viernes, abril 01, 2022

Los Falsos Profetas y la Mitomanía

La Mitomanía o manía de grandeza.

"Al llegar a este capítulo del Mensaje de Navidad 1971-1972, no está de más enfatizar algo muy penoso que hemos podido verificar a través de muchísimos años de constante observación y experiencia.

Quiero referirme sin ambages a la “Mitomanía”, tendencia muy marcada entre gentes afiliadas a diversas escuelas de tipo metafísico.

Sujetos aparentemente muy sencillos, de la noche a la mañana, después de unas cuantas alucinaciones, se convierten en mitómanos.

Incuestionablemente tales personas de Psiquis Subjetiva, casi siempre logran sorprender a muchos incautos, que de hecho se hacen sus seguidores.

El mitómano es como un paredón sin cimientos, basta un leve empujón para convertirle en menudo sedimento.

El mitómano cree que esto del ocultismo es algo así como “soplar y hacer botellas” y de un momento a otro se declara mahatma, maestro resurrecto, hierofante, etc.

El mitómano tiene por lo común señuelos imposibles, sufre invariablemente de eso que se llama “delirios de grandeza”. Esa clase de personajes suelen presentarse como reencarnaciones de maestros o de héroes fabulosos, legendarios, ficticios.

Empero, es claro que estamos haciendo énfasis sobre algo que merece ser explicado.

Centros egoicos de la subconsciencia animalesca que en las relaciones de intercambio siguen a determinados grupos mentales, pueden provocar mediante asociaciones y reflejos fantásticos algo así como “espíritus” que casi invariablemente son solo formas ilusorias, personificaciones del propio Yo Pluralizado.

No es pues extraño que cualquier agregado psíquico asuma una forma Jesucristiana para dictar falsos oráculos...

Cualquiera de esas tantas entidades que en su conjunto constituyen eso que se llama Ego, puede si así lo quiere tomar forma de Mahatma o Gurú y entonces el soñador al volver al estado de vigilia dirá de sí mismo: “estoy auto-realizado, soy un maestro”.

Débase observar al respecto que de todos modos en el subconsciente de toda persona se halla latente la tendencia a la toma de partido, a la personificación.

Este es pues el clásico motivo por el cual muchos gurujis asiáticos antes de iniciar a sus discípulos en el magismo trascendental, les previenen contra todas las formas posibles de auto-engaño.

No es tan fácil despertar Conciencia; es necesario liberar la Esencia, sacarla de entre sus habitáculos subconscientes, destruir tales habitáculos, volverlos polvo.

Este es un proceso graduativo muy lento, penoso, difícil.

Conforme la Esencia se va liberando, el porcentaje de Conciencia va aumentando.

Los humanoides intelectuales equivocadamente llamados hombres poseen en verdad tan solo un tres por ciento de Conciencia, si tuvieran siquiera un diez por ciento las guerras serían imposibles sobre la faz de la Tierra.

La Esencia primigenia que se libera al iniciarse el proceso del Morir, es incuestionable que se convierte en “La Perla Seminal”, ese punto matemático de la Conciencia citado por el Evangelio del Tao. Así se inicia el “Misterio del Aureo Florecer”.

El mitómano presume de iluminado sin haber liberado la Esencia, sin poseer ni siquiera la Perla Seminal.

Las gentes de psiquis subjetiva son utopistas ciento por ciento; suponen equivocadamente que se puede ser iluminado sin haber logrado la muerte del Ego en forma radical y definitiva. No quieren entender esas pobres gentes que habiendo auto-encierro la iluminación objetiva, auténtica, resulta completamente imposible.

Es obvio que cuando la Esencia está embotellada entre el Yo Pluralizado, existe auto-encierro.

La Esencia embotellada sólo funciona de acuerdo con su propio condicionamiento.

El Ego es subjetivo e infrahumano. Es ostensible que las percepciones que la Esencia tenga a través de los sentidos del Yo Pluralizado resulten deformadas y absurdas.

Esto nos invita a comprender lo difícil que es llegar a la iluminación verdadera, objetiva.

El precio de la Iluminación se paga con la propia vida. En la tierra sagrada de los Vedas hay chelas-discípulos que después de treinta años de intensivo trabajo, se encuentran tan solo en los comienzos, en el prólogo de su trabajo.

El mitómano quiere estar iluminado de la noche a la mañana; presume de sabio, se cree un dios."

Fragmento del libro "El Misterio del Aureo Florecer" , de Samael Aun Weor.

El mitómano es un falso profeta, una persona alucinada que logra engañar a muchos haciendo pasar por un Maestro, Iniciado, Mensajero, etc.

Desafortunadamente hay hoy incontables mitómanos actuando en varias escuelas, organizaciones, instituciones, sectas, religiones, etc.

Es necesario tener mucho cuidado para no quedar engañado por estos sujetos.