sábado, octubre 29, 2022

Visualización Creativa

Pedro Palao Pons

Los expertos en artes psíquicas aseguran que no debemos temer a pensar ni imaginar, siempre y cuando estemos dispuestos a aceptar que aquello que pasa por la mente puede acabar en el mundo real. La explicación: ninguna que sea coherente.

Teóricamente cada vez que idealizamos un sueño, idea o ambición y la llevamos hasta nuestra pantalla mental, se desencadena un proceso de emisión de frecuencias que acabarán "flotando en el aire".

VISUALIZAR ES IMAGINAR

Cuando pensamos, imaginamos o proyectamos ideas e ilusiones las visualizamos en nuestra mente. Pensar en un viaje, en un proyecto de trabajo en aquello que deseamos comprar, genera un pensamiento casi instantáneo que nos lleva a una consecución de imágenes.

La fuerza psíquica que empleemos y la constancia que tengamos a la hora de efectuar estas visualizaciones es lo que nos dará la fuerza para lograr que se cumplan o, cuanto menos, que sucede algo que tenga relación con ellas. Así pues, vemos que imaginar es visualizar.

ABC DE LA VISUALIZACIÓN

Visualizar no es improvisar. No es pensar una sola vez en nuestro jefe entregándonos más dinero de lo normal o recrearnos mentalmente en que una de las personas que es fruto de nuestro, amor nos cae rendida a los pies. Situaciones como las referidas pueden provocarse mentalmente pero antes es necesario programarlas.

Antes de imaginar debemos tener un objetivo real. Supongamos que nos atrae una persona y deseamos estrechar la relación con ella. Ya tenemos el objetivo: la persona. Tomaremos nota de ello y escribiremos su nombre en un papel o usaremos su fotografía...

El segundo paso es lo más parecido a un guion cinematográfico: debemos crear sobre el papel las pantallas de imagen que luego reproduciremos en la mente.

Con tres pantallas diferentes bastarán. Acto seguido debemos programarnos para "proyectar" nuestra película mental. Escogeremos un momento adecuado del día, una hora en la que podamos mantener cierta concentración y tranquilidad.

Después crearemos un calendario de visualizaciones. Ya hemos comentado que no vale con visualizar una vez y ya está. Hay que repetir la secuencia varias veces. Lo ideal es que esta reiteración se haga por lo menos durante tres días seguidos.

PROCEDIENDO PASO A PASO

Decíamos que debemos programar hasta tres imágenes para el proceso visualizador. La primera de ellas es aquella que no nos hace sentir bien, esto es la situación con la que estamos disconformes.

En el caso que referíamos podemos imaginar que estamos junto a la persona que nos atrae pero ninguno de los dos se mira o habla.

La segunda imagen a visualizar será aquella que haga referencia al proceso ideal para que las cosas cambien. Por ejemplo podríamos vernos junto a la mencionada persona pero hablando amigablemente.

Finalmente la tercera imagen estará relacionada con el resultado final, con lo que pretendemos que ocurra. Un ejemplo sería que la otra persona no coge la mano o incluso nos besa.

Estas tres imágenes son las que debemos repetir en la mente durante todas las sesiones de visualización. Pero para que estén en la mente de forma adecuada primero nos habremos entrenado con ellas y habremos recreado lo más detalladamente posible la secuencia.

VISUALIZANDO POR FIN

Si ya tenemos el objetivo y la secuencia bien definida, sólo queda pasar a la acción. Comenzaremos por sentarnos o tumbarnos cómodamente, recurriendo a la música si así lo consideramos oportuno para alcanzar un mayor grado de relax.

En un primer estadio no debemos preocuparnos por lo que nos ha llevado a realizar el trabajo, debemos dejar que la mente se entretenga y disperse tanto como quiera. Pensemos que cuanto más intentemos reprimir el pensamiento, menos concentrados estaremos. Por tanto, los primeros cinco minutos nos dedicaremos a "perdernos en divagaciones". Pasado este tiempo centraremos toda la atención en el entrecejo, lugar donde realizaremos nuestras proyecciones.

Comenzaremos visualizando un punto de luz (de un color que sea agradable), dejaremos que crezca en el interior de la mente y cuando haya ocupado toda nuestra pantalla mental, procederemos a recrear las imágenes que tenemos programadas.

Cuando hayamos visualizados todas las imágenes al menos un par de minutos, daremos por concluida la sesión hasta el día siguiente.