Amparo de Dios
Me pregunto, si realmente he contemplado estas cosas en mi vida de tal manera que sé lo que quieren decirme.
¿He observado mi intención cuando un ser querido esta hospitalizado y mi preocupación me lleva a pedir ayuda a la fuente de poder en la que creo?.
¿He observado en el cielo a una parvada de pájaros volar a un mismo ritmo regalándome el espectáculo más maravilloso de ballet aéreo ?
¿He observado bajo el mar a un banco de peces moverse a la misma velocidad como si fuera uno solo?
¿He meditado en la sabiduría de Einstein que encontró que todo el Universo proviene de la misma energía?
Cuando contemplo la bóveda celeste, ¿alguna vez he mirado sólo una estrella?
Me podría hacer una y mil preguntas que me hicieran darme cuenta de que no estoy solo, que mi mente no es la única fábrica de pensamientos, que mi cerebro no es el único procesador en el universo.
¿Qué es lo que me hace pensar que estoy sólo y me hace pedir apoyo o ayuda en casos difíciles?
Si en cada cosa puedo ver que existe una inteligencia Divina que lo contiene y lo hace fluir. Un pájaro no tiene miedo de volar, un pez no tiene miedo de nadar, ¿por qué yo como humano tengo miedo de vivir? Si es obvio que esa inteligencia Divina también me contiene a mí. Se presenta cuando la solicito con la suficiente fe y creencia de que nací con ese don de abundancia que me hace ser feliz y agradecer en cada momento.
Creo que mi vida es un espejismo que yo creo con mis pensamientos carentes de esa unión con lo divino. Los animales no piensan y saben que está en ellos el poder. Yo confundo mi poder con el control. En la ciencia ficción siempre existió un científico loco que quería controlar el mundo. Sin quererlo mi mente dio por hecho que yo podía tener el control de mi mundo pasando por alto todas las leyes del Universo. Haciendo crecer a mi ego convirtiéndolo en ese científico loco que me destruirá. Sin darme cuenta que es a mí, a mi propio cuerpo, que él mismo creo, al que esta destruyendo. Separándolo de esa fuente de poder que es mi creatividad y certeza de que esa inteligencia divina me contiene y es la única que puede hacer de mí lo que tiene programado y listo para manifestarse en mí vida relativamente a mis sentimientos, pensamientos, comentarios, conductas y actitudes.
Si puedo creer esto, puedo cambiar mi vida y renacer.
Es mejor para mí dejar de ver ese espejismo y crear la vida real que me hará brillar en ese carisma que nos regaló la inteligencia que nos creo y que al traerme a este mundo lo hizo con la seguridad de que algún día me daría cuenta que su voluntad es la mía. Porque es el único propósito de la vida, que yo reconozca que no soy la única estrella en el firmamento que puede controlar a las que me rodean y que no brillan tanto como yo. Que la verdad es que brillo junto con todas con el mismo brillo con que nos creo esa inteligencia Divina que tiene una sola mente universal.