martes, junio 27, 2023

Entrevista al Monje Budista Inglés "Sherab Dre-may"

 

Luís Carlos Rodríguez Leiva

Entrevista a Sherab Dre-may, monje budista inglés

Luis Carlos Rodríguez Leiva: ¿Podría vd. decirme cómo se llama y a qué tradición pertenece?

Sherab Dre-may: Pertenezco a la Escuela KarmaKagyu y le puedo escribir el nombre del representante más destacado en la escuela a saber: Su Santidad Karmapa 17, su nombre no es importante.

Luis Carlos: Le explico, realicé mis primeros contactos con el budismo en 1994 cuando viajé a Sri Lanka y viví durante 25 días en un centro de meditación (puede leerse el artículo de Nillambe, en esta revista de Conciencia sin Fronteras). Allí conocí a Godwin, que era Sri lankés y que tenía gran prestigio como maestro de meditación y habilidad para congeniar en este trabajo con la gente de occidente. Desde entonces he estado muy interesado en el budismo y en cierta ocasión que me ofrecieron traducir un libro del inglés de psicología al castellano rogué que me ofrecieran uno de budismo y así fue. A través de esta traducción conocí al autor budista David Brazier (También hay en Conciencia sin Fronteras, una entrevista a este autor). La verdad es que ahora siento que debo hacerle preguntas muy simples, admítalas como procedentes de alguien que no conozca nada del budismo tibetano y que le preguntara cosas como lo haría un niño. Por ejemplo: ¿Cómo es que tiene usted un lugar tan fantástico para estar sentado?

Sherab Dre-may: ¿El cajón? A esto le llamamos “cajón de meditación” y por lo general se utiliza si uno pretende hacer tres años de retiro y es como casi todo en el budismo, sentido común. ¿Por qué se tiene un cajón como éste? Pues porque es un espacio limitado, uno no necesita más. En este cajón es donde uno medita, duerme, uno se puede reclinar sobre uno de los rincones y tan pronto como uno se despierta tiene enfrente de él todo su trabajo, sus oraciones y recitaciones de forma que se puede empezar de inmediato con la práctica. Si uno está de retiro es para eso, para practicar. Es como una tumba.

Luis Carlos: Pero observo que este bellísimo cajón de madera tiene unos bordes no muy apropiados para reclinar la cabeza, tendrá que ponerle algo para no hacerse daño.

Sherab Dre-may: Sí claro, se pone uno algo. También puede uno dormir sentado verticalmente que es un sueño menos profundo...

Luis Carlos: ¿Coincide que duerme menos también cuando duerme en esa posición vertical?

Sherab Dre-may: El problema de la tensión corporal está ligado a que pensamos en exceso, y entonces tenemos todas esas emociones, deseos... y todo esto es algo agotador mentalmente y cuando se practica usted debe permanecer allí donde se encuentra su cuerpo y su mente. Hay que dejar de lado las películas que rondan por lo general en la mente de cada uno, todas esas excursiones que hacemos hacia el pasado y hacia el futuro. Pero cuando uno medita lo que hay que hacer es estar donde está uno, estar atento y consciente mirando dentro a la mente de cada cual. Pero por supuesto cuando uno medita durante un periodo de tres años, toda la vida pasa delante de uno de forma que uno ve su mente y la domestica. El Buda dijo;
• No hagas daño
• Haz el bien
• Domestica tu mente
Es muy simple pero como todas las cosas sencillas, son muy difíciles.

Luis Carlos: Mirar a tu mente, eso me parece a mí que es como mirar a tus pensamientos.

Sherab Dre-may: Por supuesto. Eso es tu mente.

Luis Carlos: Acabo de llegar de Santa María de Palautordera donde he estado practicando Vipassana, el Vipassana de Goenka del que usted debe haber oído. Conforme al Dhamma él indica que uno no debiera mirar a sus pensamientos en absoluto sino simplemente a las sensaciones de tu cuerpo.

Sherab Dre-may: No sé que decirle, esa no es mi tradición.

Luis Carlos: Allá me acerqué al maestro de meditación de origen neo-zelandés para cuestionarle e indicarle que casi prefería una meditación en la que pudiera estar con mis pensamientos y permanecer ecuánime con ellos, me respondió: “Eso no es Vipassana” y me recalcó que no debía prestar atención a mis pensamientos pues éstos me llevarían siempre hacia otros pensamientos, lo que vendría a ser estar en una meditación que no me permitiera capturar la realidad. ¿Qué me diría usted al respecto? ¿ Qué es la realidad para usted?

Sherab Dre-may: (Se ríe). Ésa es la meta. El método que yo aprendí en mi escuela tibetana mis maestros me dijeron: “Lo primero que tienes que hacer es SHINAY, que significa morar en paz, que es lo mismo que SAMATHA. Uno podría empezar con Vipassana, pero la dificultad está en que es como empezar una casa sin tener cimientos. Para mirar a tu mente necesitas saber donde se encuentra, necesitas estar en paz y calmado pues si no...
En el Vipassana que a mí me enseñaron es uno en el que en verdad tú empiezas a mirar a tus pensamientos, ves la esencia de tus pensamientos. Si miras a tus pensamientos estos aparecen en tus pensamientos, ¿no es cierto? Así que la mente está siempre ahí, pero por lo general nos involucramos con nuestros pensamientos y no sabemos que estamos realmente involucrados con ellos. Cuando empezamos a practicar SHINAY y a conseguir la mente en calma y luego ya se empiezan a ver los pensamientos y cada vez hay más y más y más y te dices: “este asunto de la meditación es una basura, esto no funciona”, pero en realidad es cuando está funcionando pues estás viendo tu mente alocada por primera vez Te estás descubriendo por primera vez.

Luis Carlos: Cuando usted dice que esa persona está viendo sus pensamientos, ¿se está refiriendo a que somos testigos de nuestros pensamientos?

Sherab Dre-may: Ciertamente lo eres pero existe el ego y el ego mira. Todo el problema está en el ego: Yo quiero, a mí me gusta, a mí no me gusta. Cuando tú haces Vipassana, ya es un segundo paso tras el SHINAY que es lo que te proporciona la paz en la que hay que descansar y, al practicar el Vipassana y observar un pensamiento, uno debe mirar a la esencia de éste. No hay diferencia entre la quietud de SHINAY y la quietud cuando llega el pensamiento. En realidad no hay nada que se mueva. Es simplemente un pensamiento en tu mente y la mente es pacífica. Entonces, cuando tú has comprendido esto, no ya de una forma intelectual tras haber leído libros que pueden hacerte creer que lo entiendes, pero no es así. Esa comprensión intelectual necesita haberse saboreado y experimentado. Al haberlo experimentado, toda esa gente que te rodea en tu vida diaria con rabia, celos, orgullo, depresiones... ¿por qué están sufriendo? Pues porque están involucrados en estas películas que en realidad no existen. Ahí es donde empieza a crecer tu verdadera compasión, ya que no se puede separar este entendimiento de vacuidad con la compasión y que surge de forma natural contigo. Esto es a lo que yo llamo intuición. Esta es la vinculación entre Vipassana y SHINAY que a mí me enseñaron.

Luis Carlos: “Están, estamos involucrados en películas que en realidad no existen y luego crece la compasión hacia ellos al entender esto”.

Sherab Dre-may: La mayoría de la gente está confundida. Si yo te dijera ahora mismo:¿Puedes visualizar en tu mente la torre Eiffel?

Luis Carlos: La torre Eiffel, sí.

Sherab Dre-may: Visualiza ahora la torre de Pisa.

Luis Carlos: Perfecto, también lo puedo hacer.

Sherab Dre-may: ¿Adónde se fue la torre Eiffel?

Luis Carlos: Desapareció

Sherab Dre-may: ¿Adónde se fue?

Luis Carlos: ¿Adónde? Ya no está en mi mente 

Sherab Dre-may: ¿Pero adónde se ha ido?

Luis Carlos: La verdad es que he visitado a ambas, pero ¿adónde se han ido?

Sherab Dre-may: ¿Han desaparecido, verdad?

Luis Carlos: Cierto se han marchado por completo porque ahora estoy charlando y pensando sobre cosas diferentes.

Sherab Dre-may: Pero si yo te dijera que pensaras en ellas de nuevo, ¿podrías hacerlo?

Luis Carlos: Sí, podría.

Sherab Dre-may: Perfecto, esto es lo que en realidad sucede si tú entras en tu cuarto y le dices “Hola” a alguien y no te responde. Entonces nos montamos una película: “Por qué no le caigo bien, por qué no me responde, quién se han creído que es?

Luis Carlos: Ciertamente, algunas veces ocurre eso.

Sherab Dre-may: Todas estas cosas, incluso cuando te gritan: “Pero¡ cómo se atreven a gritarme!” Entonces nos enfadamos. Esa emoción, ese pensamiento es exactamente lo mismo. Cuando entiendes esto te calmas y te pacificas. Ves claramente cómo todo el mundo está involucrado en esas películas sin saberlo.

Luis Carlos: Usted me está haciendo pensar ahora en un gran problema que tengo con una de mis hermanas, dado que cada vez que me acerco a ella recibo respuestas negativas. A lo largo de mucho tiempo he permanecido en calma y ecuánime pero en las raíces más profundas de mí mismo iba generando animosidad (el monje se ríe comprendiendo). La verdad es que toda esa negatividad que recibía no la iba dejando de lado por completo, quiero decir que de alguna forma me estaba creyendo su película.

Sherab Dre-may: Sí, sí, pero la persona que está enfadada contigo y que se dirige a ti negativamente y tú no reaccionas, te preguntarás por qué te estará diciendo todas esas cosas cuando tú no le has hecho nada para herirla.

Luis Carlos: En efecto, eso es lo que he pensado tantas veces.

Sherab Dre-may: Pues eso es cierta compasión pero es compasión intelectual, no es compasión verdadera. Pero si piensas en la otra persona y comprendes que están sufriendo realmente, y lo están haciendo porque realmente sienten todas estas emociones negativas y las miras y piensas que no puedes reaccionar negativamente hacia ellas pues estarías acrecentando el sufrimiento hacia esa persona, quizás hasta provocar una pelea que sería crear más sufrimiento aún.

Luis Carlos: ¿Quiere decir esto que usted ha sido capaz de superar cualquier agresión hacia usted?

Sherab Dre-may: (Se ríe como un niño) No. Estoy hablando simplemente de lo que me han enseñado. (Explosión de risas).

Luis Carlos: Pero quizá usted ya haya integrado un 80 por ciento de lo que le han enseñado.

Sherab Dre-may: Sé de lo que estoy hablando. No estoy hablando de esto de manera intelectual simplemente, pero también lo vivo intelectualmente y me permite compartirlo contigo, ¿no es cierto?

Luis Carlos: Para una persona como usted que debe haber estado trabajando sobre estos temas, digamos, alrededor de unos sesenta años.

Sherab Dre-may: No, no he estado todo ese tiempo. Afortunadamente conocí a alguien hace treinta años. Yo no estaba interesado ni en el budismo, ni en la religión ni en nada, pero estaba buscando diferentes posibilidades sabiendo que mi problema estaba en la mente. Estaba muy disgustado con la sociedad tal como yo la veía, con la sociedad moderna, con el materialismo, así que tropecé con un monje que era tibetano y me dijo: “Si quieres puedes venir y quedarte” así empecé mi vida de budista, pero no sabía quien era hasta que más tarde supe que era un “tulku” una reencarnación, su nombre es Akong Rimpoché. Durante 30 años he estado observando a este hombre y ni una sola vez en su vida... he vivido en su casa con su familia, trabajé con él en el centro, me ha dirigido retiros, y lo he observado todo este tiempo y en ningún momento le he visto hacer algo que no fuera para los demás.

Luis Carlos: ¿Era él una persona tibetana?

Sherab Dre-may: Lo sigue siendo.

Luis Carlos: Pero puesto que me habla de una familia, ¿quiere decir que no era un monje?

Sherab Dre-may: Él tiene una familia, sí. Fue un monje. Cuando se le reconoció a una edad muy temprana, creo que a los tres años y cuando tenía doce ya llevaba adelante unos 20 monasterios en el Tibet. Es una reencarnación.

Luis Carlos: Pero luego se casó y tuvo hijos e hijas.

Sherab Dre-may: Luego llegó a Escocia con el compañero de aquel entonces Trungpa Rimpoché que luego se fue a América. Ellos iniciaron un monasterio Samye-Ling.

Luis Carlos: Entonces su maestro está actualmente casado y con tres hijos. ¿Existe mayor importancia en casarse o en no hacerlo si uno está en la línea de convertirse en una persona espiritual y sana?

Sherab Dre-may: Creo que en algunas ocasiones puede ayudar. Creo que en un caso como el suyo de ser un ser tan avanzado puede estar relacionado con la posibilidad de conectar mejor con la gente de Escocia que le aceptarán mejor, aunque posiblemente también él tuviera ese deseo, no sé. Su familia es gente muy colaboradora siendo de esta forma más accesible a un montón de gente.

Luis Carlos: Pero es esto así en función de los otros, o en primer lugar por uno mismo. ¿Tomó la decisión de ir a Escocia porque era esa una sociedad donde iba a ser aceptado mejor en tanto que persona casada?

Sherab Dre-may: No. Cuando abandonó el Tibet por causa de la invasión china, coincidió que cuatro jóvenes tulkus fueron seleccionados. En primer lugar los enviaron a la Universidad de Oxford donde estudiaron y Akong Rimpoché cuidaba a Trungpa. Alguien descubrió quiénes eran en realidad pidiéndoles que les dieran instrucciones para meditar. De allí les invitaron a Escocia y con el tiempo les ofrecieron el lugar que ahora tenemos que es una casa bellísima convertida hoy en un centro de budismo gracias a un par de señoras cristianas. Posteriormente Akong Rimpoché conoció a la que se convertiría en su mujer de origen tibetano.

Luis Carlos: Mientras andábamos hasta esta casita de retiro suya me estaba hablando de unos cuantos puntos que son importantes para los budistas y que eran más que suficientes para dedicarles toda la vida, dejando todo tipo de políticas de lado ¿no es así? ¿Le importaría repetir esos puntos?

Sherab Dre-may: Lo dije anteriormente:
1. No hagas daño
2. Haz sólo aquello que es bueno
3. Controla (domestica) tu mente.
En otras palabras: Preocúpate de tus asuntos y mantén la boca cerrada. La verdad es que “domesticar la mente es verdaderamente difícil”, porque yo podría decir algo ahora e inmediatamente darte un puñetazo a tu ego u orgullo o hacer que te incomodes y hacerte reaccionar diciéndote: “¿Quién se ha creído éste que es? Así que ése es tu problema, ¿no es cierto? Si reaccionas y te enfadas, diga lo que diga otra persona, eres tú quien se enfada. No soy yo. Es tu mente. Pero si digo: “Eres una persona maravillosa, tan amable, tan atractivo, tan sensato”, tú dirías: “¡Qué tipo más alucinante!” Es de nuevo el ego el que está ahí actuando. Así que tú eres el problema, no el mundo.

Luis Carlos: Dándole vueltas a este tema de la domesticación de la mente, me atrevo a preguntarle: ¿por qué se hizo usted monje? 

Sherab Dre-may: (Se ríe como no se ríe nadie)

Luis Carlos: Sí. Usted me habló de su insatisfacción con el materialismo de la sociedad que le rodeaba.

Sherab Dre-may: No era tanto la sociedad como mi propia manera de percibirla pero me decía: Tiene que existir algo más que esto. En realidad cuando fui a Samye Ling, durante muchos años Akong Rimpoché me hizo trabajar haciendo esto y aquello, luego llegado un día se decidió la construcción de un centro de retiros y llevándome allí, me dijo: “Esta es ahora tu vida” Así pues, a lo largo de unos tres años trabajé en los cimientos en verano y en invierno trabajando las piedras, ahí supe realmente lo que era el trabajo desinteresado (karma yoga). Luego entré en un retiro de cuatro años, pero le dije que no tenía dinero y me dijo: “No importa ya has hecho suficiente”. Así que en puro celibato hice esos cuatro años para obtener algún beneficio de ése retiro. Tras ese retiro de cuatro años, Akong Rimpoché me dijo que tenía que permanecer allí durante 16 años. La verdad es que tras los cuatro primeros años de retiro me di cuenta que era un principiante por completo. No sé dónde estaba antes, pero algo descubrí tras esos cuatro años. Me pareció pues sensato que se me pidiera que continuara.
¿Por qué me hice monje? Pues porque iba a continuar en retiro, y posteriormente se me pidió que continuara el resto de mi vida y dije:
“OK, quizás mi próxima vida puede ser que haga algo útil”

Luis Carlos: (Nos reímos los dos). Creo que está usted bromeando con lo de la utilidad. ¿No cree usted que está haciendo algo útil ahora mismo? Por supuesto que lo está haciendo.

Sherab Dre-may: Bueno, la verdad es que fue eso lo que pensé en aquel momento y aún continúo pensándolo y luego pensé que en esta vida lo que se me pedía era que dominara mi mente y ser como su santidad Karmapa o Kalu Rimpoché, ellos son la compasión andante que es algo excelente para un ser humano. En estos tres últimos años que he estado en la enseñanza lo único que quería era hacer retiros en soledad pero luego surgió ocupar un puesto en Bruselas y tras cierto tiempo he cedido para posteriormente zambullirme de nuevo en retiros solitarios. Creo que me han aconsejado bien pues llevo unos 16 años en retiros y mi vida puede ser que necesite algún cambio. La verdad es que no estoy nada acostumbrado al mundo exterior. Así que me fui a Bruselas donde llevo 18 meses y he venido a España para un descanso de un retiro de un mes y ya mismo estoy de vuelta para Bruselas para el trabajo que se avecina en el verano.

Luis Carlos: ¿Diría usted que tiene una cierta tendencia a hacer retiros en soledad?

Sherab Dre-may: Sí, la verdad es que es en los retiros dónde se aprende a practicar verdaderamente. Hay algunos occidentales que han hecho un retiro de tres años y ya se creen lamas. No, por favor, usted no es un lama. Usted no sabe aún nada, sólo ha aprendido a practicar para lo que le queda de vida y eso a lo mejor pero no es nada seguro.

Luis Carlos: ¿Qué quiere decir cuando menciona “aprender a practicar?”

Sherab Dre-may: Me refiero a cómo practicar la meditación y luego en su segundo retiro ya puede ponerlo en práctica. Puede ser que avance también otro poquitín en el tercer retiro...

Luis Carlos: Cuando estuve estos días con la práctica del Vipassana de Goenka en muchas ocasiones mi mente quedaba envuelta en pensamientos en vez de estar dirigida a las sensaciones corporales que me indicaban que siguiera y al reconocerme fuera de las órdenes que debía seguir, me sentía frustrado conmigo mismo. La verdad es que se nos indicaba que no reaccionáramos con la más mínima aversión hacia nosotros mismos por pillarnos in-fraganti no haciendo bien “los deberes”. Mi pregunta es la siguiente: Cuándo usted está aprendiendo a meditar, dejando de lado el tipo de meditación que pueda elegirse, ¿Cómo se sabe que uno lo está haciendo correctamente, y cómo sabe uno que se está alejando del camino recto, que la mente de uno está vagabundeando por cualquier parte, pensando en todo tipo de cosas sin hacer lo que se había propuesto en un principio?

Sherab Dre-may: Puede que estés ahí sentado escuchando un ruido exterior que empieza a molestarte y te dices: “Me encantaría estar en las Islas Canarias o en las montañas o en cualquier otro sitio. Sería estupendo”. Ya estás en tu película. Ya no estás aquí ¿no es cierto? Sea cual sea la práctica que estés llevando a cabo, tienes verdaderamente que aprender a estar calmado y a ser paciente. En realidad cuando eres amable hacia ti mismo y aceptas que a todas luces, no eres perfecto, que tenemos todo ese conjunto de basurilla, ego, deseo, celos, orgullo...lo tenemos, somos humanos, todos lo tenemos. Así que si nos embarcamos en uno de estos retiros y se nos aprietan todas las clavijas, sin poder escaparnos a un bar, ni marcharte a dar paseos o escuchar música, te encuentras que lo tienes en tu cara todo el tiempo. Llegado el momento de salir y presentarte ante una situación cualquiera, estás en situación de salir más fácilmente airoso.

Luis Carlos: Tiene que existir la voluntad, ¿ no es cierto? Sin esa voluntad la iluminación no llega ¿no? ¿Qué piensa usted?

Sherab Dre-may: Creo que tiene usted razón. Hay miles de personas en el mundo ¿verdad? Millones, billones Cuántos de ellos de forma seria, dejando aparte el popularismo de ser meditador o yogi, todo este movimiento “New Age”, con cantidades de personas queriendo ser maestros de todo tipo. Pero si en verdad quieres ir al núcleo de todo sufrimiento, tú mismo tienes que haber sufrido, lo siento, pero tienes que sufrir de una forma u otra. Así es la vida. Entonces te dices: “Tiene que existir algo más” y empieza tu búsqueda, un poco como en la Gaviota de Jonhathan Livingston y la cojera. La gente te dirá que estás loco. Sin duda que tienes que ser valiente para venir a un lugar como éste o Samye Ling, (el centro budista de Escocia) pues se te va a dar espacio para entrar en tu mente, algo de lo que casi no sabes nada. Eso está bastante bien, pues toda la gente que te conoce se siente algo atemorizada contigo y te llamarán loco, pero en realidad ellos ya han sido zarandeados por tú búsqueda. Ellos tampoco quieren ir a la oficina día tras día o a la fábrica. La vida es demasiado corta para echarla a perder en tonterías. No tienes más remedio que lanzarte de cabeza.

Luis Carlos: No nos queda más remedio que ser valientes de una vez por todas y caminar por el filo de la navaja.

Sherab Dre-may: Puede ser para algunos, pero también está por otra parte el camino medio. Algo que no sea total ascetismo ni total materialismo. Tenemos que vivir también en el mundo moderno. No podemos irnos y sentarnos allá en lo alto de la montaña, o ¿crees que podríamos? (Se vuelve a reír de su propia gracia). Ya no queda ninguna montaña. Lo puedes hacer en los Alpes y te quedas helado de frío. Así que tenemos que encontrar algo intermedio.

Luis Carlos: en relación con el hecho de ser útiles que usted mencionó al principio. Si uno ha descubierto o está en el proceso de descubrir la luz...

Sherab Dre-may: ¿Qué es la luz?

Luis Carlos: Por luz quiero decir estar iluminado.

Sherab Dre-may: ¿Y qué significa estar iluminado? Si tú estás feliz y eres amable. Eso es estupendo, ¿qué otra cosa quieres?

Luis Carlos: Usted es un poco así, pero cuando usted habla de algunas personas que conoce, las llama “la compasión andante” Sherab Dre-may: En efecto, lo son.

Luis Carlos: Y, ¿Qué diría usted de sí mismo?

Sherab Dre-may: Yo no soy más que un principiante (Nos reímos a carcajadas). Por lo menos, eso sí que lo sé.

Luis Carlos: ¿Qué es lo que le atrae de esos caminantes de compasión?

Sherab Dre-may: Su total amabilidad. Todo lo que hacen es para los demás. Su vida completa está en función de los demás pero eso no quiere decir que te despiertes por la mañana y disfrutes del sol o que goces de una buena comida. Hay mucha gente así: madres, amas de casa, padres amorosos, incluso aquel que está detrás de un mostrador en una tienda puede ser un ser iluminado al que mucha gente puede venir a consultar.

Luis Carlos: es decir, que uno puede ser un “andarín compasivo” sin importar dónde uno esté. Y cuando nosotros hablamos de “ignorancia”, esta gran palabra en el budismo ¿Qué es para usted la ignorancia?

Sherab Dre-may: Falta de atención. Hay algo que se llama el Samsara y el Nirvana. No tenemos que irnos a un sitio muy bello para estar en Nirvana. La ignorancia es no saber pero en realidad tú eres ignorante, porque estamos envueltos en algo llamado Samsara. Nosotros estamos en el reino de los humanos. Existe un mantra de Chenrezid, que es el Buda de la compasión llamado Ohm mani padme Hum ( el mantra de las seis sílabas). Cada una de estas sílabas representan un reino en el que posiblemente podemos estar: orgullo, deseo, ignorancia, codicia, rabia...

Luis Carlos: ¿Por qué los llama usted reinos?

Sherab Dre-may: Los puedes llamar estados de la mente. Se les llama reinos porque son espacios en los que la gente se instala. Si alguien es muy orgulloso se encuentra en una “morada” de orgullo y piensan que la mierda no huele y que ellos son estupendos y los demás no valen un pimiento pues no se dan cuenta lo maravilloso que yo soy. Pero estos seres sufren tremendamente cuando están llenos de su reino. Si estás en el reino de los dioses eres tan orgulloso que no tienes compasión alguna. Te crees enormemente amable porque le diste 10, “te los he dado yo....”
Por debajo de los humanos se encuentra el reino de los animales, de una ignorancia total, quieren ser felices pero no hacen más que matarse unos a otros, y por debajo de estos se encuentra el reino de aquellos que no están nunca satisfechos. Siempre acaparando. Luego el reino del Infierno que es la rabia. Esa gente que está rabiosa y los ves que están en un infierno. Tanto, tanto sufrimiento. He visto a gente tan rabiosa que al ofrecerle algo te golpean la mano.

Luis Carlos: ¿Podríamos decir que esa gente se encuentra por debajo del reino animal?

Sherab Dre-may: No. Digo por debajo porque tengo en mente la figura en la que se representan pero simplemente es diferente. Es un estado de mente diferente. Son reinos (moradas Santa Teresa), de los celos u otros estados. Así pues, este mantra purifica todos esos reinos en uno mismo y en los demás. Esa es la ignorancia el inmiscuirse en todos esos estados mentales, que cuando al principio hemos hablado de Vipassana y Shinay, es donde hemos aprendido a verlos. Si los ves, lo entiendes y abandonas la ignorancia. Si eres consciente de ello ya no te dejas atrapar por ellos y llegas al Nirvana. En cuanto ves que un estado de rabia te llega a la mente, dices:
¡Hey! Y lo dejas pasar. Es muy sencillo y a la vez muy difícil pues nos involucramos.

Luis Carlos: Cuando miro a esos tankas con una imaginería tan agolpada no puedo abstenerme de sentir cierto temor al imaginarme que hay un conocimiento fabuloso explicativo de tantísimos aspectos detallados en los dibujos, haciéndome pensar que para comprender todo eso me harían falta veinte años de estudios.

Sherab Dre-may: Olvídate de eso. No te preocupes en absoluto.

Luis Carlos: Quizá sea fácil decirlo cuando uno ya ha estado tantos años en este mundo
¿Cómo deberíamos hacer para aproximarnos a esa explosión de imaginería?

Sherab Dre-may: Los tankas tienen como misión la práctica de visualizaciones, no están ahí para ponerlos en la pared y considerarlos simpáticos o bellos. Son un apoyo para tu meditación. En el Tibet en especial existe una escuela llamada VajrayAna (que significa allí donde utilizas visualizaciones). En las prácticas de Chenrezid, todas estas diferentes imágenes, todas ellas sirven según la persona. Algunas se sienten satisfechas con imágenes sencillas con dos brazos y otros aquellos que tienen una mente muy activa les agrada más aquellas que tienen más brazos o cabezas. Cuando haces una práctica de VajrayAna tu mente deviene completamente clara y en ese espacio de tu mente clara tú pones una imagen. En primer lugar colocas una sílaba tibetana o sánscrita y de ahí Chenrezid o cualquier otra deidad. Visualizas esta deidad o este Buda en tu mente, ves su forma practicando Shinay, luego ves la no-substancialidad que tiene, como si fuera un arco iris, mirándola, luego Vipassana que se dice Lhaktong en tibetano. Comprobando mientras miras que no tiene substancialidad, es como te llega la sabiduría. El VajrayAna es un camino muy rápido pero tienes que tener verdaderamente buenos maestros.

Luis Carlos: Es al comprobar que no hay sustancialidad que lo has conseguido, pero para llegar a ello es necesario algo que ayude a ese paso ¿no?

Sherab Dre-may: De alguna forma estás engañando a tu mente porque el ego es tan escurridizo que tienes que engañarlo. En vez de poner delante de ti tus pensamientos confusos pones algo ahí delante hacia lo que diriges tu concentración. No es más que un engaño. En verdad no es más que un apoyo para entender tu mente. Cuando ya has comprendido lo que es tu mente ya puedes descansar en tu mente, porque al final desaparece en cierta manera y descansas en esa claridad en esa paz. Entonces, entiendes. Quizás. (Pasa de la más profunda seriedad explicativa a una risa que indica que no hay que preocuparse de nada).

Luis Carlos: Puede existir un momento en el que uno pueda percibir un atisbo de algo más allá de esta realidad mundana y que se pudiera decir que se ha descubierto algo, que algo me ha sido concedido, y que ya no soy una persona común?

Sherab Dre-may: ¿Y qué significa común? (las risas nos invaden, pasamos de las más complicadas preguntas al jugueteo de toda posible sobriedad que le pudiera querer yo atribuir a la entrevista)

Luis Carlos: Quiero referirme a la mayoría de los seres humanos que no han dado aún un saltito para ver algo más allá de sus propias narices.

Sherab Dre-may: ¿Quién sabe quién es quién? ¿Quién es común y quién no lo es?

Luis Carlos: Perfecto. Quizá no debiera decir nada de nadie. Pero claro que usted me comprende, me estoy refiriendo al común de los mortales que viven con sus pequeños intereses materialistas: conseguir un coche, una casa, un trabajo, una pareja y pare usted de contar.

Sherab Dre-may: Si son felices, todo está estupendamente. Están contentos, no hacen daño a nadie. ¿Qué hay de malo en ello? Con tal que comprendas que llegado un día te vas a morir, ya que si has nacido, vas a morir, en fin nada del otro mundo, pero la mayoría de la gente en el mundo occidental no quieren saber nada con la muerte, es algo atemorizante. Así que si pierdes tu coche, es el apego lo que te causa problemas. Si estás casado y tienes cuatro preciosos hijos y hacen lo que quieren, todo está bien, ¿Qué puedes hacer tú? Son personas. Luego puede ser que tu mujer te deje, pero ¿Qué puedes hacer? Si te enojas es por tu apego, y también puede surgir el orgullo y el ego si te pones a decir: ¿Cómo se ha atrevido a dejarme? Puede incluso llevarte a querer hacerle daño a ella o al hombre que te la quitó.
¿Por qué te dejó? Quizás fueras un mandón o cualquier otra cosa.
Tienes que entender estas cosas también. Ese es el sufrimiento.
Cuando la gente habla de budismo dice que está lleno de sufrimiento. Ése es el sufrimiento, si la gente está ahí involucrada en todo este mare magnum de abandonos con sus correspondientes apegos ¿Cómo no van a sufrir?
Nirvana es justamente cuando se es capaz de ver todo esto y entonces ya no sufres permitiendo que todo se marche, no vale la pena, no te hace feliz. La vida es demasiado corta para gastarla en tonterías.

Luis Carlos: ¿Diría usted que si permanecemos ecuánimes, completamente ecuánimes, seríamos felices de forma continuada?

Sherab Dre-may: La ecuanimidad es muy difícil. Cuando me hablas de ecuanimidad es para mí como si no existiese diferencia entre un enemigo y un amigo. En realidad tu peor enemigo es tu mejor amigo, siempre te está enseñando. No hace más que buscarte las cosquillas. Creo que la ecuanimidad sería estar atento y a partir de ahí surgiría tu compasión que sería empezar a llegar a algo como ser humano. Si realmente te enfadas, has perdido los papeles ¿no crees? Pero somos humanos y tenemos que ser amables con nosotros mismos y decirnos: Aún me queda mucho por avanzar.

Luis Carlos: ¿Cree usted que la gente que está en su camino desarrolla un tipo de risa que es muy característica de ellos? Me refiero a su estilo de risa, que es tan peculiar y que yo he oído en algunas otras personas en el camino espiritual.

Sherab Dre-may: Creo que el gran problema de la vida del mundo es que nos tomamos muy en serio. (Dre-may hace una serie de gestos con su cara demostrando que lo que está haciendo es sumamente importante pero está actuando): Nuestro ego no quiere admitir que a veces metemos la pata hasta el cuadril. Somos tan serios que no podemos reírnos de nosotros mismos. La verdad es que si no sabemos reírnos de nosotros mismos tenemos un grave problema.
Cuando se empieza a practicar uno tiene que empezar a reírse y si no lo haces te rompes en añicos.

Luis Carlos: ¿Hay gente que se rompa en añicos de los que intentan hacerse monjes?

Sherab Dre-may: Por supuesto. Cuando el ego está solidificado y crecido. Si uno no admite que pueda hacer algo mal hecho, yo los he visto y sufriendo tanto. Algunos tienen que tomárselo con calma o ir a terapia porque el budismo es meditación y cuando uno viene a un centro de meditación como este: DAG SHANG KAGYU. Muchísima gente está en la búsqueda, es decir, que hay mucha atención y observación sobre uno mismo pero reaccionan hacia otras personas en las que ven grandes egos. Los espejos están por todas partes y para muchos es muy difícil.

Luis Carlos: Mucha de la gente que viene a estos lugares, lo hacen a estas casitas de retiro desde donde tienen esta preciosa vista, pero hasta alcanzar ese paso, es como si hubieran dado un paso más allá de aquellos que ya vinieron a este lugar pero permanecen en grupos..(la respuesta del monje se adelanta a lo que yo estaba preguntando y ya no vuelvo a ella luego).

Sherab Dre-may: Yo estoy con frecuencia en grupos. Ahora que estoy en Bruselas estoy en una casa llena de gente, pero si he venido aquí es para hacer práctica de meditación, pues allí hay mucho movimiento.

Luis Carlos: ¿Existe fin, mientras estemos en esta vida, al aprendizaje?

Sherab Dre-may: Intelectualmente siempre queremos estar aprendiendo más y más. El budismo no es más que una palabra, podría haberse llamado “cocacolismo”. Existe este señor a quien llamamos Buda, pero podría haber sido la Coca Cola. Es decir, no es más que una palabra. El camino del budismo es el de la extinción del propio sufrimiento y del de los demás. Así pues, si tu miras esto....
¿Cómo podría decirlo?
Cuando uno empieza a practicar con métodos de meditación... ¿conoces esas lechugas que tienen las hojas muy apretadas las unas contra las otras? En un aprendizaje normal lo que uno hace es atiborrarse de más y más conocimiento, pero con el budismo y la meditación lo que realmente estás haciendo es quitar las hojas, cada vez profundizas más y más, estás deshaciéndote de toda la basura intelectual, estás perforando hacia tu esencia, hacia la pureza de tu mente. En budismo decimos que todos los seres sintientes poseen la naturaleza de Buda, y es lo que se pretende alcanzar saliendo de la confusión en la que uno está inmerso. Cualquier ser humano que sea: judío; cristiano, musulmán, negro, púrpura, con puntitos... Todos los seres poseen esta naturaleza de Buda. Eso es a lo que estamos intentando volver. No estamos intentando aprender más sino desembarazarnos de nuestro intelectualismo que justamente no es conocimiento. Tú puedes saber hacer 50 maneras diferentes de hacer el té, pero si no las saboreas no las conoces. Si yo te pregunto cómo es el té Darjeeling? Y tú me respondes cómo hacerlo, y respecto al sabor me dices que sabe un poquitín templado... “¿Cómo sabe?” De la misma forma tienes que saborear esta comprensión del vacío y la compasión. La saboreas, no la dominas intelectualmente.

Luis Carlos: ¿Cómo puedo comprender que para convertirse en cierto tipo de Rimpoché, Geshe o cualquier otro título, uno tiene que superar ciertos exámenes delante de la comunidad pública?

Sherab Dre-may: Eso es “keshy?”
Rimpoché es un título que significa “El que es precioso”. Si comprendes que estás consiguiendo de alguien este néctar, esta medicina, y que tu sufrimiento, tu mente alocada se va a pacificar de toda confusión y que vas a ser feliz, esto es algo muy valioso ¿no es cierto? Pero por lo general la palabra Rimpoché se aplica a aquel que se ha dado cuenta de esto en vidas pasadas y gracias a su compasión, puesto que ven el sufrimiento en la mayoría de nosotros continúan volviendo para ayudarnos, para mostrarnos el camino. Esta es la razón por la que todos estos Rimpochés son tan amables, sonrientes, por eso están aquí, ésa ha sido su motivación, en budismo se llama a esto bodhicitta. Son como pastores y doctores, por eso continúan volviendo para ayudarnos. Es por eso que son tan valiosos que se brindan al sufrimiento de crecer de nuevo como su santidad Karmapa que ya es el 17, es decir, que vienen haciéndolo desde hace muchísimo tiempo.

Luis Carlos: Mi pregunta tenía que ver con el lado intelectual de los monjes budistas, ya que realizan tantos años de estudio. ¿Por qué se le da tanta importancia aprender tanto, tantos sutras y otras cosas, en definitiva por qué trabajar tanto con el intelecto o para romper el intelecto?

Sherab Dre-may: Supongamos que yo estoy en España, que lo estoy, y quiero llegar a París. Si en vez de girar a la derecha lo hago a la izquierda, terminaré en Marruecos. Lo mismo si quiero ir a Australia y termino en Norteamérica...

Se me acabó la cinta, luego puse otra y charlamos sobre la importancia del linaje, pero ya tenía la impresión de estar abusando. Dre-may había actuado más que compasivamente conmigo. Me sentía desbordado por su maravillosa entrega y me hubiera gustado ofrecerle algo a cambio pero está visto que tendré que descubrir cómo compensar su maravilloso regalo, que hoy comparto con todos vosotros.

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