Ayer, vino a verme un antiguo amigo. Su posición económica le permite tener mucho tiempo libre, por lo que se dedica a buscar la espiritualidad y mejorar su personalidad. Todo esto bajo el lema de:
ESPIRITUALIDAD = FELICIDAD
- Cuanto más espirituales somos, más cerca estamos de la felicidad completa - Me decía reiteradamente -.
Su búsqueda, no le deja quieto en ningún lugar. Se podría decir que los nómadas se quedan cortos a su lado, pues se recorre la corteza terrestre entera en busca de la supuesta verdad.
- ¿No te cansas de andar siempre de un lado para otro, en busca de algo o alguien que probablemente nunca encuentres?- Le pregunté -.
- ¡Ni hablar! es mi trabajo, tengo que buscar la felicidad y la perfección del ser. Cada curso y seminario que hago, es un paso más en mi evolución – me contestó -
Para no resultar pedante, le rogué que me contara sus últimos cursos, pues sabe que mi interés por esos temas fomenta una buena conversación. Siempre le dejo claro que la iluminación, no es lo mío. Me confieso ante él, como un mero espectador, sin la más mínima sensibilidad para comprender y menos aún para sentir cualquier tema espiritual.
Por lo visto desde hace años, asiste frecuentemente a cursos, en los cuales se utiliza una antigua droga para conseguir la iluminación. Este magnífico alucinógeno es la ayahuasca...
Los antiguos hechiceros y chamanes de las selvas amazónicas, la han utilizado para predecir los acontecimientos. Originaria de América del Sur, llega hasta nuestros tiempos como la llave de oro que abre las puertas de la iluminación.
Psicólogos y psiquiatras, hacen cursos para introducir esa droga suavemente en inquietos buscadores de la verdad.
- Siento que no puedo dejar, de asistir una y otra vez a estos cursos de ayahuasca. Si un mes no voy, me falta algo, y la vida deja de tener sentido, acabo entristeciéndome y con una desmotivación total - Me dice-
- ¿No será que has creado una adicción a esa droga? pues como todas las de su especie, crean dependencia en tu sistema nervioso central y cuando las dejas, el famoso “mono”, puede emerger.
- Ni hablar. Son cursos realizados por médicos y psiquiatras. Ellos saben lo que hacen, no van a permitir una adicción así. Además encuentro muchas respuestas en mi vida cuando la tomo.
En ese instante, sus manos abrazaron su cabeza, aquejándose de un gran dolor que padecía desde hacía días.
Lo tumbé en mi magnífico sofá y le oferté un suave masaje de cabeza para aliviar la tensión.
En el mismo instante que puse las manos en su cabeza, y se empezó a relajar, pequeñas bestias deformes, salían de su garganta, pecho y cuello disparadas hacía mis manos. Sus mordiscos en brazos y cara hicieron retirarme más de una vez, sin saber cómo podía tener mi amigo algo así dentro y no percatarse.
- ¡Es nuestro!, suéltale, no le toques. Es todo nuestro ¡
Al escuchar las palabras de dichas entidades, me di cuenta de que mi amigo estaba poseído. Las drogas además de destruir nuestro sistema nervioso central, hacen de puente para la entrada en nuestro cuerpo de entidades no aconsejables. Probablemente se ha entendido mal el uso de este alucinógeno. Es cierto que ayuda a la iluminación y a la inspiración, pero, ¿de qué plano?
Desde luego que del plano superior que es el único con el cual a mí me interesa contactar, rotundamente no. Pues la iluminación superior siempre viene de arriba hacia abajo, nunca de abajo hacia arriba.
Es mi espíritu el que se comunica conmigo, independientemente de lo que yo esté haciendo en ese momento. Nunca mi mente, pues ni a través de alucinógenos, ouijas y demás prácticas esotéricas consigue la conexión con lo superior o lo divino.
He visto varios puentes para contactar con otras dimensiones, cuando nosotros queramos, uno de ellos son las drogas; sean las que sean. Lo que no entiendo es, sí compensa una posesión por una experiencia paranormal.
La sensación de sentir cualquier fenómeno extrasensorial, se suele confundir con espiritualidad y evolución. Pero lo peor de todo, es que nos hace superiores a los demás, pues esas experiencias paranormales las consideramos como escalones salvados en nuestro progreso evolutivo.
Estoy en desventaja con respecto a mi amigo, no le puedo contar lo que veo, pues para él soy un mero espectador sin ninguna experiencia esotérica.
Mis consejos de que dejara tanto curso y se centrara en realizaciones más prácticas, no surtieron ningún efecto. Peor aún, creo que no me contará más, pues yo, no estoy según él, en el camino.
¿Es necesario, para que la gente te escuche, tener un título de psiquiatra o presumir prepotentemente de ser un iluminado las 24 horas del día?: Creo que no. Si no consigo razonar con cariño e inteligencia con los demás, de diferentes temáticas, es o porque no sé, o porque cada persona tiene que vivir una serie de experiencias las cuales, yo no puedo evitar.
En los últimos tiempos, de mano de la Psicología, se ha puesto de moda la conquista de la iluminación por la práctica de técnicas de naturaleza psicológica y emocional. Desde el punto de vista esotérico, el espíritu no es la psique. Todas las escuelas esotéricas desde la antigüedad, contemplan al ser humano como la interconexión de tres elementos: Espíritu-AlmaCuerpo.
El Espíritu, que es inmortal y que acumula las experiencias de las diversas vidas que se han realizado en el tiempo, necesita el vehículo del alma para conectar con el cuerpo. Lo “Psíquico” es la dinámica propia del alma, pero no del espíritu. Por tanto, realizar cursos para potenciar esta parte del ser, no lleva consigo la iluminación, sino el entrenamiento para activar en forma más eficaz, la mente, los reflejos y la intuición. Si utilizamos psico-drogas, el peligro de que entidades astrales de baja naturaleza se nos acoplen es total.
Está escrito: “Buscad la perfección en las pequeñas cosas, y el resto se os dará por añadidura”. Es decir, si realizamos correctamente la vida en la tercera dimensión, mediante la disciplina y la ley de la materia, y ponemos la mente al servicio de la virtud, finalmente el espíritu se revelará en el “templo de carne”.
La mayoría piensa que sin trabajar el día a día, en amor, caridad, servicio, limpieza, higiene y trabajo, puede acceder a la iluminación con un curso, una droga o una iniciación practicada por el Maestro de naturaleza humana. Sin darse cuenta que no existe ningún atajo que te haga acreedor a superar tu propio Karma. No se puede condicionar a tu espíritu para vierta conocimiento o te entregue la experiencia de sus vidas paralelas.
Es importante tener cuidado con las ofertas de iluminación que en forma económica y seductora nos ofertan en estos tiempos.
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