jueves, mayo 19, 2022

María de la Eucaristía: ¿La Virgen Aparece en Italia?

José Antonio Roldán

Un fascinante misterio que remece a la Iglesia Católica rodea en Italia las apariciones de la Virgen, que entre 1971 y 1993 presenciaron la vidente Marisa Rossi y el sacerdote Claudio Gatti.

En 1971 la romana Marisa Rossi y el párroco Claudio Gatti centran sus vocaciones religiosas en un objetivo común dividido en dos frentes. El primero enfocado a la enseñanza del conocimiento del evangelio a la juventud (encuentros, retiros espirituales, campamentos-escuela, etc) y el segundo a la ayuda de los sacerdotes en dificultad. Se construyen las bases del actual Movimento Impegno e Testimonianza "Madre dell'Eucaristia”.

Las apariciones y presuntos milagros vinculados a este movimiento comienzan antes del encuentro entre el sacerdote y la vidente. De hecho, Marisa Rossi dice ver a la Virgen desde los dos años y medio de edad. “Ella se me aparecía casi diario como una persona común y me ayudaba. Me aconsejaba y confortaba. Mi familia no sabía qué pensar de mí y decían: ¿es una estúpida o una santa?".

Las apariciones se pueden dividir en varias etapas. Una primera parte que iría desde 1971 a 1988. Los mensajes son recibidos por Rossi desde un primer momento y Gatti los presenciará también desde sus orígenes. El propio sacerdote dice haberlos estudiado, considerado y sometido a examen “porque en los comienzos de estas experiencias sobrenaturales era muy joven e inexperto”. La segunda que abarcaría desde octubre de 1988 hasta 1993, el círculo de personas que son testigos de los mensajes marianos crece. Y una última desde el 93 hasta la actualidad. Las apariciones abandonan 22 años de silencio público.

Desde el inicio de estos extraños fenómenos marianos hasta el día de hoy no han dejado en ningún momento de suceder, por lo que de ser ciertos estaríamos ante una de las apariciones marianas más importantes del orbe terrestre. Pero como no estamos aquí para juzgar –ese honor se lo cedemos a ustedes- sino para exponer hechos...vamos a ello.

Las Apariciones de la Virgen y Jesús de la Eucaristía...

Las apariciones comienzan antes del primer encuentro en 1971 entre el párroco y la vidente. En esa primera época son apariciones “privadas” y los mensajes son recogidos por Marisa Rossi y Claudio Gatti. No fue hasta el 24 de octubre de 1993 cuando la Virgen deja escuchar sus supuestos mensajes al ya amplio grupo de creyentes que llegaban desde muchos puntos del país a Roma, concretamente a la casa de Via delle Benedettine.

Gatti explica que Jesús se les aparece vestido con ropas sagradas: “lleva hábitos litúrgicos del mismo color, diseños similares y sastrería idéntica a los nuestros”. La vidente explica que la virgen es: “es muy joven, por lo que mis ojos pueden ver, parece de aproximadamente 18-20 años. Su cara es bien proporcionada, ovalada, con el color natural de Su país; Tiene mejillas rojas; sus labios son normales, muy bellos, color de rosa. Cuando sonríe es aún más bella porque se le forman dos hoyuelos pequeños en Sus mejillas. Sus ojos alumbran y están de un color azul oscuro, muy profundos y abiertos. Su nariz armoniza con su cara, Se ve tan bella. Sus cejas son oscuras como sus pestañas. Su pelo que es largo y oscuro, que se extiende uniformemente sobre su cabeza y a los lados”.

Rossi ve a la Virgen cuando les trae la Sagrada Eucaristía con un velo blanco sobre su cabeza y un manto azul sobre sus hombres, reposando sobre una blanca nube.

Las apariciones, al contrario que otros muchos eventos marianos, no tienen un sitio fijo donde producirse, porque la vidente dice haber visto a la virgen en el Gran Sasso, en los Alpes Occidentales, en los Dolomitas, en el mar, carros, radios e incluso en casas de personas particulares. Las formas de dirigirse a la vidente de la virgen son también diferentes, utilizando el propio italiano hasta incluso en Arameo. La vidente dice poseer el don del entendimiento de las lenguas mientras se encuentra en éxtasis místico. Rossi escribe en una “taquigrafía que le enseñó Nuestra Señora la cual nadie puede descifrar”. Los mensajes son transcritos al italiano y consignados por Claudio Gatti.

En la Nochebuena de 1994, la Virgen se aparecen presumiblemente ante los fieles del Movimiento y muestra a a Marisa Rossi el futuro de la Iglesia. “Dios Padre traerá el triunfo de la Eucaristía a todo el Mundo, pero ésta victoria será precedida por un gran forcejeo dentro de la Iglesia en el que se verán cardenales contra cardenales y obispos contra obispos, lo mismo que se reveló en Fátima. En esta amarga contienda se verán por un lado los defensores de la Eucaristía y por el otro sus amargos enemigos; ya podemos ver las primeras señales de este forcejeo”, dijo la virgen en uno de los presuntos mensajes dados a la vidente romana.

¿Comunicación Real con la Divinidad?

El 5 de diciembre de 1993 llega hasta la sede de la congregación el abate René Laurentin, unas de las personas más informadas en cuanto a apariciones marianas que existen en el mundo. En un artículo publicado en la revista “Stella Maris” escribe todo lo que le aconteció durante su estancia allí.

“En el momento de la aparición, ora en el centro de la capilla y al igual que los videntes en Medjugorje, se arrodilla cuando ve a Nuestra Señora. El éxtasis no la aísla del mundo exterior”, escribe Laurentin. El abate ve rasgos comunes en las grabaciones que allí se realizan y las asemeja a las de Kibeho en Ruanda. Tras la aparición mariana, el estudioso pregunta a Gatti cuáles eran los mensajes de la Virgen y éste le responde que: "Nuestra Señora dice que Ella es la Madre de la Eucaristía, que es la Madre de Cristo presente íntegramente en el Sacramento y es justo esto lo que significa la imagen que está colocada en la capilla, porque Nuestra Señora custodia la Sagrada Hostia y el cáliz". Lauretin ve que el mensaje de oración, conversión y ayunos coincide plenamente con los de las apariciones de Medjugorje.

Los mensajes recibidos por Marisa Rossi han sido recogidos en algunos volúmenes, hasta el día de hoy en seis, los cuales se reparten por toda Italia para formar grupos de oración denominados “Madre de la Eucaristía”. Los mensajes “son exhortaciones, reclamos, enseñanzas, son catequesis, la Catequesis de Dios”. A través de Marisa Rossi, la Virgen repite que los mensajes no le pertenecen, sino que es Dios quien se los comunica a ella, que sirve como vínculo entre él y sus hijos.

Unos mensajes que no sólo da la Madre de Dios, sino que según Gatti y Marisa Rossi, también los da Jesucristo. En un supuesto mensaje de Jesús el 12 de febrero de 1998 éste dice: “...Sufro mucho porque el hombre no convierte su corazón, pero Dios Padre ha decidido dar a su hermana una gran tarea: ella debe escribir una carta a todos los Jefes de Estado de la tierra...". El 14 de ese mismo mes Gatti envía el mensaje de Dios por la paz a 130 embajadas de otros tantos países que se encuentran en Roma y a Kofi Annan, Secretario General de la ONU. Incluso el Padre Pío de Pieltrecina se le aparece a Rossi en una ocasión el 2 de mayo del 2000 a las 18:30 horas.

El 1 de Noviembre de 1999 sobre las diez de la mañana, Marisa Rossi cayó en éxtasis. La vidente describe como pudo apreciar entre una miríada de ángeles, Jesús y la Virgen, un “gran fuego bello que no asustaba ni molestaba y una voz fuerte salió de él afirmando: "YO SOY DIOS". Según los presentes Marisa le contestó que no podía verle a lo que Dios dijo: “no puedes verme, porque soy Dios".

A través de los múltiples mensajes que dice recibir, Marisa Rossi surge la necesidad según ellos–de crear un decálogo para los consagrados a la Madre de la eucaristía, una especie de Diez Mandamientos, pero adaptados al Movimiento.

Estas diez directrices a seguir son:

1 - Comprometieres a respetar los Mandamientos de Dios y los preceptos de la Iglesia.
2 - Atender diariamente a la Santa Misa, si es posible, y recibir la Sagrada Comunión o visitar a Jesús ante el Santísimo Sacramento o hacer en casa una Comunión espiritual.
3 - Recurrir a la Santa Confesión de manera regular e inmediatamente si hay necesidad.
4 - Leer y conocer la Palabra de Dios, cuando menos los Evangelios.
5 - Rezar el Santo Rosario todos los días.
6 - Decir la oración comunitaria en casa si hay dos o más personas consagradas en la misma familia (duración y método a elección de los consagrados).
7 - Dar buen ejemplo y testimonio del modo de vida Cristiano en todo lugar. Involucrarse activamente con su parroquia y comunidad si es posible.
8 - Comprometerse a dar a conocer a otros la Madre de la Eucaristía y los menajes dados en el nombre de Dios.
9 - Hablar acerca y difundir las noticias del triunfo de la Eucaristía.
10 - Amar a la Iglesia, obedecer a la jerarquía de la Iglesia, y sentirse parte viva y diligente del Cuerpo Místico.

Milagros Eucarísticos: ¿Pruebas de la Divinidad o o Fraude?

Uno de los pilares en los que se sustenta la fe de los devotos de estas apariciones son los denominados “milagros eucarísticos”, una serie de exvotos y hechos sensibles superiores presuntamente al orden natural, producidos por la Virgen y Dios. En este caso en concreto los hay en cantidad, posteriores estudios de carácter más neutral de los que hasta ahora se han hecho deberían demostrar cuál es su origen real.

Ante sus devotos, el primer portento eucarístico se produjo el 10 de septiembre de 1995, Marisa Rossi dijo haber recibido un mensaje de la Virgen que la instaba a portar la cruz cuatro días después en la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. Marisa Rossi en aquella época se había visto obligada a utilizar una silla de ruedas por diferentes problemas físicos, entre ellos una aguda artritis. Ese primer milagro consistió

–según los asistentes- en la aparición de una hostia consagrada del pecho de Jesús Crucificado. Hecho que se repetiría en otras ocasiones, como el 7, 22, 26 y 29 de octubre de 1995, delante de varias decenas de creyentes y curiosos. El 26 de noviembre, 8, 31 de diciembre de 1995 y 7, 14 y 28 de enero de 1996 los milagros eucarísticos parecen renovarse.

El 18 de febrero de 1996, Marisa Rossi dice haber recibido el mensaje de comer hierba del jardín: “esto simboliza que el lugar es prodigioso, esto es, curativo para los males físicos y espirituales”. Rossi, ante testigos –eso sí, del propio Movimiento- dice recibir una hostia sagrada de grandes dimensiones, aunque esto no fue siempre así. El día de Pascua de 1996 la vidente dice recibir de Jesucristo una hostia sucia y profanada –ver en las imágenes-, según los mensajes porque así se sentía él cuando no creían en su existencia.

El 6 de febrero de 1997, la médium se encuentra mal de salud. Gatti y algunos jóvenes del Movimiento dicen presenciar la materialización de una hostia sangrante, que según los mensajes marianos sería de la sangre de Cristo. El 21 de febrero de 1997, mientras los seguidores del párroco y de Rossi hacen el Vía Crucis en la capilla, la vidente sola en su habitación ora. Poco después dice haber recibido la visita de San Juan Bosco. Él habría traído –según la vidente- una caja que contenía una “hostia dividida en dos y manchada por la sangre de Jesús", hecho similar al acontecido el 22 de marzo de 1998 y al del 17 de mayo de ese mismo año, aunque en estas ocasión la forma sagrada es superior en tamaño y de ella parece haber brotado la sangre que posteriormente encontraría los fieles.

Casi un año después, concretamente a las siete y media de la mañana del 6 de junio, Claudio Gatti se encontraba subiendo a su estudio en Via delle Benedettine cuando – según él- percibió el olor a perfume característico que anunciaba la existencia de un “milagro”. La hostia que había sangrado el 17 de mayo del 98 se había transformado en un corazón, del cual emanaba sangre. El jueves 11 de noviembre de ese mismo año una nueva hostia sangró. El sacerdote que fue la primera persona que vio este nuevo supuesto prodigio explica que: “Era aproximadamente la 13:00 horas cuando fui a orar ante la hostia que el 3 de Noviembre había sido puesta por Nuestra Señora en el cáliz de la estatua blanca. Vi inmediatamente una mancha redonda de sangre dentro de la hostia y unas gotas que brotaban y salían de su interior. Inmediatamente llamé a las personas que estaban en la casa de manera que pudieran ver y atestiguar el milagro Eucarístico. Oramos y cantamos, entonces todos volvieron a sus actividades ordinarias". La estatua de María de la Eucaristía había estado esculpida en 1980 por Adolfo Insam de Ortisei.

Pero pocas horas más tarde, Gatti volvió a la eucaristía donde observó que la hostia había seguido derramando el líquido vital y “en un segundo momento había empezado a inundar y había manchado la parte superior y parcialmente la base del cáliz. Además unas gotas se había caído hacia la base de la estatua”. Rossi en medio del fervor popular de los creyentes que se habían reunido entorno a la estatua de la Virgen sobre las 14:50 horas de ese mismo día dio un mensaje que según ella la Virgen acababa de darle: “Hoy te he dicho que el mundo va peor y peor; Debo defender a mi hijo Jesús por esos hombres que lo odian a Él y a tí. La sangre es un acto de amor por ti y de sufrimiento por aquellos que no creen. Hasta que el mundo no cambie, mi corazón y el corazón de Jesús sangrarán".

Tanto Gatti como Rossi guardan celosamente las tres hostias que sangraron: la primera el 22 de marzo de 1998, la segunda el 17 de mayo de 1998 y la tercera el 11de Noviembre de 1999 y según ellos: “se mantienen todas las tres hostias perfectamente y emiten todavía un olor delicado”. Aunque no han sido las únicas formas sagradas que desprendían sangre y que han aparecido dentro del Movimento Impegno e Testimonianza "Madre dell'Eucaristia”. El 16 de mayo del 2000 sobre una planta aparece una forma sagrada grande que exhalaba sangre. La vidente estaba en cama por enfermedad. Fue el párroco y algunos jóvenes quienes verificaron la nueva aparición: “la hostia tenía una mancha de sangre compacta y extendida por la casi totalidad de la superficie y emanaba el perfume celestial, garantía de la intervención sobrenatural”. Marisa, como suele siendo habitual, contó poco después a sus seguidores que la Virgen le había dicho que ese milagro eucarístico se había producido porque “un eclesiástico, que todavía ocupa un lugar muy importante en la jerarquía de la Iglesia después de la consagración vio salir del pan eucarístico grande algunas gotas de sangre. En lugar de alegrarse, se sintió fastidiado de lo que estaba ocurriendo bajo sus ojos, con un gesto de rabia alejó la hostia ensangrentada y pidió al ayudante una segunda hostia para proseguir la celebración de la Santa Misa y no permitir a los que estaban allí presentes que se dieran cuenta del milagro eucarístico”.

La médium dice que la Virgen tomó entonces aquel pan eucarístico y se lo entregó a ellos. Tanto Gatti, Rossi y los jóvenes han explicado que están obligados por ahora a mantener el secreto sobre la identidad del eclesiástico, que según ellos debería de ser reprendido con la excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica (can. 1367). Dos días después la hostia que había sangrado el 11 de noviembre de 1999, Gatti se la encontró de nuevo rebrotando de ella sangre en abundancia. El sacerdote fue el protagonista de lo sucedido el 11 de Junio del 2000 durante la fiesta de Pentecostés. “Cuanto terminé de decir la redacción de la consagración del pan, de mi hostia empezó a brotar sangre. El tiempo se detuvo para mí. Doblaba la hostia que sostenía firmemente en mis manos y contemplaba la divina sangre que se esparcía en gran parte de su superficie”. Un Gatti que continuó la misa a pesar del sangramiento del pan eucarístico. “Tenía que consumir la hostia esparcida de sangre, como esta prescrito por las normas 113-116 del capítulo 4to. de las instrucciones para la celebración de la Santa Misa contenidas en el libro de la Misa”. En definitivas cuentas, el sacerdote consumió la forma consagrada. “Recibiendo la Sagrada Comunión he disfrutado el dulce sabor de la sangre”, declaró Gatti.

El 4 de octubre del 2001 tras ver dos relámpagos desde su lecho, Marisa Rossi comprueba que en una escultura de madera que representaba la eucaristía habían aparecido –según ella- dos hostias procedentes de la mano de la Virgen.

Varios meses antes, el 4 de agosto la congregación se traslada en parte durante una excursión al valle que se extiende entre Castelluccio di Norcia y la Forca Canapina La vidente dijo haber estado conversando, incluso habiendo estado “gastando bromas”, con la Virgen durante un paseo y en el interior de uno de los coches que les habían llevado a esas montañas. Gatti fijó su mirada sobre un cabello negro que reposaba sobre el pecho de Marisa Rossi y que: “hacía contraste con la blancura del jersey que llevaba”. Según el “obispo erigido por Dios” el cabello se esfumó tras una ráfaga de viento. Pero sin saber cómo volvió a aparecer de nuevo en el pecho de la vidente. En una posterior aparición la Virgen les comunicó que: “Nadie tiene una reliquia mía, nadie tiene un cabello mío, un cabello fundido con el de José y el del Niño Jesús. Alguien se ha apropiado del otro cabello, quizás el demonio, pero no puedo decir nada más. Vuestro obispo os lo explicará todo”.

¿Qué Piensa la Iglesia “Oficial”?

En un comunicado emitido el 12 de enero del 2001, el cardenal Camillo Ruini de la Conferencia Episcopial italiana confirmó que desde 1994 había estado prohibiendo al sacerdote diocesano Claudio Gatti “que celebrara la eucaristía y que presenciara o presidiera todo acto de culto eucarístico y de culto público en general, en el oratorio ubicado cerca de la sede el Movimiento”.

Ruini explicas que tras varias amonestaciones, que el mismo califica como “ineficaces”, en el decreto del 6 de marzo de 1998, n. 251/98, ”he hecho hincapié en la prohibición, mencionada más arriba, advirtiendo a Don Gatti que en caso de ulterior inobservancia de las disposiciones dadas, incurrirá en la censura de la suspensión latae sententiae, con la consiguiente prohibición de poner en práctica actos conectados a la potestad del orden, de conformidad con el can. 1334, § 2, 1319 y 1331, § 1, n. 1°”.

Gatti presentó un recurso contra el decreto de Ruini ante la Congreación para el clero, pero ésta en el decreto de fecha 4 de julio de 1998, n. 98001404 rechaza de pleno el recurso. Ruini en el decreto del 22 de octubre de 1998 n. 1263/98 de conformidad con el can. 56 declaró que el sacerdote “había incurrido en la suspensión latae sententiae; he impuesto la prohibición de poner en práctica actos conectados a la potestad del orden hasta nueva disposición; hago notar que la inobservancia de las disposiciones comunicadas es susceptible de ulteriores sanciones penales según la norma del can. 1326, §, n. 1°”. Y poco después en la edición de la "Revista diocesana de Roma" se publica una nota de Monseñor. Cesare Nosiglia, Vicegerente de Roma, en la cual se da divulgación al decreto “a fin de tutelar el bien espiritual de los fieles”. Sin embargo, Ruini indignado explica que las medidas preventivas penales no habían sido acatadas por Gatti que “declarándose entretanto obispo ordenado por Dios - obispo de la Eucaristía- ha tratado de difundir el Movimiento y sus actividades en otra Dióciesis (Bologna, Chiavari, Vicenza) determinando inmediatamente intervenciones de los respectivos obispos, uno de los cuales ha hecho propias las sanciones decididas por mi”.

La Congregación para la Doctrina de la Fe también vio correcto el llevar a cabo el cumplimiento de las medidas penales internas. El Arzobispo Cesare Nosiglia comunicó ese mismo año a Gatti la decisión tomada por la Iglesia respecto a su caso. La reunión se llevó a cabo en el palacio de Laterano el uno de abril de 1998 a las tres de la tarde. Además de Nosiglia se encontraban allí presentes, El Canciller del Vicariato, Giuseppe Tonello y el Vicario Judicial Adjunto del Tribunal regional de Lazio, en calidad de notario, Pietro B. Martinello y el padre Giuseppe Togonolo. Nosiglia explicó a Gatti que de nuevo podría ser readmitido en la Iglesia si reconocía estar equivocado al permitir que decenas de fieles adorasen las hostias sagradas presuntamente traídas por Jesús o María de la Eucaristía.

Una relación entre la Iglesia y las presuntas apariciones marianas y milagros que dista mucho de ser cordial. La Iglesia “oficial” no ve con buenos ojos lo que ocurre en Via delle Benedettine y no hay que decir que niegan que allí ocurra algo cercano a lo divino. El sacerdote disidente pidió en 1996 al Cardenal Ruini que enviaran uno o más

“exorcistas de manera que tendrían la oportunidad exorcizar las Hostias que aparecieron para descartar la presencia del diablo”. Gatti invitó en varias ocasiones más a los doctores y expertos de la comisión vaticana a observar personalmente y comprobar de forma científica lo que ocurre en los milagros eucarísticos y en las apariciones, pero al parecer la respuesta y la asistencia siempre han sido negativas.

En alguna ocasión desde fuentes cercanas a la Iglesia se ha declarado que Marisa Rossi podría padecer algún tipo de trastorno psíquico que le llevase a creer que presencia realmente la venida de la Virgen y Jesús. El 3 de diciembre de 1995, la vidente ingresó en el Hospital de Enfermedades Nerviosas y Mentales de la Universidad de “La Sapienza” de Roma, durante uno de sus éxtasis los facultativos realizaron una prueba de “encefalograma registrado en video". “Durante ese período, se nota la desaparición del ritmo alfa cardíaco, como normalmente sobreviene durante una reacción de atención", según la nota médica del doctor Gian Pio Paolucci, especialista en Neurología y Medicina Legal. ¿Es prueba la “cordura” de la médium de que las apariciones y milagros sean reales?, la respuesta debería ser obvia. No. Lo que ocurre en la congregación de Vie delle Benedictine, 93 de Roma es ante todo comprobable por todos nuestros lectores. De ellos dependen discernir sobre la veracidad o no de los hechos. Si las apariciones marianas y milagros que allí dicen se producen son reales o no. Nosotros por ahora sólo podemos limitarnos a seguir el tema desde la distancia que debe dar la imparcialidad. Mostrando próximos pronunciamientos desde la Iglesia o de análisis científicos de los denominados milagros eucarísticos, de haberlos.