Francisco Contreras Gil
La gran incógnita que durante tanto tiempo ha intrigado a las personas acerca de la existencia en un más allá tras la "muerte” se desvela gracias a los testimonios y experiencias de muchas personas que han vivido el paso o el trance de una supuesta muerte, y han regresado. El Dr. Raymond Moody, la mayor autoridad mundial en la materia, explica sus puntos de vista sobre el tema.
Los relatos de personas que afirman haber vivido un viaje trepidante a un Mundo Espiritual, donde se siente tal bienestar y plenitud que se está tentado de no volver de allí, ha despertar el interés de la medicina y la ciencia, para tratar de dar explicación lógica y coherente a este fenómeno.
Algunos estudiosos han catalogado estas experiencias de ser provocadas por alguna enfermedad mental como la esquizofrenia; de ser alucinaciones provocadas por algunos medicamentos, o simples visones de personas extremadamente religiosas; producto de insuficiencias de oxigenación del cerebro; el reflejo de un cerebro fisiológicamente dañado o debido a una psicosis inducida por medio de drogas. Otros piensan que son indicadores de enfermedad mental, como una fantasía o mecanismo de defensa, como la proyección de unos sueños dorados o como resultado de la negación del miedo de aniquilación. Sin embargo, hay investigadores que se aferran a toda una serie de robustos indicios, resultado de arduos estudios clínicos y neurológicos, que demuestran que las experiencias cercanas a la muerte son algo más que una enfermedad mental o una broma del propio cerebro.
Investigadores del fenómeno
Raymond A. Moody Jr., doctor en Medicina, profesor y doctor en Filosofía por la Universidad de Virginia, siendo aún estudiante de filosofía, escuchó durante un seminario al profesor John Marshall hablar acerca de la muerte, en concreto del caso del psiquiatra George Ritchie, que había sido declarado muerto por neumonía doble y después había resucitado felizmente. Mientras estuvo muerto, Ritchie tuvo la experiencia de pasar a través de un túnel y de ver a unos seres de luz.
Según afirmó el propio Raymond Moody: "Francamente, en ese momento de mi vida, jamás se me había ocurrido la idea de que pudiéramos sobrevivir espiritualmente después de la muerte física. Siempre creí que la muerte era la extinción tanto del cuerpo físico como de la consciencia. Naturalmente me intrigaba el hecho de que un médico eminente tuviera la suficiente seguridad como para admitir públicamente que había recibido un destello del más allá".
Más tarde, Raymond Moody archivó en su memoria la historia de Ritchie hasta que en 1.969, siendo ya profesor de la universidad, tropezó con otra experiencia en el umbral de la muerte, la de uno de sus estudiantes que había estado a punto de morir y le contó un caso similar al de Ritchie...
A partir de ahí empezó a buscar otros estudiantes que conocieran otras Experiencias Cercanas a la Muerte. En 1.972 cuando entró en la facultad de medicina ya tenía ocho casos estudiados y pronto tuvo suficientes testimonios para escribir el libro Vida después de la vida. Las continuas investigaciones le llevaron a publicar otros libros como Nuevas investigaciones sobre la vida después de la vida o Más Allá La Luz.
Aunque Moody se retractó más tarde de algunas de sus afirmaciones, después de leer sus publicaciones, otros investigadores se interesaron en el tema de las Experiencias Cercanas a la Muerte. Destacan entre otros, el doctor Michael Sabom y Kenneth Ring, que llevan a cabo sus estudios de manera muy metódica para obtener sólidas constataciones médicas.
Igualmente el doctor Melvin Morse está también detrás de estas investigaciones, basándose únicamente en las E.C.M. de los niños, como la conocida Elisabeth Kubler Ross. Otros como el filósofo Michael Grosso, miran las E.C.M. a través del cristal de la Filosofía para hallar el significado de la experiencia y su relación con otros fenómenos espirituales. Robert Sullivan estudió estas experiencias en personas que entraron en combate.
Pollster George Gallup Jr., descubrió que ocho millones de adultos en los Estados Unidos habían tenido una E.C.M. Esto equivale a una de cada veinte personas. Estas estadísticas demuestran lo comunes que son estas experiencias hoy en día, aunque han sido desconocidas hasta hace muy poco tiempo.
Un testimonio a modo de ejemplo
"Me encontré flotando hacia el techo. Podía ver a todo el mundo alrededor de mi cama perfectamente bien, incluso mi propio cuerpo. Pensé que era curioso que estuvieran tan volcados en mi cuerpo. Yo estaba bien y quería que ellos lo supieran, pero por lo visto no había manera de hacérselo saber. Era como si hubiera un velo o una pantalla entre yo y los demás en la habitación. Percibí una abertura, si así se puede llamar. Parecía alargada y oscura, y yo empecé a elevarme rápidamente a través de ella. Yo estaba desconcertada y excitada a la vez. Salí de este túnel hacia un reino de amor y luz, suave y brillante. El amor estaba en todas partes. En algún momento se me mostró, y yo vi, los acontecimientos de mi vida. Estaban en una especie de gran panorama. Todo esto es en realidad difícil de describir. Las personas que yo conocí y que habían muerto estaban allí conmigo en la luz, un amigo que había muerto en el colegio, mi abuelo y una tía abuela, entre otros. Ellos eran felices y radiantes. Yo no quería volver, pero un hombre en la luz me dijo que tenía que hacerlo. Me estaban diciendo que yo no había terminado lo que tenía que hacer en la vida. Volví a mi cuerpo con una sacudida repentina".
Experiencia vivida por Martha Todd, una profesora de inglés, cuando era sometida a una leve operación para extirparle un quiste.
Tras el estudio de diversas experiencias, Pollster George Gallup, Jr., redactó la siguiente tabla en torno a los elementos que intervienen en las E.C.M.:
Fuera del cuerpo 26% Sensación de paz y dicha 32%
Percepción visual exacta 23% Fenómenos de luz 14%
Sonidos audibles o voces 17% Experiencia del túnel 9%
Estar en otro mundo 32% Encuentro con otros seres 23%
Experiencias extracorpóreas
Gracias a las modernas investigaciones llevadas a cabo, entre otros muchos, por las personas anteriormente citadas, hoy sabemos que las vivencias espirituales producidas por una estado de casi muerte, son formas naturales de expresión de nuestro Ser Espiritual -conciencia-, que ocurren con relativa frecuencia.
En general, las experiencias extracorpóreas, entre las que se encuentran los viajes astrales, desdoblamientos, bilocaciones y las E.C.M., pueden tener lugar de forma espontánea inconscientemente, o bien conscientemente, provocadas a voluntad y en diversas situaciones. Por ejemplo, a raíz de un shock, una crisis emocional o nerviosa que provoque una situación límite, e incluso por un estado de agotamiento físico. También se pueden producir realizando actividades cotidianas como ver la televisión, pasear por la calle, conduciendo un coche, o incluso por la noche mientras dormimos.
Aunque existe variedad en las experiencias extracorpóreas, hay características comunes en todas ellas. Los rasgos similares que se dan en todas es que existe una separación momentánea entre el cuerpo físico y el cuerpo espiritual, en ese cuerpo espiritual que se separa es una réplica del físico, aunque de naturaleza transparente; muchos lo han comparado con una especie de niebla, nube blanca, con formo ovoide o esférica. Otro rasgo similar es que ese cuerpo posee luz propia y está unido al físico por un cordón luminoso muy flexible, llamado cordón de plata. Esta unión con el cuerpo físico se mantiene durante todo el tiempo que dura la E.C.M.
Interés en aumento
En las dos últimas décadas, el interés por las E.C.M. ha aumentado tanto en la clase científica como entre el pueblo. Lo curioso es que se ha convertido en un fenómeno muy extendido. En una encuesta realizada en los Estados Unidos se comprobó que uno de cada diecinueve norteamericanos adultos afirmaba haber tenido una E.C.M., lo que extrapolado al total de la población actual nos llevaría a la cifra de unos doscientos setenta y cinco millones de personas en el mundo entero.
Características de las E.C.M:
Las diferencias que pueden existir entre ellas es que las E.C.M. ocurren normalmente ante situaciones de alto riesgo o críticas, y siempre de forma espontánea y consciente aunque algunas las recuerden y otras no.
Los viajes astrales pueden tener lugar de forma inconsciente e involuntaria o de forma consciente voluntaria. Durante el viaje puede dirigirse con la velocidad del pensamiento hacia el mundo astralino, de ahí la denominación de Viaje Astral. Y para que tenga lugar no tiene que producirse en situaciones críticas como las E.C.M. sino, por ejemplo, durante el sueño. Otro punto importante a tener en cuenta es el hecho de que todos los testimonios recogidos tienen una serie de características similares que, aunque no se dan todos a la vez en una misma experiencia, sí que se dan varias de ellas:
Sensación de estar muerto: esta sensación se produce porque en la E.C.M., el ser espiritual se desliga momentáneamente del cuerpo físico. Las personas son conscientes de ello porque se ven claramente ascendiendo y flotando por encima de su cuerpo mirándolo desde una distancia determinada. En ese instante, muchas personas sienten miedo o confusión pero rápidamente empiezan a entender perfectamente lo que está ocurriendo porque, según los testimonios, pueden ver y oír claramente a los médicos, enfermeras y familiares y al intentar comunicarse con ellos, se dan cuenta de que no pueden ni verles ni oírles; en ese momento se encuentran desligados de la materia, pero se tiene más conciencia de la propia realidad y ésta se siente con más intensidad.
Sensación de paz y dicha: mientras el paciente permanece en su cuerpo, puede sufrir el dolor de la enfermedad o de la situación crítica que vive en esos momentos. Pero en el instante en que se va desligando de la materia, en la mayoría de las personas, el dolor es sustituido por una verdadera sensación de paz y dicha todo el tiempo que dura la experiencia, y con mayor intensidad en los momentos en que ha ascendido hacia ese plano espiritual o está en contacto con Seres Superiores de Luz.
Experiencia de estar fuera del cuerpo: la mayoría de las personas no se dan cuenta de cuándo se produce la separación momentánea entre su parte física y espiritual, pero al verse flotar por encima a cierta distancia o atravesar habitaciones a gran velocidad y sin necesidad de pasar por la puerta, son conscientes de que están en una especie de cuerpo de distinta naturaleza que el físico, más sutil, transparente, etérico, lleno de luz y energía.
Travesía a través del túnel: tras la separación del cuerpo muchos dicen ver una especie de túnel oscuro el cual atraviesan, encontrándose al final del mismo una luz brillante. Algunas personas, en lugar de atravesar un túnel, suben por unas escaleras o atraviesan puertas hermosas. Pero todos los testimonios coinciden en que son símbolos de un tránsito hacia otro reino.
Las descripciones acerca de cómo tiene lugar este tránsito son muchas, pero el significado de lo que ocurre es siempre el mismo: la persona se mueve a través de un pasadizo (u oscuridad) hacia una luz intensa.
Encuentro con seres de luz: después de atravesar el túnel -o zona oscura-, la persona suele encontrarse con seres de luz. Estos seres brillan con una hermosura e intensa luminosidad que parece invadirlo todo y que llena a la persona de amor. Esta luz, a pesar de ser muy brillante, no hiere los ojos, sino que es cálida, vibrante y viva.
Las personas en sus experiencias se encuentran con distintos tipos de seres. Unos son amigos y familiares difuntos, otros son seres de mayor elevación espiritual y se reconocen por los consejos que dan o por su fuerza magnética atrayente, debido al amor y calidez que desprenden. La comunicación de estos seres con las personas que están viviendo la experiencia, suele ser mental, es decir, que no se hace a través de la voz o el sonido, sino a través de la transmisión del pensamiento que es recibida de forma clara y consciente.
No solamente pueden ver o encontrarse con seres luminosos, sino que además, suelen ver paisajes naturales, ciudades que emanan con sus luces propias y un esplendor indescriptible.
Revisión de la propia vida: estos seres de luz, mentores o guías espirituales, se encargan de producir la revisión de la vida de estas personas. Esta revisión tiene unos objetivos básicos, la reflexión, el aprendizaje del amor hacia los demás y adquirir conocimiento. Todos los actos aparecen en la revisión, tanto los más significativos como los más insignificantes.
Estos actos se suceden a gran velocidad, incluso sin orden temporal fijo, a modo de imágenes visuales reales, tridimensionales e incluso móviles. A pesar de la rapidez con la que se suceden, cada imagen es percibida y reconocida. En esta situación, no solamente se ven las acciones realizadas, sino que también se perciben inmediatamente los efectos que cada una de las acciones han tenido sobre las personas que han estado en su vida. Por ejemplo: si se han cometido actos de desamor, inmediatamente se toma conciencia de la persona a la que se le ha hecho daño y se siente su tristeza y dolor. Por el contrario, si se cometen actos de amor a alguien, entonces es como si se encontrara en el lugar de ella, se pueden sentir sus sentimientos de cariño y de felicidad.
Esto es importante porque cuando las personas regresan de sus tránsitos, piensan que lo más importante en sus vidas es el amor y la segunda cosa más importante es el conocimiento.
Encuadradas dentro de los Estados Alterados de Conciencia, las Experiencias Cercanas a la Muerte, que han vivido millones de personas en todo el mundo, independientemente de su credo, cultura o raza, demuestra que la realidad espiritual se manifiesta al ser humano sin tener en cuenta condiciones socio-culturales, siendo un patrimonio a descubrir por toda la humanidad. De este tipo de experiencias, que tienen siempre una razón importante para que se produzcan en nuestra vida, siempre pueden extraerse valiosas enseñanzas que den a nuestra vida una nueva perspectiva.
Hemos visto las características más frecuentes que presentan las E.C.M.. Pero hay algo verdaderamente importante a tener en cuenta y son las consecuencias que se derivan de estas experiencias, que analizaremos en un próximo número.
Un suceso para la transformación
No hay duda que hay experiencias que marcan el resto de la vida, y una experiencia en la que recordamos sucesos vividos en el mundo espiritual se convierten en momentos de una gran intensidad emocional. Sus significados quedan, como su recuerdo, guiando nuestros pasos en la vida.
Todas las personas que han vivido una E.C.M. sufren una gran transformación interior. Se hacen más positivas y agradables, se sienten impulsadas a tener un compromiso más activo en el mundo, que les ayudan a enfrentarse con más coraje y claridad de pensamiento a las dificultades de la vida. Algunos incluso después han empezado a adquirir y potenciar facultades psíquicas como la intuición o la percepción de pensamientos y sentimientos de los que les rodean.
Las investigaciones realizadas en 1980 por Richard Kohr mostraron una mayor tendencia en estas personas a experimentar fenómenos como la percepción extrasensorial, la psicocinesis, visión de auras, apariciones y experiencias extracorpóreas, percibir presencias de seres espirituales o fenómenos de bilocación.
Consecuencias para la persona
Una E.C.M. también suele producirse en una situación crítica como un accidente, una operación quirúrgica, ante trastornos físicos graves, etc... Sin embargo, no provocan trauma emocional negativo. Estas personas responden de otra manera pues les provoca una actitud positiva ante la vida.
Las investigaciones del Doctor Kenneth Ring demostraron que estas personas tienen más preocupación por los demás que antes de la experiencia. Han aumentado su fe en la otra vida y han disminuido su temor o miedo hacia la muerte.
Según las investigaciones sobre los testimonios de las personas que han tenido una E.C.M., muchos son los cambios, en sentido positivo, que experimentan. Entre otras podemos destacar las siguientes por ser las más significativas.
Pérdida del miedo a la muerte: los temores o miedos más comunes acerca de la muerte difieren en las personas y suele ser el dolor que acompaña al acto de morir, la preocupación de quien o quienes van a cuidar de sus seres queridos en su ausencia, la suspensión de la conciencia, la pérdida de control de sí mismos, el fuego del infierno y la condenación aterrorizan a muchos, mientras que para otros es simplemente miedo a lo desconocido.
Después de vivir una E.C.M. estos temores desaparecen. Esta experiencia les hace tener una vida más llena y muchos sienten que están viviendo por primera vez. Los que tienen miedo lo pierden, así como el temor al castigo debido a la revisión de la vida a la que son sometidos. Se dan cuenta de que esos seres espirituales los aman de verdad y no los juzgan o castigan; sino que les hacen ver que tienen que mejorar y convertirse en personas más bondadosas.
El miedo desaparece porque después de la experiencia creen en la existencia de otra vida que ya no es desconocida sino que es una hermosa esperanza de una vida llena de paz, felicidad y armonía.
Cambio de vida tras una E.C.M: Nick era un delincuente de tomo y lomo que había hecho de todo, desde estafar viudas hasta vender drogas. Gracias a estos delitos, Nick llevaba una buena vida. Tenía buenos coches, trajes caros y casas nuevas, y ningún problema de conciencia perturbada.
Después su vida cambió. Estaba jugando al golf en un día nublado cuando de repente se desencadenó una tormenta. Antes de que pudiera salir de los campos del golf, fue alcanzado por un rayo y aparentemente murió.
Durante un momento flotó por encima de su cuerpo y luego se vio lanzado por un túnel oscuro hacia una mancha de luz. Emergió a un ambiente pastoril y resplandeciente donde fue recibido por familiares y otras personas que "brillaban como linternas Coleman".
Se encontró con un ser luminoso que amorosamente le condujo hacia una revisión de los actos de toda su vida, y vio sus acciones sintiendo los efectos de ellas sobre los demás.
Esta experiencia transformó a Nick. Más tarde cuando se recuperaba en el hospital, sintió todo el efecto de su revisión de vida. Con el ser luminoso había esta do en contacto con el amor puro. Sintió que, cuando fuera a morir de verdad, tendría que someterse a una nueva revisión de vida, un juicio que iba a ser incómodo para él si no aprendía de su primera revisión de vida. Después de esta experiencia, Nick se gana la vida con un trabajo digno, útil y honrado.
Sienten la Importancia del Amor: casi todas las personas que han experimentado el tránsito hacia el más allá, al regreso dicen que el amor es la cosa más importante de la vida, es la razón por la que estamos aquí, es la base de la felicidad y de la realización, y que otros valores palidecen a su lado.
Esto cambia la escala de valores en la vida de estas personas. Si antes eran egoístas, intolerantes u orgullosas, ahora ven a cada ser humano como alguien querido y amado. Si antes tenía más importancia la riqueza material, ahora tiene primacía el amor fraternal.
Sienten que Todo Está Conectado: cuando regresan de su tránsito, tienen la sensación de que todas las cosas en el universo están relacionadas. Sienten que todo forma parte del Creador. Esto les lleva a sentir un gran respeto y amor no sólo hacia sus semejantes sino hacia la naturaleza y el mundo que les rodea.
Nueva Responsabilidad: estas personas se sienten más responsables con su vida. Están más concienciados y preocupados con las consecuencias inmediatas y futuras de sus acciones.
Cuando experimentan la revisión de sus vidas, pueden ver claramente el impacto que producen en los demás los efectos de sus acciones.
Pueden presenciar sus aciertos y errores claramente. La vivencia les ha enseñado que tendrán que responder de cada uno de sus actos al final de sus días.
Desarrollo de la Espiritualidad: estas vivencias han llevado a las personas que las han protagonizado, a aceptar y estudiar las enseñanzas espirituales de los grandes pensadores y maestros religiosos. Tras la experiencia, han despertado el ansia de sus espíritus de conocer las claves del desarrollo interno, así como del progreso del espíritu y buscan en los testimonios de los grandes maestros como Jesús, Buda o Gandhi el conocimiento que les ayude a desarrollar las facultades divinas inherentes en todo ser, pero por supuesto, no sólo a través del estudio, sino de la puesta en práctica en el diario vivir de cada uno.
Aprendizaje del Verdadero Conocimiento: la mayoría de los testimonios de estas personas, afirman que sienten un renovado respeto y deseo de conocimiento como resultado de la revisión experimentada de sus vidas. El conocimiento es importante porque no se acaba o diluye cuando uno se muere, sino que nos lo podemos llevar hacia esa otra dimensión. Pero sienten, que es importante si contribuye al desarrollo de la totalidad de la persona, es decir, a su formación física y espiritual y por supuesto, si ayuda al conjunto de la humanidad.
En tierra de nadie
Según el Libro Tibetano de los muertos, el ser espiritual, cuando ya ha abandonado el cuerpo físico que habitaba, se encuentra en un vacío, no físico, en el que tiene conciencia pues puede oír ruidos y sonidos, las voces de sus parientes, e incluso los puede ver. Lo que significa que durante algún tiempo permanece al lado de sus familiares y lugares conocidos. Es cuando comprende que está muerto porque en ese estado se da cuenta que los demás no lo ven, ni les oyen cuando intenta comunicarse.
El fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte no es algo que esté sucediendo en la actualidad, sino que es un fenómeno muy antiguo. Mucha es la literatura que recoge la antigüedad de las E.C.M. Por ejemplo, en la Biblia aparecen pasajes de la existencia de estas experiencias en Isaías 26, 19; Daniel, 12, 2; en los escritos del apóstol San Pablo; Hechos, 26, 13-26 y Corintios, 15; 35-52.
También aparecen experiencias cercanas a la muerte en algunos diálogos de Platón, sobre todo en Fedón, Gorgias y La República. Platón habla en varios pasajes de que el alma separada del cuerpo puede encontrarse y conversar con los espíritus guardianes. Menciona que en el momento de la muerte puede encontrarse una barca que lleve a través de una masa de agua a la otra orilla de la existencia.
En el libro décimo de "La República", Platón cuenta el mito de Er, un soldado griego que aparentemente había muerto junto a muchos de sus compatriotas en una batalla. Cuando recogieron los cadáveres de la misma, su cuerpo estaba entre ellos. Yacía sobre una pira funeraria junto con otros para ser quemados. Al cabo de un tiempo revivió y Er describe lo que vio en su viaje al más allá. En primer lugar, su alma salió del cuerpo, se unió a un grupo de otros espíritus y todos juntos marcharon a un lugar en el que había aberturas o pasadizos que conducían de la tierra a las esferas del más allá. Aquí las otras almas eran detenidas y juzgadas por seres divinos que podían ver enseguida todas las cosas que el alma había hecho en su vida terrena. Pero Er no fue juzgado. Los seres le dijeron que debía regresar para informar a los hombres del mundo físico acerca de cómo era el otro mundo. Despertó y se encontró sobre la pira funeraria.
Por otro lado, el Libro Tibetano de los Muertos, escrito en el siglo VIII a. de J.C. es una recopilación de las enseñanzas de muchos sabios del Tíbet prehistórico, se leía como parte del rito funerario o ante la persona que estaba muriendo cuando le llegaban sus últimos momentos. Este libro servía para dos cosas fundamentales. En primer lugar, para ayudar a la persona que estaba muriendo a recordar cada uno de los fenómenos conforme los iba experimentando. En segundo lugar, para ayudar a los familiares de los muertos a no mantener, con sus sentimientos y pensamientos, en el plano físico al espíritu ya desencarnado para que pueda elevarse al lugar que le corresponde del mundo espiritual según la evolución alcanzada.
Según el Libro Tibetano de los Muertos, el ser espiritual, se sorprende de que su nuevo cuerpo es brillante, que puede atravesar piedras, paredes y montañas, e incluso viajar a la velocidad del propio pensamiento.
Según el libro, puede encontrarse con otros seres con su mismo tipo de cuerpo y con uno de luz pura y transparente. Los tibetanos aconsejan que se aproximen a la luz e intenten mantener sentimientos de amor.
El libro también describe los sentimientos de paz que experimenta el muerto y una especie de espejo donde se reflejan todas las acciones cometidas, tanto buenas como malas.
Las E.C.M. también aparecen en la literatura clásica. Por ejemplo, en la obra de Charles Dickens "Canto de Navidad"; en "Los Miserables" de Víctor Hugo, en "Pálido Caballo, pálido jinete" de Katherine Anne Porter o "La muerte de Iván Llych" de León Tolstoy. En "Adiós a las armas" de Ernest Hemingway, el narrador cuenta la sensación que experimentó al encontrarse fuera de su cuerpo durante un momento próximo a la muerte. Todos estos ejemplos expuestos dan testimonio de que las E.C.M. lejos de ser un fenómeno reciente, estas experiencias nos han acompañado durante mucho tiempo.
Después de estudiar la antigüedad de las experiencias, las características generales que presentan, así como los cambios que sufren las personas que las viven, podemos plantearnos por qué suceden. ¿Por qué hay personas que en esas situaciones críticas las experimentan y otras que han pasado por las mismas situaciones no las viven?
En una cárcel de carne
En "Fedón", el empuje y composición dramática de los argumentos y palabras utilizadas vienen a indicar que el cuerpo es la prisión del alma y que, en consecuencia, la muerte es como un escape de esa prisión. Según Platón, el alma encarna en una cuerpo físico desde una esfera superior y más divina. También dice que nada más morir se enfrenta a un juicio en el que un ser divino muestra a ese alma las cosas buenas y malas que ha hecho en su vida.
Enmanuel Swedenborg vivió entre 1688 y 1772 en Estocolmo. Fue famoso en su época gracias a sus contribuciones respetables en varios campos de las ciencias naturales, y gracias también a sus escritos orientados hacia la anatomía, fisiología y psicología. Swedenborg habló de experiencias con entidades espirituales del más allá. Sus obras posteriores plasman estudios y descripciones de cómo es la vida allí. Afirmó también que él mismo había tenido experiencias cercanas a la muerte, así como desdoblamientos fuera de su cuerpo. Sus escritos respecto a este tema guardan una gran similitud con los cientos de testimonios, que según muchos otros investigadores ya citados anteriormente, corresponden a las E.C.M.
El karma y las E.C.M.
La principal causa de las E.C.M. depende del Karma, o sea, del programa kármico al que está sometido una persona y debe cumplir en toda su existencia.
A lo largo de nuestras numerosas encarnaciones nos comportamos y actuamos en la vida según nos dicta nuestra forma de pensar y de sentir. Nuestra vida está condicionada por lo que pensamos y sentimos. Estos elementos construyen nuestros actos pero hay algo que influye en ellos y son la cultura, la educación y las creencias adquiridas desde la infancia. Muchas de nuestras acciones dependen por un lado de nuestro estado de ánimo, emocional y mental y por otro lado, de nuestro libre albedrío, que obedece a la orden de actuación dada por todos los factores anteriores.
Como resultado tendremos en nuestras vidas buenas y malas acciones, que tienen unas consecuencias buenas o malas sobre las personas que nos rodean y con las que directamente hemos compartido esas acciones. Todas estas consecuencias se van acumulando formando el llamado Programa Kármico, así a todo el que ha provocado situaciones y conductas negativas, el karma le hará rectificar sus acciones con pruebas que le hagan enmendar los errores. Si por el contrario, han sido acciones positivas, el Karma también recompensará con situaciones gratificantes o menos dolorosas.
El Karma, también llamada ley de Retribución, de Causa y Efecto o de Consecuencias es una ley comparable a la ley física de acción y reacción, pero mientras que la primera actúa sobre el plano físico en efecto inmediato, la segunda lo hace en el plano espiritual con un efecto más duradero. Según esta ley, el ser humano, con sus pensamientos, sentimientos y acciones, crea unas causas que serán rectificadas cuando el karma ajuste los efectos adecuados para saldar dichas deudas. Se considera karma a todo trabajo, pensamiento, sentimiento o acción que produce algún efecto posterior. Por ello el karma puede ser tanto positivo como negativo. Dependiendo de la naturaleza de las causas, así serán los efectos posteriores.
Es una ley que no castiga, sino que reajusta los actos cometidos por el ser humano bajo la dirección de su libre albedrío. Las leyes divinas actúan en sentido ascendente por el camino del bien, el amor y el progreso. Todo lo que se salga de este camino es devuelto a él.
Clases de Karma
Las escuelas filosóficas, esotéricas y espiritualistas establecen tres clases principales de karma:
KARMA ACUMULADO: KARMA MADURO:
Son las acciones pasadas pendientes Es el destino que tiene el ser de retribución. humano en cada vida.
KARMA INCIPIENTE:
Son las acciones sembradas en un presente cuyos frutos se recogerán en la misma vida presente o en vidas futuras.
Por ello, el karma actúa devolviendo al caminante extraviado y perdido el camino correcto.
Consecuencias de las E.C.M.
A través de las situaciones críticas propias de las E.C.M., muchas personas pueden rectificar y cumplir muchas acciones, ya sea a través del karma acumulado, maduro o incipiente, que les aportará un gran beneficio en el progreso y evolución de sus espíritus. A través de las E.C.M., las personas creen en la existencia del más allá y a partir de esta vivencia, dedican su vida a hablar y compartir con los demás seres humanos el maravilloso conocimiento que de ellas han adquirido para ayudar a otros a superar sus miedos hacia la muerte. Estas experiencias no son producidas por casualidad, sino que tienen una causa kármica de orden espiritual que obedece a un programa estipulado desde ese mundo espiritual al que todos y cada uno de nosotros pertenecemos. Otras consecuencias importantes que dan lugar a las E.C.M., son las siguientes:
Potenciar facultades psíquicas adormecidas.
Superar el miedo, temor o fobia hacia la muerte.
Ser consciente de sus actuaciones en la vida y poder rectificar.
Para saber aspectos futuros que hagan tomar el rumbo correcto en la vida.
Conocer la realidad espiritual
Las E.C.M. son experiencias que tienen como objetivo transformar a las personas en un sentido totalmente positivo, o sea, en el sentido de despertar a sus adormecidos espíritus para que empiecen a trabajar en la superación continua de todos aquellos aspectos que mantienen a los seres humanos en la rueda reencarnatoria, para llegar a ser espíritus libres viviendo en ese mundo espiritual maravilloso que muestran estas experiencias. No hay duda de que las experiencias espirituales son una forma más de conocer y ser conscientes de la realidad de nuestra existencia, así como de nuestra verdadera naturaleza. Es posible que para muchos todavía sean necesarias las demostraciones científicas para creer en ellas, sin embargo, llegará el tiempo en que no será necesario "ver para creer", pues la evolución interna del ser humano hará posible su creencia a través de un equilibrio perfecto entre la razón y la fe. Dios, cuando nos creó, no nos dejó abandonados o aislados, sin ayuda o sin los medios necesarios para volver de nuevo a él. Todo lo contrario, nos dotó de un medio físico perfecto para combatir las adversidades físicas, pero también mecanismos y facultades en nuestro ser espiritual para fortalecernos y ayudarnos a cumplir el objetivo principal: conocer a Dios y volver a él llenos de amor y sabiduría.
Entrevista a Raymond Moody
Tiene ya un lugar en la historia de ciencia, les guste o no a todos sus compañeros. Sus investigaciones han abierto una puerta al "más allá" que la lógica científica nada ha conseguido cerrar. Raymond Moody es un norteamericano grande que irradia simpatía por todas partes y lo que es más significativo, transmite una tranquilidad impropia al hablar de la muerte, algo lógico si tenemos en cuenta sus estudios sobre miles de casos de experiencias de muerte clínica. Para él, está claro que la muerte no existe después de recoger testimonios como los que ha incluido es su libro "Vida después de la vida" y justo ahora, cuando miles de investigadores confirman sus descubrimientos, ha abierto una nueva línea de investigación, la comunicación bajo control con los difuntos.
En el denominado por él, Teatro de la Mente, los pacientes tras un complejo sistema de ayuda psicológica se enfrentarán en la oscuridad, con un espejo y música relajante, entonces descubrirán cosas como las que quedan relatadas en su último libro "Reencuentros".
¿Qué razones le han llevado a abrir esta nueva línea de investigación?
Esta nueva línea de investigación es una extensión de mi investigación anterior sobre las experiencias cercanas a la muerte.
Todos los que hemos investigado desde hace bastante tiempo las experiencias cercanas a la muerte y hemos intentado duplicar la experiencia en circunstancias que podamos controlar o medir nos hemos sentido intrigados por este otro aspecto de la investigación que es la comunicación con los fallecidos. Si encontrásemos la forma de duplicar esta experiencia nos serviría de mucho y también serviría a las personas que tienen esta experiencia, porque les ayudaría a perder el miedo a la muerte, puesto que una parte de la experiencia de la muerte incluye la comunicación con seres queridos que han fallecido anteriormente.
El hecho de que ahora podamos crear esta experiencia a voluntad nos ayuda a entender mucho más la experiencia de la muerte.
¿Nos podría definir cuál es la base del método? En síntesis.
Inicialmente debo decir que este método fue practicado durante casi mil años en la antigua Grecia, en un recinto subterráneo con todo éxito.
Básicamente el método consiste en que la persona que viene a este recinto elija a uno de sus seres queridos ya fallecidos para establecer una comunicación con él.
En primer lugar nos aseguramos que la persona que va a realizar la experiencia de comunicación, es una persona psicológicamente estable, si no, no haríamos esta experiencia.
Y le pedimos a esta persona que elija a un ser que él o ella conociese que haya fallecido, con la persona que desea establecer una comunicación. También le pedimos a la persona que seleccione algunos objetos que pertenecían a este ser fallecido.
Luego se le invita a esta persona a venir a la instalación, al lugar que hemos preparado específicamente para realizar las experiencias.
Una vez esta persona está en el recinto, exploramos su motivación para desear tener esta comunicación. Hablamos con esta persona bastante tiempo y le pedimos que nos cuente todo lo que sabe acerca de la persona fallecida. Después de que nos haya contado todo lo que recuerda de la persona fallecida, incluyendo los detalles de su fallecimiento y como reaccionó esta persona ante el fallecimiento le pedimos que nos explique el significado que tiene para él los objetos que ha traído. Como pueden imaginarse esta experiencia es interesantemente emocional.
Después de todo esto llevamos a la persona a una cámara, el recinto específicamente preparado con espejos de forma tal que esta persona pueda hacer una mirada al vacío, perder su mirada en los espejos.
En este recinto, un porcentaje bastante alto de personas que realizan esta experiencia tienen ante sí o ven ante sí la imagen de la persona fallecida y tienen la sensación de la presencia real de esta persona. Después de la experiencia en este recinto, pasamos con ellos bastante tiempo hablando para que nos lo cuenten.
Uno de los beneficios de esta experiencia, es que las personas que la realizan, nos cuentan que con este encuentro han podido concluir su pena por la persona fallecida y que también han tenido la oportunidad de finalizar cosas pendientes con ellas.
La ciencia hasta ahora no ha podido estudiar el hecho de las apariciones, sencillamente porque no se podía determinar a quién, cuándo y dónde, y cuando estas apariciones se iban a realizar ni se observaban ni se medían.
Ahora sin embargo, con este sistema podemos medir y observar las experiencias, y por ejemplo podemos hacer medidas encefalográficas de la actividad cerebral de una persona que está teniendo esta experiencia de comunicación.
¿Se ha encontrado con sorpresas dentro de sus planteamientos iniciales?
Sí, de hecho he tenido grandes sorpresas porque nunca esperaba que los resultados de este método fueran tan sorprendentes y tan preciosos definidos.
Una de las mayores sorpresas, si no la mayor de fue que las personas que tenían estos encuentros, casi todos psicólogos, me contaban que era una experiencia real para ellos. Yo había pensado que me dirían que habían tenido una experiencia más o menos irreal o ficticia, pero me sorprendió ver que para ellos había sido algo profundamente real.
Y quizás la segundo sorpresa más grande fue el hecho de que el 25% de las personas que han tenido estas experiencias, tuvieron un encuentro con una persona diferente de la que habían elegido para la comunicación.
¿Este método se está utilizando para la solución de problemas individuales o se está investigando como una forma más de comunicación con el "más allá", de trans comunicación?
Hasta ahora casi todas las personas que tienen estas experiencias las tienen con fines terapéuticos propios, individuales. También se están viendo otras experiencias o experimentos; para estudiar las ondas encefalográficas de las personas que están teniendo esta experiencia, pero que yo sepa no se está realizando ninguna experiencia con el objeto de conseguir información de lo que ocurre después de la muerte o del "más allá".
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