viernes, noviembre 26, 2021

Entrevista a Alejandro Jodorowsky

Fietta Jarque

Alejandro Jodorowsky ha extraído del chamanismo y la superstición la base para una terapia artística. "El arte debe servir para curar", dice el dramaturgo y escritor en La danza de la realidad.

+ El tramposo sagrado +

Alejandro Jodorowsky (Tocopilla, Chile, 1929) escribió en 1994 Donde mejor canta un pájaro, una especie de autobiografía novelada en la que los personajes y los acontecimientos alcanzaban dimensiones míticas. Este autor teatral, guionista de cómics, miembro del Grupo Pánico junto a Topor y Fernando Arrabal, director de cine, cabalista, tarotista y escritor, aborda en La danza de la realidad de nuevo el género de las memorias, pero con otra intención, la de explicar la génesis de una terapia poética, la psicomagia.

PREGUNTA. ¿Por qué una segunda autobiografía?

RESPUESTA. Este libro emprende el camino contrario a Donde mejor canta un pájaro. Partí de la realidad en la primera y fui hacia el mito. En ésta profundizo en la realidad, sólo que la realidad es tan increíble que parece mito. Ésta no es una autobiografía total, está orientada a los hechos que me permitieron después crear la terapia artística que llamo psicomagia.

P. Esta terapia combina psicoanálisis y magia. ¿Usted se ha psicoanalizado?

R. Sí, con Erich Fromm.

P. ¿Cree usted que el psicoanálisis ha fracasado como herramienta científica?

R. El psicoanálisis viene de la ciencia médica y trata de interpretar el lenguaje del inconsciente de una forma racional. Pero el inconsciente no es racional ni científico. Ahí es donde falla el psicoanálisis. Yo pienso que el psicoanálisis debería ser ejercido por artistas que aprendan a hablar el lenguaje del inconsciente. Y no hacer que el inconsciente aprenda a hablar el lenguaje racional. Aplicar la ciencia al inconsciente es una aberración, para mí.

P. ¿Cómo llegó a elaborar este sistema?

R. Yo me dediqué al arte, primero para satisfacer mi ego, mi deseo de notoriedad. Pero en un momento caí en una crisis profunda porque me dije: soy un bufón de la sociedad, hay gente que muere de hambre, gente que sufre y yo estoy aquí usufructuando de esto con mi arte puro de egómano. Estuve en crisis dos años, no hice nada. Y luego me di cuenta que para mí el arte es arte cuando sirve para curar. Hay mucho que curar en el mundo en el terreno emocional. En el terreno emocional se producen enfermedades, cánceres, bombas. Ahora hay una gran crisis emocional en el mundo. No es económica, es emocional.

P. ¿Cree que hay antecedentes en la historia del arte de un arte que cura?...

R. Por supuesto. Las pinturas en las cuevas de Altamira son una prueba. Las artes mágicas. La magia siempre ha sido un arte, no una ciencia. Antes las ciencias se llamaban artes porque estaban hechas por artistas. La alquimia, la cábala, la magia son precursoras de un arte para curar.

P. Usted investigó la medicina popular, el chamanismo, en varias culturas americanas. ¿Qué ha sacado en claro?

R. La base de la psicomagia que propongo proviene de mis investigaciones con los chamanes y charlatanes populares mexicanos y con las machis o brujas mapuches al sur de Chile. Ellos usaban la superstición y trucos de prestidigitación. Y yo me pregunté qué pasaría si se cesa de usar trucos y superstición y sólo se usa la base de estos sistemas mágicos. Y la base son actos que corresponden a los sueños, al inconsciente. Al inconsciente hay que darle una salida con actos creativos. En Chile, por ejemplo, los poetas aplicaron mis teorías psicomágicas. Bombardearon con cerca de 300.000 poemas el palacio de La Moneda, donde se asesinó a Allende, el año pasado. Cubrieron el acontecimiento negativo con la poesía. Ése es un acto psicomágico social. En el acto está la verdad. No está en el lenguaje. El lenguaje es una búsqueda de la verdad, como la poesía que trata de expresar con el lenguaje aquello que no está en el lenguaje.

P. ¿Y dónde queda el poder de la palabra para usted como escritor?

R. Hay que ser muy valiente y romper con el estilo. Lo que importa para mí en la literatura es qué cuentas. Como los actos son simbólicos no hay una verdad sino que son como recetas de cocina.

P. ¿Y un poema es una receta de cocina?

R. Sí, yo lo siento así. El poema trata de expresar con palabras aquello que no se puede expresar. Por eso la poesía es un fracaso esencial. En este libro defino la poesía como el excremento luminoso de un sapo que se tragó una luciérnaga. Uno trata de expresar lo inexpresable y ésa es la maravilla de la poesía.