, y en Argelia, donde el Frente Islámico de Salvación (FIS) -el partido de los pequeños propietarios- pactó con los desheredados.
¿Qué significa Afganistán para el islamismo?
Afganistán marca un punto culminante de la "yihad". En 1989 el Ejército soviético se retiró, derrotado por una heterogénea guerrilla islámica, de Afganistán, país que un decenio antes había invadido para atajar el avance del islamismo. Y a continuación, en Argelia, el FIS ganó las elecciones municipales, lo que significó el primer paso hacia el poder; después, el Ejército argelino dio un golpe de estado en 1992 para evitar el triunfo del FIS en las elecciones legislativas. Este desenlace del experimento político argelino supuso una doble radicalización. Por una parte, la radicalización de los gobiernos en el mundo islámico, que llegaron a la conclusión de que si abrían la puerta política, perderían las elecciones. Y, por otra, significó la radicalización de amplios sectores del islamismo, convencidos de lo inútil de caminar por la senda legal, ya que un golpe de Estado volvería a anular su eventual victoria en las urnas. Paralelamente, Hassan Al Turabi, gran ideólogo de la Escuela Unificadora del Islam, se impuso en Sudán. Y, coincidiendo con la victoria en Afganistán, las autoridades iraníes condenaron a muerte a Salman Rushdie, considerado blasfemo por su obra "Versos satánicos".
¿Cómo se fracturó el islamismo?
El islamismo nunca ha sido un movimiento político unitario y supranacional. Antes al contrario, el islamismo tiene características propias según de qué país se trate. El islamismo no tiene ni un gobierno común ni mucho menos un ejército supranacional. Pero, evidentemente, el triunfo de la revolución de Jomeiny hizo que en Occidente se tuviera una imagen prácticamente monolítica, al menos en lo referente a sus objetivos, del islamismo como ideología política. Esta imagen, sin embargo, se rompió apenas un año después de la caída del muro de Berlín. En 1990 el presidente iraquí, Saddam Hussein, decidió invadir Kuwait. Y esta iniciativa acabó volviéndose contra el islamismo. Arabia Saudí, que en la guerra entre Irán e Irak (1980-88) había apoyado a Saddam Hussein, vio entonces como su antiguo patrocinado amenazaba sus intereses. Saddam se apoyó también en el islamismo para actuar contra Kuwait y Arabia Saudí, dos petromonarquías sin apoyo popular. Y el resultado fue la profundización de la fractura del islamismo. Kepel afirma que "la guerra contra Irak rompió la alianza política entre Estados Unidos y las monarquías petrolíferas, por un lado, y los partidarios de la ‘yihad’, por otro. Ossama Bin Laden pasó entonces de su cruzada antisoviética a la oposición a la presencia de tropas norteamericanas -infieles, desde el punto de vista islámico- en Arabia Saudí, sede de los lugares más sagrados del islam".
¿Quiénes son los talibán?
Talibán es el plural de la palabra persa "telebeh", que puede traducirse como buscador de la verdad. Los talibán surgieron en 1994 de las escuelas coránicas (madrazas) de Kandahar (Afganistán) y Karachi y Lahore (Pakistán). Esta milicia estaba formada por jóvenes de confesión suní, mayoritaria en Afganistán, y fueron apoyados por Estados Unidos, Arabia Saudí y Pakistán en la guerra civil que siguió a la derrota soviética en 1989. Los talibán propugnan una interpretación muy rígida del islam y contra la inserción de la mujer en la vida social. Bin Laden, a quien Estados Unidos responsabiliza ahora de los atentados de Nueva York y Washington, formó parte de los grupos islámicos que en los años ochenta recibieron millones de dólares por parte de Estados Unidos para luchar contra las tropas soviéticas.
¿Qué es el wahhabismo?
La mayoría de movimientos rigoristas islámicos suníes que, como los talibán, exigen la depuración de sus sociedades de toda ignorancia pagana están inspirados en la salafiyya. Los salafis son ulema o pensadores seglares extremadamente escrituristas, que como indica su nombre de salaf -antepasado o predecesor- se basan en una obediencia absoluta a Mahoma. Entre los salafitas destacan los Hermanos Musulmanes, pero la corriente que primero alcanzó una situación de predominio político fue el wahhabismo, que dirige ideológicamente Arabia Saudí. El wahhabismo, fundado en el siglo XVIII por Ibn Abd Il Wahhab, representa la más radical intolerancia. El wahhabismo resultó fundamental para la fundación del Estado de Pakistán después de la independencia del subcontinente indio. Estos son los referentes de los talibán.
¿Qué es la economía para el islam?
El devoto musulmán se opone por igual al materialismo de Occidente y al ateísmo del comunismo. El islam tiene un criterio flexible de la economía, que se presta tanto a interpretaciones capitalistas como socialistas. Aprueba la iniciativa privada, respeta la propiedad privada y tolera los beneficios.
¿Por qué el terrorismo islámico?
Dos decenios después de la llegada al poder de Jomeiny, los escasos avances experimentados en Irán, cuyo presidente Jatami, elegido en 1997, mira hacia Occidente y la juventud y las mujeres votan a favor de un liberalización, y la aparición del terrorismo, como ha sucedido en Argelia, mueve a los observadores occidentales a afirmar que el islamismo ha fracasado como política de gobierno. Kepel afirma en su libro "Yihad: Expansion et Déclin de l'Islamisme" que "en los años setenta y ochenta los movimientos islamistas contaron con un amplio respaldo popular, pero a partir de los años noventa estos movimientos se han dividido profundamente entre radicales y moderados, lo que ha conducido al aislamiento de los grupos terroristas". El año 1997 fue un momento crucial. En Egipto, el terrorismo integrista perpetró una matanza de turistas occidentales en Luxor y en Argelia se sucedieron las atrocidades cometidas por el Grupo Islámico Armado (GIA), que antes había roto con el FIS. Estas acciones subrayaron la pérdida de apoyo popular por parte de los grupos más radicales, cuyo nacimiento responde a una ironía de la historia. Estados Unidos y Arabia Saudí financiaron a los movimientos islámicos que lucharon en Afganistán contra los soviéticos. Después, estos movimientos crearon sus propios grupos en sus tierras de origen para enfrentarse a los regímenes que consideran aliados de Occidente. Bin Laden, multimillonario y saudí, es el símbolo de los activistas que comulgan con una nueva ideología, el "salafismo-yihaidismo", que invoca una interpretación rigurosa de los textos sagrados según la tradición vigente en Arabia Saudí, pero se diferencia de ella al preconizar la lucha armada contra todos los regímenes impíos, tanto en Occidente como en el mundo musulmán (Arabia Saudí incluida).
¿Quién manda en el mundo árabe?
El mundo árabe es un caso chocante: es una de las regiones más inestables políticamente, pero sus dirigentes están entre los más duraderos. El 9 de noviembre de 1989, con la caída del muro de Berlín, Europa central y del este guardó en el armario de la historia a los dirigentes comunistas, consumados plusmarquistas en la disciplina de mantenerse en el poder. Los dirigentes árabes, sin embargo, han seguido, salvo en el caso de los relevos por razones biológicas, como si no hubiera pasado nada. En Egipto, el presidente Hosni Mubarak está en el poder desde 1981. En Irak, Saddam
Hussein aguanta desde 1977. En Libia, el coronel Gaddafi permanece desde 1969. En Arabia Saudí, el rey Fahd llegó al trono en 1982. Y entre los palestinos, aunque no tengan Estado, Yasser Arafat manda en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde 1969. Ha habido relevos significativos. En Marruecos, el rey Hassan II, en el poder desde 1961, murió en 1999 y su hijo Mohamed VI le ha sucedido. En Jordania, el rey Hussein, en el poder desde 1952, murió también en 1999 y su hijo Abdullah II le ha sucedido. Y en Siria, el presidente Hafez el Assad, en el poder desde 1970, murió en el 2000 y su hijo Bachar el Assad le ha sucedido. Ha habido un relevo generacional, pero no un cambio, y eso ha sido así a pesar del desafío que el poder establecido en el mundo árabe tiene planteado con el resurgir del islamismo como ideología, por un lado, y del terrorismo islámico, por otro. El islamismo moderado pide a Occidente que apoye la celebración de elecciones democráticas en la región, como ha hecho en los países del antiguo bloque comunista. La alternativa, dicen los Hermanos Musulmanes, que son ilegales en Egipto, es el terrorismo. Occidente, sin embargo, sigue convencido de que, en el mundo musulmán, las elecciones son simplemente "one man, one vote, once" ("un hombre, un voto, una vez"). ¿Llegará a comprender el islam al liberalismo occidental que dice aborrecer? ¿Entenderá Occidente a esta civilización que quiere volver a ser grande en el siglo XXI?
Ataturk, a la izquierda, suprimió el Califato en 1924 y fundó la república laica de Turquía; a la derecha, la otra cara de la moneda musulmana, Jomeiny, impulsor de la revolución chiita y fundador del régimen teocrático iraní.
El escritor Salman Rushdie fue condenado a muerte por su obra "Versos satánicos", considerada blasfema por el poder teocrático iraní. El islamismo radical recela del liberalismo occidental Afganistán, con la retirada soviética en 1989, significó una victoria histórica para la "yihad". Moscú fue derrotado por los grupos islámicos apoyados por Estados Unidos, Pakistán y Arabia Saudí El Corán, libro sagrado del islam, contiene para los musulmanes las palabras de Dios dictadas a Mahoma por el arcángel Gabriel.
EL ISLAMISMO VISTO POR UN MUSULMAN
Significado de la palabra Islam
Islam proviene de una raíz verbal árabe a la que se asocian otras palabras, tales como "salám" (paz), "sálim" (salvo, sano), "múslim" (musulmán-sometido). Islam literalmente significa "sometimiento a la Voluntad de Dios", el sentido esencial de la palabra Islam es el de pacificación y tolerancia.
¿ Quién es el Musulman ?
Un musulmán es aquel que libre y gustosamente acepta el supremo poder de Dios (El Más Alto) y se esfuerza en organizar su vida en absoluta conformidad con sus enseñanzas, contribuyendo a edificar las instituciones sociales que tomaran el sendero de Dios. Mahometismo es un termino que se aplica erróneamente a Islam y llega a ofender su esencia misma, ya que el Profeta Muhammad (el nombre del español Mahoma, es una corromper la traducción) simplemente fue un mensajero de Dios y no es adorado por ningún fiel musulmán.
¿ Por que los musulmanes usamos el Nombre "Allah" ?
Es conocido por todos que en cada idioma se tiene uno o más términos que se usan en referencia a Dios, por ejemplo se dice God en ingles, Dieu en francés…etc
Todos estos nombres tienen un plural: se dice en castellano dioses; y tienen femenino: se dice en castellano diosa.
Pero, en idioma árabe se dice Allah ( este nombre es usado en los paises árabes por los musulmanes y cristianos ) Este término no tiene plural ni género y demuestra su singularidad; por esta razón los musulmanes preferimos usar el nombre árabe Allah en vez de traducirlo en Dios.
Es interesante que Alá o Allah es el nombre personal de Dios en Arameo, la lengua de Jesús, y también en la lengua Árabe.
Para conveniencia de los lectores de habla hispana, la palabra Dios se usara en este folleto.
LA CONTINUIDAD DEL MENSAJE
Islam no es una religión nueva. Es en realidad el mismo mensaje y la misma orientación que Dios reveló a todos sus mensajeros:
"Digan (oh Muhammad): Creemos en Dios y en lo que se nos ha revelado, en lo que se ha revelado a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y los profetas han recibido de su Señor. No hacemos distinción entre ninguno de ellos y nos sometemos a Él." (El Corán 3:84)
El mensaje que fue revelado al profeta Muhammad (la paz sea con él) es Islam, en una forma de vida completa y total.
El Islam es una religión basada esencialmente en la adoración a Dios, Uno y Único. No es un concepto religioso surgido de una corriente de pensamiento, ni su advenimiento en el mundo surge por la voluntad humana sino que es la culminación del ciclo profético que comenzó con Adán y concluyó con Muhammad (paz y bendiciones de Dios sean con ellos). En este sentido todos los enviados de Dios tuvieron la misión de ser Sus mensajeros y son parte también de la historia sagrada del Islam. La manifestación divina a través de los Profetas se expuso además a través de libros revelados a los mismos como La Torá y el Evangelio. La revelación por parte del Arcángel Gabriel a Muhammad (PB), aporta a la humanidad la última de las escrituras : El Sagrado Corán.
LOS CINCO PILARES DE ISLAM
Todo acto que se hace con la intención de cumplir con la voluntad de Dios, en Islam es considerado como un acto de devoción. Sin embargo, los actos específicos de devoción, llamados pilares de Islam, nos suministran el marco de la vida espiritual. Son los siguientes:
1. Sahada (declaración de la fe): "Soy testigo que no hay ninguno que merezca ser adorado que no sea Allah (Dios en árabe) y que Muhammad es su sirviente y mensajero." La profetud de Muhammad (la paz sea con él) obliga a todo musulmán a seguir su vida ejemplar en todos los aspectos.
2. Salat (la oración): Las oraciones se han establecido cinco veces al día como un deber con Dios. El orar fortalece y revive la fe en Dios e inspira al hombre a un alto nivel moral, purifica el corazón y controla las tentaciones del mal y la maldad.
3. Saum (el ayuno): Ayunar durante el mes de ramadán (del calendario lunar Islámico). Ello significa abstenerse de comer, beber, relacionarse sexual mente desde el amanecer hasta el anochecer, evitando también las malas intenciones y los malos deseos. Esto nos enseña amor, sinceridad y devoción. Desarrolla una buena conciencia social, paciencia, falta de egoísmo y fuerza de voluntad.
4. Zakat (la limosna): Es una contribución de las que se deduce ganancias y acumulaciones de los más ricos que luego se invierte en la casa de los pobres y los necesitados en particular, y en el bienestar de la sociedad en general. El pago del zakat purifica las ganancias y las riquezas del individuo ayudando a establecer la justicia social y económica.
5. Hajj (la peregrinación): Peregrinaje hacia la Kaaba (la Casa Sagrada, construye por profeta Abraham y su hijo Ismael) en la Meca, una vez en la vida del individuo siempre y cuando se tengan los medios para hacerlo.
UNICIDAD DE DIOS
Islam exige fe en la unicidad y soberanía de Dios, que hace que el hombre se percate del sentido del universo y el lugar que en él ocupa. Esta creencia lo libra de miedo y las supersticiones, haciéndolo consciente de la presencia de Dios Todopoderoso, y de su obligación con Él. Esta fe debe ser probada y expresada por medio de actos. La fe sola no es suficiente. Creer en Dios requiere que miremos a la humanidad como una sola familia bajo su omnipotencia universal, ¡Dios es el Creador y Sustentar de todas! Islam rechaza la idea del pueblo escogido, haciendo que la fe en Dios. las intenciones puras y las obras de bien, sean las únicas avenidas hacia el paraíso. De este modo se establece un lazo directo con Dios de todos los hombres por igual, sin ninguna intercesión o discriminación.
EL CORÁN Y LOS HADICES
El Corán es la última palabra revelada por Dios y es la fuente básica de la creencia y leyes Islámicas. En él se trata una variedad de temas que incluye las creencias fundamentales de Islam: moralidad, devoción, conocimiento, sabiduría, Dios y la relación del hombre y las relaciones humanas. Las amplias enseñanzas sobre las cuales, pueden edificarse, sanos sistemas de justicia social, de economía, de legislación de política, jurisprudencia, leyes y relaciones internacionales, forman parte integra del Sagrado Corán.
Aunque el profeta Muhammad no recibió una educación formal, tan pronto como se le reveló el Corán en la palabra hablada, sus compañeros inmediatamente lo sellaron en escrito. De esta manera, cada palabra fue escrita y conservada durante la vida del profeta y sus compañeros. El original completo del texto del Corán está escrito en árabe y la traducción de su contenido está disponible en la mayoría de los lenguajes conocidos en las librerías o bibliotecas.
Hadiz, las enseñanzas, dichos y actos del profeta Muhammad, han sido meticulosa mente relatados por sus devotos compañeros, donde se explica y se amplia el significado de los versos del Corán.
EL CONCEPTO DE ADORACIÓN
Islam no enseña el simple rito. Sino que pone énfasis en la acción y en la intención. Adorar a Dios es amarlo y tratar de conocerlo, cumplir Sus mandamientos en todos los aspectos de la vida, ordenar el bien prohibiendo el mal y la opresión, practicar la caridad y la justicia y servirle a Él sirviéndole a la humanidad. El Corán nos presenta este concepto en esta sublime forma:
"La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente, sino en creer en Dios y en el último Día, en los ángeles, en la Escritura y en los profetas, en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajero, mendigos y esclavos, en hacer la "azalá" y dar el "azaque", en cumplir con los compromisos contraídos, en ser pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempo de peligro. ¡Ésos son los hombres sinceros, ésos los temerosos de Dios!" (El Corán 2:177)
EL HOMBRE Y SU LIBRE ALBEDRÍO
El hombre es el único entre las creaciones de Dios que puede escoger su propio camino. El hombre está relativamente libre de ejecutar su deseo, sus actos y su elección. Dios le ha enseñado el camino del bien y la vida del profeta Muhammad nos facilita un ejemplo perfecto del éxito y la salvación del hombre. Islam proclama la santidad de la persona humana y confiere la igualdad de la derechos para todos sin ninguna distinción de raza o sexo.
La ley de Dios, enunciada en el Corán y ejemplificada en la vida del profeta, es suprema en todos los casos. Se aplica desde el más alto hasta el más bajo, desde el príncipe a el campesino, desde el gobernador al gobernado.
RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE ANTE DIOS
La vida del hombre no está limitada a la corta existencia en la tierra. En el día del juicio toda la raza humana resucitará y todo el mundo aparecerá ante el Dios Todopoderoso a enfrontar las consecuencias de sus hechos en la vida. Así es que la vida del más allá es una continuación de la vida de esta tierra.
Creer en que el hombre tendrá que rendirle cuenta a Dios hace la vida más significativo y nos diferencia de animales y objetos de inanimado. Nos sirve como un recordatorio contra la corrupción, el crimen, la inmoralidad y la injusticia.
¿Es el Islam la religión de los árabes?
El mensaje del Islam es un mensaje universal, no tiene como destino un pueblo o una raza en particular. La idea de racismo dentro de los musulmanes es inaceptable, la valoración de un hombre se realiza por su grado de piedad y no por su etnia. Los árabes como integrantes de la comunidad musulmana mundial son el 17 % del conjunto. El resto de las personas que profesan la fe del Islam está compuesto por hombres y mujeres de distintas razas, que hablan diferentes idiomas y poseen costumbres diversas. Así, es tan musulmán, y con los mismos derechos dentro del esquema de la comunidad, un habitante de España como uno de la Península Arábiga, haya nacido de padres musulmanes o haya elegido el Islam como camino.
No hay jerarquía religiosa en el Islam
No hay jerarquía religiosa en el Islam, ni curas ni ministros ni decanos ni papas.
Cuando un musulmán reza, reza directamente a Dios, no a través de un intermediario. Cuando sirve a Dios, no está sirviendo a una institución, sino, solamente a Dios. Cada individuo es responsable de sus propias acciones y sus creencias. Nadie puede quitarte esa responsabilidad.
Si crees que alguien te ordena actuar en contra de lo que sinceramente crees que es la voluntad de Dios, tienes la obligación de desobedecer esa orden y obedecer solamente a Dios. Este es el principio de que Dios es el único soberano .
¿Qué dice el Islam sobre la guerra?
¿Qué es la guerra Santa?
El concepto de guerra santa no es un concepto islámico. Esta denominación nace en la época de las cruzadas. El término árabe Yihad, el cual es traducido erróneamente como guerra santa, tiene matices bien definidos y delimitados. El Islam contempla el legítimo derecho de defensa para el creyente, en el caso que considere en peligro su familia, su credo, su patria (independientemente donde viva) o su honor. El Corán habla del derecho de defensa, pero insta al creyente a no contarse entre quienes inician un pleito ya que "Dios no estima a los agresores". El verdadero combate en la causa de Dios, o gran Yihad, es la lucha que mantiene el individuo día a día para poder controlarse a sí mismo, mejorarse, para vencer sus instintos, para oponerse a su ego y mantenerse alejado de cuestiones efímeras. Sentencia el Profeta Muhammad (paz y bendiciones de Dios sean con él):
"El fuerte no es quien vence a los hombres sino quien vence a su ira."
EL YIHAD
La palabra Yihad significa "esfuerzo, lucha", y es el fundamento mismo del Islam. Algunos autores lo consideran el sexto pilar, pero en realidad es el cimiento sobre el que se asienta todo el Din. Al contrario de la mentalidad imperante que entiende la religión en términos de paz espiritual, el Islam propone la acción como vía hacia la realización a los que aspira. El mito de la paz espiritual tiene su historia. Cuando Ghandi predica su credo de la no-violencia introduce en Occidente el ideal de la religiosidad oriental basada en un concepto pasivo de renuncia a todo lo mundanal. Esto sirve, sin lugar a dudas, a los objetivos del Imperialismo. Algo parecido ya había sido ensayado durante siglos por la propia Iglesia cristiana, pero sin convicción alguna, debido a su propia historia. Se intentó convencer de lo mismo a los musulmanes insistiendo sobre su proverbial fatalismo, tan conveniente en momentos en los que eran sometidos a toda suerte humillaciones. Se lleva al paroxismo del mito la figura de Ghandi: gracias a su política de no-acción y no-violencia, habría logrado la independencia de su país, liberándolo de las garras inglesas. Es mentira. Llevaban los musulmanes siglos luchando contra la dominación británica en la India hasta agotarla. Pero le interesaba más a las autoridades coloniales entregar el país a un "pacifista", asegurándose de este modo la lealtad y obediencia de la ex-colonia. Lo mismo se haría en todos los territorios, prácticamente todo el mundo, ocupado por los europeos. El mito convenció fundamentalmente a los propios occidentales, que empezaron a mirar con admiración hacia un Oriente ancestral donde aún funcionaba la práctica de ofrecer la otra mejilla al enemigo.
El Islam era otra cosa: oponía una resistencia enconada a la ocupación de sus tierras. Ahí donde había musulmanes , el colonialismo conquistaba cada palmo de tierra a base de fuego y sangre, incluso una vez "pacificado" el país, los colonos debían permanentemente estar en alerta. No podían reconocer el origen de ese espíritu de lucha con el que los "indígenas" defendían decididamente sus casas y familias, eran incapaces de comprender qué mecanismos se ponían en marcha aglutinando a pueblos enteros más allá de estructuras organizadas y Estados. Faltos de explicaciones, se justificaron recurriendo al tópico oportuno del sanguinario fanatismo musulmán. Este "análisis" conoció un inmediato triunfo, y legiones de expertos se pusieron a estudiar el fenómeno. Era necesario descubrir las fuentes del problema para atajarlo. Era imprescindible desprestigiar el Islam ante cierto auditorio occidental que empezaba a criticar los genocidios que se perpetraban en nombre de la civilización. El mito de la barbarie musulmana servía a todas las causas: justificaba el fracaso de los misioneros, que no lograban evangelizar a los "testarudos moros"; justificaba las masacres de los militares, que no hacía sino defenderse de tribus salvajes que se negaban a ser pacificadas y recibir los dones de la civilización mundial; tranquilizaba las conciencias en Europa, sobre todo la de sus banqueros. Y había que desacreditar el Islam ante los propios musulmanes, había que desarraigarlos para hacerlos inofensivos. Se insistió hasta la saciedad en lo del fanatismo, y toda la historia del Islam fue interpretada bajo la luz de esa clave.
Había que explicar, entre otras cosas, cómo había podido difundirse el Islam entre pueblos tan distintos. Sólo la sed de sangre, connatural al Islam, arrastrando en pos de sí a naciones bárbaras deseosas de botín, pudo reclutar ejércitos con los que conquistar el mundo. El triunfo se debió a la crueldad, el asesinato y la humillación. Los vencidos se hacían musulmanes bajo terribles presiones o para librarse del pago de impuestos. Es suficiente leer cualquier manual de uso en las escuelas para descubrir la pervivencia de estas tonterías. En estas creencias hemos sido educados. El Islam es sinónimo de "Guerra Santa"....
Lo que sucede en realidad, lo que está en el trasfondo de todo, es que la incomprensión y el interés funcionan creando mentiras a las que aferrarse. El Yihad, núcleo central del Islam, se transforma en el mayor de los peligros. No pudiendo ser interpretado según los modelos asumidos como propios de la espiritualidad, es frontalmente combatido. A los musulmanes, cuando se defienden, se les acusa de agresividad, terrorismo y violencia, y como el Islam les ha inculcado esa necesidad imperiosa de rechazar las imposiciones, es el responsable directo del fanatismo que impide a los "nativos" absorber la única civilización posible, Occidente. Hay tanta hipocresía en esto que es difícil analizarlo con sangre fría: ¿Cómo aceptar sin más los crímenes que se han cometido tras el escaparate de la bondad europea? Se ha masacrado a pueblos y después se ha dicho, claro, que eran unos salvajes.
El Yihad es la respuesta del Islam a todo intento de someter a los musulmanes a cualquier esclavitud. Es el esfuerzo individual y colectivo que debe emprenderse contra las agresiones. El Islam entiende que la vida y la dignidad están por encima de todo, y deben ser defendidas como causa que se antepone a todos los intereses. El Yihad tiene un valor supremo: cuando un musulmán lucha por su tierra, está luchando por Allah; cuando combate por su gente, está haciendo un "préstamo" a causa de todos los oprimidos : la injusticia es enemiga del Din, cualquiera que sea su forma. El tirano es el verdadero Taghut, el ídolo a combatir, el demonio contra el que se ejerce el exorcismo del Yihad. Esto, que puede parecer ideal, es una constante en la historia del Islam.
Los musulmanes aspiran al Salam, a la paz que es esencia del Islam. El Salam no es la propuesta de un pacifismo hipócrita. El pacifismo que predica Occidente, por sanas que sean las intenciones de la gente normal, es todo menos un verdadero deseo de diálogo entre las culturas; es un arma arrojadiza con la que se exige a los pueblos del tercer mundo la más absoluta de las sumisiones.
En la actualidad, el Islam sufre el ataque de enemigos emboscados en muchos frentes: el peor es el de los Estados surgidos tras las independencias formales, Estados concebidos para ejercer el mismo papel coercitivo contra los pueblos musulmanes y servir a intereses extranjeros. El Islam estará siempre fuera de los mecanismos que Occidente invente para dominar a los seres humanos. Eso es lo que es connatural y por ello el Yihad formará parte del entresijo más íntimo de los musulmanes. Esa rebeldía brota de modo natural de la idea clara de que Allah es Uno y sólo Él es el Señor de los Mundos. La esclavitud, la indignidad, son contrarios a la aspiración del que sabe que sólo Al.lah es más Grande. El Islam enseña un igualitarismo que se basa en una concepción de la existencia y no en un discurso demagógico.
No sin razón, se ha afirmado que los musulmanes son radicalmente tolerantes hasta la ingenuidad. El Islam siempre ha sido una cultura abierta, pronta a recibir las aportaciones de la humanidad entera. Esta actitud está fuertemente enraizada en la personalidad de cada pueblo musulmán. Es suficiente con pasear por un zoco para detectar esa realidad. El Islam, ya lo hemos repetido, es un lugar de encuentros, no una religión ni un dogma; es una inspiración expresada por el Corán mismo que invita a las gentes a hermanarse en lo que les es común, la libertad en Al.lah. Esa libertad tiene su garante en el Yihad, entendido como esfuerzo por superar las barreras que constriñen al ser humano. Por ello, es multiforme. Muhammad (S.A.S.) hablaba de los dos combates que debe emprender cada musulmán. A uno lo llamaba Yihad menor, que consiste en luchar contra los ídolos, las falsedades que reducen al hombre a la miseria. Al otro lo llamaba Yihad mayor, que es el afán por superarse, la conquista de la libertad en lo más íntimo de la propia personalidad. Y también enseñaba que esas luchas no tienen techo, que siempre habría alguna mentira que derribar, porque lo radicalmente humano es la acción, la vida como movimiento continuo, el trasiego como finalidad en sí mismo, el trabajo como satisfacción en que el hombre trasciende todos los límites y se alza sobre todos los muros y divisa el espacio infinito del que lo ha creado y del que ha brotado.