domingo, octubre 23, 2022

Terapia en Caso de Abandono Afectivo

Teodoro Herranz Castillo

Este breve trabajo pretende resumir un recorrido interno, agónico, por lo que de lucha me ha supuesto durante muchos años, entre la ilusión de una “pretendida cura” y una realidad “o algo muy similar si es que es ya no existe” para comprender el abandono afectivo y el maltrato en la infancia.

Una parte de este trabajo tiene una pretensión explicativa donde se intentan integrar una nosología clínica, con un proceso evolutivo, y está pensado desde una epistemología que se acerca al construccionismo a veces pero donde el peso del estructuralismo sigue representado mi modo de concebir al otro.

El resultado es una reflexión en voz alta, donde se parte de las narraciones que los niños nos hacen de sus sueños y se llega a las inferencias que la teoría y el método de trabajo me han llevado a pensar.

2. ¿Cuéntame tus sueños ?

A continuación mostramos algunos de los sueños que nos contaron los niños de un centro institucional de la Comunidad de Madrid, que están sirviendo criterio diagnóstico para ver la evolución de las intervenciones terapéuticas que se están llevando a cabo con ellos.

Los sueños que se muestran aquí han sido seleccionados de forma aleatoria y representan una proporción de sueños de contenido “agradable” o “doloroso” similar al registro total que poseemos.

SUEÑOS AGRADABLES...

Niña 11 años
Una vez fui a mi antigua residencia, s me dijo que estaba por mí, y me besó.

Niña 16 años
Era famosa en el deporte, como Ronaldinho, salía en el marca , tenía una casa, muchos Ferraris y jugaba con Beckam

SUEÑOS DESAGRADABLES

Niño 7 años
Tenía un rosario debajo de la almohada y un niño me lo quitaba, estaba triste en el sueño, y lo hizo un niño grande , estaba solo y era grande.

Niño 10 años
Estaba con un niño de mi clase con el que no me llevaba bien y un señor me perseguía y llegaba a la Residencia y no había nadie y nos perseguían y estaba cerrado. Nos seguía persiguiendo y me encontré con mi hermano y estaba en un laberinto y me di cuenta que mi hermano me mata y me llevo bien con él y me desperté.

Niño 10 años
“Un gato negro que me perseguía, le di una patada y me arañó en la cara, y una niña se encerró con el gato y salió lleno de arañazos.”

Niña 12 años
Estaba en un teatro con un tío y había maniquíes disfrazados de muerto y manejados por cuerda y uno se levantó y salió otro vivo y era una actriz rapada y llena de sangre y vomitando y muerta desde hace tres días. Y era una muerta vomitando y había un señor que primero la vistió y luego mató a la chica, tenía rojo lo blanco de los ojos y salí corriendo y me desperté.

Niño 11 años
Dice que lo soñaba cuando tenia 7 años “ veíamos una peli tres niños (...) y dijeron me voy al baño y como no volvían fui a buscarlos al baño y entonces volví y no había nadie y vino un tío alto con una camiseta rasgada y con un martillo grande y empezó a reírse y a partir de ahí me desperté.”

Niña 14 años
Estaba en un sótano con una familia luchando, oscura con escaleras, los malos iban de oscuro y luchaban con pistolas, creo que perdimos y me desperté.

Niña 11 años.
Una vez fui al cole y el patio de arena esta seco sin arena y S me regalo un gato rabioso y lo traja al hogar, y lo puse en la cuna de bebés con otro gato.

Niño 6 años
Cuando voy a la estación me encuentro a J y te va s con él y J sube las escaleras con un amigo y tenía mucho peso, y cuando iba por el primero ya me desperté.

Niña 7 años
Por las noches sueño que hay una persona debajo de mi cama y tiene un cuchillo para matarme.

Niño 6 años
Soñé con Chuki, me dio mucho miedo me mataron con un hacha, la cabeza, los pies las manos, bueno me hicieron pedazos y subió su alma y mató a todos.

Niña 10 años
Soñé que C era mi hermana y mi Sor era un extraterrestre y quería matar a la Sor y se me aparecía un fantasma que me hacia burla y me estaba pegando, insultando a mi hermana la estaba tocando el cu... el ch... y las te... a P le estaban chupando el cu.. el ch.. y las te... a O le estaban dando puñetazos y a mi también no nos dejaban en paz de pronto vino el hada madrina de cenicienta, Zeus el padre de hércules y Hércules nos liberaron de los fantasmas y de repente vino el rey e los fantasmas y Recules llamo a Zeus, y con sus poderes les destruyó.

Estos son sueños, ¿Qué significado queremos darle? Quizás sea orientativo el contexto para dar valor a sus relator. Son niños que han vivido el desarraigo de sus vínculos, dañinos en sí mismos que han incluido, en el mejor de los casos negligencia y en otros malos tratos físicos y abusos sexuales.

3. Recorrido por una experiencia profesional.

Nuestro primer trabajo donde intentamos comprender los efectos que generaban en los niños las experiencias de abandono, de maltrato , a través de un proceso de tratamiento grupal Herranz (1996): En este momento nuestro pensamiento tenía dos pilares sobre los que argumentábamos nuestras conclusiones:

El vínculo como lugar al que se remitía la comprensión de las conductas de los niños. Y determinismo que la biografía traumática de estos niños ejercía sobre su conducta actual.

El grupo lo presentábamos en aquella ocasión como: “6 niños de entre 7 y 12 años rebeldes marginales, marginados por el hecho de haber nacido”.

Nuestro objetivo era pretencioso y no exento de un optimismo poco realista.

Pretendíamos “reparar el abandono”. Repararlo a partir de un espacio de representación que para nosotros era el espacio “Psico dramático”, un lugar imaginario donde revivir, de forma reparadora las vivencias traumáticas que estos niños habían vivido.

Hacer psicoterapia sea cual sea el modo de hacerla esta inmersa en las creencias y en la propia ideología de los terapeutas. Nosotros no queríamos hacer un uso autoritario del poder en el grupo. Estos niños estaban acostumbrados a un patrón relacional, el sometimiento frente al más fuerte y el abuso con el más débil. No había patrones de colaboración de cooperación, de hacer con el otro, sino que hacían contra el otro. No queríamos convertir el grupo en un lugar donde relación cayera en los patrones más regresivos y primarios como el uso de la violencia. Optamos por una actitud protectora con ellos y ente ellos, creíamos que desde esa posición la autoridad la depositarían en nosotros, nos convertirían en lo guías de un terreno inédito para ellos.

Este estudio que quería analizar un proceso terapéutico se quedó en el análisis exhaustivo de la primera sesión. Nos enseñaba Moreno que el hombre para lo que menos preparado está es para la sorpresa y en efecto, no sabíamos porque cuando se intento partir de un ejercicio de presentación tan habitual como ¿Dime quién eres? El equivalente más adulto del preséntate. La consigna se convirtió en una provocación para los niños. A partir de ese momento fuimos viendo quienes eran a través de sus interacciones.

¿ Cómo se nos mostraban? : creímos ver en ellos características que asociadas a lo que algunos autores llaman “deprivación maternal 

• Desvalorización de si mismos.
• Baja autoestima.
• Rebeldía.
• Desconfianza.
• Falta de iniciativa.
• Déficit para generar cosas.
• Falta de Entusiasmo.

En aquél momento consideramos que estas conductas que se nos mostraron como respuestas al ¿ Tú quién eres? Nos parecía que era un modo desadaptativo de construir la identidad que denominamos “Clínica carencial”.

En un intento de estructurar su “personalidad” establecimos un orden de prioridades, apoyados en nuestro concepción psicodinámica de la personalidad.

Establecimos un orden donde agrupar las conductas:

1. El más central:
El mundo depresivo : La falta de las carencias.
(leída fundamentalmente por la ausencia de peticiones).

2. El mundo paranoide: Como el resentimiento que protege de la carencia ( desconfianza).

3. El mundo sociopático: (nos hubiera costado llamarlo psicopático y disocial obedece a una taxonomía diferente) . El mundo sociopático lo recogíamos desde la Violencia ( acción dirigida a dañar a otro) La rebeldía ( negativismo desafiante) El hostigamiento sin ausencia de culpa, y el acting out (las exo actuaciones que protegen de la angustia).

Nuestra conclusión fue queremos reparar el abandono, cubrir la carencia, pero el acceso no era fácil, nos encontraríamos con dos modos de relacionarse complicados para un tratamiento:

• La defensa paranoide , que le da la vuelta al propósito de acercamiento, y lo convierte en un peligro relacional.
• La defensa actuante, donde la acción interrumpe la actividad.

En nuestro siguiente trabajo Herranz (1998) nos centramos en comprender la locura de su violencia. Alguna escena quizás rebele nuestra perplejidad

“ C llama nuestra atención poniéndose los zapatos del terapeuta, luego diciendo a gritos que se quiere m morir mientras se echó en los brazos de los tres terapeutas, sucesivamente pidiendo que la maten. ( se había autolesionado con anterioridad en las manos con la punta de un cuchillo). Después nos pidió que le pegásemos para que se portara bien. Todos asienten que debemos pegarle.” ( Herranz 1998, pág 97)

En este momento nos encontrábamos atrapados con diversas dudas teóricas, la primera era la comprensión del síntoma. Teníamos dos teorías que latían en nosotros para su interpretación:

1. la teoría psicoanalítica. El síntoma, la violencia, es un epifenómeno de un conflicto, el conflicto carencial. Las conductas “ locas” que esta niña presentaba lo entendíamos como la defensa que escondía la carencia. El incremento de las exoactuaciones y las endoactuaciones, tendría un valor informativo de resistencia al mundo del déficit. La regresión, la tenía el acto.

2. La teoría psicodramática: Nos hacía leer la sociometría grupal, este niño se comportaba de este modo como un manera de reivindicar el lugar sociométrico que en su contexto se definía desde el poder de la fuerza.

Llegamos a afirmar que:

“La agresión (...) permite la permanencia en un mundo que tiene la pelea como principio de supervivencia. El conocer algo nuevo, establecer nuevos vínculos, angustia. La defensa contra esa angustia es pelear, y por tanto negarse a ese conocimiento y a ese posible vinculo”-. (Herranz 199/, pág 98)

Nuestro objetivo fue socializar la violencia, nuestro inconsciente freudiano nos traía las palabras del profesor Villamarzo a la cabeza de forma permanente “donde está el ello debe surgir el yo” . También aparecían otras seguro que más elloicas , pero que no nos permitían colocar la agresividad al servicio de la vida.

El recurso fue jugar a pelear, a desafiar , a negarse a luchar contra el poder que representaba el adulto.

En el 1999 presentamos nuestras primeras conclusiones con algunos resultados que avalaban la eficacia de nuestras intervenciones (Herranz 1999) con procedimientos que no merecerían ser considerados más ni cuasi-científicos . El procedimiento se restringía a que unos observadores de los videos grabados decidieran si aparecían cambios o no en lo observado.

Nuestra impresión era que algo cambiaba, pero el optimismo inicial de años anteriores, se había llenado del efecto regresivo que para el terapeuta genera la violencia,

Nuestras conclusiones se aproximaron a afirmar que los niños que tratábamos estaban luchando contra la fantasía. La teoría Psicodramática nos habla del tránsito de la fantasía a la realidad como un ejercicio de salud. Llegamos a pensar que la dificultad de acceso a la fantasía en estos niños que se aferraban a lo concreto y a la actuación, les protegían de las fantasías temidas. Teniendo en cuenta que las fantasías no serían en su caso más que reconstrucciones de su biografía, lo consideramos una protección frente a la desorganización psicótica. Eso nos hizo replantearnos el modo de llevar a cabo un tratamiento donde las regresiones pueden ser masivas, y por tanto desencadenantes una sintomatología aguda.

• ¿Qué tipo de terapia utilizamos?

De forma muy sintética el tratamiento desde el que nos acercamos a estos niños fue psicodrama en grupo. Que reflejaba su modo de vida habitual en hogares.

El proceso de tratamiento pretende respetar las fases del psicodrama

“Caldeamiento,, es una fase preparatoria para poder trabajar” Dramatización, el paso a la representación de cualquier contenido “Sueños, fantasías, situaciones reales” y una última fase de comentario, sobre lo hecho, lo vivido, lo sentido etc...

Las técnicas auxiliares características eran : entrevista al niño o al personaje, replica a los personajes representados por los niños, intervenciones coloquiales, doble, interpolación de resistencias, inversión de papeles, soliloquio, utilización de objetos intermediarios....

Las ventajas por las que recurrimos a este procedimiento venían de la mano de la incapacidad de estos niños para recurrir a los procedimientos conversacionales y en segundo lugar nuestra creencia en la catarsis como elemento liberador y reparador del sufrimiento. La catarsis de integración en el sentido moreniano , va más allá de la concepción de descarga emocional, supone una integración del sentimiento y del pensamiento a través de la conducta.

Los problemas que nos surgieron y que nos llevaron a un replanteamiento de cómo adaptar el psicodrama a las características particulares de esta población eran dos:

1) La regresión, estaba pensada y conceptualizada desde la recuperación del mundo afectivo del niño, aunque fuera traumático con un fin, el de llegar a las heridas para cubrirlas. En este pensamiento estaba latiendo nuestra concepción del tratamiento de las neurosis, donde la regresión es parcial, y sigue una secuencia previsible. Pretende desligar los afectos de los lugares al que se han quedado anclados y ello conlleva su reconocimiento. Con estos niños nos encontramos con que las regresiones eran explosivas y masivas, y la toma de contacto con las heridas carenciales era muy desorganizador. 2) La estructuración de las sesiones, el procedimiento psicodramático, recomienda que sea el paciente el que plantea su situación. En los niños en general se necesita cierta estructura, para poder llevar a cabo una representación. Los espacios de fantasía y realidad deben venir marcados con nitidez por el terapeuta, las escenificaciones deben estar muy elaboradas, incluso yo recomendaría que escritas antes de llegar a la parte de representación. De tal manera que se estén activando los recursos adaptativos, y organizacionales que nuestros niños tienen.

Conclusiones.

Recientemente se está utilizando el concepto de resilencia como sinónimo de “una capacidad universal que permite, a una persona, un grupo o una comunidad impedir minimizar o superar los efectos dañinos de la adversidad“( Grotberg 1996)

Los niños aquí mostrados , muestran dos modos de adaptarse a la vida, que desde luego no palían los efectos dañinos de la adversidad. Lo más que podemos afirmar es que existen grados de desestructuración y deterioro de sus recursos adaptativos.

Que predominantemente situaría en un compromiso con el resentimiento ( una pauta borderline de adaptación). La manera de superar el maltrato se sostiene en la inestabilidad, y la impulsividad. Este compromiso se construye desde el odio, el odio que encubre la carencia y que podríamos situar en una frase de Rosa Cukier “ te odio por favor no me abandones”.

El otro patrón adaptativo, sería el patrón que nosotros denominamos abandónico pero que podría considerarse como las consecuencias de un trastorno reactivo de vinculación en la infancia. Este mundo abandónico, es una verdadera neurosis de la pérdida, donde el niño busca la protección desesperada, pero la figura protectora es la propia amenaza. La vida se organiza sobre un sentimiento , que se estructura como una obsesión “ el miedo a ser abandonado”., el miedo se coloca (proyecta sobre el otro) y los mecanismos de adaptación al miedo adoptan la actitud victimista y coloca la rabia en el otro, o la actitud masoquista que se autoinculpa por el presumible abandono. En ambos casos el destino es inexorable, solo es cuestión de tiempo que “el futuro se convierta en la repetición del pasado”.

Estos son para mí los compromisos vitales predominantes que he encontrado a lo largo de muchos años, trabajando en el mundo donde las ausencias cubren las necesidades de los niños.

¿Y los sueños? Freud no me permitiría interpretar nada sobre ellos, pero los sueños infantiles aquí mostrados no son muy hermosos. Los agradables son pocos y poco elaborados, el contacto erótico que reemplaza el afectivo y la huida maniaca de la realidad. Y los otros que tienen que ver con la posición teórica que estamos sosteniendo nos los resumiría M. Klein en un párrafo:

“El odio se usa a menudo como el encubridor más efectivo del amor(...) pero no se debe olvidar que para la persona que está bajo la continua tensión de la persecución, la seguridad de su propio yo es la primera y única consideración” ( M. Klein 1934)

Bibliografía

Cuadrado Nicoli, S y Herranz T (2000) Historias con niños y niños con historias. Una propuesta narrativa con niños institucionalizados. Revista Psicoterapia Nº 42/43 , 2/3er trimestre, pag 27-59
Gortberg, E (1996) Informes de trabajo sobre el desarrollo de la primera infancia: Guía de promoción de la resilencia en los niños para fortalecer el espíritu humano. Ed.
Fundación Bernard Van Leer.
Herranz , T (1996) La reparación del abandono, 1ª Aproximación. Ed. En Diversas culturas una misma escena. Ed. Diputación Provincial de la Coruña
Herranz Castillo, T , Pintado Calvo, A (1998) Violencia y Poder: Conversemos, En psicodrama una propuesta de futura, Ed. Padilla Libros Editores y Libreros, Sevilla, pp 93 a 110.
Herranz Castillo, T (1997) Clínica carencial: la violencia infantil como lugar de encuentro de lo intersubjetivo y lo interrelacional, 1. Congreso Iberoamericano de Psicodrama, Ed.
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Herranz Castillo, T (1999) Violencia infantil y psicodrama, En Psicodrama: Filosofía,
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Herranz Castillo, T (1997) Características diferenciales del trabajo psicodramático con niños violentos, . Congreso Iberoamericano de Psicodrama, Ed. Universidad de Salamanca, Salamanca pág 197-212.
Herranz Castillo , T (1991) Psicología Evolutiva y psicodrama infantil, Revista C.E.U. Nº 3, pág 1 –22
Herranz , T (2004) Psicodrama Clínico, Ed. Ciencias Sociales, Madrid.