viernes, febrero 18, 2022

Inteligencia Emocional y Flores de Bach

Boris Rodríguez

El problema intelectual de nuestro tiempo es enfrentarse a la complejidad, de saber conjugar lo universal con lo concreto, lo científico con lo estético, lo racional con lo poético, lo riguroso con lo sentimental[1]

Todo comenzó hace algunos años, a raíz de la llegada de mi gran amigo Ricardo Orozco, que venía a impartir el último módulo del Diplomado de Terapia Floral, en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara. En esta ocasión se encontraba acompañado por el doctor Ezio Sposato,[2] con quien alternaría en la docencia.

Nos encontrábamos debatiendo algunos puntos sobre las temáticas a impartir y los enfoques a utilizar, cuando se inició una acalorada discusión debido a una interpretación que yo había hecho sobre el alcance y dimensiones de los Patrones Transpersonales: [3]
- ...de ninguna manera trato de llevar el cuerpo a la mente, más bien es todo lo contrario, es la interpretación del patrón general de desequilibrio de las esencias, aplicado a cualquier órgano o función –dijo Ricardo.
- Entonces tendré que leerme de nuevo tu libro, porque lo he entendido todo al revés – respondí un tanto avergonzado -; sin embargo, ¿Quién se ocupa entonces de “psicologizar” los mensajes de las esencias? ¿No es válido profundizar también en la curación de los problemas psíquicos? En definitiva, han transcurrido más de sesenta años desde que Bach nos legara sus esencias y su comprensión de los procesos de salud y enfermedad, la ciencia ha evolucionado y desde numerosas disciplinas existen aportes que enriquecen y dan soporte a su teoría, sobre todo en lo que a conocimiento del comportamiento emocional del individuo se refiere.
- Todo eso está muy bien y es muy válido – retomó la palabra Ricardo -, pero no es lo que yo digo, ni hacia dónde se dirige la idea de mi libro. Sabes, creo que en mi próximo libro[4] dedicaré un mayor espacio a explicar el concepto de Patrón Transpersonal.
- Mira Boris - interviene Ezio-, eso que dices está bien, solo que no se aplica a los PT, lo que tu expones es algo conceptualmente distinto, solo debes encontrarle su lugar, su fundamento.

La idea era buena, lo difícil era llevarla a la práctica, ¡avanzar en la comprensión emocional del hombre más allá de Bach! Profundizar en la aplicación de las esencias florales desde sus aristas emocionales me parecía un sacrilegio, ya que representaba complicar aun más la sencillez con la que nos legó su método; sin embargo, llevar las flores al alma y la mente, reinterpretando el contenido emocional desde los nuevos hallazgos, no viene a complicar el sistema sino que lo enriquece...

También hay que tener en cuenta que negar o no incluir estos recientes trabajos, con el único objetivo de mantener sencillo el legado, sería incurrir en el defecto de la ignorancia, descrito por este autor. Así que ante la disyuntiva del “complicar” el sistema o caer en la ignorancia, me inclino por la primera opción.

Es por esos momentos que cae en mis manos Inteligencia Emocional, publicado hacía más de cinco años, libro hasta esa fecha me había sido sumamente difícil encontrar. Por suerte mi amiga Lissette me prestó su ejemplar por tiempo indefinido y la verdad es que agradezco su paciencia en este sentido.

Este libro de Daniel Goleman, posee el gran mérito de haber dirigido una atención e interés a escala mundial sobre el campo de las emociones, rompiendo a su vez la sobrevaloración del cociente intelectual en el desempeño de las personas. A mi juicio, el mayor valor del libro, sin lugar a dudas, lo constituye la integración de una manera clara de un cúmulo de investigaciones que arrojan nuevas luces en la comprensión de los procesos emocionales de las personas.

Estos resultados investigativos aportan conocimientos de los que Edward Bach no dispuso, que abarcan desde la neurobiología, el conocimiento y control de las emociones, hasta nuevas aristas en el la explicación de la motivación, la empatía y las destrezas sociales. En la medida que iba leyendo el texto, aparecían en mi cabeza aquellas esencias que encajaban en cada fragmento. Me preguntaba la razón por la cual no se había publicado ya un análisis integrativo que tuviera en cuenta los preceptos de la Inteligencia Emocional para redimensionar y ampliar el campo de aplicación de las esencias florales.

Finalmente terminé por comentar todo esto con Ricardo y le propuse que escribiéramos este libro, pues sin sus profundos conocimientos de las flores de Bach tengo que reconocer que la tarea hubiera sido prácticamente imposible. Tras discutir la idea general de lo que se pretendía alcanzar con el texto, aceptó entusiasmado.

Llevar este tándem de trabajo a ambos lados del Atlántico la verdad que no fue nada fácil, pero la mayor parte del tiempo que dedicamos al trabajo la sincronización fue máxima, adelantándonos y asimilando de forma constructiva uno, las observaciones que hacía el otro, siempre con la esperanza de que el lector pueda encontrar en el texto una verdadera profundización en la obra de Bach.

Introducción

En el vocabulario crítico, la palabra precursor es indispensable, pero habría que tratar de purificarla de toda connotación polémica o de rivalidad[5]

Las emociones van dejando de ser, por suerte, el gran “continente inexplorado” de la psicología y las ciencias afines y su influencia en los procesos de salud y enfermedad no es prácticamente discutida por nadie. Al navegar por la internet uno puede encontrarse con distintos títulos como: “La confianza en sí mismo y la salud física”; “Esperanza, empatía y salud física”; “Emociones y salud”; “La ira y su relación con la salud física”; “Los estados de ánimo y su relación con la salud física”; “Nuestros pensamientos y sentimientos y su relación con las enfermedades coronarias”; entre otros muchos. La proliferación de las investigaciones en el campo de las emociones es aplicable a áreas como la educación, la familia, la salud o el mundo empresarial. Se ha despertado todo un BOOM EMOCIONAL, donde florecen por todos lados seminarios, cursos, talleres, a los que asisten numerosas personas para conocer y desarrollar sus destrezas emocionales. En definitiva, estamos presenciando un despertar de la conciencia sobre las emociones, que aspiran a ser tomadas en cuenta y valoradas en su total dimensión.

Al ser testigo de toda esta época de bonanza emocional, no puedo dejar de pensar en ese médico genial de nombre Edward Bach, que desde su modesta residencia de Mount Vernon, hace más de sesenta años nos llamaba a la reflexión sobre el campo de las emociones y el papel que juegan estas en la parición de la enfermedad. Lo explicó de la manera más sencilla que alguien puede hacerlo, entendible por todos y sin embargo, encuentra un férreo rechazo de una comunidad médica, que con anterioridad le había prodigado tantos halagos. ¿Qué ocurrió? ¿Fue solamente por lo radical de su discurso que la mayoría de sus colegas se distanciaron de él? Un análisis simplista nos inclinaría a pensar que sí, pero existen otros elementos que nos pueden llevar a responder estas interrogantes por caminos totalmente distintos.

Cuando analizamos la época en que vivió Bach, podemos afirmar que estuvo llena de propuestas radicales en todos los ámbitos y muchas de ellas recibieron el apoyo de miles y millones de personas. En lo político, tras la primera guerra mundial, las ideas de Marx y Engels podrían ser puestas en práctica con la creación de la URSS, que con su gobierno de obreros y campesinos se lanzaba en busca de la utopía, el ideal comunista y abría el camino a grandes transformaciones sociales. En lo económico, la Gran Depresión de 1929, hizo que se reformularan muchos de los preceptos existentes. En el arte tuvo su nacimiento el dadaísmo, que se propuso demoler las bases culturales y artísticas de su sociedad, mediante la utilización del escenario, la irracionalidad y el azar. Tampoco hay que olvidar la creación y desarrollo del fascismo que, tras la muerte de Bach, llevaría al mundo a la más sangrienta e inhumana guerra de toda su historia.

En el marco espiritual religioso se fusionaban por primera vez y de manera sorprendente la espiritualidad de la India, con el pragmatismo de las culturas occidentales, con la llegada a los EEUU de Paramahansa Yogananda en 1920. Durante más de treinta años inculcó diversos ideales en la conciencia de miles de personas y los inspiró a vivir más noblemente, fundando numerosos centros. El discurso de Yogananda tiene muchos puntos en común con el de Bach, en cuanto a la búsqueda de la armonía, el entendimiento y la liberación espiritual. Sin embargo, al asentar sus bases sobre la Fe, Yogananda no pretendió reformular las bases de la ciencia ni de la curación.

Si de posturas radicales se trata, en el campo de la psicología la obra de Sigmund Freud es un vivo ejemplo de teorías que nacen mal miradas por la Ciencia, pero que poco a poco van encontrando su sitio. Las investigaciones en el campo del psicoanálisis nacen en 1895, cuando comienza el trabajo con las asociaciones libres como recurso terapéutico, un año después denomina Psicoanálisis a su sistema de trabajo. Abriendo el siglo XX publica La interpretación de los sueños (1900) y Psicopatología de la vida cotidiana (1901), donde redondeaba sus recursos terapéuticos. El psicoanálisis sacó a la psicología de los laboratorios y ofrecía por vez primera una solución práctica a los problemas de las personas. La publicación de Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (1905), causó gran revuelo y numerosos ataques a su autor por parte de sus colegas y el público en general. Pero Freud no se desalienta y continúa con sus estudios y once años más tarde publica Introducción al psicoanálisis (1916), donde condensa todos sus postulados. Sin embargo aun no se aventura a formular una teoría integral de la personalidad, que llegaría años más tarde en El ego y el ello (1924) e Inhibición, síntoma y angustia (1925). En estas obras aborda el amor, el odio, la culpa, el remordimiento, la pena y a envidia y los denomina instintos; sin embargo se abstuvo a relacionarlas con otras enfermedades fuera de la psicopatología.

Toda esta cronología nos deja entrever el segundo factor que conspiró para que la obra de Bach permaneciera dormida: el factor TIEMPO. A diferencia de Freud, no dispuso de cuarenta años para desarrollar sus teorías e investigar en sus hallazgos. Con el prestigio que había ganado con sus notables aportes a la medicina, estoy convencido que de haberse dedicado a investigar sobre los resultados terapéuticos de sus esencias florales y a la difusión de su obra, poco a poco hubiera ido quebrando la resistencia de sus colegas y ganando más adeptos, como sucedió con Freud.

Otro de los factores que impidieron la aceptación de sus ideas lo constituyó la sencillez con la que expresó sus postulados, no complicados con extensos protocolos de investigación, que le hubieran quitado las orejeras a los colegas de la época, sin embargo optó por descartar “toda convención, toda regla, toda regulación”.[6] Agravando las tensiones con la utilización de legos para ejercer este nuevo tipo de medicina. En definitiva, si llegar a la curación es algo tan sencillo como lo planteado, admitirlo sería un suicidio para el estamento médico, que vio amenazados sus postulados básicos.

Sin embargo el factor que a mi juicio más repercutió en su contra, fue apostar por el papel del equilibrio emocional en la recuperación de la salud, en una época en la que no se le prestaba casi ninguna atención a las emociones dentro de la psicología académica. Los test psicológicos más utilizados por ese entonces eran los denominados test de inteligencia y aptitudes generales.[7] Lo importante para conocer el potencial de las personas estaba dado por el desarrollo de sus habilidades verbales, capacidad mnémica y atencional, pensamiento abstracto, habilidades para el cálculo, pensamiento abstracto, en fin, todas aquellas manifestaciones cognitivas que son expresión de un alto o bajo cociente intelectual. Un individuo poseedor de un alto CI era casi idolatrado y podría disculpársele cualquier “pecadillo emocional” que pudiera cometer.

Al construir un sistema que tuviera como eje central el diagnóstico emocional, se podía correr el riesgo de no ser escuchado, si en definitiva ¿Qué importancia quedaba para el papel que debían jugar las emociones, si un CI elevado podía ser la llave que abriera todas las puertas? Si en lugar de decir que las “primeras enfermedades del hombre son defectos tales como el orgullo, la crueldad, el odio, el egoísmo, la ignorancia, la inestabilidad y la codicia”,8 hubiera dicho que el origen de la enfermedad se situaba en un bajo CI y que la aparición de enfermedades específicas correspondían a la carencia de aptitudes específicas (entendidas como aquellas que podían ser medidas en los test psicológicos), estoy seguro que se le hubiera prestado mayor atención, aunque después dichas afirmaciones perdieran su validez.

Un último elemento, lo constituye lo que he dado en llamar el triunfalismo de las Ciencias Médicas en la época. Desde 1928 había sido descubierta la penicilina, que prometía ser la gran panacea de las enfermedades infecciosas. Baste echar un vistazo a los Premios Nobel de Medicina de 1930 a 1935 (descubrimiento de los grupos sanguíneos A,B y O; la composición de la célula; la función del neuroma; investigaciones sobre las leyes de la genética; la cura de la anemia perniciosa y trabajos de embriología) para saber que las investigaciones en este campo iban a pasos agigantados y los resultados eran cada vez más alentadores, entonces ¿por qué cambiar mi forma de ser o regular mis ataques de ira, si con una inyección o una píldora desaparecerán mis padecimientos?[8]

En definitiva, la semilla que plantó Bach al legarnos su sistema no encontró en su época las condiciones necesarias para florecer. Pudiéramos decir que se mantuvo viva por ser de gran calidad, aguardando el abono preciso. Bach se adelantó en pensamiento no solamente a su época sino a la nuestra también, solo que en la actualidad es que el terreno comienza a estar en condiciones para que nuestra semillita eche raíces. El fertilizante se lo están suministrando los resultados de las serias investigaciones que se vienen realizando en la esfera emocional y de los estados anímicos.

Ha quedado bien claro que, en la vida cotidiana, no basta poseer un CI elevado para alcanzar nuestras metas. Existen en la personalidad otros procesos que van a darle determinados matices a la conducta. Por un lado está la voluntad y por el otro los afectos. Ninguno supera al otro, voluntad, cognición y afectos regulan el comportamiento de las personas. Como se verá a lo largo del libro, el desarrollo de determinadas habilidades prácticas propuestas por Daniel Goleman, llevan implícito el equilibrio necesario que debe existir entre estos tres procesos para una adecuada regulación conductual. Básicamente con ellas, este autor delinea una guía de competencias a tener en cuenta para el éxito laboral; sin embargo, al analizarlas de una en una, veremos que pueden ser aplicables a todos los niveles de la vida.

Si somos consecuentes con los postulados de Bach, veremos en el las Competencias Emocionales una profundización en las causas de la enfermedad, además de un soporte teórico importantísimo para el diseño de investigaciones con esencias florales, no solo en la clínica, sino en la educación, la familia o en las mismas empresas.[9] En definitiva, lo que pretendo al fusionar estos preceptos no es buscar soluciones simplistas a los problemas, sino avanzar en la búsqueda de un diagnóstico sutil, que a nivel emocional nos permita ir corrigiendo nuestros errores de la manera más efectiva, cerrándole el paso a la enfermedad desde el plano psíquico.

Aplicado a las enfermedades médicas, las esencias florales tuvieron una revolución conceptual con la definición de los Patrones Transpersonales, que facilitaron el abordaje de numerosas patologías. Sin embargo, en el campo de las formulaciones psicológicas nos estábamos quedando en lo mismo, aportarle a la descripción de las esencias.

Espero sinceramente que este libro sirva para que todo aquel que se ha dado a la tarea de transitar por el universo de las esencias florales, gane en argumentos para entender lo que le sucede a sí mismo, a sus compañeros, familiares o amigos. Con ello no creo que esté faltando a las orientaciones de Bach de dejar su método sencillo y al alcance de todos. Quien desee lo básico, puede remitirse a la obra de Bach y ya está; pero, para los que sentimos inquietudes investigativas, ha llegado la hora de los protocolos de investigación, en fin, ha llegado la hora de demostrar acorde con el método científico, que es el paso lógico que sigue a todo hallazgo.

Muchas de las cosas que aquí se dicen pueden estar sujetas a cambios que las validen o las refuten. Lo que sí debe quedar bien claro, es que se busca ampliar el diapasón con el que son utilizadas las esencias florales para solventar los problemas emocionales, apoyándonos en las investigaciones actuales. Dejo entonces a juicio del lector y los resultados de su praxis, determinar si se ha logrado avanzar un paso más, en pos de un diagnóstico emocional más profundo con las flores de Bach.

Algunas definiciones necesarias

Definir el concepto de emoción con la sana idea de coincidir con otros autores muchas veces resulta una auténtica quimera[10]

Cuando nos disponemos a adentrarnos en el continente emocional, tenemos que echar mano de una serie de términos que si no se aclaran, pueden sumir al lector en una confusión total. Preguntas como ¿Cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento? 
¿Qué son las pasiones? 
¿Qué son los afectos? 
¿Qué elementos son los que definen un estado de ánimo?

Antes de referirnos al concepto de Inteligencia Emocional, debemos dejar en claro todos estos conceptos, comenzando por el de EMOCIONES. En la mayoría de los centros de educación superior de Cuba se las considera como vivencias afectivas que se producen de forma brusca y están relacionadas con las necesidades biológicas, cuestión que se ve reflejada en la producción de diversas respuestas somáticas. [11] Sin otros autores la definen de forma más general al decir que está referida a la respuesta inmediata del organismo que le informa acerca del grado de favorabilidad del estímulo o situación, si esta es favorable para la supervivencia, se registra una emoción positiva o viceversa,[12] esta además posee un componente cualitativo (la palabra: miedo, inseguridad, etc.) y otro cuantitativo (el grado en el que se experimenta: poco, bastante, mucho)

En este sentido conviene diferenciar la emoción del afecto, ya que este último es considerado como un proceso de interacción social entre dos o más organismos. M. P. González, en colaboración con otros autores, publica en la web byopsychology.org, un interesante artículo titulado “¿Qué es el afecto?”, donde describe su esencia socializadora, determinadas por un grupo de características:
• Es algo que fluye entre las personas, algo que se da y que se recibe (a diferencia de la emoción que solo se experimenta)
• Es algo que requiere esfuerzo proporcionar
• Es esencial para la especie humana, en especial en la niñez y en la enfermedad. En este punto plantean que la necesidad de ayuda social es una necesidad de afecto y que somos capaces de proporcionar afecto siempre que realicemos una actividad no remunerada en beneficio de los demás.[13]

Por otra parte, los SENTIMIENTOS surgen con mayor lentitud, poseen menor intensidad y son vivencias de tipo afectivo más estables, por lo que son más duraderos. Surgen de motivaciones sociales, por lo que los cambios somáticos no son tan apreciables.[14] Es la concienciación subjetiva de la emoción.[15]

Al reflexionar sobre la obra de Zubiri, Lius Jiménez nos comenta en un interesante artículo[16]que los sentimientos no son más que el modo que tenemos de estar realmente en el aquí y ahora, de situarnos en la realidad, a diferencia de la inteligencia que pretende conocer las cosas como son o de la voluntad, que decide sobre lo que nos conviene o no.

En esta temática tengo mucho que agradecer a José Antonio Marina, quien realmente es un “gran detective” de la ciencia y me ha ahorrado una buena cantidad de horas de revisión. En su obra El misterio de la voluntad perdida (es la primera que leo de este autor y se que no será la última), abarca la revisión de una amplia literatura sobre el tema que a este autor le hubiera sido imposible por diversos motivos. Al referirse a los sentimientos deja en claro que estos “nos dicen cómo les va a nuestros deseos, proyectos, propósitos, intereses, en su comercio con la realidad”,18 además de integrar enormes bloques de información que incluyen evaluaciones al comunicar lo externo con lo interno, o sea, “nuestras expectativas y nuestras realidades, nuestro estado fisiológico y nuestro estado mental”.19 Pero no se contenta con esto y nos alerta que debemos desconfiar de ellos porque “todos tenemos un esrilo mental que favorece la aparición recurrente de los mismos sentimientos [...] tenemos sistemas de evaluación estables, mangoneadores y tiránicos, que acaban seleccionando mundos semejantes con una reiteración desesperante [...] Tal vez esta sea la razón de que el ser humano tropiece más de una vez con la misma piedra”.[17]

Considero que esta es una división necesaria, porque todavía se manejan estos conceptos y pueden traer dudas; sin embargo Goleman los considera una unidad, al expresar que la Emoción, a su juicio, “se refiere a un sentimiento y a los pensamientos, los estados biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencia a la acción que lo caracteriza”.[18] Esta definición pone en evidencia la unidad dialéctica entre emoción y sentimiento, ¿acaso no hemos visto todos con la facilidad que irrumpe la ira (emoción) y luego nos quedamos avergonzados durante varios días (sentimiento) o cómo todas la reacciones somáticas producidas por una experiencia placentera, nos pueden dejar sorprendidos por largo tiempo?

Esta reconceptualización de la emoción fusionándola al sentimiento, permite enriquecer la clasificación de las emociones primarias y sus derivados, más allá de los rígidos esquemas conceptuales (bastante difundidos aun). Aunque, como bien dijera el autor de IE, los investigadores “todavía están en desacuerdo con respecto a las emociones que pueden considerarse primarias [...], ni siquiera coinciden en la existencia real de emociones primarias”,[19] ya que no quedan resueltos “todos los problemas que conlleva el intento de clasificar las emociones”, [20] al dejar algunos cabos sueltos.[21]

Clasificación de las emociones primarias y sus derivados

• IRA: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, animosidad, irritabilidad, hostilidad, odio y violencia.
• TRISTEZA: aflicción, pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación, depresión grave.
• MIEDO: ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror, fobia y pánico.
• ALEGRÍA: felicidad, gozo, tranquilidad, contento, beatitud, deleite, diversión, dignidad, placer sexual, estremecimiento, rapto, gratificación, satisfacción, euforia, capricho, éxtasis y manía.

Emociones secundarias (más afines con el concepto de sentimientos)

• AMOR: aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración, enamoramiento y apego.
• SORPRESA: sobresalto, asombro, desconcierto y admiración.
• AVERSIÓN: desprecio, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto y repugnancia.
• VERGÜENZA: culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación, pesar y aflicción.

Ahora bien, ¿Dónde quedan las pasiones? Las PASIONES que “zarandean a los seres humanos”,25 no son más que estados afectivos que poseen gran intensidad y perduran en el tiempo. En ellas se mezclan las características de los sentimientos y las emociones arraigadas en la personalidad del sujeto, que llegan a dominar sus procesos psíquicos y dirigir su conducta hacia un fin, sin importar los costos. Por tanto, clasifican en el concepto de emoción que hemos asumido. Pueden definirse como emociones de gran intensidad, explosividad y turbulencia, “de carácter agudo y generalmente desorganizan la conducta”. [22]

Entonces, hecho todo este recorrido, solo nos queda por aclarar los elementos que definen un ESTADO DE ÁNIMO. Este va a estar relacionado con la medida en que influyen en nosotros las emociones a través de hechos concretos, pero la relevancia que dicho suceso va adquirir, depende de otros factores como el temperamento, el carácter, los intereses, motivaciones, en fin, engloba la personalidad en su conjunto. Ningún proceso escapa a la tiranía de los estados de ánimo. No hay un mejor ejemplo que la “alianza efectiva” que estos trenzan con un proceso como la memoria, “de tal manera que cuando estamos en un determinado estado de ánimo se activan recuerdos que sintonizan con ese mismo estado de ánimo. La tristeza con recuerdos tristes, la culpa actual con la culpa antigua”.[23]

Pero en definitiva, ¿qué es la Inteligencia Emocional? Pues no es más que la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados anímicos, propios y ajenos.

Una vez analizados estos aspectos, me parece lógico que nos adentremos en la neurobiología de las emociones, en función de determinar las esencias florales que pueden tener una participación en las mismas.

Papel de las esencias florales en la neurobiología de las emociones

La comprensión del papel que pueden jugar las esencias florales de Bach en la neurobiología de las emociones, apoya por completo la tesis del doctor Ricardo Orozco acerca de lo infrautilizadas que están siendo estas.

El primer punto que hay que abordar, antes de llegar a las esencias florales, es ¿cómo se desencadena una respuesta emocional? Pues la teoría más clásica postula que las imágenes y sonidos que van a entrar por nuestros órganos sensoriales, van al tálamo y luego a la zona de la corteza encargada de procesarlos. Posteriormente pasan a la amígdala[24] para desencadenar una respuesta en caso de que estas percepciones sean peligrosas.

Ahora bien, de funcionar este mecanismo así ¿Cómo es posible explicar los secuestros emocionales? Dicho de una forma más clara ¿Cómo es posible que un individuo promedio, al ver que un perro furioso se lanza a morderlo, sea capaz de desarrollar la velocidad de un corredor de 100 metros planos unido a la habilidad de un acróbata para, en fracciones de segundos, llegar hasta la verja más cercana, saltarla y ponerse a salvo? Debe haber, por tanto, otra vía de procesamiento que permita burlar el análisis de la corteza y sea capaz de brindar una respuesta emocional rápida. Es lo más común del mundo que, tras haber pasado todo el peligro, la persona exclame: “caramba, no se cómo lo hice, solo reaccioné”.

Esta vía va del tálamo a la amígdala, sin pasar previamente por el análisis de los hemisferios cerebrales, funcionando como un centinela emocional, capaz de secuestrar la conducta en determinadas situaciones que considera amenazantes. Este tipo de conductas nos permite ganar segundos valiosos ante estímulos peligrosos, como aspecto positivo: sin embargo, su principal inconveniente radica en el hecho de que podemos agredir a alguien o desencadenar otro tipo de conductas sin que la corteza sepa lo que está sucediendo. En otras palabras, desencadena respuestas emocionales basadas en las informaciones de impulsos neuronales fragmentarios.

Las respuestas elaboradas por los individuos ante estas situaciones, pueden ser denominadas como Precognitivas, en función de la confección de sus respuestas emocionales.[25] Dentro de las flores de Bach, existe un grupo de esencias que, por sus descripciones, pueden ejercer determinadas influencias sobre estas informaciones fragmentarias que nos llevan a actuar teniendo en cuenta solo el estímulo y no su potencial real de peligro. En la psicopatología pueden cursar como crisis de angustia (panic attack), en todas sus manifestaciones,30 las fobias específicas, el trastorno por estrés postraumático, entre otros. No significa esto que las esencias vayan a actuar en el momento del secuestro emocional, ya que en estos casos, cualquier medicación se administra luego de ocurrido el evento,31 más pueden servir para ir desestructurando a nivel pre consciente, esos errores de información que dan origen al suceso.

Denominaremos a estos remedios como Esencias Florales Precognitivas. Entendidas como aquellas en las que la respuestas y la actividad general del sujeto pueden estar controladas por impulsos que escapan a su procesamiento consciente de la información, o sea, cuando las respuestas emocionales están basadas en las informaciones de impulsos neuronales fragmentarios.

Esencias Precognitivas Básicas: Aquellas que operan siempre a nivel de impulsos

Rock Rose

Clasifica como la flor tipo de esencia precognitiva, ya que el terror incontrolado que nos provocan nuestras fobias, es el ejemplo que mejor ilustra la función de la amígdala. A su vez que la paralización, como manifestación corporal, es una de las consecuencias más frecuentes del secuestro emocional.

Estoy totalmente de acuerdo con Susana Veilati32 en que el RRO debe ser utilizado por más de seis meses en los trastornos anteriormente mencionados. Pero considero que no debe ser la única esencia, sino que forma parte de una tríada (descrita a continuación), que puede incidir de una manera más efectiva sobre la extinción de la respuesta, en situaciones que no representen un real peligro.

Cherry Plum

En el otro plano de la toma de la conciencia. Este es el estado equivalente al desencadenamiento de una respuesta activa por parte de la amígdala. Más que perder el control de nuestras acciones, es la pérdida del “control consciente” de nuestras acciones, ya que es esta pequeña formación neuronal quien se apodera del dominio de la conducta, violando toda la compleja cadena del procesamiento de la información.

A decir de Ricardo Orozco, a estos procesos “parece contribuir la falta de un adecuado sistema de filtrado entre determinados contenidos subconscientes y nuestra conciencia.

Reseñados en el DSM-IV como Trastorno de angustia (panic disorder) con agorafobia, o sin agorafobia. 31 ¿de qué otra forma si no?

32 2002, obra citada analítica”.33 Ese hace importante resaltar que cuando hablamos de contenidos subconscientes, también quedan incluidas las informaciones fragmentarias de la amígdala.

Hay que recordar que aunque existe una presión mental enorme, el estallido ocurre por la vía tálamo-amígdala. El triste ejemplo que pone Goleman, donde un padre le dispara a su hija pensando que es un ladrón que ha entrado en la casa, ilustra un estado CHP. Vemos la presión mental que se va acumulando desde que este señor escucha los ruidos en una casa que él consideraba vacía, va y toma el arma y luego le dispara al presunto asaltante, sin saber que era su hija, que se había escondido para darles una sorpresa. Queda bien claro que en el momento del disparo la imagen nunca llega a corteza para ser descifrada, antes de la ejecución del acto.

Star of Bethlehem

Esta esencia completa la tríada básica de las esencias precognitivas. Si decimos que en la amígdala se guarda la memoria emocional y que provoca la toma de conciencia cuando registra que una situación actual es similar a otra, vivida en el pasado, sumamente traumática y en ocasiones con peligro para la vida, a nadie a de caberle duda de que esta esencia tenga un papel protagónico en estos contextos.

Cuando se afirma que los traumas son atemporales, un gran porciento se refiere al recuerdo primitivo y asociativo que se produce en la amígdala. Se hace referencia a esos contenidos subconscientes almacenados en las etapas tempranas del desarrollo.

La importancia que tiene la reubicación contextual y temporal de estos impulsos emocionales traumáticos y fragmentarios, radica en el hecho de que una gran mayoría de las ocasiones, el mensaje que se envía es obsoleto. A la corta edad de dos años, el ataque de un perro pequinés puede ocasionar un miedo a los perros que dure toda la vida. Ver un inofensivo perrito puede ser suficiente para desencadenar una reacción de paralización o huida totalmente irracional. Digamos entonces que esta reubicación temporal y contextual de impulsos, es la función primordial de SBE, o sea, un procesamiento de la situación traumática.

Como se ha podido apreciar, las situaciones traumáticas desencadenan una gama de reacciones. La connotación del trauma, no lo da la situación en sí, sino el procesamiento que se realiza de ella. Posteriormente sobrevienen las reacciones corporales y luego las reacciones conductuales. Todas estas formas de reacción se almacenan para tener pautas de respuesta en el futuro, haciendo necesaria la utilización de esta tríada. Este es un trabajo profiláctico, ya que evitarán la aparición futura de respuestas similares. De ninguna manera consideramos que su efecto sea inmediato, por lo que debe mantenerse su ingestión por un período nunca inferior a los seis meses.

A su vez, existe otro grupo de esencias que pueden funcionar a nivel precognitivo en determinados momentos, pero por lo general van a estar guiados por acciones conscientes. A este grupo lo denominaremos:
Esencias Precognitivas Situacionales

Holly

El arrebato irracional de HOL que motiva su pérdida de control se debe a la afrenta afectiva y, a diferencia de CHP “no hay en HOL una sensación de estar cometiendo una locura”.[26] En la consulta se me ha dado en repetidas ocasiones, al analizar con el paciente su desproporcionada respuesta emocional, la siguiente expresión: “y lo volvería a hacer de nuevo”. La Scheffer lo define como un individuo instintivamente irritado.

Es una personalidad caliente y cuando toma presión, no es nada difícil que se le “vuele la tapa de la olla”, o sea, que explote. Muchas veces, no tiene que ser siempre, estas explosiones toman por sorpresa a nuestra corteza. Esto es de lo más común entre los adolescentes, pierden en un segundo los estribos si laceran su autoestima con nombretes o actos denigrantes hacia su persona y se enredan a puñetazos con quien sea sin pensarlo mucho.

Impatiens

Si tenía alguna duda acerca de incluir esta esencia dentro de la clasificación de precognitivas situacionales, en el libro Flores de Bach: Diagnóstico Diferencia entre Esencias, los autores dejan muy claro que la “impulsividad en IMP es puramente fisiológica, una reacción primaria para nada elaborada”.[27]

Por su ritmo acelerado, IMP puede tornarse muy irritable con aquellos que no pueden seguirlo y es en este momento donde ocurren las explosiones. Sin embargo, cabe decir que este estado es bastante pasajero y de poca intensidad, si se le compara con HOL o con CHP.

Este individuo se “irrita fácilmente, muestra reacciones desmesuradas [poseedor de una personalidad] enérgica y activa, parece como electrizado”.[28]

Mustard

No todas las respuestas emocionales que burlan el procesamiento consciente de la información, tienen necesariamente que ser explosivas. La tristeza inmotivada, sin causa aparente, es un buen ejemplo de esto.

Lo que inclina mi balanza para incluirla en este grupo, es el oportunismo con que cursa este tipo de situaciones, si tomamos en cuenta la descripción clásica de la esencia:
“Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o aun de desesperación, como si los cubriera una fría nube oscura que les cortase la luz y la alegría de vivir. No puede encontrar una razón o explicación para estos ataques”.[29]

Este estado aparece de forma repentina, para darnos un golpe bajo y dejarnos fuera de combate. La persona que lo padece parece estar por suelos y no puede hallar una explicación para su situación. Es como la historia de un hombre al que una mañana todos empiezan a increpar y le dicen: “¿cómo pudiste hacerlo?” El pobre se la pasa preguntándose qué es lo que ha hecho, pero nadie le responde. Luego le llevan a una isla desierta donde ha sido condenado a pasar el resto de sus días. Antes de partir, un amigo le da una nota donde ha escrito su falta, pero no puede abrirla hasta llegar a su destino. Una vez allí, es víctima de un accidente y se le pierde el papel. Es así, la conciencia busca desesperadamente eses papel que no aparece, porque no se ha escrito en sus predios. Escapa a las áreas del razonamiento encontrar el por qué.

Es importante aclarar que todas las esencias precognitivas, sean básicas o situacionales, van a jugar un importante papel dentro de la regulación de la conducta. En estas últimas, la importancia de su inclusión radica en el hecho de que ayudaría a las personas a llevar al área del procesamiento consciente, aquellas impresiones que lo llevan al descontrol.

Las competencias emocionales

Decimos que la IE se compone de un conjunto de habilidades, pero es necesario un dominio exitoso de las mismas a la hora de lograr buenos desempeños en nuestro entorno, con los recursos propios. El domino de estas habilidades en la práctica, con desempeños exitosos, es lo que denominaremos como Competencias Emocionales (CE) .

La habilidad puede existir, pero para que sea una competencia tienen que conducirnos al éxito, en las acciones prácticas que realicemos sobre la base de la misma. Las CE determinan el grado de destreza con que manejaremos el resto de nuestras potencialidades. El dominio de las mismas promoverá individuos más satisfechos, capaces de dominar con eficacia, aquellos hábitos mentales que determinan un manejo productivo o improductivo de todas nuestras ideas, pensamientos, proyectos, en fin, si somos productivos o no en todas las esferas de nuestra vida.

Estas habilidades prácticas tienen utilidad en cuatro áreas fundamentales de nuestra vida.[30]

1. Contribuyen a nuestro bienestar psicológico
2. Contribuyen a nuestra buena salud física
3. Favorece nuestro entusiasmo y motivación
4. Permite un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, ya sea en el área familiar-afectiva, en nuestras relaciones sociales de forma general y en lo laboralprofesional.

Competencias emocionales

1. Autoconciencia
2. Autorregulación
3. Motivación
4. Empatía
5. Destrezas sociales

Estas competencias, son subdivididas a su vez en dos grande áreas:

a) Inteligencia Intrapersonal (CE 1,2 y 3)
b) Inteligencia Interpersonal (CE 4 y 5)

Una vez definidas las competencias emocionales, solo nos resta comenzar a analizarlas en función de las esencias florales que las pueden potenciar. Sin lugar a dudas esta es la parte más complicada del libro, pues si bien sabemos que todas las esencias florales del doctor Bach contribuyen de una forma u otra al desarrollo de las CE de forma integral, en este momento nos basaremos en la descripción de aquellas que son más ilustrativas para cada caso, apoyados sobre todo en la experiencia clínica e investigativa propia y de otros colegas.

Por otro lado, considero que este es el momento para aclarar que hay esencias que contribuyen a desarrollar determinadas competencias, pero que no han sido recogidas porque no es objeto del libro hacer una clasificación floral de todos los estados de ánimo. Para una clasificación de esta envergadura haría falta, no solo un libro, sino toda una enciclopedia. De todas maneras, aquellas esencias que considere que no se han recogido (ya sea porque he querido ser muy específico o porque el marco conceptual donde me muevo no da pie para su inclusión), pero son muy ilustrativas en determinadas competencias, serán incluidas al final en el acápite titulado Competencias Emocionales flor por flor.

Creo necesario todo este preámbulo porque se que estas herramientas terapéuticas pueden enriquecerse considerablemente, en la medida que desde esta perspectiva se profundice en el tema.

[1] Marina, obra citada, Pág.12

[2] Estomatólogo y terapeuta floral italiano, que ha desarrollado un método de tratamiento basado en las topografías de Kramer y la aplicación de compresas con las esencias florales en dichas zonas. Autor del libro La medicina ritrovata, donde expone este sistema. Es una lástima que no haya todavía una traducción al español del texto.
[3] Debo aclarar que la transcripción de lo que allí se dijo no es fiel a la realidad ni en el tono, ni en la utilización de las palabras, pero sí en la esencia del discurso. Así que no es de extrañar que el diálogo parezca un debate de congreso y no lo que realmente fue.
[4] Ya se publicó, hago referencia a Manual de aplicaciones locales.
[5] Tomado del ensayo “Kafka y sus precursores” de Jorge Luis Borges, en Páginas escogidas, citada en la Bibliografía.
[6] Edwuard Bach, obra citada, pág. 41
[7] Los test de personalidad vinieron a cobrar fuerza en la década del 40 y el abordaje del mundo emocional dentro de estos era insuficiente. 8 Obra citada, pág. 143
[8] Ciertamente muchos hoy día siguen pensando de igual manera, solo que a humanidad ya ha podido comprobar en carne propia los efectos adversos de los fármacos (recuérdese el caso de la Talidomida en los 60´) y enfermedades como el cáncer y el SIDA, siguen sin tener una solución definitiva.
[9] Cuando por razones personales me vi impelido a abandonar mi consulta y adentrarme en el mundo empresarial, como profesor de temas de psicología organizacional, prensé que ese cambio me alejaría de las flores; sin embargo constituyó toda una oportunidad para aprender que con las esencias florales de Bach se pueden potenciar las Competencias Emocionales y hacerle frente al estrés. En este último punto se han obtenido buenos resultados en algunas investigaciones (la primera de las cuales queda reseñada en la Bb), de forma tal que en el centro donde laboro se ha creado un Gabinete Psicológico para el Estudio e Intervención de los problemas asociados al Estrés Laboral.
[10] Palmero, obra citada
[11] Castro-López, obra citada
[12] Tomado del artículo “¿Qué es la emoción? (por M.P. González y otros), donde se hace una reseña de las aportaciones de la obra de V. J. Wukmir Emoción y Sufrimiento, en www.byopsychology.org
[13] Que mejor muestra de afecto que la que ofrece el voluntariado de Sedibac, o la que todos los años nos brinda el doctor Ricardo Orozco al venir de forma gratuita y desiteresada (pagando de su bolsillo todos los gastos) a Santa Clara a colaborar con el Diplomado de Terapia Floral de nuestro Instituto Superior de Ciencias Médicas.
[14] Nuñez, obra citada
[15] Plaermo, obra citada
[16] Obra citada 18 Obra citada, Pág. 80 19 Ídem.
[17] Ídem, Pág. 89
[18] obra citada, pág. 418
[19] idem, pág.418
[20] idem, pag.419
[21] El mismo autor se percata de que hay emociones que no están recogidas o clasificadas como los CELOS, la ESPERANZA, la FE, el VALOR, el PERDON, la CERTEZA, la ECUANIMIDAD, la DUDA, la AUTOCOMPLACENCIA, la PEREZA, la APATÍA y el ABURRIMIENTO. Es aquí donde debemos detenernos y revisar la obra de Bach, ¡60 años antes!, con la subdivisión de sus 38 esencias en siete grupos emocionales. 25 Marina, obra citada, Pág. 77
[22] Castro-Lopez, obra citada, pág. 88
[23] Marina, obra citada, Pág. 89
[24] Es importante aclarar que la amígdala es nuestro depósito de memoria emocional y de significado, es un “almacén de impresiones y recuerdos emocionales de los que nunca hemos sido plenamente conscientes”. Su función básica lo constituye el escudriñar en las percepciones en busca de amenazas y se encarga de activar secreciones masivas de noradrenalina, que no hace más que poner al cerebro en estado de alerta.
[25] Estas explicaciones se basan en los descubrimientos de Joseph LeDoux, referenciados en el texto de Goleman
[26] Orozco y Sanchez, obra citada, pág. 76
[27] Idem, pág. 136
[28] Scheffer, obra citada, pág. 72
[29] Edward Bach, obra citada, pág.52
[30] La mayoría de los datos que se ofrecen en este acápite han sido tomados del sitio web: inteligenciaemocional.org